Los personajes de esta historia no son de mi propiedad, pertenece a Megumi Tachikawa, así que no me demanden, no lo hago por lucro, lo hago por solo diversión mía.

La Vida tiene que continuar.

Introducción.

Han pasado ya bastantes años en ese entonces, tienen actualmente 18 años, están por tomar caminos diferentes cada uno de ellos, Manato también está entre ellos piensa estudiar comunicaciones, Rina por su lado se piensa ir a Estados Unidos para continuar con los estudios de abogacía, Saira están por enviarla a Europa para continuar con los estudios del convento, esta por tomar unos estudios superiores de teología, aunque es para los seminaristas, se está enfrentando una crisis la iglesia, necesita más gente que estudie esos niveles. Meimi tiene intereses de estudiar psicología social en la Universidad Imperial de Tokio, por el otro lado Daiki quiere continuar con los estudios de delincuencia, pero lo hará en Reino Unido, con una beca que su padre le consiguió, además de continuar con un doctorado en Alemania, para continuar con su especialización cuando ya regrese a Japón. Podemos ver que cada uno de ellos tiene diferentes destinos.

Muchos llegamos a pensar que va a pasar con ellos, que destino final se presenta para ellos, Daiki y Meimi están muy tristes, casi llorando, pero con ganas de continuar juntos, pero no pueden estarlo, se prometen que volverán estar juntos y que nada los va separar.

- Daiki te voy a extrañar tanto, no sé si aguantar estos años sin verte. – dice con lagrimas en sus ojos.

- Meimi cariño, espero que ya estemos juntos, hare lo mejor que pueda, no quiero que terminemos.-dijo triste.

- Daiki nunca vamos a terminar, aquí estaremos.- se va este ultimo alejando después de besarla en sus labios tiernamente.

Luego de ese evento tan triste, ambos no olvidan que fueron parte de ello, se siguen amando, por otra parte los otros tuvieron destinos diversos después de unos 10 años, Rina siguió con sus estudios y parece que no va a regresar, le dieron el puesto en Washington DC como fiscal y además de apoyar a un grupo especializado en homicidios, por lo que no va a regresar a Japón. Manato esta como corresponsal de guerra en RT un canal ruso, donde le pagan muy bien, se encuentra en una de las zonas más peligrosas del Medio Oriente, por lo que estará lejos de Japón por un buen tiempo.

Saira estuvo muy feliz cumpliendo con los votos de obediencia, castidad y piedad, pero encontró muchos niños en las calles de Palermo pidiendo limosnas, algunos hasta delinquiendo para poder sobrevivir, en ese entonces pidió a la congregación para ayudar a unos niños desamparados de Sicilia, pero por desgracia se negó porque no había recursos para nada, pero colaboro con el Arzobispo de Palermo para la construcción de una mansión para gente del poder y la mafia italiana de la Cosa Nostra.

Saira está muy triste en ese momento, veía aquellos niños e indigentes de Palermo, pero nadie hacia nada por ellos, ni siquiera la congregación, a pesar de que esta misma recibía fuertes cantidades de dinero de la Cosa Nostra. Ella llorando de impotencia, tomo una decisión, abandonar el convento, involucrarse con los mafiosos para poder tener ese dinero para aquellos niños, lo hizo y dejo lo sacro atrás. Estuvo con muchos hombres de poder, pudo conseguir suficiente dinero para poder fundar esa Casa para los necesitados, muchos de ellos estuvieron presentes, incluso la Cosa Nostra, el Arzobispo de Palermo, los políticos de Sicilia y de Nápoles, incluyendo un representante Papal. Saira no podía creer porque tanta gente se involucro, pero sabía que lo hacían por ocultar sus oscuros negocios.

Está pensando regresar a Japón para recordar su adolescencia y niñez, espera encontrarse con su mejor amiga, a ver si hay algunos cambios. Esta siendo acompañada de su amigo y amante Adriano de Rizzo, es un hombre de unos 45 años, blanco, cabello castaño y ojos claros, fuerte en apariencia con su traje de color café. Uno de los hijos de los jefes de la mafia italiana, que a parte de ser amigo de Saira, tiene la misión de cuidarla, que no le pase nada, ya que uno de los Jefes más poderosos. Llegan al aeropuerto y ve a una mujer muy hermosa pelirroja, con los ojos azules, la reconoce y esta también, le sonríe.

- Saira, ¿Cómo has estado amiga mia? .-al mirarla con cierta alegría.- ¿Qué te paso? Ya no eres monja por lo que veo.- al verla con un traje en conjunto, la falda ligeramente más arriba de la rodilla, con sus zapatillas cerradas.

- Amiga mía mucho tiempo, creo que ya eres toda una licenciada.-dijo con una sonrisa.-pues me Salí muy desilusionada, pensé que cooperaban por las causas y por la gente, me dejo sin palabras cuando quise hacer una casa hogar para niños, y desviaron recursos para una Casa Hogar para los ricos y poderosos italianos.- dijo muy triste.

- Amiga a veces pasan las cosas.-voltea y ve al señor.

- Ahh perdón por mi educación, el es mi amigo Adriano de Rizzo, me ayuda con las cosas de la casa hogar que funde en Palermo.

- un piacere di conoscerla, signorina.-con su idioma italiano besando en ambas mejillas.- Saira me hablo mucho de ti. .-dijo ya hablando el japonés.

- Un gusto en conocerlo. –quedo sonrojada.

- Una disculpa, creo que aquí en Japón no se saluda así, pero en mi país, se toma como una cordialidad.- dijo un poco apenado.

- No se preocupe, que bueno que están aquí.-dijo ya cambiando de tema.

Se esta acercando un hombre con su traje negro, con sus características ya conocidas. Sonriendo ya que encontró lo que buscaba en años. Meimi lo reconoció y se va corriendo muy alegre.

- Daiki mucho tiempo sin poder verte, te extrañe mucho.- dijo casi llorando.

- Meimi de verdad te extrañe, que has hecho todo este tiempo.-dijo el joven detective.

- Pues termine mi carrera y estoy ayudando a la gente en todo lo que se pueda.-miro de lado a una pareja, una la reconoció y el otro cara nueva.

- ¿Saira? Mucho tiempo amiga mía.-dijo sonriendo.- pensé que serias monja.-dijo extrañado.

- Pues tuve muchos motivos Daiki.- luego hace un gesto.- mira te presento a mi amigo Adriano de Rizzo.

- Mucho gusto.- dijo un poco serio pero no fue mal educado, lo saludo.-espero que te guste nuestro país.

- Muchas gracias, espero que sea una buena estancia.-dijo sonriendo.

Noto Daiki que su amigo no es nada mas, tenía un gesto un poco mas intimo entre ambos, noto que no solo son amigos si no amantes. Pero había algo más siniestro en este sujeto, algo no le agradaba nada, pero nada de él. Se pregunta qué fue lo que paso en Italia, ¿Por qué Saira está con estos sujetos? Luego de su educación en Alemania, tuvo un enfrentamiento con hombres sicilianos, donde casi pierde la vida. No quiere que Meimi se involucre en esto, no quiere perderla.

Ver a Saira y a Meimi tan felices, cambio su gesto de preocupación, pero también se quedo estudiando con un detalle fijo al sujeto, Adriano de Rizzo, que tiene pensado hacer en Japón, por mientras estará muy atento de ello. Aun tiene contactos con Rina, ya no lo ven como pretendiente si no un compañero de trabajo.

Se despidieron para poder platicar a gusto entre ellos, contar anécdotas de jóvenes, y además la vivencia de la Universidad. Sonreían y Vivian una plena felicidad, era tan dulce como lo recordaba. Se besaban mucho y eran plenamente felices. Se despidieron ya que el padre de Daiki lo llamo, se prometieron volverse a ver.

Daiki llego inquieto con su padre, el mismo noto lo que pasaba en su tono de voz y cómo reaccionaba, entendió completamente todo, le pregunto.

- ¿Qué ocurre hijo?.-dijo con su tono acostumbrado.

- Papá tengo muchas dudas, creo que puedes explicarme un poco.-dijo nervioso.

- ¿Sabes de la mafia italiana?

- Hijo esos sujetos son hombres peligrosos, están involucrados en la política italiana, se extiende a nivel internacional, incluso la misma iglesia católica está involucrada con esos sujetos, no sabemos mucho de ellos aquí en este país.

- Es que encontré a una amiga que fue a Italia y se salió del convento, parece y noto que está involucrada con esos sujetos. – dice un tanto triste.

- Hijo solo te diré una cosa: ten mucho cuidado con ellos, no trates de involucrarte con ellos, su familia es una de las famosas, ellos están escuchando.

- Hay un sujeto que se llama Adriano de Rizzo.

- ¿Dijiste de Rizzo?.-dijo un tanto asustado.

- Si.

- Es uno de los más poderosos de la mafia, ten mucho cuidado.

- Lo tendré papá.

Así duraron horas y horas platicando, hasta que se fueron a dormir, Daiki no podía dormir, pensaba en Meimi, la situación que podía complicarse. Hasta que finalmente cerro sus ojos y se durmió.

Al dia siguiente fue a ver a Meimi, pero la encontró con Saira, se metió en la plática un poco para conocer como está la situación.

- Daiki, ¿Qué crees? Saira nos invita a Italia, quiere que vayamos a la Casa de necesitados que ella fundo. – dijo emocionada.- además quiere que trabaje como psicóloga para aquellos niños.- le brillaron los ojos.

- Qué bien, que bien.-dijo a secas.

- ¿Te pasa algo cariño?

- No nada, nada nada, solo que me sorprendió un poco y me quedo sin palabras.- dijo preocupado pero sonriente.

- Así que nos vamos a Italia.

Daiki está más nervioso que nunca, paso lo que no quería, ahora todos están involucrados con esa familia, teme por su seguridad, por todos. Se puso a platicar alegremente ocultando todo ese nerviosismo, en la semana entrante estará en Italia.

Daiki llamo por teléfono a Rina, para ver si conoce a alguien de Italia de confianza para poder entrar con más facilidad, pero ella se ofreció para ayudarlo, por los viejos tiempos pero el, se negó, porque temía por la seguridad también de ella. Le menciono a un agente de la FBI que es muy eficiente, que puede ayudarlo contra esos señores. Solo espera que todo esto salga bien.

Fin del capítulo.

Comentarios Finales.

Es solo una historia de ficción, no pretendo meterme en asuntos delicados, los nombres de los mafiosos no serán los orinales, son totalmente ficticios, solo quiero hacer algo distinto para estos personajes, que para mí son encantadores, lo hago por diversión, además esto es basado en parte del Padrino de Mario Puzo.