Esteee, pues sí, otra vez DG . Esta viñeta fue por un tiempo contemplada para el final de Caperucita pero, se transformó en la escena de San Mungo y quedó descartada.
Maldición
Harry caminó hacia la habitación blanca; seis meses; pasó sin hacer caso a los sanadores que trataban de detenerlo; habían pasado seis meses; cuando cruzó el umbral de la puerta avanzó despacio hacia la única cama de la habitación; seis meses sin verla, sin saber nada de ella; su cabello, antes largo por debajo de sus hombros ahora era corto dejando ver su clavícula. Observó su rostro pálido, sus labios que eran carmesí, ahora habían perdido su color, no pudo evitar voltear alrededor y preguntarse si era el único que sabía que ella estaba ahí, frente a él… que Ginny había aparecido al fin.
Y que fin, pues la chica estaba apunto de morir, tenía heridas tan profundas que nadie podía sanar, heridas en lo más hondo de su alma.
Harry tomó la delicada y frágil mano entre las suyas, estaba fría, parecía un témpano de hielo, el moreno hubiera pensado que estaba muerta, si no fuera por qué podía sentir los lánguidos latidos de su corazón.
Tal vez fue gracias al contacto con la piel tibia de Harry que Ginny abrió los ojos, respiró pesadamente y enfocó su mirada hacia el moreno que no pudo hacer nada más que susurrar
–Ginny…
Ella tenía su mirada fija en él y con dolor movió su mano libre hacia su cuello libre y apretó con fuerza el dije de esmeralda
– Me ganó el orgullo- dijo con una sonrisa triste – pero no me arrepiento
Esas fueron sus últimas palabras. A Harry se le secó la boca cuando los sanadores le entregaron el collar de plata, una M flotaba en el centro de la esmeralda.
Años más tarde, el moreno se dio cuenta que la letra había desaparecido, junto con la maldición que portaba.
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