Las 10 caras de Akabane

Este fic se lo dedico a Yukitenshi por ser buena persona y lo escribo para Pastelito y notengotiempo... no me acuerdo, perdón u.u por que fueron las que se quejaron de que odiaba a Kuroudo en mi fic de la Oficinita (es broma) la verdad lo hago para todos los fans de este chico oscuro, espero no cambiarle mucho la personalidad y lo más importante; que les guste n.n y demostrar que no lo odio, necesitaba un villano y pues salió de pronto. Esta vez es el protagonista… espero lo hayan notado con el título ¬¬.


La ciudad de Shinjuku, tranquila ciudad donde sus habitantes son felices, ríen y cantan al nuevo sol…. Que llegará en unas horas, ya que actualmente son las 2 a.m. y todo esta en penumbras. En una silenciosa y tranquila calle, el personaje sexy de esta historia salió de su casa a esperar a un hombre con intenciones no muy santas O.O

-Ese maldito repartidor de comida Express 24 horas… ¿cómo pudo olvidar darme la salsa de soya? Cuando regrese lo aniquilaré ¬¬ así me recobraré de este infortunado incidente n.n-

Lo ven, él no tiene buenas intenciones con ese hombre al que espera. Akabane esperaba sentado en los escalones del pórtico de su lujosa casa. La espera por la presa le abría el apetito… bueno en realidad no hay razón para que él esté ahí esperando, pero ahí esta. Pasaron algunos minutos y de pronto apareció por la nada una ancianita.

-Señor… ¿podría ofrecerme un vaso de agua?- pidió una viejecita encorvada con la cabecita llena de canas y el timbre de voz gastado por los años.

-Estoy en medio de algo importante. ¿No podría esperar?- dijo Akabane sin siquiera ver a la anciana

-Es que es importante.- pidió nuevamente

-No me haga perder la paciencia, no estoy de humor para escuchar calamidades de una mujer decrépita. No la ayudaré por nada del mundo. Ahora aléjese de mí¬¬-

-¿Es tu última palabra?- preguntó la anciana curiosa

-Si.- respondió a secas y con algo de fastidio

-Kuroudo Akabane caerá sobre ti la maldición de los mil y un rostros, no podrás romper el hechizo hasta que elimines el mal que la originó con bondad…-

-Si lo que diga.- Akabane se levantó del lugar donde estaba sentado ya que en ese momento llegó el repartidor.

-Aquí tiene la salsa, esta agua embotellada es cortesía de la casa y reciba 5 cupones de descuento por nuestro error.- dijo el chico repartido sumamente nervioso, entregarle algo mal a Akabane era signo de muerte extrañamente instantánea.

-¿Una botella de agua?- dudó Akabane cuando la recibió.- Anciana, aquí tengo su agua.- pero cuando volteó ya no vio a la vieja mujer

-Yo… yo me retiro que tenga buena noche.- dijo el repartidor acelerando su motocicleta lo más rápido que pudo.

-¡Qué extraño! No sentí cuando la presencia de esa anciana desapareció. En fin, se hace tarde y tengo hambre.- dijo el Dr. Jackal entrando a su casa para por fin cenar.

La cocina Express 24 horas no era cualquier restaurante de comida Express que abría las 24 horas… extraño porque así se llama. En realidad es una cocina de alto prestigio donde cocinan cosas extravagantes y que sólo alguien del calibre de Akabane podría degustar; jabalíes en salsa de rosas, trompa de elefante rellena de calabacitas, aleta de tiburón con tinta de calamar, cerebro de mono araña, estómago de tigre de bengala, ojos de etíope… en fin, comidas exóticas para personas de dinero con gustos extravagantes. Pero a la hora de cenar, nuestro héroe pide siempre su favorito: sushi de caviar rojo.

-Esto es una delicia.- Akabane era feliz ya que por fin podría cenar. Se dio un baño de burbujas en su lujoso baño de aguas termales… ¡si! El baño de Akabane fue construido como los baños de la antigua Grecia; espaciosos, decorados con mármol de diferentes partes del planeta y el agua era calentado por rocas volcánicas… así era su estilo de vida. Lo mejor de todo era que no trabajaba, ya que ganaba dinero divirtiéndose, no había preocupaciones en la vida del Dr. Jackal.

Al salir de su relajante baño, se colocó su bata y se recostó en la enorme cama con colcha de terciopelo de Madagascar. Se acostó entre sus sábanas de seda, respiró profundamente preparándose a dormir cuando recordó aquella "maldición".

-Patrañas.- fue lo que dijo antes de cerrar definitivamente los ojos para caer en un profundo sueño.

(…)

Antes de abrir los ojos, se sintió algo diferente. Algo… más… ¿feliz?. ¿Acaso no era feliz ayer? Eso no importaba tanto ahora, lo que importaba era que era hora de levantarse, el sol le calaba y eso indicaba, según la posición de su cama, que eran cerca de las 11 a.m. Se levantó de la cama cuando sintió algo que lo jaló de pronto.

-Todavía es temprano, no te levantes todavía.-

-¿Qué? O.O?- se sorprendió Akabane ya que no se había dormido con alguien al lado… ¿o sí?

-Te digo que es temprano y todavía nos quedan 2 horas de renta, duerme otra vez. Estamos en un motel, esto no pasa tan seguido y debemos disfrutar cada segundo.- le respondió el dueño del brazo que lo jalaba. Akabane no se atrevía a voltear a ver quien era su… "acompañante" se limitaba a saber que era un hombre aparentemente en estado medio dormido (¿se dice así?, espero se entienda)

-Es que yo…- respondía Akabane tratando de recordar cómo llegó a ese motel con ese extraño que lo llamaba tan familiarmente


Notas:

Tuve un ligero recuerdo de cuando empiezan las chicas superpoderosas, con eso de la ciudad de Saltadilla, un lugar donde sus habitantes…. Y así inician los problemas, ya debo ver televisión porque la extraño mucho u.u

La verdad no sé si así sea el baño de Akabane pero me lo imagino porque se ve feliz y en un baño así cualquiera estaría relajado no creen? Lo que sí de la cocina creo que le exageré, no me maten T.T mejor mándame un review y den sus opiniones, el fic todavía no tiene línea yaoi pero me gustaría inclinarlo más hacía ese rumbo, pero me adecuaré a sus opiniones.

Cuídense y ¡¡Nos vemos!!