Porque es Giggles, su Giggles, no hay otra explicación posible para que le cautive a ese punto. Splendid no ha perdido por completo la razón: sabe que aquel ser al que observa día tras día, es humano. Giggles era al principio un punto de luz latiendo en el medio del espacio, distinguiéndose entre todos los demás por su claridad. Ante la más mínima perspectiva de que fuese apagada, Splendid temblaba, se estremecía y sus ojos azules se llenaban de lágrimas.

-¿Qué ves en ella? Es como cualquier otro mortal. No veo nada fuera de lo normal. Splendid, ¿has comido de esos dulces ? Tal vez te ha hecho daño.

-Mi corazón se sacude de gozo ante su presencia, hermano mío.-Pronunció nasalmente, casi convulsionándose de emoción.

Giggles es a penas un fuego fatuo que ilumina cada día a su alrededor. Sus padres le dan todo lo que pide y sus amigas, más que envidiarla, le tienen pena por su enorme inocencia.

Todos los días le pide al Ángel de su guarda que proteja a su familia, que son sol, luna y etcétera, todos orbitando a su alrededor.

Splendid no hace nada al respecto cuando sus padres son asesinados. Bueno, en realidad solloza, se muerde el puño y odia para adentro, por no haber llegado a tiempo al haberse detenido a observar jugar a unos chiquillos. Pero eso no detiene treintaiocho golpes distribuidos sobre los cuerpos narcotizados de dos gemelos de cabello verde.

Giggles es un secreto. No le ha dicho más que a Splendont. Desea tomarla por esposa, robarla del mundo mortal. Pero está al tanto de que esa descolorida existencia no le sentaría bien. En cierta forma, lo agradece. Giggles espera demasiado del ser humano. No ve su propia luz y belleza. Está consciente sólo a medias y lo usa como juguete, ignorando que es un arma de doble filo y que atenta contra su seguridad (moral y física). No entiende que deambular a altas horas, pudiere costarle la vida (en cierta forma, eso busca, tal vez, pero es una sugerencia apelmazada de Splendont). Splendid grita/llora, alargando sus brazos, hacia su imagen esfumada.

Al final, decide tomar una decisión. Mientras que Splendont juega a aventar huevos con Foxy, se mete en la cabina telefónica, abandonada y llena de arañas muertas. En el interior de la misma, se despoja de su chaqueta azuly deja que emerja el símbolo rojo y amarillo sobre su pecho: la "S" con la que comienza su heroíco nombre.

De todas las cosas hermosas y bizarras que Giggles había contemplado desde su primer abrir de ojos, Splendid en capa roja era la más interesante y erótica de todas.

No le costó demasiado dejarse llevar por sus emociones, abrazar ese cuello que temblaba debajo del suyo y mirar en los ojos de su salvador, encontrando el mayor resguardo.

-Ya te lo he dicho, el amor puede todo, hermano.