Desde el primer momento en que la vio, La Madriguera había fascinado tremendamente a Hydra. Por el nombre que la casa tenía, la muchacha, como es normal, se había imaginado que el hogar de los Weasley estaría en el subsuelo, por eso, cuando vio cómo era en realidad, se llevó una grata sorpresa. El edificio, parecía a punto de derrumbarse, y no por que estuviera en mal estado, no señor, si no por que las distintas habitaciones que habían sido añadidas con el tiempo, estaban amontonadas como cajas sin orden dando un aspecto de una torre de bloques inestables .Claro que, al ser el hogar de una familia de magos, gracias a los hechizos de estos, era realmente difícil que la casa se cállese.

Para entrar dentro del hogar, Hydra ,por detrás de la familia Weasley, tuvo que atravesar una pintoresca puerta de madera que chirriaba un poco. La primera estancia con la que la joven se encontró, fue la cocina. Una habitación pequeña y rústica de techo bajo , que conectaba directamente con el salón, donde los protagonistas, eran los sofás de tapizados florales y los muebles de madera. Todo ese conjunto hacían, en opinión de Hydra, que la casa de los Weasley fuese encantadora a la vez que acogedora. Hydra, también se fijó en un curioso reloj ,que en vez de dar la hora, marcaba donde estaba cada miembro de la familia en ese momento.

-Sé que no es mucho…-Comenzó la señora Weasley dirigiéndose a la invitada-pero espero que sea de tu agrado, querida.

-Es una casa espectacular, señora Weasley-Le contestó Hydra con una sonrisa sincera.-Jamás había visto nada igual.

Molly, al escuchar las agradables palabras de su invitada, sonrió.

-Gracias, querida. Ahora-Dijo dirigiéndose a sus hijos- llevad vuestras cosas a vuestras habitaciones. Hydra, tú dormirás en la habitación con Ginny.

Hydra, asintió con la cabeza y comenzó a seguir a la más joven de la familia por las retorcidas escaleras, hasta que llegaron al primer piso. Allí, había tres puertas. Muy diferentes entre ellas, tanto en forma como en color. La que estaba más a la derecha, era de madera clara, la del medio, era de un color azul verdoso y muy alta y la de la izquierda, era de madera cobriza, baja y ancha. La pelirroja condujo a Hydra hasta la puerta de madera clara, que fijándose más, pudo apreciar cómo estaba decorada con pequeños grabados.

La habitación de Ginny, era pequeña, pero con un gran ventanal por donde entraba la luz y daba una buena vista de la huerta. Las paredes, estaban pintadas de color rosa y decoradas con un cartel de Gwenog Jones, la golpeadora y capitana de las Arpías de Holyhead , así como un cartel de Las Brujas de Macbeth, de los cuales Hydra era muy fan. Había un armario y tres camas, todas de madera clara y con sabanas a juego con las paredes.

-Creo que mi madre te ha hecho un hueco para tus cosas en el armario.-Dijo la joven Weasley abriendo las puertas del mueble-No hay mucho espacio, pero espero que te sirva.

-Creo que con eso tendré más que suficiente.-Dijo sonriéndole. Durante el curso no había tenido casi relación con ella, pero sabía que era una buena chica.-Por cierto, Ginny…

-¿Si?

-Gracias por compartir tu habitación conmigo. Supongo que no habrá sido agradable para ti.

-Tranquila Hydra.-Le dijo la pelirroja mientras recogía sus cosas-Para mí no es nada, además de que estoy acostumbrada a compartirlo con Hermione, agradezco mucho una presencia femenina entre tanto chico.

Las dos jóvenes, metieron todas las ropas que tenían en el baúl, en el armario. Hydra no tenía mucho, ya que la mayoría de vestidos, faldas, blusas….que tenía de los Malfoy los había vendido y/o regalado, quedándose solo con un par de vaqueros, un par de zapatos, unas camisetas y su cazadora de cuero.

-¿Ya has terminado con tus cosas?-Hydra asintió-Bien, ahora deja que te enseñe el resto de la casa.

La casa contaba con cuatro plantas, en las que se dividían las diferentes estancias. En la primera, como Hydra ya había visto, se encontraban el salón y la cocina. En la segunda, el baño y las habitaciones de Ginny y Percy .En la tercera, las habitaciones de los señores Weasley y de los gemelos y en la cuarta y última planta, la habitación de Ron y el baño que compartían los chicos.

La habitación de Ron se podía describir con una palabra: Naranja. Tanto las colchas de la cama como las paredes y el techo eran totalmente de ese color, dando una sensación muy cálida. Hydra se fijó un poco más y vio que en realidad, las paredes no eran naranjas si no que estaban forradas con posters de los Chudley Cannos, el equipo favorito de Ron.

-Vaya…-Dijo Hydra con asombro a Ron. Ginny, se había ido dejándolos solos.-Sabía que te gustaban los Chudley, pero tanto…

-¡Es el mejor equipo del mundo!

-Por favor, Ron, llevan quedando últimos en la liga un porrón de años…

-¿Y qué? ¡Haber lista! ¿Quién es el mejor equipo para ti?

-Los cuervos de Vastra, sin duda.

-¡Que dices! Pero si ni si quiera son de la liga inglesa, son búlgaros. Además su buscador es peor que el de los Chuddley .

-Sí, pero los buscadores, que por cierto son amigos míos, les dan mil vueltas a los de cualquier equipo inglés.

Comenzaron a discutir sobre quién era el mejor equipo de los dos. Ron, fiel a su equipo, defendía a los Chuddley a capa espada, mientras que Hydra, que en realidad el quidditch no le importaba tanto, defendía el equipo de sus amigos.

-¿Pero que pasa aquí?-Dijo de repente una voz desde la puerta.

-¡Se escuchan vuestros gritos desde la cocina!-Dijo otra.

-Fred ,George. Decidle a Hydra que los Chuddley Cannos son mejores que los cuervos de Vastra.

-Ron, cualquier equipo es mejor que los Chuddley.-Rio Fred sentándose al lado de Hydra.-Que llevan ¿20-30 años quedando últimos en la liga?

-¡Exactamente eso era lo que decía yo!-Dijo Hydra dándole un pequeño y tierno beso.

-Eso no vale…Fred es tu novio. George, ¿Tu que dices? ¡ A que los Chuddley son los mejores!

-Yo no me voy a meter en vuestras discusiones….Peo Fred tiene razón Ronnie, cualquier equipo es mejor que los Chuddley-Dijo George mientras reía.-¡Hey Ginny!-Llamó el pelirrojo a su hermana que se acababa de asomar.

-¿Si?-Dijo esta, entrando a la habitación.

-Para ti ¿Cuál es el mejor equipo de Quidditch?

-¿De la liga inglesa o…

-Sí , da igual.

-¡Las arpías de Hollyhead ,sin dudarlo!

Los hermanos Weasley, junto con Hydra, se pasaron toda la tarde en la habitación de Ron hablando de sus cosas hasta que se hizo tarde y la señora Weasley los llamó a cenar.

La comida estaba buenísima, jamás había probado nada igual, Harry no bromeaba cuando decía que nada podría superar los guisos de la señora Weasley. Cuando terminaron, todos comenzaron a recoger, Hydra incluida. En su casa jamás pudo hacer nada de eso, los elfos eran los únicos encargados de las tareas del hogar. Una vez, en el cumpleaños de Narcissa, Hydra quiso tener un detalle con ella, por lo que decidió hacer una tarta ella misma con ayuda de los elfos, pero Lucius la pilló llena de harina y castigó severamente a uno de ellos. Desde entonces Hydra no volvió a atreverse a hacer nada.

-¿Puedo ayudarla en algo, Molly?

-Oh , no querida…No hace falta.

-Por favor, insisto.

-Si es así ¿Podrías ayudarme a guardas los platos?

-Por supuesto.

-Gracias, cariño.

Hydra, sacó su varita y en un movimiento de esta, guardo todos lo platos, vasos y cubiertos en sus sitios correspondientes. Dando las buenas noches a los señores Weasley, que se habían quedado en el salón , subió las escaleras con intención de ir a la habitación cuando alguien salió de repente asustándola, completamente.

-¡BU!

-¡Por Merlín, Fred! ¡Qué susto me has dado!

-Lo siento-Rio este al ver la cara de la chica. Con cuidado, la tomó el rostro de la muchacha y acercándose lentamente, comenzó a besarla. Hydra lo apartó rápidamente.

-¿Estás loco? ¡Tu madre nos podría ver!-Dijo la muchacha en voz baja, para que no los escucharan.-No quiero que me eche la primera noche.

-Sabes que no te va a echar .Solo te conoce de un día y ¡Te adora! Como mucho, me encerrará a mí, para que no me acerque a ti.

-Prefiero no arriesgarme, gracias.

-Ven esta noche a mi habitación-Dijo de repente Fred con una sonrisa en el rostro.

-Fred, te acabo de decir que…

-Por favor, no te arrepentirás.

-Pero ¿Y George? ¿Y si nos pillan?

-¿Y tú eres una Gryffindor? –Hydra le lanzó una mirada asesina-Por George, no te preocupes, yo me encargo.

-Está bien…-Dijo Hydra rindiéndose finalmente.-Subiré cuando todos estén dormidos.

-Te estaré esperando-Y con un beso corto y casto, Fred subió las escaleras.

Hydra llegó a la habitación que compartía con Ginny y poniéndose el pijama ( ch_20/set?id=168322842) se metió a la cama, donde estuvo leyendo el libro que le había regalado Hermione. Cuando la respiración de su compañera, se volvió relajada y pausada, Hydra, supo que era el momento de salir. Dejó el libro en la mesilla de al lado y calzándose sus zapatillas de casa, salió al pasillo.

Todo estaba en silencio, el único ruido que había era el que hacía ella cuando pisaba el suelo de madrea que crujía. Lentamente, sacó su varita para poder alumbrar el camino hasta la habitación de Fred. Lo que no tuvo en cuenta, es que para llegar hasta ahí, primero tenía que pasar por delante de la habitación de los Señores Weasley, con la mala suerte de que la puerta estaba abierta de par en par. Volvió a guardar su varita, y lo más silenciosa posible cruzó por delante de la habitación.

-¿Quién anda ahí?-Preguntó de repente la voz somnolienta de la señora Weasley. Hydra, se quedó quieta donde estaba sin hacer ningún ruido.-Arthur…Arthur…He escuchado algo.

-Habrá sido el viento, Molly. Venga, vuélvete a dormir.

Hydra permaneció quieta hasta que se aseguró de que los señores Weasley se vez asegurado eso, la muchacha cruzó la galería y fue directa hasta la habitación que compartían los gemelos.

-¡Por fin llegas! Ya pensaba que te habías quedado dormida.

-¡Calla, anda! Que tu madre casi me pilla…No sabes lo mal que lo he pasado.

-Bueno,ahora lo importante es que ya estás aquí.

Hydra, se fijó más en la habitación de los chicos. Había dos camas de madera, rodeadas de diferentes cachivaches que Hydra no tenía ni idea de para que servían. Las paredes eran de un azul celeste, decorados con pequeños recortes y posters. No había ninguna ventana en las paredes, pero sí que había un tragaluz en el techo por donde entraba la luz de la luna. En el centro de la habitación, había una alfombra, donde Fred había puesto mantas y cojines y un par de velas para que diesen luz.

-Ven-Dijo tendiéndole la mano-Siéntate a mi lado.

Fred, con cuidado, apagó las velas, dejando la habitación solamente alumbrada por la luz de la luna y las estrellas. Se tumbaron uno al lado del otro, hombro con hombro, contemplando en silencio el cielo que se veía a través del tragaluz.

-Freddie, esto es realmente hermoso.

-Aquí lo único hermoso, ere tú.

Fred, se giró hacía Hydra y comenzó a acariciar su mejilla con suavidad. La muchacha, debido a las atenciones que su novio le daba, también giró su cuerpo para quedar frente a frente con él. Sus labios no tardaron mucho en juntarse .Al principio, fue un beso delicado y dulce que fue, poco a poco, subiendo de temperatura. Hydra, tuvo que parar el beso para poder ponerse encima de Fred con las rodillas a cada lado del cuerpo del pelirrojo, mientras que este le besaba el cuello. Ya en posición, volvieron a besarse como locos hasta que Hydra recordó algo, o mejor dicho a alguien.

-¿Y George?

-Lo he mandado a dormir con Ron. Tenemos la habitación para nosotros solos.-Le contestó el pelirrojo con unas sonrisa traviesa en los labios.

-Bien.-Dijo ella volviendo a besar los labios del chico una vez más y aún con más pasión ,si podía ser.

Fred, no tardó mucho en girar su cuerpo y quedar encima de ella. Hydra, con la espalda pegada al suelo, pasó su brazos por el cuello del chico y apretó sus piernas alrededor de sus caderas ,acercándolo más a ella, buscando de nuevo, los labios que su novio había despegado para poder respirar .

Fred, excitado, metió su mano bajo la blusa del pijama de la chica, haciendo pequeños círculos con el pulgar alrededor de su ombligo. Poco a poco, con atrevimiento, fue subiendo la mano hasta que rozó uno de los pechos de Hydra, que para su sorpresa, estaba sin sujetador. La muchacha al sentir el contacto de la mano de Fred , se estremeció completamente y paró de besar al chico.

-¡Hey! ¿Estás bien?-Dijo el muchacho preocupado, volviendo a bajar la mano hasta el estómago de la muchacha.

-Si...-Dijo ella roja como un tomate apartando la mirada de él-Solo que…bueno… A sido... bastante inesperado.

-¿Quieres que paremos?-Hydra alzó poco a poco la vista, dándole a entender a Fred que sí-Ven aquí –Dijo este abrazándola fuertemente entre sus brazos.-No tienes por qué avergonzarte de ello, iremos poco a poco, a tu ritmo, como tú quieras, sin presión. Te quiero.

-Yo también te quiero.

Y así, bajo la luz de la luna y las estrellas ambos se quedaron dormidos.

Ya había pasado una semana desde aquello e Hydra ya se sentía completamente integrada en la familia. Ayudaba a los hermanos Weasley en los quehaceres de casa, como desgnomizar el jardín o alimentar al Ghoul. Sí , tenían un Ghoul en el desván encima de la habitación de Ron. Increíble. Cuando podía, le echaba una mano a la señora Weasley en la cocina mientras ella aprendía y una vez, llegó a ayudar al señor Weasley con uno de sus cachivaches muggles.

Ese día le tocaba limpiar el cobertizo junto a Fred. Entre trabajo y trabajo, la pareja se tomaba un descanso para tener una sesión de besos. Apenas, tenían tiempo de estar juntos decentemente. George se había enfadado con ambos porque Ron, a falta de camas, le había hecho dormir en el suelo, por lo que a partir de ahí la habitación de Fred no era una opción y la de Ginny menos .Intentaban estar a escondidas, pero Molly, siempre andaba rondando por la casa y si los veía juntos, aunque solo charlaran, los solía mirar raro. En una de sus sesiones, alguien entró en el cobertizo, asustando tanto a Hydra que empujó a su novio haciendo que este se tropezase con los mil cachivaches que allí había y terminando en el suelo.

-¡AUCH!

-¡George! Menudo susto que no has dado…

-Lo siento-Dijo este riéndose del panorama que tenía frente a él.- pero mama manda a llamaros. Tenemos visita.

-¿Visita?-Dijo Fred levantándose del suelo y sobándose el culo que lo tenía adolorido -¿Qué visita?

-Venid conmigo y lo veréis-Dijo este con una sonrisa de oreja a oreja.

Hydra y Fred se miraron confundidos. Cruzaron el jardín ya libre de gnomos y la huerta, hasta llegar a la pintoresca puerta chirriante con el cartel que ponía "La Madriguera". Entraron a la sala y allí Hydra lo vio, con una de sus túnicas desgastadas y una amplia sonrisa en el rostro.

-¡Tío Remus!-Hydra corrió hacia el hombre para abrazarlo- ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí?

La chica lo inundó con una marea de preguntas. Remus, deshaciendo el abrazo, la hizo sentarse para poder contestar todas y cada una de ellas.

-Estoy bien, gracias Hydra. Ya veo que tú también estas muy bien-Dijo fijándose en el sonriente rostro de la muchacha, a la que le habían salido unas cuantas pecas- Estoy aquí para hablarte de algo.

Hydra vio como los Weasley salían del lugar para darles un poco de privacidad.

-¿Ocurre algo? ¿Está bien Sirius?-Hizo esta pregunta en voz baja , para que no la escucharan.

-Sí, él está perfectamente y no hace falta que hables en voz baja. Dumbledore les contó todo a los señores Weasley antes de que llegaras.

-Entonces ¿Qué pasa?

-Mira…Sé que estas muy a gusto aquí, con los Weasley pero…Dumbledore y yo…Bueno,como te dije,hemos hablado con una prima de tu padre y ella estaría encantada de que te quedaras en su casa.

-Pero…

-Es lo mejor Hydra. Ya sabes que los Weasley no están en el mejor momento como para hacerse cargo de ti.

-Lo sé… Es solo que bueno…No conozco de nada a esa gente.

-Estarás muy bien con ellos ¡Ya lo veras! Tienen una hija que te lleva más o menos unos siete años. Son muy buena gente, te lo prometo.

-¿Cundo nos vamos?

-Esta misma tarde.

-¿Esta misma tarde? Pero… ¡No me podre despedir de los Weasley!

-Vamos Hydra-Dijo poniéndole un brazo en el hombro para animar a su ahijada.- comeremos con ellos y nos iremos a media tarde. Además podrás verlos cuando quieras .La casa de tu tía está conectada con la red flú a la de los Weasley.

Hydra fue cabizbaja hasta la habitación de Ginny. Aunque sabía que eso era lo correcto, ella quería quedarse con la familia de pelirrojos que la habían tratado como una más. Estaba metiendo sus cosas con cuidado en su baúl cuando cuatro cabezas pelirrojas asomaron por la puerta.

-¿Necesitas ayuda?-Le dijo la voz de Ginny, acercándosele.

-No, tranquila, creo que ya está todo.

-¿Te vas?-Le preguntó Ron-¿Por qué?

-Dumbledore y mi tío, han hablado con una prima cercana de mi padre para quedarme en su casa y ella ha accedido encantada.

-¿Pero te vas ahora?-Dijo George preocupado.

-No , a media tarde.

-¡Pero eso es demasiado pronto!

Hydra se fijó en las caras tristes de los Weasley y en el semblante serio de Fred.

-¡Hey!¡Vamos! No me voy muy lejos, además, vendré a visitaros siempre que pueda. Remus me ha dicho que las casas están conectadas por red flú.

-¿Nos lo prometes?-Le preguntó Ron.

-Os lo prometo.-Dijo abrazando a su amigo.

Molly, llamó a los chicos a comer. Poco a poco fueron dejando la habitación, dejando solos a Fred y a Hydra.

-Freddie, esto no va a afectar a lo nuestro.-Le dijo pasando sus brazos por el cuello de él intentando tranqulizarlo.

-Lo sé Hyd, lo sé…Es solo que…te echaré de menos.

-¡Oh, mira que eres tonto! Pero si estaré aquí casi todos los días…Además después tenemos los mundiales de quidditch.-Dijo sonriéndole.

- Exacto-Rio este.

Ambos bajaron las escaleras dados de la mano hasta el comedor, donde se separaron y se sentaron en sus sitios respectivos. La comida fue amena y divertida, nada melancólica ni triste. Los gemelos hacían sus bromas mientras Percy les gritaba que eran unos críos, la señora Weasley le decía que Andromeda , era así como se llamaba su tía, era una mujer magnifica mientras que Remus le hablaba de la hija de ellos. Ron y Ginny por su lado discutían por el último trozo de pollo. La joven acusaba a su hermano de haber comido todo y no haberle dejado nada. Vamos, lo de siempre.

Las risas siguieron mientras recogían la mesa y dejaban todo organizado. Llegó la hora de partir Hydra con la ayuda de Remus, tomó su baúl y fue hasta la chimenea que estaba en la sala.

-Bueno …Es la hora. Gracias por todo, señores Weasley, me he sentido como una más entre vosotros.

-Gracias a ti, querida-Dijo la señora Molly abrazándola-Puedes venir siempre que puerta de mi casa están abiertas para ti.

Se despidió poco a poco de los Weasley dándoles cariñosos abrazos. Eran una familia que se dejaba querer. Cuando llegó a donde Fred, que era el último en despedirse, le dio un beso en la mejilla, sería un gesto bastante amistoso, si no fuera porque se lo dio justo en la comisura del labio rozandolo un poco. Gracias a Merlín, nadie se dio cuenta de ese pequeño detalle.

Primero, entró Remus, Hydra fue después y tomando un puñado de polvos grito la dirección de la casa de su tía a la vez que los soltaba. Como casi siempre que utilizaba los polvos flú, Hydra, al llegar a su destino, comenzó a toser hasta que el humo se disipó. Frente a ella, había tres personas. Salió de la chimenea y atisbó a su profesor que estaba junto a un hombre de unos 40 y pico años rubio y barrigón. Pero lo que a Hydra le heló la sangre fue la mujer que estaba entre ellos. No podía ser, era imposible, no podía ser ella…

-¿Tia Bella?