Azar de la vida
FAIRY TAIL © HIRO MASHIMA
Sinopsis: Existen personas o situaciones que se descubren en los lugares menos pensados. A partir de su propia experiencia, Lucy podía decir que lo mejor de regresar a Magnolia fue el viaje en taxi.
Nota de la autora: El retorno al fandom de Fairy Tail lo estoy haciendo de a poco. La verdad, no tengo nada preparado para nada extenso en un tiempo porque sinceramente solo espero a la tercera temporada.
Por ahora y para no abandonar este lindo fandom, traigo historias cortas. Espero lo disfruten.
Capítulo único: Azar de la vida
Lucinda Heartfilia, una mujer de veinticinco años mejor conocida como Lucy, trabaja como maestra en Crocus. Sin embargo, ahora se encontraba tomando un viaje hacia Magnolia, su pueblo natal, para las vacaciones de verano. Con ganas de pasar un buen rato antes de volver a dar clases.
Tiene un par de amigas que vivían aquí llamadas Levy y Juvia. Ellas le permiten quedarse durante aproximadamente dos meses hasta que su deber como educadora la llame de nuevo.
—Un descanso no viene mal, ¡y pasaré tiempo con las chicas! —pensó mientras salía del aeropuerto y sonrió ante la atmósfera antipática.
Bueno, eso podía oírse muy extraño, pero Lucy estaba feliz de estar de vacaciones, incluso en un lugar tan particular como era Magnolia. Además, tenía la Lucy-kick para defenderse después de todo. Con una única maleta a su lado, dejó escapar un silbido y gritó.
—¡Taxi!
Y un taxi amarillo se detuvo frente a ella.
A diferencia de la mayoría de los taxistas, el hombre, que parecía de su edad, salió del vehículo y le lanzó una sonrisa amistosa antes de ayudarla a guardar su equipaje en la cajuela del automóvil.
—Buenas tardes, señorita —dijo mientras abría la puerta del asiento trasero para ella antes de ir al otro lado del automóvil y sentarse detrás del volante—. ¿A dónde vamos?
Lucy sonrió ante la actitud amistosa de su taxista, no parecía estereotipado en absoluto, de esos con exceso de peso y aspecto desaliñado. Él tenía un cabello rosado ligeramente largo que le llegaba a la mitad del cuello, así como ojos esmeraldas oscuros. Era bastante atractivo.
Lucy leyó la dirección que Juvia le había dado mientras asentía y el conductor puso en marcha el automóvil. Le hubiera gustado que alguna de sus amigas la recogieran, pero considerando que tenían novios a los cuales visitar, ambas iban a llegar hasta tarde esa noche. El conductor puso la marcha, pero no arrancó de inmediato.
—Eso es un viaje de dos horas... —comentó después de escuchar claramente la dirección.
—Sí, lo siento. Puedo cambiar de taxi más tarde si quieres —Lucy respondió, siendo tan amable como siempre.
—No, está bien. No me importa —contestó rápidamente restándole importancia—. Entonces, ¿qué te trae a Magnolia, señorita? —preguntó el conductor con curiosidad, mientras ya mantenía sus ojos en la carretera.
—Bueno, tengo algunas amigas aquí, así que decidí que sería un lugar divertido y aventurero para pasar el verano —respondió alegremente—. Ah, y puedes llamarme Lucy.
—Entonces espero que tengas un gran verano, Lucy. Magnolia es un sitio para tener muchas aventuras—él sonrió—. Y puedes llamarme Natsu.
—Lo sé, viví aquí parte de mi adolescencia. Gracias, Natsu —Lucy ahora le sonrió a través del espejo retrovisor. Él devolvió el gesto con una dentadura más ancha.
No queriendo que el otro se sintiera incómodo, se quedaron callados durante unos cinco minutos antes de que uno hablara.
—Dices que has estado en Magnolia en tu adolescencia. ¿Cursaste en la secundaria de Magnolia cerca del puerto?
—Exacto, aunque solo fueron dos años. Ahora solo voy a tomar un descanso de mi trabajo en Crocus. Estuve en Hargeon por un tiempo. Luego supe que Hargeon no es el lugar ideal para relajarse —Lucy respondió, causando que Natsu se riera levemente.
—¿Trabajas en Crocus?, ¿en serio? —le preguntó, bastante sorprendido.
—Sí, en la Academia Literaria de Crocus —Lucy le dijo, una orgullosa sonrisa formándose suavemente en sus labios.
—Eso es increíble —Natsu comentó, asombrado por su nivel.
—Gracias. Siempre ha sido un sueño para mí estudiar en la Academia Literaria así que cuando me ofrecieron un trabajo como maestra después de terminar, no pude decir que no.
—Debe ser una maravilla allí. De hecho, asistí a la Academia hace un tiempo. Pero me expulsaron después del primer semestre ... —expresó Natsu, terminando con el ceño fruncido por el recuerdo.
—¿Por qué te echaron? —preguntó la rubia ligeramente sorprendida.
—Un imbécil fue besar a la fuerza a una chica durante el almuerzo, así que lo golpeé —le dijo, poniendo los ojos en blanco por lo que había sucedido—. Simplemente no me gustó la forma en que la estaba tratando. Nadie debería de ser tratado así.
—¿Ella no pudo defenderse sola?
—Bueno, sí. Pero ese sujeto era un mastodonte y ella era relativamente pequeña —recordó el de cabellos rosados—. Me expulsaron y tuve que volver a Magnolia. En realidad, no sé si fue la mejor opción…
—Vaya…—murmuró Lucy en voz baja, pensando en la historia que le acababan de decir—. Sin embargo, fue muy amable de tu parte que defendieras a esa chica.
—Gracias —Natsu sonrió, volviéndose hacia ella cuando se detuvo en una luz roja.
—No hay problema —Heartfilia le devolvió la sonrisa a él.
—Parece que vamos a estar aquí por unos minutos. Hay un atasco en el tráfico —le informó, suspirando suavemente.
—Está bien. Entonces cuéntame sobre ti, ¿por qué te convertiste en un taxista después de que te fuiste de la Academia? —Lucy le preguntó repentinamente—. Si no quieres hablar de eso, está bien.
—No, no me importa —carcajeó buscando un chicle entre sus bolsillos—. ¿Quieres? Es de fresa.
—Claro —Lucy tomó la golosina y sintió un cosquilleo al rozar las manos con el conductor. Su mirada era intensa y su tacto también. Natsu pareció captarlo, porque se alejó un poco abrupto de ella.
Retomando la compostura, el taxista habló.
—Por lo general los pasajeros no me hablan. Solo esperan que los deje y no les cobre tanto —le dijo, tratando de contener una sonrisa.
—Acabas de darme una buena impresión, pareces una persona realmente agradable —Lucy respondió honestamente, sonriéndole.
—Bien, gracias Luce, puedo decir lo mismo de ti. Pareces muy buena persona.
—¿Luce?
—Bueno, estamos en confianza. ¿Por qué no darte un mote para el resto del viaje? —le devolvió la sonrisa, siendo tan sincero como ella—. Y para que sepas, es una historia extraña. Cuando me fui, mi padre reprendió mi conducta, aunque le deje claro mis motivos. Entonces me dijo que podía mudarme de vuelta a Magnolia para conseguir un trabajo hasta que encontrara una nueva escuela a la que ir.
«Lo primero que conseguí fue en un restaurante, pero después de dos años de trabajar allí, se cerró. Pensé que sería más fácil para mí conseguir un trabajo como taxista, ya que había aprendido todos los caminos de todos modos y no podía encontrar una universidad que me acogiera después de que comenzó el rumor de que le di una paliza a alguien. Y entonces el trabajo simplemente se quedó, así que lo mantuve activo. También comencé a asistir a karate porque mi padre comentó que parecía bueno en eso. Y tenía razón, además de esto, tengo un trabajo como sensei en el dojo donde aprendí»
—Eso es bastante único —comentó Lucy dejando ver su admiración por el hecho—. Es digno para escribirlo, ¿me dejarías?
Natsu la vio asombrado un poco antes de responder.
—Gracias, esa no es la respuesta que usualmente tengo a esa historia así que es un halago.
—¿Qué puedo decir? Admiro la individualidad —Lucy bromeó—. Y usted, señor, está lleno de eso.
El conductor se rio a la ligera, sin dejar de mirar al camino.
—Oye, ¿quieres escuchar la radio?
—Claro, me encanta la música.
—Yo también. No podría vivir sin mi guitarra —le expresó, girando el nodo para encender la radio.
—¿Tocas la guitarra? ¡yo también! —Lucy dijo emocionada.
—Bueno, entonces, eres una persona divertida, Luce…—se detuvo al final.
—Lucy, Lucy Heartfilia.
—Bueno, eres una persona divertida, Lucy Heartfilia. Dijo Etherias Natsu Dragneel un doce de enero a las 21:26 pm* —dijo Natsu. Lucy soltó una risa suavemente—. Tengo una banda local. No es grande, pero me divierto hacerlo con mis amigos. Somos los Dragon Slayers.
—Vaya, me suena familiar. Creo haberlos oído.
—¿En serio? Solo tenemos un disco y estamos trabajando en el segundo —comentó con cierta sorpresa—. No pensé que a Crocus llegará nuestra música.
—Creo que gracias a mí son populares.
—No sé si seremos populares ahora. Nuestra única fanática de Crocus está regresando a Magnolia.
Natsu y Lucy estallaron en risas.
Después de un momento de risa, Lucy hizo una pausa e hizo una gran sonrisa cuando escuchó el tono particular la radio.
—Oh dios, mío... ¡me encanta esta canción!
Natsu escuchó atentamente por un segundo antes de sonreír y subir el volumen.
—A mí también.
Luego, los dos comenzaron a cantar la canción juntos.
Love, love me do
you know i love you
i'll always be true
so please love me do
wo ho love me do.
El dúo comenzó a reír juntos mientras tocaba el resto de la canción.
—Eso fue asombroso —declaró Lucy exaltada.
—Tan increíble. Love me do de The Beatles —Natsu estuvo de acuerdo, refiriéndose a la banda que cantaba su canción favorita.
—Sí, la música solía ser tan buena. Cantantes como Queen o Bon Jovi. Eran los mejores —dijo sonriendo a los recuerdos. Noches desvelo estudiando para un examen o un corazón roto a causa de un sujeto imbécil.
—¿Solías escuchar a Bon Jovi? —le preguntó completamente sorprendido, pero también emocionado.
—Por supuesto y todavía lo hago. Todos los días y noches. Nadie puede vencer a Bon Jovi —declaró, sonriendo un poco.
—Definitivamente eres la persona más genial que he conocido —argumentó Natsu y sonrió, girando a la derecha.
—Lo mismo va para ti —Lucy le devolvió la sonrisa, una leve risita escapó de sus labios.
Los dos se mantuvieron en silencio durante unos dos minutos hasta que Natsu comenzó a hablar, intrigado sobre esa pasajera que tenía sus mismos gustos musicales y había escuchado sobre su banda.
—Hey, Luce…—echó un vistazo a su espejo retrovisor y carcajeó ante el reflejo de Lucy durmiendo contra la ventana—. Eres rara…
Alrededor de veinte minutos más tarde, la blonda se despertó y echó un vistazo a su alrededor sin comprender antes de entrar en pánico en su cabeza. Dios mío ... ¿¡qué clase de idiota se queda dormido en un taxi, solo, con algún extraño como conductor!?
¡Especialmente en Magnolia!
¡Tantas cosas malas podrían pasar!
—Uh ... ¿a dónde vamos? —Lucy preguntó nerviosamente. Se sentía apenada por dormirse.
—A la dirección que me diste —Natsu respondió amablemente mientras la veía desperezarse con vergüenza.
—Oh... ¡uf!
—¿Dormiste bien? —preguntó el de cabellos rosados con una sonrisa. Lucy le lanzó una mirada juguetona.
—Cállate.
—No es algo muy bueno para decirle a un taxista, ¿sabías? —cuestionó, todavía riéndose un poco cuando la rubia rodó los ojos—. Soy un buen sujeto, ¿o no?
—Lo creas o no, eres lo mejor que he visto en mi vida —bromeó, una sonrisa divertida apareció en sus labios.
—Bueno, entonces, me alegra que seas tan amable conmigo —carcajeó Natsu, sonriendo cuando la miró por el retrovisor nuevamente.
—¡De nada! —Lucy se animó en broma, ya que ambos comenzaron a reír juntos—. Entonces, aparte de ser cantante y enseñar artes marciales, ¿qué haces? —ella le preguntó, bastante interesado en sus intereses.
—Usualmente practico gimnasia, leo mangas, como yogurt congelado y duermo —respondió causando que Lucy se riera un poco de eso último.
—A mí también me gusta comer y dormir. ¡Ah, y la gimnasia! —bromeó, recibiendo una risita de él.
—Bueno, ¿quién no? —lo cuestionó, un tono sarcástico en su voz.
—Gente a la que no le gusta comer y dormir —Natsu dijo simplemente, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
—Esa es una respuesta realmente inteligente —comentó Lucy poniendo los ojos en el hombre.
—¡Lo sé, soy un genio! —se lanzó una risa antes de volver a su conversación anterior—. Entonces, ¿eres gimnasta?
—Sí. He estado haciendo gimnasia desde antes de aprender a caminar —sonrió orgullosamente.
—Bueno, he estado comiendo desde antes de aprender a sentarme. Así que, ja—bromeó una vez más, recibiendo una risa de parte de Lucy otra vez lo que le hizo sonreír.
—Es realmente divertido actuar como un niño de cinco años —confesó la rubia en broma.
—Sí. A veces desearía ser todavía un niño…—musitó Natsu con cierta nostalgia—. Era divertido cuando mi padre me llevaba en sus brazos y usaba su cabeza de bongo.
—Mi padre también solía hacer eso —comentó con cierta añoranza—. Es como que las personas crecen en un abrir y cerrar de ojos.
—Lo sé bien. Hace solo diez minutos tenía seis años y estaba corriendo con una nave espacial de juguete. Ahora tengo veinticinco años y trabajó de taxista en Magnolia —Natsu estuvo de acuerdo, reviviendo viejos recuerdos mientras hablaba.
—Cierto... —murmuró Lucy, mirando al suelo por un momento—. Y qué hay de ti, ¿qué haces aparte de ser increíble, manejar, cantar, entrenar, dormir y comer? —preguntó con curiosidad.
—Nada. Eso es todo lo que hago —se encogió los hombros mirando hacia adelante. El tránsito comenzaba a aumentar—. Especialmente comer, dormir y ser increíble —sonrió infantilmente, mientras Lucy se reía ligeramente de su tontería.
—Vives una vida interesante, Natsu Dragneel —Lucy le dijo sarcásticamente.
—Sí, apuesto a que soy la persona más interesante que conoces —él le sonrió con malicia a través del espejo una vez más.
—Ni siquiera cerca.
—¡Me hieres, Luce! —carcajeó fingiendo dolor y posando en su mano en su corazón—. ¿Puedo decirte ahora que eres la persona más divertida que conoceré jamás?
—Sí, gracias. Me halagas —dijo ahora la rubia poniendo su mano en el pecho, fingiendo halago—. Pero todavía no eres la persona más interesante que he conocido.
—Ah, ¿sí? —inquirió con tono desafiante—. ¿Quién podría ser más interesante que yo? —él sonrió con satisfacción desde su asiento.
—Haru Glory.
—Está bien, me tienes allí —admitió, encogiéndose de hombros suavemente.
—Espera, ¿lo conoces?
—Es una especie de pariente de parte de mi padrino. Un sujeto que suele hacernos bromas y tiene un peinado de lechuga color ladrillo.
—Eso es realmente genial. Estás oficialmente entre las cinco personas más interesantes que he conocido —dijo, sonriendo levemente.
—¡Hurra, soy importante para Luce! —vitoreó con una pequeña sonrisa, causando que los dos se rieran. Sin embargo, un estruendo comenzó hizo que detuvieran la risa.
—¿¡Por qué hay tantos carros!? ¿quién conduce tan tarde en la noche? —Lucy gritó con frustración por el atasco en el que estaban atrapados.
—Lucy, estamos en Magnolia —razonó, haciendo que la rubia pusiera los ojos en blanco—. Además, sé que te gusta que podamos pasar más tiempo juntos.
—Eso no es verdad —mintió, su voz sonando más alta de lo habitual.
—¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres una horrible mentirosa? —Natsu soltó un bufido y sonrió levemente—. ¿Quieres otro chicle? Seguro el tuyo perdió ya sabor.
—Bien, bien, lo que sea —ella murmuró aceptando la golosina—. Y en realidad sí, me lo han dicho. Pero hago caso omiso a todo eso.
—Eso pensé. Pero, de nuevo, no puedo juzgar. Soy el peor mentiroso en la historia de los mentirosos —bromeó—. Jamás pude pasarme un examen diciendo que estaba mal del estómago.
—Es imposible. Yo soy la peor —discutió.
—De ninguna manera. Soy el peor mentiroso de todos —Natsu respondió, mirándola.
—Si alguien es el peor mentiroso del mundo, soy yo.
—Eso ni siquiera es posible. Definitivamente soy yo. Incluso puedes mentir mejor que yo.
—Está bien, ahí es donde te equivocas. Todos en esta tierra pueden mentir mejor que yo —Lucy se defendió—. Espera, ¿estamos discutiendo seriamente sobre quién es peor por mentir?
Los dos pensaron en lo que acababa de pasar antes de estallar en carcajadas.
—Creo que estamos..., ¡estamos locos! —murmuró el de cabellos rosados con una sonrisa tonta jugando en sus labios—. Aunque es divertido.
—Dicen que la locura es un cierto placer que sólo el loco conoce.
—Entonces me alegra compartir este placer contigo, Luce —Natsu sonrió.
—Lo sé bien. Soy muy divertida, ¿no? —Lucy sonrió.
—En realidad, lo eres —él estuvo de acuerdo con una dulce sonrisa.
—¿De verdad? —preguntó Lucy, ruborizándose solo un poco.
—Sí, me has dado la mejor hora y media de conducción que he tenido —Natsu le dirigió una mirada intensa, esta vez girándose para mirarla.
La declaración causó estupor en la rubia.
—¿Ya ha pasado una hora y media?, ¿en serio? —preguntó con sorpresa.
—Sí —respondió Natsu. A todo esto, Lucy se levantó y comenzó a pisar el reposabrazos del asiento del pasajero—. ¿Qué haces?
—Me estoy sentado en el asiento de los pasajeros al lado tuyo —Lucy alegó simplemente mientras estaba sentada en el asiento y se abrochaba el cinturón de seguridad—. Es más fácil así hablar contigo.
—¿En serio disfrutas hablar conmigo?
—Sí, supongo que podrías decir eso…—murmuró cuando un rubor comenzó a aparecer en sus mejillas.
—Bueno, me gusta hablar contigo también —le dijo, antes de obtener una sonrisa tonta—. Entonces, ¿normalmente cambias de asiento en el medio de un camino?
—No, solo lo hago cuando el conductor es increíble. Y solo has sido tú.
—Entonces estoy muy halagado —sonrió, enviándole un guiño—. Tú también eres muy divertida y me alegra compartir este tiempo contigo.
Ambos se rieron entre dientes mientras continuaban hablando y él continuó conduciendo. Cada uno de ellos se conoció más, se hicieron reír y sonreír cada diez segundos.
—Ya casi llegamos, solo cinco minutos más —le dijo Natsu después de un rato.
—¡Genial! —festejó Lucy aplaudiendo con entusiasmo—. No puedo esperar para dormir, dormir y dormir —sonrió de forma soñadora.
—¿Vas a dormir todo el tiempo? —Natsu cuestiono con una ceja levantada.
—¡No! —respondió, molesta por lo inadecuado que él pensó que era—. También voy a comer.
—Gracias por probar mi punto —respondió.
—Eres un…—ella sonrió, antes de darse cuenta de lo que acaba de pasar—. Espera ...
Natsu se rió de nuevo, por enésima vez durante su viaje.
—Sigues haciendo eso —le dijo.
—¿Haciendo qué? —preguntó con una ceja levantada, manteniendo su mirada en el camino. No literalmente, por supuesto.
—Riéndote como cada cinco minutos —respondió, tomando su turno para levantar una ceja ahora.
—Eso es porque eres graciosa, Luce —declaró, sonriendo suavemente—. Eres rara, pero me agradas.
—Bien, gracias —Lucy sonrió orgullosamente y se recostó en su silla.
—De nada… —respondió, causando que Lucy se riera de su tontería—. ¿Qué?
—Nada —Lucy pasó un mechón de cabello bajo su oreja, avergonzada—. Es solo que me gusto viajar contigo.
Natsu sonrió esta vez con más ternura y tuvo el atrevimiento de él acomodar un mechón rubio de su pasajera. El conductor carcajeó abiertamente cuando Lucy se puso roja.
—A mí también, Luce. A mí también….
Los dos jóvenes siguieron riendo juntos hasta cuando llegaron a la dirección que Lucy le había dado a Natsu cuando se conocieron.
—Bien, estamos aquí —suspiró con una dulce sonrisa.
—Sí…—ella le devolvió la sonrisa, con cierta pena. Abrió la puerta de su auto, comenzando a salir.
—¡Espera, Luce! —ella se sentó y le sonrió, esperando lo que él iba a decir—. Uh, si alguna vez vuelves a Magnolia y necesitas un taxi…, ¿me llamas? —Natsu la miro con esperanza en sus ojos y le entregó su tarjeta de 'negocios'.
Ella asintió, sonriéndole.
—Y si alguna vez estás en Crocus y necesitas una novia, llámame —Lucy sacó un bolígrafo y escribió su número en su mano antes de salir del auto y agarrar su maleta del maletero.
Natsu se quedó allí sentado y conmocionado en el taxi mientras la rubia caminaba hacia la casa donde vivían Levy y Juvia y tocaba el timbre.
—¡Lucy, estás aquí! —Levy saludó felizmente mientras abría la puerta y abrazó a Lucy.
—¡Hola, Levy!
—Entonces, ¿cómo estuvo tu vuelo? —Juvia le preguntó a su amiga.
Lucy echó un vistazo a la carretera donde estaba Natsu alzando la mano para despedirse mientras se subía al taxi amarillo y se perdía en el camino.
—Me gustó más el viaje en taxi.
Curiosidades: *El horario y las vacaciones de enero son así porque en Argentina son por esos meses y esa estación.
