Capítulo 1. Tierras ardientes
Era ya de noche en Pueblo Ohana. Sun había logrado convertiste en el Campeón de la Liga Pokémon de Alola hace unos 2 años. Pero sus aventuras no acabaron ahí. Junto con Lylia, Guzmán y Acromo, derrotaron al Team Rainbow Rocket y salvaron el Paraíso Aether y a Samina. También terminó de recorrer Poni, e incluso enfrento a los Campeones Legendarios de Kanto y otros entrenadores de alto calibre en el Árbol del Combate. De vez en cuando debía defender su título contra los aspirantes. Incluso acostumbraba a explorar los confines del Ultraespacio a lomos de Solgaleo.
Sin embargo, también le gustaba pasar tiempo con sus amigos. Y había un amigo en especial al cual tenía muchas ganas de visitar; el capitán Kiawe. Por ello, se encontraba en la puerta de su casa.
- "Buenas noches, ¿está Kiawe en casa?" – Preguntó Sun al padre del capitán que le abrió la puerta.
- "¡Hombre Sun, felicidades por convertirte en Campeón Insular!" - Le dijo el padre con mucho entusiasmo.
- "Gracias señor, fue algo largo viaje, pero estoy muy contento de haberlo conseguido."
- "No es para menos muchacho, además te convertiste en el primer Campeón de Alola. Pero bueno, que empiezo a hablar y no hay quien me pare. Tu venías a ver a Kiawe, adelante pasa."
- "Gracias señor." – Agradeció sonriente Sun mientras entraba en la casa.
- "Kiawe está arriba en su habitación así que solo tienes que subir a verle. La familia y yo nos vamos de vacaciones unos días a las cercanías de Monte Cenizo en la Región de Hoenn. El barco zarpa dentro de una hora, solo volví un momento a casa para recoger algo que olvidé. Kiawe no nos acompaña ya que siempre hay niños dispuestos a hacer el recorrido insular y no quiere arriesgarse a no estar presente en Alola si alguno viene afrontar su prueba. Así que bueno, si necesitas pasar la noche acá puedes hacerlo. Seguro que Kiawe se pone feliz de pasar un buen rato con un amigo y todo. En fin, que ya voy saliendo, hasta luego Sun." – Se despidió y se marchó.
Sun estaba deseoso de ver a Kiawe de nuevo; no tenía mucho tiempo de conocerlo, pero prácticamente eran amigos. Puso rumbo hacia las escaleras y se dirigió hacia la segunda planta. La puerta del cuarto de Kiawe estaba abierta, pero tocó de todas formas por una cuestión de educación.
- "¡Buenas Kiawe, soy Sun!" – dijo al llamar a la puerta y lo que vio fue al capitán descalzo y sin camiseta (esto último realmente no es nada nuevo) empapado en sudor.
- "¡Hombre Sun, que bueno verte por acá!" – Le respondía el capitán entre jadeos. Claramente estaba haciendo algo de ejercicio hasta que Sun llegó. Este ultima podía ver como las gotas de sudor recorrían el cuerpo del moreno.
- "Jeje venía a darme una visita por acá. Veo que como siempre te mantienes en forma."
- "Pues sí jaja es parte de mi día a día. Cuando no estoy cumpliendo mis obligaciones de capitán me gusta practicar mis bailes o ejercitarme. Justo llegaste y acabé mi rutina. Hombre, estoy exhausto."
- "Eso veo Kiawe, seguro que ahora estarás con ganas de una ducha relajante. - Le decía Sun con una sonrisa amistosa."
- "Ya lo creo. De hecho, Sun, hay una terma no muy lejos de aquí, cerca del Volcán Wela. Pensaba ir allí el día de hoy a tomar un baño relajante. ¿Por qué no te me unes, Sun?"
- "Me parece una buena idea Kiawe, pongámonos en marcha."
Ambos salieron de la casa de Kiawe. Según el capitán, para llegar a la terma, era necesario usar la Pokémontura de Charizard, ya que no había ninguna ruta por tierra que llevará a ella. Kiawe procedió a llamar a su Charizard y seguidamente Sun, pero…
- "Qué extraño… Por más que trato de llamar al Charizard, no viene."
- "¡Oh, es cierto! Ahora recuerdo que Mayla me dijo que las monturas de los Charizard se estaban desgastando y que se las quitarían para colocarles unas nuevas. Creo que aún no se ha hecho el cambio. Como yo suelo llamar a mi propio Charizard cuando quiero volar, yo mismo me encargo de que su montura este en buen estado."
- "Oh, entiendo. Supongo que no lograré nada tratando de llamar algún Charizard entonces." – Le dijo Sun a Kiawe un poco pensativo.
- "Sube conmigo Sun, Charizard puede llevaros en su lomo a ambos." – Dijo el moreno acariciando a su Pokémon.
- "Cuento contigo Charizard. "– Dijo Sun replicando la acción de Kiawe. Sin embargo, pasó algo inesperado. Charizard estornudó repentinamente unas pequeñas llamas cayeron sobre la camiseta de Sun. Este inmediatamente entró en pánico y se la quitó en cuanto pudo.
- ¡Sal Primarina, usa Aria Burbuja en la camiseta! – Le ordeno el Campeón de Alola a su fiel compañera sin titubear. Seguidamente Primarina uso su ataque con la camiseta ya medio quemada de Sun.
- "Lo siento Sun, estoy seguro de que Charizard no quería hacerlo." Dijo Kiawe muy apenado.
- "No pasa nada hombre, no estoy enfadado, solo un poco sorprendido jaja" – Dijo Sun con un tono un tanto aliviado. – Igual, ya que vamos a la terma, creo que poco hago poniendo otra por el momento. Lo bueno es que, aunque sea de noche, la temperatura de Akala es bastante caliente, entonces creo que estaré bien jeje.
- "Bueno Sun, pongamos en marcha. Sube."
Kiawe subió a lomos de Charizard y seguidamente Sun.
- "Sujétate fuerte Sun, no vaya a ser que Charizard estornude de nuevo y te caigas en el volcán jaja. – Sun siguió el consejo del capitán y abrazó fuerte a Kiawe por la espalda. Una vez listos pusieron rumbo a la terma."
Mientras volaban, Sun se dio cuenta de algo un tanto… curioso. La espalda de Kiawe se sentía caliente contra su pecho y a la vez, se sentía fría ya que Kiawe aún estaba cubierto de sudor. Extrañamente, a Sun no le causo asco sentir la espalda desnuda y sudada de su amigo contra su pecho. La verdad no sabía que estaba sintiendo, pero el contacto con la espalda del moreno se sentía placentero. Lo que sí sabía era que sintiera lo que sintiera, no debía soltar a Kiawe hasta que llegaran seguros a la terma. Así que solo se concentro en seguir abrazándolo fuertemente. De paso, disfrutaría de esta extraña sensación sin cuestionar mucho. Pronto llegarían a la esperada terma.
