Hola a todos! Quiero darles a conocer un poco de esta nueva historia, la verdad es como un pilotaje para saber si si les gusta o definitivamente descarto la idea. Espero sus comentarios.

DISCLAIMER: Los personajes narrados a continuación no me pertenecen, hacen parte de la obra de CLAMP Card Captor Sakura y son usados solo con fines de entretenimiento.

CAPÍTULO 1

NOCHE DE ANTIFACES

SHAORAN´S POV

Observaba distraídamente por el ventanal de mi oficina ubicada en un rascacielos de la ciudad de Hong Kong; eso sí, sin acercarme demasiado, resulta que soy acrofóbico, siento pánico a las alturas, terror si se me permite decirlo. Pero ¿a quién le importa? Soy el vicepresidente de una de los mayores conglomerados empresariales propiedad de mi familia.

Y si, por alguna estúpida razón las personas siempre piensan que la altura de los edificios o las oficinas donde nos ubicamos reflejan nuestro nivel de importancia, yo por mi parte sería feliz en un piso inferior, pero no soporto el ruido y desorden provocado por las secretarias que caminan de acá para allá con sus tacones, sumado a sus risas y habladurías, el sonido de los teléfonos… Si, lo sé, sueno como un viejo amargado a pesar de contar con apenas 28 años, y es que desde muy joven se me obligó a llevar la vida y responsabilidades de un adulto, supongo que ya me adapté.

El sonido del teléfono me regresa bruscamente a la realidad.

- Doctor Li, ¿puedo pasar?

- Claro que sí.

Veo la puerta abrirse con lentitud, es una mujer bastante mayor pero increíblemente leal, lleva trabajando con nosotros desde hace más de 20 años y no imagino a otra persona en su lugar.

- sigue por favor

La señora Stevens era una mujer inglesa que llegaba casi a los 50 años, inteligente, intuitiva, ágil e increíblemente maternal. Pues a pesar de ser su jefe, ella fue la que me encaminó en toda esta locura desde que empecé.

- Bueno, le confirmo entonces que hoy es la fiesta de inauguración de la rueda de negocios. Es una mascarada y todo ya está listo, he enviado a Wei por sus cosas, seguramente llegará pronto.

- Y ¿tengo que ir? – Pregunto casi que haciendo un puchero-

- Shaoran – Solo me llama así en la privacidad de mi oficina – Sabes que en ausencia de tu padre eres la cabeza de la compañía, además tu novia está muy emocionada con todo esto, no querrás decepcionarla.

Ruedo mis ojos con cansancio. – Mi novia. Si…

- No seas así, sabes que te quiere muchísimo y se siente orgullosa cada vez que la llevas a ese tipo de eventos.

- Lo sé Em, es una buena mujer y me quiere, pero eso no quita el hecho de que preferiría estar en la soledad y comodidad de mi casa con una copa de vino y no con una cantidad de personas pretenciosas.

- Ánimo muchacho, así es este mundo y si te lo propones seguro te divertirás también.

Emily Stevens – Mi secretaria – se levantó sonriéndome con cariño para regresar a su lugar de trabajo dejándome solo nuevamente.

Ahora si, después de ese rato de reflexiones absurdas sobre la altura de los edificios y el ruido de las secretarias debo concentrarme en la pila de contratos que debo revisar y posteriormente aprobar. Mi vida se reduce a esto. Contratos, números, cócteles, reuniones, caretas…

El día pasa increíblemente lento mientras trato de convencerme a mí mismo de que podría divertirme en esa ridícula fiesta.

¿Quieren saber cómo son?... Bueno, pues a pesar de ser muchas personas son básicamente lo mismo. Viejos orgullosos de sus patrimonios reunidos entre una nube de humo producto de los habanos que comparten mientras hablan sobre sus prolíficas fortunas y los negocios que han llevado a cabo; algunos de ellos van acompañados por sus esposas, aquellas señoras encopetadas que se creen mejores que el resto de la humanidad y luchan entre ellas por ver quien tiene las joyas más caras mientras hipócritamente se sonríen.

Por otro lado las jovencitas, sin duda alguna hermosas, muchas de ellas las "sobrinas" de los viejos anteriormente mencionados o en algunos casos sus hijas. Muchachitas caprichosas y pretenciosas, operadas y superfluas con ninguna otra meta en la vida que conquistar a alguno de aquellos millonarios y asegurar una vida de lujo y confort.

Lo sé, sueno amargado y resentido, pero es que en realidad cada día pierdo más la poca fe que me queda en la humanidad. Como diría alguien: mientras más conozco a las personas más amo a mi perro.

Toc, toc. El sonido de la puerta me saca nuevamente de mis pensamientos.

- Pase por favor.

Ahí está ella, mi novia, la mujer con la que me casaría… No lo sé, algún día. Inteligente y hermosa, una combinación que a cualquier hombre volvería completamente loco… Pero yo, yo la veo como una gran amiga; la quiero y la respeto, nuestra relación es producto de un negocio y nada más, pero es sin duda una gran mujer.

- Shao, traigo las proyecciones enviadas por el departamento de mercadeo. Por ahora me iré, debo prepararme para la fiesta.

Le sonrió de manera cariñosa – De seguro estarás hermosa – y con este comentario veo como sus ojos brillan y se sonroja, como quisiera que encontrara un hombre tan valioso como ella y no estar atada a un hombre que no la puede amar.

Se acerca y me besa apasionadamente, porque así es ella. Su mirada tiene fuego y es una excelente amante, punto a su favor.

Cuando por fin se retira, continúo con mi trabajo de manera automática. Y es que no sé por qué pero últimamente mi cabeza anda llena de ideas locas sobre una vida que definitivamente no es la mía e ideas de libertad que pensé ya estaban enterradas en lo más profundo de mi subconsciente.

Pero bueno, es cuestión de tiempo, ya se me pasará; hace muchos años me resigné a que esa sería mi vida, así había sido la de mi padre, abuelo y así por todas las generaciones que nos antecedían; no sería yo la diferencia.

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Me miraba en el espejo que tenía en la oficina, y no me gusta ser presumido, solo reconozco que luzco bastante bien y justo por eso agradezco la compañía de Meiling, el solo pensar en encontrarme en ese salón y ser abordado por alguna de esas muchachitas me sacaba de mis casillas.

- ¿Estás listo Shaoran? – preguntaba mi querida secretaria – La limusina está esperándote con Meiling a bordo. No olvides usar tu antifaz

- ¿Es necesario?

- Claro que sí, hace parte de la etiqueta designada para esta fiesta.

Suspiro cansado, no me gustan ese tipo de ridiculeces; pero bueno, supongo que solo por esta noche no me hará daño.

Salí de la oficina y así mismo del edificio adentrándome en la limusina que aguardaba por mí con mi novia esperándome.

- Te ves muy bien Shaoran.

- Lo mismo digo, es un vestido hermoso en verdad.

Ella se asió de mi brazo como solía hacerlo y aunque en realidad no me agradaba mucho tampoco podía negarme; así era ella, un poco melosa.

Mientras el vehículo avanzaba por las calles de la ciudad, no podía dejar de pensar en que podría estar haciendo algo más interesante y como a mí me gustaba. Solo.

Sin darme cuenta llegamos al club que se hallaba a las afueras de la ciudad, el lugar estaba totalmente adecuado para el evento; los vehículos avanzaban lentamente mientras sus ocupantes descendían de ellos como si se tratara de un estreno holliwoodense y las estrellas de cine desfilaran por la alfombra roja. En realidad no tenía mucho de diferencia, pues la prensa se encontraba haciendo cobertura del evento y fotografiando a todos los que llegaban haciendo alarde de sus finas prendas y los carísimos accesorios que portaban.

Resoplo con cansancio, como detestaba estos ambientes, pero siento la mano de Meiling que se posa en la mía en señal de apoyo e invocando mi poca paciencia. Tomo su pequeña y delicada mano apretándola un poco y sonriéndole. Ella no tiene la culpa de mi carácter de anciano prematuro.

Descendemos del vehículo y empezamos a caminar hacia el interior del lugar; a lado y lado antorchas adornaban el sendero mientras somos fotografiados. Meiling luce un bellísimo vestido blanco dando a conocer sus prominentes curvas y su cabello suelto que caía sobre su espalda. Su antifaz era del mismo color resaltando sus ojos rojizos. Estaba hermosa sin duda.

- Shao, recuerda que debes usar el antifaz y ¡anda! Anímate, es posible que esta noche te sorprenda.

- Mei, no me presiones.

- Pero es necesario que lo uses, por favor

Y me miraba así, haciéndome sentir culpable por tenerla a mi lado sin sentir nada más que una amistad y como una forma pequeña de compensarla, solo puedo asentir y obedecer.

El salón era enorme y estaba atestado de gente. Ahí están ellas, quienes me miran de arriba a abajo y aunque me siento halagado al mismo tiempo me fastidia.

- Cambia esa cara lobezno, aún con el antifaz se nota que tienes cara de ogro.

Esa voz pertenecía a mi más cercano amigo: Eriol hiragizawa, hijo de un prominente empresario inglés, que fue trasladado a la sucursal de Hong Kong por sus andanzas. Mujeriego y bebedor, aprovechaba su aspecto físico y ese encanto inglés para enredar a aquellas muchachitas de las que yo huía.

Y es que a pesar de manejar nuestro idioma con una fluidez increíble, su acento parecía seductor a la hora de soltar su labia y satisfacer sus más bajos instintos con la pobre conquista de turno.

De esa manera nos encontrábamos en el bar; él, observaba con su mirada felina a su próxima víctima, Meiling se había ido con su grupo de amigas y yo, solo quería salir de allí en busca del refugio seguro en que se constituía mi hogar.

- ¡Hey, muchacho! – Un hombre de edad se acercaba a mí – Es muy grato para nosotros tenerte en este lugar.

- Señor Liu, es un honor para mí y nuestra familia hacer parte de este evento.

- Nos hubiese gustado ver a tus padres y hermanas en este lugar.

- Bueno, como sabrá, mis padres se encuentran en un viaje de vacaciones y mis hermanas tienen algunas ocupaciones.

No mentía, era el mayor de cinco hermanas, Shiefa era cinco años menor, estaba en su último año de administración y se había casado hace apenas un año. Por otro lado Fanren tenía 20 años y era modelo muy a pesar de la opinión de nuestros padres y sus múltiples objeciones y estaba fuera del país. Feimei apenas había cumplido su mayoría de edad pero prefería no verla en este tipo de eventos. Si, hace parte de ese grupito vergonzoso de muchachitas frívolas por más que me cueste admitirlo y no iba a traerla para ver como esos viejos morbosos y degenerados trataban de llevarla a la cama.

Por último, estaba mi pequeña enana Fuutie, esa niña era la luz de mis ojos, yo tenía 13 años cuando nació y trajo un nuevo aire a nuestra familia, era una combinación rara, un alma vieja como ella misma lo dice. Seria, madura, pero increíblemente inteligente y lista, muy divertida cuando llegabas a conocerla y definitivamente al igual que yo, odia estos eventos. Debe estar allá pegada a sus libros, cómo amo a esa niñita.

- No comprendo cómo no aprovechas a la hermosura que tienes a tu lado – dice hiragizawa – mira nada más ese cuerpo de infarto, si no fuera porque te respeto, te diría todas las cosas que estaría dispuesto a hacerle.

- Si, atrévete. Puede que no esté enamorado de ella pero tampoco voy a permitir que te refieras a ella de esa manera.

- ¡Hey! Calma, una pequeña broma a tus expensas, jamás me metería con tu chica.

En ese momento, la vi.

Enfundada en un hermoso vestido negro sensualmente ceñido a su cuerpo, un cuerpo espigado y bien trabajado. Llegaba del brazo de un hombre que parecía un poco mayor que ella.

Un magnetismo extraño me obligaba a mirarla, con ese caminar tan sensual y esos ojos increíbles, verdes como esmeraldas pero ese maldito antifaz no me permitía verla con claridad; no sé cómo o qué clase de fuerza extraña me llevó a caminar a través del salón siguiéndola con la mirada.

En un momento sentí sus ojos fijos en mí y simplemente sonrió por encima de su hombro provocándome un sonrojo bastante particular. A pesar del tamaño del antifaz, pude observar que tenía un rostro fino, sus labios rojos como una cereza que invitaban a ser besados, el cabello castaño que caía a un lado dejando al descubierto el enorme escote que permitía ver su espalda y esa piel levemente bronceada y tersa.

Quisiera tocarla, pero se va alejando entre la multitud hasta que la pierdo de vista. La banda contratada empieza a tocar y de inmediato Meiling se acerca a mí que todavía estoy un poco anonadado con aquella visión.

- Vamos a bailar Shao.

- Mei, sabes que no me gusta mucho.

- Por favor…. – demonios, tengo que aprender a decir no.

Asiento con cansancio y la acompaño a la pista ante la mirada burlona de Hiragizawa quien ya encontró su víctima de aquella noche. Mi querido amigo, no cambiaba en nada, ojalá algún día no se llevara una mala experiencia por esos comportamientos.

Girábamos alegremente alrededor de la pista, con una mujer hermosa entre mis brazos pero pensando en otra, aquella misteriosa mujer que por más que buscaba no encontraba en ningún lugar.

Todos los demás bailaban ante el sonido envolvente de las piezas de jazz que estaban siendo interpretadas; no lo puedo negar, estaba divirtiéndome; pues como dije, Meiling es una buena amiga y siempre puedo contar con una conversación amena y divertida.

- Muy bien señores, cambio de parejas – escuché decir al vocalista principal y rodé mis ojos con fastidio-

- ¡Shao, no seas así! Te divertirás – dijo Meiling dándome un beso en la mejilla y tomando la mano de quien sería su pareja de turno.

En un momento siento como una pequeña mano se posa en mi hombro y al voltear me encuentro con esos ojos verdes que llevaba buen tiempo buscando.

- ¿Me permites? – preguntó ella con una voz increíblemente dulce y sexy.

De inmediato la tomo entre mis brazos sin dejar de mirarla mientras damos vueltas por la pista: El embriagador aroma de su perfume me tenía literalmente idiotizado y en ese momento el ritmo cambió, se tornó lento permitiéndome acercarla más a mí y sentir así esa cremosa piel de su espalda. Deliciosa.

- ¿Quién eres?

- ¿Importa acaso? – me respondió suavemente lo suficientemente cerca para interrumpir mi respiración.

- A mí sí – de verdad necesitaba saberlo.

- ¿No crees que es precisamente el objetivo de las máscaras? Vamos, no rompas el misterio.

Sonreí por lo bajo, me sentía como un adolescente en su primera fiesta con la niña que le gustaba; estúpido y nervioso, incapaz de tomar control de la situación pero con el único deseo de que aquel momento se prolongara y poder tenerla entre mis brazos un poco más.

- Shaoran, terminó la canción – volteo a ver a Meiling que me observaba bastante enojada

Y es que al percatarme, tenía a aquella desconocida tan pegada a mí que comprendía a la perfección la reacción de mi novia.

- Ah no me había dado cuenta – dije de manera despreocupada.

- Con permiso – se retira aquella joven dándome una última mirada y caminando lejos de la pista con aquel contoneo sensual que la hacía ver aún más provocativa y me permitía ver sus piernas a través de la tela casi traslúcida de su vestido.

- Shaoran Li, ¿podrías dejar de babear por esa? – Si, estaba totalmente furiosa y eso era de miedo.

- Pero ¿de qué hablas Mei? Solo tenía curiosidad de saber quién es, es todo.

- Aja.

- ¿La conoces?

- No y aún si lo hiciera no te lo diría para verte devorarla con la mirada.

- Meiling no seas melodramática.

- Quiero irme ya – me dijo como dándome una orden y eso sí que no lo iba a admitir.

- Yo aún tengo cosas que hacer, no puedo irme – mentira- Tengo cosas que hablar con Hiragizawa y el señor Liu.

- Quiero irme ya – repite con su mirada llena de furia y levantando un poco la voz-

- Ven acá – la llevé a un lugar apartado de aquel salón – que te quede clara una cosa Meiling, no me darás órdenes, ni ahora, ni nunca. Si quieres irte, no hay ningún problema, ya mismo envío por el auto; de lo contrario me esperas. ¿Entendido?

- Ushhhhhh – fue lo único que dijo antes de salir furiosa a reunirse de nuevo con su grupo de amigas.

Despeiné mi cabello por un momento, era la señal inequívoca de que estaba nervioso y un poco hastiado.

- Pelea de novios, que ternura.

- Cállate hiragizawa.

- Me callo, pero si me dices quien era la belleza con la que bailabas.

- No lo sé.

- Pero te gustó

- ¿Cómo lo sabes?

- Te conozco lobezno, estabas botando la baba por ella; pero tranquilo, no eras el único. Esa mujer está tal y como me gustan.

- ¡Hey! Mucho cuidado. Yo la vi primero.

- Pero estás comprometido querido amigo; yo, sin embargo, soy un alma libre. No me juzgues

- Te lo advierto Hiragizawa, ¡no te metas!

- Ya, ya, está bien, pero tampoco puedes pretender acaparar a las mujeres más bellas solo por ser tú.

- A todas estas ¿no estabas con una mujer hace un rato?

- Si, pero aghhh… A veces son tan extremadamente tontas que cansan. Esta se pasó todo el tiempo hablando sobre los diferentes tonos de labial, demasiado aburrido y una buena noche de sexo no compensa el tener que soportar esa figurita.

- Jmmmm algún día Eriol, te pondrán el mundo de cabezas y te veré rogando.

- Mmmmm bueno, la vida da muchas vueltas; puede que sí, puede que no. Como sea, sabes que me gusta disfrutar cada día sin andarme torturando por esas cuestiones.

- Y yo sigo sin entender cómo lo haces.

De repente, la veo de nuevo. A lo lejos con una sonrisa absolutamente idiotizante. ¿Qué tiene esa mujer?

- Eriol, espérame un momento, ahora regreso.

- Hey, no me irás a abandonar mi amor – dice con todo burlesco

- No me jodas idiota. Mejor presta atención a Meiling, no quiero más problemas.

- El lobezno sale de cacería… Buena suerte – dice mostrándome su copa, como si brindara por mis locuras.

Camino en dirección al lugar donde la vi pero ya no estaba ¿Qué carajos estaba pasando?

- Señoritas, disculpen la intromisión, ¿vieron de pronto a una mujer con vestido negro, ojos verdes y labios rojos?

Me miraron de arriba abajo negando.

- No la hemos visto pero… Si necesitas algo y podemos ayudarte… - dice con voz sensual y no puedo evitar sentirme asqueado, ¿cómo puede una mujer ofrecerse de esa manera tan barata?

Niego sin decir una sola palabra y continuo con mi búsqueda, de repente me encuentro en un pasillo un tanto desierto iluminado tenuemente por las pequeñas lámparas que adornan las paredes. ¿Qué se pudo haber hecho?

- ¿Buscas algo? – escucho esas suaves palabras tras de mí y al voltear ahí estaba, absolutamente hermosa y me di el lujo de admirarla mejor.

Estatura promedio (lo deduzco por sus altos tacones), un cuerpo curvilíneo que resaltaba aún más con ese vestido que como dije antes era un tanto traslúcido que hacía imposible el dejar de mirarlo.

Me acerco a ella; uno, dos, tres pasos y sin mediar palabra sujeto su barbilla y aprisiono sus labios con los míos, en ese momento mi cordura me abandonó y no pude más que acorralarla contra la pared y acariciar ese maravilloso cuerpo que estaba tan pegado al mío y la escucho gemir contra mis labios ante el contacto de mis manos.

En un momento sus manos se aferran a mi cuello y yo no puedo más que levantarla alzando su vestido para que me abrace por la cintura, estaba endemoniadamente excitado y sé que ella pudo darse cuenta por lo duro que estaba; sabía que estaba mal, Si! Sabía que podían vernos y ser tildado de exhibicionista, pero ¡que carajo!, esa mujer me estaba volviendo loco.

Pero de repente sentí que éramos observados y me congelé; la solté sintiéndome un poco torpe y mirando alrededor. No había nadie, pero esa sensación seguía en mí. Al voltear y verla de nuevo, aún estaba agitada y podía ver entre ese hermoso escote como su pecho se movía al compás de su respiración.

- ¿Podrías decirme quién eres? - Pregunto curioso

Ella sonreía coquetamente.

- Dejémoslo en el misterio, es más excitante.

- Por lo menos quítate el antifaz – me detuvo en cuando mi mano se posó en ese elemento que la cubría.

- No, no, no… Fue un verdadero placer, extraño.

Dio media vuelta y continuó su camino rumbo al salón como si nada hubiera sucedido, contoneando sus caderas mientras yo la observaba anonadado.

Cuando recuperé un poco la cordura y mi "amigo" se hubo calmado, corrí por el pasillo para regresar al salón, pero al igual que el resto de la noche, no pude encontrarla.

MEILING´S POV.

Puedo decir sin lugar a dudas que ha sido una de las peores noches de mi vida, ¿Por qué? Bueno, debo ponerlos un poco en contexto para que logren comprenderme.

Mi nombre es Li Meiling, hago parte del clan Li al igual que mi guapísimo novio, somos primos lejanos por allá como en cuarto grado; es decir, prácticamente nada. Tengo 25 años y soy profesional en mercadeo y negocios internacionales, siendo una de las graduadas más jóvenes en mi generación y encargada de la gerencia de mercadeo en las empresas Li.

Como dije anteriormente soy novia del vicepresidente general de la misma compañía donde trabajo y es propiedad de nuestro clan; somos novios hace 4 años, se supone que tenemos que casarnos pero mi queridísimo Shaoran ha dilatado lo suficiente este noviazgo, de hecho no estamos comprometidos aún aunque sabemos que desde niños se ha planeado nuestra unión.

Sí, soy perfectamente consciente de que no me quiere, o por lo menos no como yo lo desearía; me ve como a una amiga aunque espero que algún día logre verme como algo más.

Regresando al principio; esta noche debía ser especial, eso esperaba, había comprado un bellísimo vestido Dolce & Gabanna color blanco que acentuaba mis curvas, quería sorprenderlo y que me mirara como siempre lo he deseado. En nuestro caso se invierten los papeles, en vez de él pasar por mí era yo quien debía recogerlo en la oficina, siempre tiene mucho trabajo y mucho más ahora que su padre no se encuentra.

Los minutos se hacían eternos esperando dentro de aquel vehículo así que trataba de distraerme con mi celular mientras aparecía y debo decir que valió la pena; verlo con ese smoking hecho a la medida y sus hermosos ojos color ámbar, ese toque de elegancia que siempre le caracterizaba. Si, se perfectamente que soy la envidia de muchas mujeres que desearían estar con un hombre como él, muchas de ellas por su dinero, otras tantas porque en realidad era un placer tan solo mirarlo; yo, solo quería su corazón.

Llegamos al lugar donde se realizaría el evento y allí estaba la crema y nata de la sociedad de Hong Kong e incluso algunos extranjeros se dieron cita en el lugar; muchas miradas se dirigen hacia nosotros, somos una pareja de ensueño según dicen muchos y otras me felicitan por la suerte que tengo al estar junto a Shaoran. ¡Ja! Si tan solo supieran que es tan solo un buen negocio.

La noche pasó sin mayores contratiempos; siempre era lo mismo, Shaoran con su amigo Hiragizawa conocido por su vida un tanto liberal. Muchos lo critican por esto, a mi sinceramente no me interesa e incluso a veces lo envidio, debe ser en cierto punto bueno contar con la libertad suficiente para hacer lo que te venga en gana.

La música empieza a sonar y las parejas se dirigen a la pista, invito a Shaoran como es natural, lo he notado distraído y seguramente pensará que no me doy cuenta, lo cierto del caso es que soy muy observadora y no tengo un pelo de tonta. Es solo que me resulta un misterio el no saber qué o a quién busca.

Nos encontramos haciendo parte de las parejas que bailan divertidamente hasta que al brillante conductor se le ocurre hacer un cambio de parejas. La verdad, no encontraba ningún inconveniente en eso hasta que la vi. Esa mujer de vestido negro y cabello castaño, aquellos ojos que resaltaban con su antifaz que combinaba con el vestido. Él la tomó en sus brazos y si, sentía como los celos empezaban a consumirme, no es para nada agradable ver a tu novio bailar embelesado con una desconocida y mucho más si la fulana en cuestión es una digna competidora.

En cierto momento me vi obligada a interrumpir el showcito que estos dos estaban montando y mostrarles que no estoy pintada y Shaoran aunque no me quisiera estaba conmigo y punto.

- Shaoran, terminó la canción – sí, se notaba la furia que me consumía.

- No me había dado cuenta – responde haciéndose el inocente-

Cuando por fin la suelta veo que se queda mirándola totalmente idiotizado – ¿Shaoran, podrías dejar de babear por esa mujer? – Reclamo-

- ¿De qué hablas? Solo tenía curiosidad por saber quién es – Responde con ese tonito de inocencia que a veces se carga-

- Me quiero ir – le digo haciendo ruido con la punta de mi zapato, es una especie de tic que siempre tengo cuando me molesto.

El caso, es que mi queridísimo idiota novio, decidió hacer lo que bien le daba la gana; incluso se atrevió a decirme que me podía ir sola si quería. ¡Qué tal el descaro! Tuvo la brillante idea de decirme que tenía algunas cosas de negocios por tratar. Odio que me crea idiota, yo conozco a la perfección los movimientos de la empresa, no soy solo una muñequita de porcelana que está para ser adorno. De ninguna manera, soy perspicaz e inteligente.

De modo que decido permanecer en el lugar, me dirijo a mi grupo de amigas para disimular un poco y ver qué está tramando mi querido novio. Llámenme psicópata y celópata, pero no iba a permitir que una cualquiera viniera a quitarme al hombre que me había costado tanto mantener a mi lado; aunque de una manera enferma y masoquista, aun así lo quería muchísimo.

Nada sucedía al parecer, estaba conversando con Eriol como era su costumbre, ¿de qué? No tengo la más mínima idea, espero que no de esa mujer.

De repente veo que su mirada se queda en un punto fijo pero una columna impide mi visibilidad, cruza unas palabras más con Hiragizawa y atraviesa el salón como en busca de alguien. Cuando por fin logro ver hacia donde se dirige no veo a la mujer aquella, es posible que me esté equivocando.

Veo que indaga con algunas jóvenes a quienes conozco a la perfección y se lo comen con la mirada, malditas zorras oportunistas. Ahora se va en dirección al pasillo que lleva a la zona de spa y decido seguirlo, de lejos obviamente para no ser descubierta; pero siento mis piernas temblar y las lágrimas acudir pronto a mis ojos cuando contemplo semejante escena.

Allí estaba, mi novio y futuro esposo, aquel que a duras penas aceptaba que lo besara comiéndose literalmente a besos a una completa desconocida, en una posición tan comprometedora que me hizo desear ser ella, que fueran mis labios los que fueran presa de los suyos y sentirlo acercarse a mí con esa pasión.

Y no me mal entiendan, por su puesto teníamos una vida sexual activa, pero era más bien escasa y rutinaria, inclusive podría decir que parece sentirse culpable cuando tenemos sexo; siempre tuve la esperanza de poder cambiar eso, pero con el espectáculo frente a mis ojos, simplemente tuve que salir de aquel lugar tan rápido como mis pasos y los estúpidos zapatos altos me lo permitían.

Cuando supe que estaba lo suficientemente alejada traté de recuperar la compostura, limpiarme las lágrimas y retocarme un poco para regresar a escena. Meiling Li no sería vista llorando por un hombre y menos uno que minutos antes estaba besando a otra, deseando a otra. No señor ahhh pero no crean que me rindo. Nunca caeré ante una aventura de una noche, porque con seguridad, eso es lo que esa mujerzuela representa.

Una aventura de una noche.

Hola! Bueno, en realidad este primer capítulo es más un piloto. Necesito saber si les gusta, si debo continuar o ... No sé en verdad, empecé a escribirla hace ya buen tiempo pero teniendo en cuenta que mi otra historia "Un amor tan grande" ya está más cerca de terminar pensé en darles a conocer el principio de esta. Espero les guste y espero sus comentarios por favor!

Besos y abrazos

Ale-San