Mentiras Que Cambian Vidas
Disclaimer: Los personajes pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer, y solo juego con ellos, pero la trama es completa y totalmente de mi autoría. Por favor, digan no al plagio.
Prologo: Mentiras Piadosas
Año 1989-Madrid, España
Una mujer menuda y de cabellos cafés, casi rubios, caminaba por las calles de Madrid con un pequeño bulto rosa en brazos, la poca gente que aun vagaba por esas calles la miraban perplejos, ¿Cómo una madre podía andar paseando a su bebé a las dos de la mañana en pleno Septiembre? Nadie en sus cinco sentidos lo aria.
La mujer de extrañas vestimentas y con el bebé recién nacido en brazos, pensaba en qué hacer con su pequeña hija, no tenía elección, sabía que si regresaba a su casa con ella, su padre no dudaría en dejar morir a la pequeña, y ella no quería ver a su hija muerta, la amaba demasiado como para dejarla morir, lo único que podría hacer seria abandonarla en alguna casa, con la esperanza de que alguna persona buena la encontrase y la acogiera. De manera que acudió al barrio más cercano de donde estaba, caminó algunas calles y encontró una pequeña casa en la que se escuchaba música, un vals para ser exactos, había luz y se escuchaban pequeñas risas, la joven mujer decidió que sería la mejor opción si no quería que su hija muriera de frio, esperando a que llegara la mañana y con ella, saliera el dueño de la casa y la encontrase en la puerta.
La joven se acercó cautelosa a la puerta de la casa, tomó a su pequeña hija y depositó tiernos besos en su carita, sacó de su bolso un collar y lo coloco en la manita del bebé; esta sería la cosa más difícil que tendría que hacer en su vida sin duda alguna. Y con todo el dolor que sentía su corazón, dejo a la niña en el suelo, cuidando de que su cuerpo estuviese al menos protegido del frio piso, y llamó a la puerta; de inmediato se escuchó que la música paró, volvió a tocar y corrió, se escabullo entre los arbustos que rodeaban la entrada al jardín, con lágrimas en los ojos vio como la puerta se abría y una mujer de delicadas facciones miraba sorprendida a la bebé que yacía en el suelo, la mujer la tomó en brazos y la acuno con suma delicadeza. Solo eso bastó para que la joven comprendiera que su pequeña tendría a alguien que cuidara de ella, y no queriendo arrepentirse, se levantó de su escondite, y hecho a correr, escucho como la señora que tenía ahora a su hija la llamaba, pero ella no paró, sabía que si tan solo volteaba la vista, correría a arrancar de aquellos brazos desconocidos a su hija y se la llevaría consigo, así eso significara la muerte de ambas.
Por otra parte, dentro de una pequeña casa, se encontraba una pareja, ambos disfrutando de su ultimo día en aquella casa y en aquel país, pues recién ese 13 de Septiembre concluía su muy alargada luna de miel, pues hacia once meses se habían casado, y el siguiente día debían regresar. Aquel día, habían acudido al teatro, a visitar los lugares que más les habían gustado, y a terminar los pendientes de la empresa familiar que los habían retenido en España todo ese tiempo. Ya por la noche habían colocado música, primero fue una balada, después un blues, y ya entrada la noche colocaron su música favorita, el vals; bailaron por horas, habían perdido la noción del tiempo, pero el sonido del timbre los regresó al mundo real, vieron la hora, 2:30 a.m. marcaba el reloj frente a ellos, situado por encima de la chimenea; ¿Quién sería a esas horas?, la mujer indicó a su esposo que apagara la música y fuera a la recamara a descansar, ella atendería a quien fuese. Su esposo asintió, y se escuchó nuevamente el timbre, la mujer se encaminó a la puerta, y al abrirla no vio a nadie, pero un pequeño sonido, hizo que su vista se posará en el pequeño bulto a sus pies, ¡un bebé estaba en su puerta! ¿Quién sería la persona que abandono a tan linda criatura?, pensó la mujer, levantó al bebé y con una ternura infinita lo acuno, era una niña, estaba dormidita pero con la piel un poco fría, ¡y como no iba a estarlo! Su cobija apenas tapaba lo necesario y solo vestía un pequeño pañal de tela. Miro a su alrededor y vio como una joven salía de entre los arbustos del jardín y corría, trato de detenerla, le gritó, pero esta no se detuvo, ella seguramente había abandonado a la nena entre sus brazos. Pero ella no la dejaría sola, la acababa de conocer, y ya la sentía suya, su pequeña hija.
La mujer entró a la casa y se dirigió a la sala, junto a la chimenea; su esposo iba saliendo del baño, y al escuchar la puerta cerrarse le habló.
-¿Quién era cariño?- preguntó con voz somnolienta
-¡Eleazar! ¡Ven pronto!- apuró la mujer, mientras tomaba asiento en uno de los sofás de la sala
-¿Qué ocurre Carmen?- preguntó alarmado
-¡Mira!- Carmen sostuvo a la niña de manera que su esposo pudiera verla, y en ese momento la nena parpadeó, dejando ver por un instante sus hermosos ojos azul verdosos, ¡La perfecta combinación de los ojos de Eleazar y los míos! Pensó Carmen.
-¿De dónde ha salido esta preciosura?- preguntó Eleazar intrigado
-La han abandonado, intente detener a la joven, pero ella nunca me hizo el menor caso- explicó la mujer
-¿Qué aremos con ella?- cuestionó el marido
-Podríamos decir que es nuestra, a fin de cuentas hemos estado once meses aquí y no he ido mucho a la empresa últimamente, seria creíble ¿no crees?- dijo ella entusiasmada
-No me parece conveniente que su vida se base en una mentira- comentó Eleazar
-Yo creo que Bellita llego a nuestras vidas por algo ¿no lo crees?-
-¿Bellita?-Preguntó confundido Eleazar
-Quiero que se llame Isabella, como tu madre- Carmen ya se había encariñado con la niña, y eso no era bueno desde el punto de vista de Eleazar
-Pero cariño, aun no decidimos que hacer con ella, sería mejor entregarla a servicios sociales, y ver si podemos adoptarla- Eleazar trató de persuadirla para que no cometiera una locura
-Pero nos pondrán mil y un pretextos para adoptarla, ¿Por qué no vamos con Jenks? Él nos debe muchos favores y creo que es momento de cobrarlos- Carmen estaba decidida, Isabella seria su hija de ahora en adelante.
-Cariño, ¿Te das cuenta de que estaríamos mintiendo? Yo sé que quieres tener un bebé, podemos intentarlo, pero hagamos las cosas bien-
-Yo no quiero un bebé, yo quiero a este bebé, y con o sin tu ayuda, ella será mi hija legalmente-
-No- Eleazar ya no podía contradecir a su esposa, la vio tan decidida que pensó que tal vez quedarse con la niña fuera buena idea- Te ayudaré, anda ve a acostarte, saldré por algo de fórmula para bebé y pañales, ya mañana compraremos lo que falte- sentencio Eleazar
-¡Gracias cariño! Ella será la mejor de las hijas, ya lo verás-
Carmen se levantó del sofá y con el bebé aun en sus brazos, depositó un tierno beso en los labios de su marido. Él le devolvió el beso, y tras unos breves segundos más, se separaron, Eleazar beso la cabecita de su hija "su hija" pensó, le era extraño, pero se sentía bien el pensar que ahora, era padre, se sentía… pleno.
Aquella noche, cuando los tres estaban dormidos con la pequeña en medio, parecían el cuadro de la familia perfecta.
Al día siguiente, Carmen y Eleazar llevaron a la niña con Jenks, un abogado al que la familia conocía y que era de su entera confianza, le contaron lo ocurrido y sus planes a futuro; Jenks les dijo que podría conseguir la documentación y hacerla legal, pero tardaría alrededor de una semana como mínimo. La pareja aceptó, no les urgía regresar a Seattle, cambiarían sus boletos y comprarían uno más. Por eso no habría problema. Después de la visita a Jenks, pasaron a un centro comercial, donde compraron cosas para la pequeña, pues Eleazar, después de tener a la niña entre sus brazos y que esta apretara uno de sus dedos, la sintió suya, y desde aquel momento se juró que la querría como si fuese sangre de su sangre. De modo que el hombre quiso consentir a su pequeña hija y compró tanto como para que la niña usara en un año.
Y así fue como semana y media después, la pequeña bebé que abandonaron en su puerta, pasó a ser Isabella Denali, la primogénita de Carmen y Eleazar
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¿Qué les pareció esta nueva idea? Prometo que los siguientes capítulos serán más largos ¡Dejen sus RR! ¡Y gracias por leer!
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