Tan Griega como podría serlo
¿La Última Reunión?
—Sí
Y la cabeza rodó, tan sucia y mugrienta por la tierra que le recordó aquella otra cabeza.
La sangre emanaba borbotando, escurriéndose del cuello. Pasando por el suelo y salpicando el aire.
— No…— Murmuró incrédula para sus adentros. El afuera no existía, el afuera era malo…
¡Eso no es el afuera! ¡Por dios, eso es ridículo! RIDICULO
— ¡No!, No, no, no…no…no—Autómata, incomprendida. Repitió sin ser consiente. Su voz perdía tono pero el volumen continuó constante.
La cabeza de Priscilla rodó y rodó.
Los ojos cerrados, la sonrisa burlona, de su desesperación, le asqueaba.
Clare desgarró el aire, el cielo, oídos, y en llanto dejó de luchar.
¿Ahora qué será de ella?
