La sostienes firmemente, mientras su risa angelical inunda tus sentidos. Sientes la presión de sus brazos alrededor de tu cuello, y entierras la cara en el cuello de su hombro, mientras las tan esperadas palabras resbalan por tu garganta.

Pero mueren al llegar a tus labios, porque sabes que sería ridículo pronunciarlas.

No quieres arruinar el momento, y sigues disfrutando de su contacto.

Ella se suelta, y su radiante sonrisa te deslumbra nuevamente.

Tú le sonríes inevitablemente, ella es tu luz, tu sol, y nada podría cambiar eso.

La sigues observando mientras su menudo figura de desliza, describiendo graciosos círculos, y moviendo su larga y hermosa cabellera castaña.

Aspiras su aroma otra vez.

Fresas.

Cierras los ojos fuertemente, intentando grabar esa preciosa imagen en tu cabeza.

Ella te sonríe, y te llama por tu nombre, tomándote de la mano, y arrastrándote hacía el patio trasero.

Cuando la luz empapa su figura, te maravillas con la hermosura que posee, otra vez.

En sus cabellos destellan mechas cobrizas, mientras que sus orbes chocolate resplandecen por ese pequeño instante de felicidad.

E, inevitablemente, te vuelves a perder en esos profundos posos de chocolate fundido, que te envuelven como terciopelo, y te arropan como la más mullida de las frazadas.

Siempre creíste que podrías pasar horas admirando esos ojos, pero nunca tuviste el valor suficiente para admitirlo, así que te vuelves a tragar las ganas de decirle cuanto la amas.

Suspiras de felicidad cuando ella deposita un pequeño beso en tu mejilla, y mariposas explotan en tu estómago, mientras tu mundo se llena de color, de risas, y del más profundo y puro amor.

Un amor no correspondido.

Y comprendes que estás divagando nuevamente, y bajas de tu nube de colores.

Y la miras fijamente a los ojos, mientras los labios te queman por pronunciar las tan esperadas palabras.

Pero el "Te amo" vuelve a morir antes de ser pronunciado.

Y sabes que eres un cobarde.

Y sabes que jamás podrás decirle cuanto la amas.

Pero te conformas con seguir siendo el mejor amigo.

Te convences con seguir formando parte de su vida.

Porque eres patético, y prefieres eso que a ser rechazado.

Porque sabes que eso partiría tu corazón, y no puedes arriesgarte a que te suceda otra vez.

Y por eso sigues sonriendo, sigues dejándola flotar en su mundo de fantasías.

Y sigues observándola, mientras en tu mente solo resuena la misma frase, una y otra vez.

"Te amo Isabella Swan"

Este es un mini-fic que se me ocurrió una noche de desvelo.

-.-

Espero que les guste :D

Me lo dejan saber con un review, muchachas

Un besoote

Emma