Prólogo
No había dejado de llover desde entonces y cuando salieron afuera ya había parado; el cielo presentaba un triste aspecto, con densas nubes grisáceas y oscuras. Twilight cargaba consigo a una herida Applejack, tanto física como psicológicamente, al igual que ella. Trataba por todos los medios de bloquear todo lo que sentía, y de alguna manera lo conseguía, pero a marchas forzadas. A sus espaldas, la cabaña de Fluttershy se volvía como una especie de agujero negro del que no podían escapar por mucho que se alejaran de ella; desde donde estaban se podía oír el borboteo del agua y los cimientos de la casa resquebrajándose. Twilight no pensó más y echó a andar en dirección hacia Sweet Apple Acres, yendo todo lo deprisa que sus maltrechas patas podían. Atajó campo a través y llegó hasta la granja, entrando por un acceso cercano al primer manzanar colindante a la entrada principal.
-Llévame al granero… allí tengo un kit médico-masculló Applejack, tosiendo un poco.
Twilight no dijo nada, pero hizo lo que le pidió y entraron en el granero; una vez dentro, Twilight dejó a Applejack en un montón de paja.
-¿Dónde está el kit?
-Al lado de la mesa de herramientas, justo debajo…
La unicornio lo estuvo buscando hasta encontrarlo, cogió la caja con su magia y se acercó a ella; Applejack abrió el kit y estuvo rebuscando hasta encontrar una botellita de alcohol oxigenado. Quiso aplicarlo directamente, pero Twilight la paró.
-Espera, déjame a mí…
Con un algodón estuvo tratando todos los cortes para limpiar las heridas y luego las aplicó un desinfectante a base de hierbas especiales y agua; luego vendó las heridas más serias y trató algunos golpes y moratones disolviendo en agua aceite y una grasa especial.
-Auch…-masculló la poni de tierra, adolorida.
-Perdona…-susurró Twilight.
-No pasa nada…
Las dos estaban centradas en lo que estaban haciendo y seguían bloqueando todo lo que había pasado hasta el momento, pero cada vez era más complicado; los ojos de Twilight comenzaron a anegarse y Applejack hiperventiló un poco, pero enseguida se repuso. La unicornio terminó con los vendajes y recogió las cosas.
-Ya está…
Parpadeó y dos lágrimas cayeron al suelo, empapando la paja; las dos se sostuvieron la mirada por unos ínfimos segundos y con eso bastó. No pudieron más, tan solo dejaron que rebosase. Estallaron con fuerza, de forma gradual. Los sollozos eran como rasgaduras en una henchida tela, las dos ponis se abrazaron mientras lloraban con fuerza; el lamento era tan grande y tan audible que enseguida llegaron al sitio Big Macintosh y Granny Smith, los cuales se quedaron extrañados al ver el estado de ambas ponis.
-¡Applejack! ¿Qué te pasa hermana, dónde estabas, que ha ocurrido?-inquirió el semental rojo, acercándose a ella.
Pero ni ella ni Twilight estaban en condiciones de explicar nada en esos momentos y continuaron llorando sin parar, extendiendo su tristeza y dolor hacia todas las direcciones, sin despegarse en ningún momento la una de la otra. Para Big Mac y Granny Smith fue una eternidad, con cada minuto que pasaban viendo cómo su hermana y nieta se derrumbaba de esa forma y sin saber por qué fue un suplicio. Finalmente, tras varios minutos de llorera ininterrumpida y sentimientos desgarrados, las dos comenzaron a calmarse poco a poco y Big Mac lo intentó.
-Applejack… ya está, tranquila… dime qué ha pasado…
Entre espasmos y respiraciones entrecortadas, Applejack llegó a musitar.
-Muertas…
-¿Cómo?-inquirió él, extrañado.
-Muertas… todas… muertas…
-¿Quiénes, Applejack?
La poni de tierra le miró con sus ojos verdes enrojecidos y masculló.
-Mis amigas… muertas…
Las caras de Big Mac y Granny Smith dibujaron una mueca de incredulidad, mientras que la frase a medio hacer tan solo agravó los sentimientos de las dos ponis y siguieron llorando incontroladamente hasta que finalmente cayeron rendidas debido al agotamiento físico y psíquico. Big Mac cargó con ellas y las llevó a la granja, mientras que Granny Smith iba a despertar a Applebloom para que hiciera varios recados por ella. La potrilla se dirigió primero a la biblioteca, avisando a Spike para que fuera a la granja a ver a Twilight; luego se pasó por las casas de las demás ponis para tratar dar algo de sentido a lo que dijo Applejack, no encontró a ninguna, pero al llegar a la cabaña de Fluttershy se encontró con que ésta se había caído, un rastro de barro enorme se extendía desde los cimientos de la derrumbada estructura y se perdía en dirección hacia el bosque Everfree.
Mientras tanto, en el palacio de Canterlot, la princesa Celestia se encontraba paseando por los pasillos mientras miraba varios papeles; pasó al lado de la sala donde guardaban los elementos y en ese preciso instante notó como un enorme flujo de energía se deshacía poco a poco, como un globo pinchado. Celestia abrió mucho los ojos y soltó los papeles, echando a correr hacia la cámara sellada; la abrió usando su cuerno y sacó la caja donde se guardaban los elementos. Vio al elemento de la magia y al de la honestidad brillando débilmente, mientras que el resto habían perdido todo color y se mostraban totalmente negros y sin vida.
-No… no…-masculló ella, comprendiendo la situación.
Cerró la caja, sin poder evitar que sus ojos se anegaran.
-Twilight-masculló.
Y sin perder más tiempo echó a correr, llamando a sus guardias.
Y así se perfila el prólogo de una secuela del fic Mandíbulas, escrito originalmente por Goldman200 y del que tengo permiso para hacerlo. No es estrictamente necesario que os lo leáis para comprender éste porque yo mismo he añadido un pequeño relato autoconclusivo entre medias que explica los sucesos del anterior, pero si le queréis echar un vistazo adelante, merece la pena igualmente. Voy a subir el capítulo 1 dentro de nada, que es donde está el autoconclusivo por si no queréis miraros el otro y os situéis rápidamente. Espero que os haya gustado, comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!
