Conociendo a los padres

Estaba desesperada. Caminaba de un lado a otro en su cuarto como pyroar enjaulado. Se miró al espejo por millonésima vez. Su pelo estaba bien peinado, su rostro tenía una ligera capa de maquillaje, su vestimenta era sencilla. Usaba unas sandalias rosas, un jean azul ceñido, y una camisa blanca sin mangas con luvdisc dibujados. Inhaló y exhaló profundamente.

Se sentó en su cama al lado del montículo de ropa formado por todas las prendas que había probado antes de decidirse por la que llevaba puesta. Volvió a inhalar y exhalar. Sentía un mareo que la azoraba, sentía que iba a hiperventilar, sentía que iba a vomitar, sentía muchas cosas. Pero debía calmarse no fuera que empezara a sudar frio y su maquillaje se corriera. Miró el reloj preocupada. Ya eran las seis de la tarde. El sol se estaba ocultando tras la cadena montañosa que rodeaba el pueblo paleta. El sol estaba teñido con una gama de rojos, naranjas, amarillos y rosas. Normalmente se pondría a admirar eso, pero estaba muy nerviosa para asomarse por la ventana. Pensaba que su corazón se desbocaría cuando viera a él acercándose a la casa.

Entonces escuchó el sonido de la puerta de la entrada abriéndose. Dio un respingo y saltó como un bunery fuera de su cama. Salió de su cuarto sin importarle el desorden que dejaba. Bajó las escaleras al primer piso con prisa y precaución.

-Bran…-su emoción sufrió un bajón al ver a un par de chicos, uno pelo castaño y otro pelirrojo saludando a su madre y alzó la voz- ¡¿y ustedes que hacen aquí?!

-bromeas?-habló red- no me perdería esto por nada.

-lo mismo digo-dijo Green- es una pena que blue no pueda estar presente.

Leaf mostró los dientes como un growlithe rabioso a esos dos.

-oigan no vayan a causar problemas- el padre de leaf venia de la sala. Era un hombre de estatura media. Con cabello castaño y largo, amarrado en una cola de caballo. Llevaba puesto una bata de laboratorio, una camiseta blanca, un jean y unos zapatos marrones. Acomodó sus lentes y miró con seriedad a Red y Green- no quiero que causen problemas. Esta es una ocasión delicada y no quiero complicaciones.

-es verdad-dijo la madre. Una mujer hermosa de pelo azul y rizado. Llevaba puesta un delantal crema sobre una camisa verde y una falda rosa- no quiero que hagan nada que haga incomodar la cena con el novio de leaf.

-descuida tía-dijo red- seremos tan callados que no notaran que estamos aquí.

-eso espero-comentó la madre con seriedad y luego cambio su tono a uno más alegre- muero de ganas por conocer al novio de mi hija. Oh discúlpenme debo volver a la cocina.

-hmph ya veremos-dijo el padre receloso mientras la madre se alejaba- todo depende de qué clase de chico sea.

-pfff- red y Green hicieron un esfuerzo sobre humano contener una sonora carcajada. El padre los ignoró y también dejó a los jóvenes y regresó a la sala.

-"chico"- dijo red con burla. Green se dobló hacia el frente como si estuviera haciendo una reverencia. Con las manos en la boca haciendo lo posible por ahogar su risa. Ellos pegaron un respingo al sentir el aura de fuego de leaf. Sus ojos estaban destellando con pura ira. Pero sin hacer nada más que gruñir ella se dio la vuelta y se fue dando pasos pesados.

-oye Green.

-¿Qué pasa red?

-¿no has notado que últimamente no nos agrede físicamente?

-sí, eso mismo pensaba. En el pasado nos hubiera golpeado hasta al cansancio y ahora solo ladra sin morder.

-¿Qué le pasara?

-quien sabe-dijo Green encogiéndose de hombros.

-oye Green.

-¿ahora qué?

-les tomamos una foto de las caras que pondrán mis tíos cuando vean a Brandon.

-¡red!-exclamó Green- ¡qué gran idea!

Mientras tanto leaf volvió a su cuarto hecha una furia. La presencia de esos dos era lo que menos quería en ese momento. Tomó su almohada y presionó su rostro contra ella para poder lanzar un grito de desahogo. Entonces escuchó el motor de un auto enfrente de la casa. Con emoción se asomó por la venta y reconoció de quien era el carro. Con la misma prisa que antes bajó al primer piso. Abrió la puerta desesperada. Ahí lo vio. Caminando a paso seguro hacia la casa. Ya no llevaba su vestimenta de aventurero sino que estaba vestido formalmente con una camisa blanca abotonada de manga larga y con cuello. Llevaba un pantalón negro y zapatos lustrosos del mismo color.

Cuando estuvo enfrente de la puerta los dos se quedaron mirando. Como si los ojos de uno hipnotizaran al otro.

-¿ya llegó?- la voz de padre de leaf los sacó de su trance. Entonces vio a Brandon- buenas noches ¿en que lo puedo ayudar?

-¿ ya llego?-su madre entró en escena.

Leaf por un momento sintió que se iba a desmayar. Pero Brandon se puso al lado de ella y saludó con confianza.

-buenas noches. Es un gusto conocerlos, ustedes deben ser Robert y Delia ketchum-dijo. Lo que los dejó extrañado- permítanme presentarme. Me llamo Brandon Layers.

Los padres de leaf duraron un momento sin reaccionar. Hasta que cayeron en cuenta de la identidad del hombre de mediana edad que estaba justo en frente de ellos. Los dos dirigieron su vista a la de su hija de 17 años que evitaba el contacto visual y jugaba con su pelo nerviosamente. Volvieron a ver al hombre que seguía sonriendo. Y se quedaron estáticos nuevamente.

Pic pic.

Se escuchó el sonido de la cámara digital de red siendo accionada por un hunter.


Estando en la mesa cenando todos juntos sin dirigirse las palabras. Solo echando vistazos fugaces al visitante.

-y…dígame…-habló finalmente Robert-se…señor…Brandon…-su inquietud era más que notable- ¿a que se dedica?

-tengo dos trabajos-respondió Brandon inmediatamente- soy arqueólogo y además soy un cerebro de la frontera en hoenn.

-oh…que…interesante…-respondió Robert sin mucha emoción.

-¿conoció a leaf cuando ella fue a hoenn a participar en la batalla de la frontera?-preguntó su madre seriamente.

-claro. Debo decir que lo que a ella le falta en habilidad lo compensa con esfuerzo. Yo era el último cerebro de la frontera a quien debía vencer para poder ser coronada como campeona del reto y no fue hasta la décima vez que logró hacerlo.

-y fue por poco- terminó leaf con modestia. Brandon rio por lo bajo.

-y…tengo que hacer esta pregunta casi por obligación como padre-volvió a hablar Robert- ¿Qué piensa usted de tener una relación con una joven que podría ser su hija?

-papa-le recriminó leaf.

-yo también quisiera escuchar lo que piensa-aseguró la madre con seriedad.

Brandon dejó de sonreír adquiriendo una expresión seria. Dejó a un lado el tenedor y el cuchillo. Apoyó sus manos sobre la mesa entrelazándolas.

-hace un año habría respondido esa pregunta como la mayoría de personas-dijo- pero conozco a su hija desde hace tres años y llevo esta relación con ella desde hace uno. Lamento que se los haya mantenido en secreto todo este tiempo. Eso se debe a que una parte de mi todavía se sentía inseguro, pero luego pensé en lo mucho que leaf había alegrado mi vida. Revivió en mi ese sentimiento de aventura y emoción que tienen todos los entrenadores apenas salen en su viaje pokemon. Me di cuenta que podía seguir disfrutando de la vida al máximo. Que podía dar aún más de lo que ya daba. Y todo eso se lo debo a leaf- volvió a sonreír y tomó la mano de la joven que estaba a su lado. Leaf sonrió también y correspondió el gesto- ya no tengo dudas de mis sentimientos y no voy a avergonzarme de ellos. Por eso he venido aquí con una petición- leaf apretó con fuerza sus manos en espera de lo que se avecinaba- por favor denme su bendición para que me case con su hija.

-¡puaj!-Green y red se atragantaron con su comida y cayeron de espaldas. Eso era algo que ni ellos se esperaban.

Por su parte los padres de leaf esbozaron unas sonrisas nerviosas y quedaron tan blancos como el talco.

-humm eso…es algo…precipitado-dijo la madre- apenas hace unos días que nos enteramos que leaf tenía novio y…

-¡cierto! es algo precipitado- intervino Green que tenía la respiración pesada. Red todavía seguía tirado en el suelo luchando por respirar, su rostro estaba adquiriendo una tonalidad azul.

-señor y señora ketchum-respondió Brandon- esto lo pido con seriedad y es algo que hago por…

-espera-interrumpió leaf. Ella miró a Brandon con ojos aguados pero llenos de determinación. El asintió y aguardó silencio. Leaf tragó saliva para suavizar el nudo que había en su garganta. Miró con firmeza a sus padres.

-papa. Mama-habló con un tono firme pese a su expresión- amo a Brandon y estoy segura que estamos destinados a estar juntos.

-pero es muy pronto hija-dijo el padre.

-yo quiero realmente tener una familia con Brandon-siguió leaf- de hecho voy a tenerla.

-¿Qué?-preguntaron al unísono Green, Robert y delia.

-estoy embarazada.

-¡EMBARA-¿QUÉ?!-exclamó red saliendo debajo de la mesa.

Sus padres ahora parecían montículos de sal que se desmenuzaban poco a poco. Bajo su propio peso.

-leaf…-boqueó Green- ¿vas a…tener un bebé?

-de hecho-con mucho nerviosismo levantó su mano con dos dedos extendidos. Sus padres parecieron terminar de deshacerse haciendo un poof.


-eso fue más fácil de lo que esperaba-comentó Brandon.

-define "fácil"-respondió leaf con un tono de reproche. Estaba sentada en su cama con su pijama blanca puesta y cepillando su pelo. Brandon sonrió de forma divertida. Le sujetó con suavidad y ternura las manos y la hizo recostarse sobre su pecho.

-siempre te gusta cepillar tu pelo cuando estas nerviosa o fastidiada- le dijo. Ella resopló y se acurrucó entre sus brazos.

-no creí que fueran a aceptarte a la primera- le dijo con el rostro oculto en su cuello.

-para ser honesto yo tampoco, por eso digo que fue fácil.

Leaf sacó su rostro de su escondite y buscó los labios de Brandon. Se dieron un tierno y prolongado beso. Terminado el beso leaf volvió a acomodarse. Estaban los dos sobre su cama. Brandon estaba en solo su boxers y leaf aprovechaba para acariciar su piel y músculos marcados con las yemas de los dedos.

-Brandon…yo…- la voz de leaf sonó adormilada y soltó un bostezo.

-debes descansar-le dijo-mañana será otro día.


La alarma sonó emitiendo el agradable sonido de un chimecho. Brandon estiró su mano para apagarla teniendo cuidado de no mover mucho a leaf que tenía la cabeza sobre su pecho. Luego se volvió a acomodar en su lugar.

Leaf acarició su rostro con ternura dándole a saber que ya estaba despierta.

-buenos días-saludó ella.

-duerme un poco más-le respondió.

Ella no le hizo caso. Se levantó y se puso sobre él sentada a horcajadas. Lo besó con pasión. Fue un gesto que transmitía un sentimiento exigente. Brandon la sujetó de los hombros y la empujó levemente para separarla.

-leaf…

-hagámoslo- le dijo. Él hizo una mueca.

-no se…te veo tan frágil ahora y estamos en la casa de tus padres.

Ella se le quedó mirando fijamente. Pasó su mano derecha hacia abajo recorriendo su pecho, su abdomen y finalmente encontrando una dureza. La masajeó apretándola ligeramente. Brandon dio un respingo casi imperceptible.

-se honesto-le dijo leaf.

El hizo otra mueca y asintió. Esa era la primera vez que lo harían sin tener que depender de un sentimiento desbordado ni tener que sentir culpa después de hacerlo. Se despojaron de su ropa quedando como vinieron al mundo. Leaf retomó su posición sobre él y con cuidado se dejó caer. Los dos se unieron poco a poc. Ella empezó a mover lentamente sus caderas con las manos de Brandon en sus posaderas. Se podía decir que estaban excitados, relajados y libres.

-Brandon…-dijo ella soltando un gemido. Iba a decir algo más cuando la puerta de su cuarto se abrió de golpe.

-¡¿leaf es cierto que…?!-la chica que entró en su cuarto abrió los ojos como platos y desencajó su mandíbula cuando vio esa escena. Era blue.

-nnngggh- leaf reprimió lo que parecía un gemido espantando a blue.

-¡lo siento!-gritó ella azotando la puerta al salir.

Sin cambiar de posición Leaf volteó a ver a Brandon con una mezcla de vergüenza y reproche.

-¿tenías que terminar justo cuando ella entró?-le preguntó.

Él solo se echó a reír.