Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, lo demas fue una idea que se me acaba de ocurrir para presentar como fic ;D

Bella

Dejándose llevar por la pasión

No era yo, pero todo este lió del amor me tenia con problemas que, para cualquiera, lo haría pensar de una manera sorprendente. En mi caso, amo a una bella mujer que se casara en poco tiempo. Lizzie, la amo, o eso creo.

En estos momentos camino a la playa, quiero ver a mi amiga Bella, ella llego desde hace dos semanas y desde entonces somos excelentes amigos. Ella sabe todo lo que me pasa con mi enamoramiento, del cual ya no estoy tan seguro, pero sigue siendo amor. Por lo menos eso dice mi cabeza.

Camine un poco lento, por la playa, recordando los momentos buenos que Bella y yo pasamos en esta. ¿Que es lo que me pasa ahora? ¿Como es que pienso más en Bella que en Lizz? Mi Lizz, en verdad nunca fue mía y eso es lo que me duele.

Llego al tronco, esta vació, como siempre. Me siento en el y miro el cielo, as nubes blancas y con forma de algodón, el agua golpeando contra las rocas, la arena que se arremolina bajo mis pies y el viento que me no me hiela, por más frió que haga. Unas de las cualidades de un licántropo.

La lluvia, eso es lo que arruina las cosas al poco rato. Cae como si de un diluvio se tratara, pero solo es agua, no me hace daño ni me enfría hasta enfermarme de hipotermia. Me levanto de el tronco vació y me dirigió a mi casa, mi pequeña y acogedora casa roja.

Al llegar veo una pequeña figura que se mueve de un lado para otro y tirita como gelatina lista y hecha. Al acercarme me percato que es Bella, mi mejor amiga desde que llego. Pero se esta congelando con la lluvia. Pobre. Tengo que rescatarla, después de todo, eso hacen los amigos ¿O no?

-Bella - Le toco los hombros y ella un poco asustada se da vuelta. Pero queda muy cerca - ¿Que? ¿Acaso temes que el lobo feroz te coma? - Eso no salio como yo quería exactamente que saliera de mi boca. Bella se sonrojo un rato, pero el sonrojo paso al instante al pálido y por fin pude apreciar que sus labios eran morados ¿Por que miraba sus labios? - Ven... entra, que hace mucho frío afuera .

Abro la puerta de mi caza y dejo que ella entre, se ve tan indefensa y delicada, si. por que mi Bella es ...¡ Esperen! ¿Mi Bella? No, yo no debería pensar así de ella, ella no es mía, nadie lo es, por que yo estoy solo. ¿Solo? Si, totalmente solo, por desgracia.

-¿Jacob? ¿Estas? - Pregunta Bella pasando su mano por frente de mi cara. Yo la miro, es más hermosa que de costumbre, bueno, ella siempre ha sido bella, pero esta vez era más hermosa que nunca, era como estar mirando a una Diosa Griega.

-Si, es que estaba pensado en Lizz - Mentí, no le podía decir que en estos últimos días pensaba mucho en ella, más de lo que debería, pero eso es algo que no se puede controlas, Bella es tan... apetecible y estar todo el tiempo con ella me hace... ¡Mejor ni decirlo!

Su ojos dejaron de lado ese brillo peculiar al momento que mencione a la chica que me robó el corazón. Acaso ¿Eso era dolor? Era mi amiga, pero no como para que sufra de esa forma por mi bien. Al menos, ella en mi vida es importante, la pregunta es ¿Cuanto yo soy en la suya?

Bella dio un paso y como sus pies no son los más ágiles que existen sobre la faz de la tierra, termino tropezando. Pero antes de que su bello rostro se estrellara contra el suelo, la agarre de sus costados con mis súper reflejos de lobo. Y la deje a mi lado. Estaba temblando.

-Me asustaste Bella - Era verdad, mi corazón estaba a mil por hora, pero su acercamiento contra mi rostro era demasiado y eso lo aceleraba más - ¿Te pegaste? - Ella negó deprisa, pero aun temblorosa - ¿Estas bien? - Ella negó de nuevo. Miro mis labios y cuando subió sus ojos a los mios, sonrió y asintió.

El acercamiento de su boca contra la mía era mucha, demasiada. Los centímetros eran más grandes que la distancia que nos separaba. Su aliento chocaba con el mi cara y viceversa. Mi lado de hombre enamorado de otra chica, me decía que me aleje, pero otra más fuerte, no se cuanto, me pedía a gritos que la besara. Le hice caso a la segunda y su boca se encontró con la mía.

Ella no tardo en corresponderme a dulce beso, era fogoso y lleno de fuego, que quemaba, pero era un fuego acogedor. Sus manos se dirigieron a mis mejillas para acercarme aun más y las mías a su cintura para estrecharla a mi cuerpo. El contacto tan cercano provoco que un gemido silencioso saliera de mis labios y siendo absorbido por los de Bella. Se me estaba hiendo el control y me encantaba.

El beso se volvió más apasionado, con nuestras lenguas danzando y chocando una contra la otra en un baile frenético que no querían acabar pronto. El calor de mi cuerpo aumento y el de Bella igual, nuestras bocas debían como podían de la otra, sin cansarse, sin rendirse y llevando más allá las cosas.

Mi manos, no se como, se encontraban tratando de desabrochar el primer botón de la camisa de Bella, temblorosas no le acertaban a ninguna, esta era mi primera vez y nunca pensé que esto se me escaparía de las manos. Pero solo estaba pasando, tan simple y sencillo. Mi mente estaba en un blanco de pasión.

Bella se dio cuenta de lo que sucedía cuando le moví las manos para poder sacar esa tela que pesaba un millón de kilos y era extremadámente gruesa, por lo menos en estos momentos donde el fuego corría por las venas lo era. Ella se tensó un poco, pero al posar mis manos en su cintura, se relajo. Lo teníamos todo en orden. Acaricié su piel descubierta ¡Demonios! Su piel era mi perdición personal.

Billy no llegaría hasta mañana por la noche, pues dijo que acampada cerca de una laguna para al otro día poder pescar temprano y después de eso ir a ver tv a la casa del padre de Bella, Charlie. O por lo menos eso esperaba, no quería que nos encontrara en esta situación que por ahora no era incomoda, o por lo menos para que no la detuviera, por que olvidaba de todo a la chica que se casaría en unos meses.

Sin darme de cuenta cuando sus manos pequeñas y blancas como la nieve, bajaron a desabrochar mi pantalón, solo sabia que ahora ya no los traía puesto, solo mis boxer, por que hoy no me transforme. Bueno, Bella sabia eso de mi, lo averiguo solita, pero la cosa era que lo sabia. Fue sorprendente para mi que no se asustara por que me convirtiera en una gran cosa peluda.

Ahora ella se despojaba de su pantalón, dejándose ver lo blancas y preciosas que eran sus piernas. Nunca pensé ver algo más perfecto, tan suaves, tan carnosas. Pase mis manos por ese lugar repetidas veces. Bella suspiro contra mis labios. Las enredo en mi cintura y solté otro gemido al sentir como mi "Amigó" chocaba contra su intimidad, asiendo una dolorosa fricción. Ella sonrió.

La lleve a mi pieza y la recoste en mi cama, delicadamente, para no lastimarla ¿Pero eso importaba? Ahora mi lado más salvaje estaba tomando las riendas de todo y a ese lado no le importaba nada. Bueno, puede que un poco, yo no tenia la menor idea de que si ella era virgen, como yo. Su rostro estaba sonrojado por el calor y su cabello alborotado la delataba. Me gusto mucho esa imagen. Sonreí.

Ataque de nuevo, pero esa vez, a su cuerpo. Con mis manos recorrí delicadamente y lentamente sus costados y su vientre, en verdad fue todo, pero no quería dejar nada sin recorrer con mis manos novatas y principalmente principiantes. Bese su cuello como si le quisiera chupar la sangre como una de esas malditas sanguijuelas que me transformaron en esto.

Al rato sentí como algo estaba en mi mano y al ver, note que era el brazier de Bella, ella misma se los había sacado, para mi, solo para mi. Mire sus senos, eran redondos, de un tamaño normal, eran perfectos. Igual de blancos que toda su piel, y eso los hacia más bellos. Pase una de mis manos por ellos, no estaba seguro de por donde comenzar. Quería hacerlo, no me podía detener por nada del mundo.

Los gemidos que salieron errantes de la hinchada boca de Bella, eran música para mis oídos, nunca escuche sonido más gratificante, que mejorara mis estados de animo y me llevaran a volar por los cielos. Ese sonido nunca antes lo escuche, pero en estos momentos lo disfrutaba como si fueran de la chica que amaba... ¿O yo amaba a Bella? ¿No por eso hacíamos esto? ¿Yo le iba a hacer el amor? ¿O era solo sexo?

Las respuestas a esas preguntas me tenían confundido, yo amaba a Lizzie, pero algo dentro de mi deseaba a Bella con una fuerza que era imposible de negarla. No podía decir que era solo sexo, no, le iba a hacer el amor, por que una parte de mi la quería, no era tan fuerte como la de Lizz, pero la quería. Estaba confundido.

Mi boca cambio de papeles con mi mano, asiendo que los gemidos de Bella se expandieran por toda la casa, sus manos en mi pelo trataban de que me acercara más a su cuerpo, pero era imposible, ya que casi me la estaba devorando, literalmente. Los sonidos de su boca que estallaban por toda la casa me llenaban de orgullo, la estaba asiendo gozar y al mismo tiempo a mi.

Mis manos, que ya quería que esto llegara más allá que simples caricias, se fueron presurosas a mí boxer y me lo saque de un jalón, así quedando desnudo y listo para Bella, solo para ella, pero ella aun no para mí. Sus caderas se alzaron y rosaron mi extremidad encendida, haciendo que los gemidos de mi boca fueran más fuerte y fueran acallados por el ceno que se encontraba en lamiendo con devoción.

Ahora fue turno de sus bragas, las arranque gracias a mis instintos licántropos, pero después ella tendrá que irse con puro pantalón, ya que su ropa interior no tenia arreglo, la hice trisas en mi intento desesperado. Yo estaba urgido por estar en ella, pero debería de ser delicado, aun que puede que ella no sea virgen, no lo sabia, igual iría despacio. Bese sus labios para luego levantarme de su cuerpo y que mi cuerpo quedara entre sus piernas, las cuales estaban abiertas de par en par para poder recibirme con gusto.

Me moví hacía delante, ya sentía su calor en mi "amigó" pero aun no me unía a su cuerpo, estaba nervioso ¿Y como no? Yo era virgen. Bella se apoyo en sus codos y me miro, ya que estaba a la orilla de la cama, preocupado en meterme en su interior sin lastimarla. Había llegado la hora, estaba muy cerca y esto no acabaría aquí.

Me metí de a poco en ella. Cerré los ojos al sentir las emociones atacándome. Estaba tibia, tanto como yo, pero mí calor corporal le ganaba. Su cuerpo se tensó bajo el mio, de su boca salio un quejido de dolor y su respiracíon se volvió más agitada. Ella era virgen, al igual que yo. Estaba orgulloso de alguna manera, los dos eramos vírgenes y nos entregamos para poder hacer el amor.

Me adentre aun más en ella, sin terminar ese camino que se me estaba haciendo infinito. Bella soltó otro sollozo más fuerte y me detuve. La estaba lastimando, y me pare momentáneamente para que se acostumbrara a la pequeña parte de mí que estaba en su interior, por que aun faltaba más, mucho más. Acaricie sus níveas piernas blancas con delicadeza. A ella se le escapo un suspiro.

Después de un rato, seguí mí bendito camino a su interior, esta vez un poco más rápido. Hasta que Bella soltó un pequeño grito, pero esta vez uno lleno de placer. Ya estaba dentro de ella, por fin estaba en mí completidad dentro de un cuerpo que solo se entrego a mí y el mio a ella, aun que puede que esta solo sea una aventura de una noche. Pero yo no deseaba eso.

Moví mis caderas, saliendo y entrando de a poco en ella, con un movimiento tan lento que me sorprendí al tener ese control sobre mi cuerpo. No estaba encima de su cuerpo, solo en medio de sus piernas, al borde de la cama, me quedaría ahí todo el rato, mientras le hacia el amor y la hacia mía. En esta posición estaba más cómodo, aun que no la pudiera besar, pero era cómodo. Solo acariciaba todo lo que estaba al alcancé de mis manos.

Mi choque contra sus caderas aumento de velocidad a una que ningún humano podía llegar. Bella echo su cabeza para atrás, con los ojos cerrados, dejando escuchar los gemidos que salían de su boca. De la mía también salían, pero más ronca. Mis caderas provocaban un delicioso sonido al chocar contra las suyas. Ese sonido resonaba en mis oídos como eco de una cueva. Cada vez más fuertes y claros.

-¡Ah! - Gemía ella. Su boca estaba abierta ligeramente mientras salían esos espectaculares sonidos. Los mios también se hicieron más fuertes, la pieza y casa se lleno de nuestros gemidos. Mis caderas se seguían moviendo más duras y fuertes a medida que perdía el control sobre mi ser. Me estaba volviendo un loco - ¡Ah!

-Bella - Se escapo de mis labios mientras la miraba del borde de la cama. Toda ella se movía, hasta la cama bajo su cuerpo, era una escena alucinante. Ella... era tan perfecta, se entrego a mi, pero no creo que yo le pagué con la misma moneda, no mientras mi corazón aun ame a Lizzie de esta forma tan grande.

Le estaba haciendo el amor, de eso no cabía a menor puta duda, ella estaba en una parte de mi corazón, no se si yo en ella. Me pregunto si alguien pensara que todo esto fuera tan fácil, osea, caer en los brazos de una mujer, y dejarte llevar hasta que se termina acostándote contigo, para mi no fue tan difícil, pero esperaba hacer esto con otra persona. Otra chica.

Cerré los ojos, el entrar y salir de ella me volvía loco, sus ruidos aun más, ver como su cuerpo se movía de arriba para abajo en la cama sacaba lo peor de mi. Por eso los cerré. También para sentir solo como mi miembro entraba en ella con rápidas y novatas embestidas, como su cuerpo se unía con el mio una y otra vez, aun y otra vez. De como estaba dando todo esta noche en mi cama.

Pose mis manos en su frágil cintura y nos movía a los dos para intensificar el ir y venir de ambos. De su piel chocando contra la mía, de como mi mente estaba atenta a cada rose de su cuerpo con el mio. Las estocadas ahora movían mi mundo, el de ella. Ambos locos de placer que nos dábamos mutuamente.

Mis manos acariciaron su cintura, con delicadeza y algo de experiencia al ya estar por un gran rato en esa posición. Los dos unidos en cuerpo y alma. Mi corazón amenazaba con hacer colapsar mis pulmones si mi movimientos no eran rápidos. Aumente el ritmo. Bella gimió mi nombre y eso se sintió como un calmante para mi corazón maltratado, la cura perfecta.

Pero ¿Que me pasaba? Estaba haciendo el amor con Bella cuando se supone que Lizzie estaba en mi mundo, yo que sepa, la he amado desde que lego a Froks, aun cuando estaba con ese chupasangres y me prefirió por encima de él. A pesar de que la amaba, yo estaba con Bella y eso era una traición a mi amor por ella, aun que ¿A quien le importaba ahora eso? Yo que sepa a mi no. Lizz me dejo de lado, yo seguiría con mi vida.

Su intimidad se estaba tencionando, esas que me indicaban que su orgasmo estaba cerca, que todo esto estaba cerca de terminar en una explosión que te corría como fuego. Le investía con más energía para poder llegar junto con ella, con su santo cuerpo que era completamente mio. Sus paredes me aprisionaron aun más... ese fue el fin de todo.

El cuerpo de Bella se tensó repentinamente, haciéndome perder el control y tener mi salida de esto. Ella grito aun más fuerte, sus manos se aferraron a las sabanas, como si tratara de que su cuerpo no saliera volando por los aires, su respiración era errática, al igual que la mía. Habíamos hecho todo en una sola noche de lluvia.

Yo en cambio, apreté mis ojos con fuerza al sentir como me derramaba en su interior. Mis manos apretaron su cadera. Aun que terminados el orgasmo, me seguía moviendo, con más lentitud, yo aun no quería terminar, era delicioso sentir como mí miembro activo entraba y salia de esa cueva estrecha y caliente. Pero el cansancio me venció.

Mi cuerpo estaba sudoroso, al igual que el suyo, los dos con la respiración entrecortada y los corazones a mil por segundo. Ya no había vuelta atrás, desde este momento nuestras vidas cambiaban radicalmente para siempre. Ninguno de los dos quería hablar, yo aun dentro de ella y ella mirando el techo de mi pieza.

Me moví rápido como el rayo y nos di vuelta, quedando ella en mí pecho sudoroso, con su corazón revoloteando en mis oídos. La palabras sobraban, o tal ves si teníamos que decir algo, pero a mí no me entraban las ganas de hablar y a mí parecer, ella menos. El silencio se hizo muy presente cuando nuestros corazones estuvieron normales.

Me quede dormido, dejándome llevar por los brazos de Morfeo.

¿Y? ¿Como quedo? ¿Muy horrible? ¿Terrorifico? Es mi primer fic al igual que mi primer Lemmon, ya se, esta feo, pero soy principiante en esto y las ganas de subirlo no me faltaron. Lo siento, es lo mejor que pude dar hasta ahora. Solo dejen eso a lo que de les llama: Reviews y me dicen ¿Si? ¿No? ¿Orripilante? ¿Para quemarse los ojos? Bueno, ahí lo sabre, con su excqusita opinion y ayuda para esto que llamo el primer capitulo de un gran fic, bueno, eso espero.