Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kishimoto.
N.A: La historia originalmente iba a ser un OneShot, pero, mi mente trabajó más de lo debido y me quedó una historia muy extensa. Por lo que tuve que dividirlo.
Se ambiente en una vida alternativa de Naruto y Sakura.
Una promesa sin cumplir.
-¿De verdad, estás seguro de esto?- dijo tímidamente una chica de cabellos rosas.
-De verdad. Nunca lo había estado antes - le respondió un chico rubio, algo nervioso.
Las miradas de ambos se juntaron y no podían despegarse.
-Sakura-chan…- susurró apenas el chico.
-¿Qué sucede Naruto?- le dijo tiernamente la chica.
No hablaron más.
Se seguían mirando y los rostros de ambos se sonrojaron aun más.
El viento de aquella pradera era muy resfrescante. Los árboles se mecían, lentamente, provocando sonidos, tenues.
El cielo, algo nublado, cambiaba poco a poco de color. La gran variedad de rojos anaranjados, se camuflaban entre los colores violetas de, algunas traviesas, nubecillas, que se movían lentamente, sobre el firmamento.
El sol se estaba ocultando, de a poco...
Hace ocho meses atrás, Naruto había llegado a la ciudad.
Como típico chico nuevo, le costó bastante adaptarse al nuevo ambiente.
En su antigua escuela siempre tuvo problemas por su hiperactividad y no era muy aceptado entre los demás chicos del salón. Esto se debía, solo y exclusivamente, porque era huérfano.
A pesar, que siempre mostraba ser un chico alegre y que nada le afectaba, cuando llegaba al viejo cuarto que El Estado le había otorgado, las lágrimas de dolor no dejaban de brotar. Varias veces se durmió sin comer, debido al cansancio de su llanto desgarrador.
Lo que más le apenaba en esos momentos, era no tener a alguien que lo consolara, ni siquiera un amigo.
A pesar de que, prácticamente, siempre vivió solo no era precisamente un chico mal educado, ni tampoco una persona de costumbres poco honestas.
Pero, la vez que trataba de acercarse a los chicos de su pueblo. Ellos, con algo de maldad, lo aceptaban. Sus juegos, siempre, terminaban en destrozos. La culpa siempre se la llevaba Naruto, simplemente, porque no tenía quien lo defendiera y porque creían, que por ser huérfano, no tenía modales ni buenas costumbres. Y aunque los chicos siempre le hacían lo mismo al pobre Naruto, él confiaba en que ellos, por fin, lo aceptaban en el grupo como un amigo más; Pero, siempre terminaba igual.
Hasta que un día Naruto, cansado de las burlas trató de matarse, tirándose de la azotea del colegio. Por suerte el cuidador nocturno se percató de una extraña presencia en la azotea y llegó, a tiempo, para detener al muchacho. Luego de esto, el director de la escuela decidió tomar cartas en el asunto.
Probablemente, un traslado de escuela, a otra ciudad sería lo más sano para el chico. Y el director no se equivocó.
Aunque, no se acostumbraba aun a su nueva escuela, al menos era aceptado por sus nuevos compañeros, en especial de una, Sakura Haruno.
Sakura no era, precisamente, la niña más bonita del salón. Incluso, cuando recién se conocieron con Naruto, él pensó que era un chico. Ya que ella solía usar un gorro de hombre y se recogía todo el cabello dentro de él. Además, se vestía con ropa muy holgada y poco femenina.
Aunque Sakura le dijo a Naruto su nombre, él solo pensó que era un nombre algo "curioso" para un chico, pero, "cada padre con sus ideas", así que, no le tomó más importancia.
Cuando el chico, finalmente, supo que Sakura era una chica (después de dos semanas de amistad) se sintió muy avergonzado, ya que aparte de que el(la), se había convertido en su mejor amigo, Naruto solía contarle todo, absolutamente todo. Hasta las cosas más privadas, que un hombre solo conversaría con otro hombre.
Con eso, quedaba resuelto, porque Sakura siempre se sonrojaba cuando hablaban temas de muchachos o simplemente no sabía responderle.
Esa misma tarde cuando lo supo; en su casa, azotó su cabeza repetidas veces en la pared. Como podía ser tan tonto, de no poder diferenciar un chico de una chica.
Y mucha más vergüenza le dio, cuando recordó que hace unos días atrás habían ido juntos al río. Naruto se desvistió como si nada en su presencia. A pesar de que Sakura le reclamaba que se vistiera o que por lo menos si se iba a bañar, que lo hiciera en ropa interior, él considero que era solo exageración de su parte.
También ahora entendía, porque el (la) no se quería desnudar para dejar su ropa secar, cuando Naruto, con toda la mala intención, lo/a empujo al río y, saliendo empapado/a, empezó a estornudar.
Se tendió sobre la cama y miró la fotografía que se habían sacado junto a Sakura.
En ese instante, golpearon la puerta.
Era su amigo/a, quien venía algo "distinto" a la Sakura que él conocía.
En esta oportunidad, la muchacha venía con el cabello suelto, con una diadema sobre su cabeza. También, su ropa era muy distinta; estaba usando un precioso kimono negro, adornado con pétalos rosas.
Ella venía a darle una invitación, para que fuera a su fiesta de cumpleaños. Le entregó la tarjeta, bastante tímida. Y aunque Naruto la invitó para que pasara, la chica se negó, ya que abajo la estaba esperando su mamá y aun le faltaba por entregar tarjetas.
Naruto la miró detenidamente y, por primera vez después de varios días de amistad, comenzó a verla como una chica y no como "el amigo" que solía confundir.
La muchacha estaba por irse, pero, Naruto la detiene.
-Espera, Sakura-chan.
-Dime- se detuvo en seco.
-Pienso, que te vez muy linda vestida así… ¿Por qué, no vas siempre así al colegio?- dijo Naruto, evidentemente, nervioso y muy rojo.
-No lo sé… creo que se debe a mi enorme frente- dijo mientras se golpeaba la frente con un dedo.
-Yo considero, que es una frente muy bonita.
Sakura, sonrojada aun más por los comentarios de su amigo, continúo explicándole, que siempre los chicos se burlaban de su frente y como la veían tan desprotegida, de una manera u otra, ella encontró la solución en volverse una chica algo agresiva. Por esa razón, ella hacía todas esas cosas de chicos y se vestía así, para ir a la escuela.
Y eso le funcionaba, porque ningún chico se atrevía a molestarla.
Luego, de esa breve explicación por parte de Sakura, ambos chicos se despiden…
De ahí en adelante, la relación de ambos no cambio mucho, solo que ahora Naruto tenia más delicadeza al tratar con Sakura y tenía la precaución de llevar, siempre, traje baño cuando iban juntos al río.
Ir conociéndola, en esta nueva faceta a Naruto, le pareció muy interesante. Tanto así, que al poco tiempo, comenzó a verla más que una amiga. A Sakura le estaba comenzando a pasar lo mismo. Pero, tenía vergüenza de decírselo y dudaba de que Naruto se fijara en ella siendo tan "feúcha".
Pero… hoy, precisamente hoy, todo se estaba aclarando y, tanto, Sakura como Naruto, se encontraban en el comienzo de una nueva relación.
Ambos chicos seguían mirándose tímidamente.
-Ya pues Naruto, dime algo- dijo y le agarró la manga de la chamarra.
El chico no respondió como ella quiso. Sin embargo, comenzó a acercar mucho a ella.
Sakura en acto reflejo, cerró los ojos y extendió su boca, para recibir el obvio beso que Naruto le daría.
-Sakura…- detuvo de una, el posible intento de un beso.
- Dime, ¿Qué sucede, Naruto?
- Yo estoy seguro de esto, pero… me pregunto… si tú estás segura.
La chica agachó la cabeza y él la observó.
-Sakura, si no estás segura, no te obligare a nada… ¡De verás!
-No es eso, tontito…- alzó la vista y se acercó de manera precipitada hacia Naruto. Él, en acto reflejo se cubrió la cara.
-¿Por qué te cubres la cara, Naruto?
-L-lo s-siento Sakura-chan…- dijo, casi, desvaneciendo la voz.
-No te preocupes, Naruto.
Ahora más en confianza, después de todo lo sucedido, ambos acercaron sus labios. Se dieron un suave y dulce beso, su primer beso como pareja, el primer beso de los dos.
Después, de unos segundos, se separaron algo sonrojados.
-Naruto…- dijo, agachando la mirada hacia sus zapatos, y comenzó a jugar con las puntas de estos.
- ¿Qué?
- Quiero que me digas, ¿Qué me encontraste? Hay muchas chicas lindas en nuestro salón… por ejemplo, Ino Yamanaka o Hinata Hyuuga. ¿Por qué yo?
- Mh… -Naruto se detuvo a pensar un instante- Es verdad, en el salón hay muchas chicas lindas.
Sakura se sintió algo mal por el comentario, ya que ella esperaba que él le dijera algo como "tú eres la más linda del salón" o algo así.
-Pero, a pesar de que ellas sean lindas por fuera, no tienen algo muy preciado y que me importa más que toda belleza externa- miró atentamente a su compañera y prosiguió- Ellas, no tienen lindos sentimientos como tú los tienes, Sakura-chan.
La chica se sintió muy feliz, ante este comentario.
-Y sabes Sakura-chan, tu eres mi primera amiga enserio. La primera persona que me quiere por quien soy y no me juzga por mi condición. Por eso, cuando pensé que eras un chico, eras mi mejor amigo, pero, cuando supe que eras chica… bueno, seguí considerándote mi mejor amiga, pero, algunos sentimientos cambiaron de a poco en mí. Disculpa si sueno tonto, quizás tú estás aceptándome, porque sientas pena de mí o quien sabe. Yo solo quiero que tengas sentimientos puros hacia mí, Sakura-chan.
Ella lo abrazó, tras el comentario de su amigo, y estuvieron un buen rato así.
Finalmente, cuando dejó de abrazarlo, mirándolo a los ojos le dijo -No seas tonto, Naruto. Yo no siento ningún deber hacia a ti. Yo te digo esto, porque lo siento de verdad. En un momento, yo también comencé a sentir cosas por ti, pero, pensé que tú nunca te fijarías en alguien como yo- se detuvo un instante, y luego, le sonrió a Naruto, quien la miraba algo incrédulo- Yo te quiero enserio. Nunca podría mentirte, porque tu eres mi amigo… o sea, eres más que un amigo.
- Gracias.
- De nada- le volvió a sonreír con ternura.
Ambos, observaron el hermoso atardecer, abrazados.
Se mantuvieron largo tiempo en silencio, sintiéndose, reconociéndose, pensando que el mundo era para ellos dos. Para ambos era extraño, ya que habían pasado muchas veces por esa situación; muchas veces habían estado observando un atardecer, sin parecerle nada de otro mundo, pero ahora, ese atardecer les parecía sacado de un libro de hadas.
- Sakura-chan… Me gustaría que estuviéramos juntos hasta que envejezcamos, tú seas una abuelita que teje todo el día y yo sea un viejo cascarrabias…
Ella rió por lo que dijo el chico.
- Pero, Naruto, ¿De dónde sacas todas esas cosas?
- La escuche en una película el otro día.
-Mh… yo no quiero estar contigo hasta que seamos abuelitos.
Naruto se puso, algo, triste.
Se paró y miró a Sakura.
-Comprendo…no te preocupes.
-Espera - agarró a Naruto del pantalón- No te pongas así.
-Entonces, ¿Cómo quieres que me ponga?- la miró con más tristeza aun- Si con ese comentario, arruinas todo lo hermoso del momento.
-Primero siéntate y te explicare.
Cuando él ya estaba sentado, Sakura le tomó la mano y la colocó sobre su pecho.
-¿Qué sientes, Naruto?
El muchacho estaba algo apenado, porque, a pesar de que ambos aun eran unos niños, ya se podían, al menos, sentir las formas femeninas en ella.
-¿Qué quieres que sienta?
- Cierra los ojos… o acaso no sientes mi corazón palpitar.
-Sí…pero, ¿Qué tiene que ver con todo esto?
- Estar juntos hasta viejos, es muy poco tiempo. Yo quiero estar contigo para siempre, incluso después que este corazón deje de latir. Ahora late, porque estoy viva… porque tú haces posible que sienta que mis días no son un tormento. Porque, antes que aparecieras, mi vida era tan triste; tú llegaste y la alumbraste. A pesar, de que este corazón deje de latir… lo que siento por ti no morirá. Lo juro.
Ella miró con ternura a Naruto y éste, le devolvió la mirada con una sonrisa.
- Gracias, Sakura-chan…
Continuaron mucho rato así, juntos, hasta que la noche cayó.
Naruto fue a dejar a Sakura a su casa y depositó un, lindo, beso en su frente.
- Lo vuelvo a decir, tu frente es muy linda.
La chica enrojeció y le pegó un manotazo en la cara, algo nerviosa.
- Lo siento, Naruto, no fue mi intención- dijo con los ojos sumamente abiertos y muy preocupada, ya que él, escondió la cara.
- Siempre dices lo mismo- dijo casi susurrando.
- Fue sin querer, de verdad- Sakura estaba que lloraba ya.
- Ya, tranquila si no fue nada malo -dijo sonriéndole y mostrando que no había sido nada.
- Eres un tonto, Naruto.
Luego de esto, ambos rieron.
Pero, la vida no es solo risas...
Cuando estaban en lo mejor de su relación, Sakura le contó una horrible noticia a Naruto.
- ¿Enserio?
- Si, Naruto. Oí a mis padres conversarlo el otro día, cuando baje a tomar agua en la noche.
El rostro del muchacho palideció y sintió que el mundo se le venía abajo. Cuando, había encontrado algo hermoso en su vida, ésta se lo arrebataba y de esa manera tan cruel.
Lo que Sakura había escuchado se cumplió apenas tres días después. A pesar que todo había sido muy rápido, ya tenían a alguien interesado en la casa de los Haruno.
El fatídico día llegó.
Ambos chicos se despidieron, tras una corta conversación. Ya que Naruto había llegado tarde a la despedida. Aunque Sakura, pensó que eso significaba que no la quería tanto; En realidad él odiaba las despedidas y sabía que sería muy doloroso si se despedían con mucha anticipación, es por eso que llegó cuando ya estaban por irse, para que todo ocurriera rápido y, según él, de manera menos dolorosa. Pero, las despedidas sean largas o cortas, duelen igual.
Cuando Sakura fue a besarlo para despedirlo, él corrió la cara y salió huyendo del lugar.
Ella ya no tenía tiempo para esperarlo, y con el apuro de sus padres, tuvo que subirse al bus.
-Tonto, Naruto… ni siquiera dejó que le diera el beso de despedida- se lamentaba.
Ella se acomodó en su asiento y abrió su pequeño bolso de mano. De su interior sacó una fotografía (la misma que Naruto tenía en su habitación).
Él se había alejado un poco de la estación y se secaba las copiosas lágrimas que caían.
No lloraba desde hace mucho. Con Sakura-chan a mi lado, ya no me sentía solo. Pero ahora… volveré a estarlo- se lamentaba con mucho pesar.
Naruto pensó, solo un segundo, en volver. Y corriendo, como nunca lo había hecho; llegó, justo antes que el bus partiera.
-¡Sakura!
Ella salió de su ensimismamiento y vio a Naruto que venía corriendo. Emocionada, se paró de su asiento y abrió la ventanilla. Pero, en ese mismo instante, el bus partió.
- ¡Naruto!
- !Sakura, que tengas un lindo viaje!, ¡No te olvides, siempre te voy a querer!
- ¡Naruto… lo nuestro es una promesa!, ¡Recuerda que te lo jure!, ¡Yo volvere…!- comenzó a llorar, nuevamente- ¡No me olvides!- sin poder contener las lágrimas- !Adiós!
-¡Nunca!… ¡Adiós, Sakura-chan!
Naruto dejó de correr. Porque, ya era inevitable…
Ella se había ido ya.
Habían pasado ya cinco años desde ese día, pero, él lo recordaba como si hubiera ocurrido ayer.
Ahora, era un joven muy atractivo, que llamaba la atención a donde iba.
Había tenido otra novia después de Sakura, pero, duraron poco. Porque en una cita, Naruto por error le dijo Sakura a su novia; lo que provocó, el enojo de la chica, después de aquella escena, decidió romper con ella. Y desde esa vez, nunca más volvió a tener otra novia. Ya que él, aun creía, que Sakura volvería en cualquier momento.
Todas las noches, se dormía pensando que estaría haciendo ella y si pensaría en él, como él lo hacia a diario. Como sería ahora, que tan linda se habría puesto con los años.
Cuando estuvo de novio con la otra chica, mientras la besaba, recordaba a Sakura. Pensaba, como se sentiría ella si supiera que estaba con otra en esos momentos. Pero, Naruto era realista… después de tanto tiempo, nunca recibió noticias de ella. Siendo que Sakura sabía donde vivía. Por esa razón, se tomaba con algo de tranquilidad su nueva relación, pero, aun así a veces, especialmente cuando la chica le pedía que le dijera que la "amaba", él se sentía muy mal. Porque había jurado que a la única que amaría, sería a Sakura.
Un simple "te quiero" le decía a su chica y ella, se quedaba satisfecha. La joven sabía que para él era complicado expresarse, pues Naruto le había contado su pasado (obviando la relación que tuvo con Sakura).
También, pensaba que Sakura, a lo mejor, también tenía novio. Todo esto lo atormentaba…
Hasta que un viejo maestro de su escuela le dijo -Que un verdadero amor nunca muere, a pesar de los años y que si ahora, tenía otra relación con otra persona no quería decir que dejaste de amar a esa persona que esperas. Que no se podía estar por la vida, esperando cosas rebuscadas, que todos tenían derecho a rehacer sus vidas. Que "esa persona" no podía llegar y aparecer después de tantos años sin dar noticia; y regañarte por la vida que habías comenzado a hacer.
Esas palabras, lo dejaban más tranquilo. Solo un poco, más tranquilo.
Un día, cuando Naruto daba sus caminatas de siempre, vio un puesto de recuerdos de la ciudad. Era nuevo, ya que nunca antes lo había visto o sabido de él.
Entró a ver que cosas habían.
Estaba fascinado con todo lo que había en su interior. Hasta que una chica, la que atendía el lugar, lo sacó de su transe.
- ¿En qué puedo ayudarlo?- le dijo sonriendo.
- No, no te preocupes solo estaba mirando.
Naruto llegó hasta una vitrina y observó que había muchas cajas musicales. Recordó que a Sakura le encantaban las cajitas musicales.
No se dio ni cuenta, pero, terminó chocando con otra persona, que también miraba con mucha atención las cajas musicales.
- Lo siento- se excusó Naruto.
- No te preocupes, la culpa también fue mía. Estaba tan atenta mirando las cajitas que no note que había alguien a mi lado. Aparte, este sombrero- se lo acomodó- me molestaba toda la visión.
Naruto abrió los ojos de par en par… a pesar de los años, no podía estar equivocado.
Aunque ahora llevaba el cabello bastante corto y lo tenía de color castaño; Esos ojos eran reconocibles de lejos, esa voz… aunque había cambiado un poco, aun se parecía a la que él recordaba. Y esa manera de hablar… tan propia de ella. Naruto estaba completamente seguro de que esa chica era Sakura, su Sakura-chan.
- Tanto tiempo sin verte… ni siquiera me escribiste, para decirme como estabas y en donde estabas viviendo ahora.
- ¿Disculpe?
- Ahora no me reconoces… Sakura-chan- diciendo esto, ahora, era la chica la que abría de par en par los ojos.
-¿Naruto?
-Sí, quien más.
-Mira… si estás tan grande; ¿Cuántos años han pasado ya?, ¿Cuatro?… no… cinco. ¡Qué genial haberte encontrado, justo en un lugar como este!
- La sorpresa es mía, Sakura-chan - dijo Naruto, claramente, alegre.
-Como ha cambiado ésta ciudad, yo no recuerdo que estuviera esta tienda antes.
- La pusieron hace poco, es primera vez que entró a ella- le sonrió a su amiga- Nunca pensé, que entrando acá te encontraría de nuevo, Sakura.
- Yo tampoco, que divertido, ¿No crees?
Ambos salieron del local.
Naruto le compró a Sakura una cajita musical que quería, ya que ella no llevaba suficiente dinero como para comprarla. Sakura, se lo agradeció enormemente.
Caminaron, lentamente, hasta que llegaron al parque.
Allí se sientan en unas bancas y, luego, ambos jóvenes se ponen a conversar.
-Y, ¿qué te trae por estos lugares de nuevo, Sakura?
-He venido a quedarme.
- ¿De verdad?
- Claro. La otra ciudad en la que estaba, no me gustaba para nada. Más bien era un pueblo. Que no tenía ni correo, por eso no te podía escribir. Había que ir al otro pueblo a dejar las cartas y mi padre no me dejaba ir para allá. Te extrañe bastante.
- Yo también. Siempre pensaba que estarías haciendo.
Sakura rió.
- Lo de siempre… dibujando paisajes. Bueno, imaginando. En ese pueblo, tampoco había grandes paisajes como los que hay acá.
-¿Vienes sola?
- No, no vengo sola- lo miró tiernamente- Vengo con Sasuke.
-¿Es tu nueva mascota?
Sakura vuelve a reír, divertida por la inocencia de Naruto.
- No, tontito- golpeándole la frente con el dedo- Es mi novio.
- ¿T-tu… no-novio?
-Sí.
A Naruto, la noticia le cayó como un balde de agua fría. Era posible que ella hubiera olvidado la promesa. Naruto se sentía el más tonto de los tontos. Pues, cuando estuvo con Temari (así se llamaba la chica que fue su novia), nunca dejo de pensar en Sakura. Incluso, no había terminado tanto con ella por la escena de celos de aquel día; sino que más lo hizo, por su propia salud emocional. Aun amaba a Sakura y no podía estar jugando con los sentimientos de él, ni con los de Temari.
Naruto aun no lo creía. No le hubiera dolido saber que Sakura hubiera tenido un novio en el otro pueblo, pero, haber venido a su ciudad natal, en donde estaría su primer amor esperándola y llegar más encima con un novio. Eso si le dolía.
Naruto no tenía la seguridad si esa relación duraría mucho. Pero, él confiaba en que todo el mal rato, acabaría. Estaba entrando en confianza, cuando observó algo, de lo cual se arrepintió toda su vida.
Cuando Sakura alzó su mano para recoger un mechón de cabello que le cubría la cara; notó en su dedo un, pequeño y brillante, anillo.
De momento, pensó que sería un regalo de ese "novio" pero, recapacitó y, supuso, que ese anillo se lo había comprado Sakura, pues, a ella de chica que le gustaban esos detallitos.
-Que lindo anillo- dijo Naruto para salir del paso.
-¿Enserio, te gusta?
- Sí, ¿por qué?
- Mh…a mí no me gustaba mucho.
- Entonces, ¿Para que te lo compraste?
- Yo no me lo compre… me lo regaló, Sasuke.
Naruto se mordió el labio inferior, con rabia.
-¿Te sucede algo Naruto?
- No. Pero, si no te gusta, ¿Por qué no se lo devuelves?
- No es que no me guste, es que lo encuentro muy… como decirlo…excéntrico para mí. Pero, Sasuke dijo que en precios no se fijaba, que solo quería lo mejor para su novia.
Cada cosa que ella decía, y la forma que hablaba de Sasuke, hacia que Naruto se sintiera mal y que comenzara a odiar a ese tal Sasuke, sin ni siquiera conocerlo. Pero, de lo que estaba seguro era que si lo veía frente a frente, lo golpearía por quitarle a su Sakura.
Pero, después pensó que con esa actitud solo empeoraría las cosas.
- El anillo, ¿Es solo un regalo o tiene algún significado especial?
- Es un anillo de compromiso- desvió la mirada- Con Sasuke nos vamos a casar.
Las últimas palabras le retumbaron infinitas veces en la mente a Naruto. "¿Había escuchado que Sakura se iba a casar con ese tal Sasuke o solo era una broma de sus oídos?"
Sakura, miró algo preocupada a su amigo, ya que había enmudecido de manera brusca y su rostro se tornó tenso y, algo, blanco.
- Naruto, ¿te sientes bien?- preguntó la muchacha.
- ¡Hey! Naruto…- repitió, pasándole las manos frente al rostro para que volviera a tierra.
-… disculpa…-tomando aire- "Sakura"- dijo su nombre, con un tono algo rudo.
-Menos mal, me habías asustado.
-No, tú sabes que "yo siempre estoy bien"- la miró con algo de disgusto- Estoy acostumbrado ha que me vean la cara de tonto.
- No te entiendo, ¿A qué te refieres con que te vieron la cara de tonto?
-Ya no importa- dijo en tono seco y, luego, parándose de la banca- No creo que sea buena idea que nos vean acá juntos.
-¿Por qué lo dices?
- Alguien nos podría ver -miró, seriamente, a Sakura- y yo no quiero tener problemas con tu Sasuke.
Ella se rió.
-¿De qué te ríes, Sakura? Esto, no me parece gracioso. Yo he estado muy tranquilo estos años y no quiero que un tipo que, apenas, conozco de nombre me venga a golpear por estar con su "futura esposa".
- Sasuke no es de ese tipo de hombres que se enfada por ver a su chica conversar con otro chico. A parte, no estamos haciendo nada malo, Naruto – Sakura dijo su nombre con una voz algo "sensual", lo cual lo dejó, algo, nervioso.
- Igual, eso no me convence. No sé, con que genios andará tu hombre después de un largo viaje.
-Bueno, si te sientes incómodo, será mejor que dejemos esto hasta acá no más, Naruto.
- Sí, sería lo más sano…
-Entonces, adiós. Nos vemos pronto.
La chica se paró rápido y él, no había ni alcanzado a despedirse.
-¡Ah! Naruto, toma- dijo Sakura devolviéndose y le entregó un papel- Ahí estoy viviendo por ahora. Por si necesitas algo, no dudes en irme a ver. Ahora si… cuídate.
A pesar, de que Naruto había estado esperando por mucho tiempo el reencuentro con Sakura. Luego, de lo sucedido ese día, odió todos esos, hermosos, sentimientos y recuerdos que tenía de la chica de cabellos rosas. Llegó, como pudo a la casa, ya que ni ganas de caminar tenía después de lo que había pasado.
Al fin en casa, Naruto cerró bruscamente la puerta. Tirándose al suelo, se colocó a llorar de impotencia.
-Maldita sensación… estúpida promesa rota…-maldecía, hasta no más poder. Golpeó repetidas veces el suelo, tantas, que su mano comenzó a sangrar, pero, el dolor de la mano, no era nada comparado con el dolor que sentía en su alma en esos momentos.
Después, de un buen rato de estar en ese estado. Naruto se levantó y se dirigió a la cocina.
Se paró en seco frente al mueble de los cubiertos. Y recordó como una vez, estuvo a punto de morir. Cuando trató de hacer eso aquella vez, tenía la misma sensación que sentía en este preciso momento. El de quererse borrar del mundo de forma definitiva -Que otra razón tengo para seguir vivo- pensaba- si la única que tenía ya no existía, después de este día. Y se suponía que su reencuentro seria bonito, así como las novelas rosas que su maestra leía en los recesos de las clases. En aquellas novelas, los finales siempre eran felices, no eran el típico "Y vivieron felices para siempre", pero, al menos el amor solía vencer de una manera u otra. Secó las pocas lágrimas que quedaban en su rostro y puso su mano, más cerca de los cubiertos, específicamente, cerca del cuchillo de cocina. Pero, sus intenciones fueron interrumpidas por el teléfono.
-Estúpido teléfono- dijo entre dientes- Cuando fue el maldito día, que se me ocurrió instalarlo.
El aparato seguía sonando, insistentemente, y Naruto maldecía que no se quedara callado, de una buena vez.
- ¿Sí? – dijo con un tono muy enfadado.
- Lo siento si te he molestado, Naruto- la voz femenina que escuchó al otro lado del teléfono era muy familiar, pero, a pesar de eso fue muy sorpresiva esa llamada.
- No… no te preocupes. Solo estaba tomando mi siesta y tú sabes, como me levanto después de eso – dijo Naruto, excusándose.
- Hay costumbres que nunca cambian- dijo la voz y luego rió.
- Pero, dime Temari, ¿A qué se debe tu llamada? Supuse que después de nuestro rompimiento, no querrías verme más la cara, ni menos llamarme por teléfono.
- Lo que pasa, es que te extraño mucho. Incluso estaba dispuesta a que tú me gritaras por haberme atrevido a llamarte de nuevo, pero, veo que no te molesta mi llamada.
- No, para nada. Incluso me alegra oír tu voz.
-¡Que bueno!- sonrió, tímidamente.
- A todo esto, ¿te gustaría venir a comer a mi casa?
-¿Y a qué se debe, tan repentina invitación?
- Me siento pésimo… me he reencontrado con un viejo amigo…- Naruto casi se mordió la lengua por la mentira- y he sabido una noticia horrible de su parte. Nos disgustamos y no sé con quien conversar. Enserio, tu llamada me alegró el día.
- Me alegra oírlo. Entonces, nos vemos en un rato más. Te llamó cuando vaya saliendo.
- No es necesario.
- De acuerdo, si tú insistes- dijo Temari con una voz algo sexy- nos vemos, hasta luego.
-Hasta luego- dijo Naruto, soltando una leve risa- Temari nunca cambiara- pensó.
Estuvo arreglando todo para que su casa se viera algo decente. Desde que habían roto, Naruto comenzó, nuevamente, a descuidar el aseo en su casa; de todas formas nadie importante iba, solo, de vez en cuando, un compañero del instituto cuando debían estudiar.
Estaba colocando el mantel, cuando golpean la puerta.
-Diablos, mejor pondré un timbre. Que molestoso es ese sonido de "toc-toc".
Golpearon nuevamente.
- ¡Ya voy!
Naruto llegó corriendo hasta la entrada y abrió la puerta.
Una alegre, Temari lo saluda con un beso en la mejilla y un efusivo abrazo, que deja a Naruto bastante sorprendido.
- ¡Hey!- se queja.
- Lo siento… es que no pude contenerme- se disculpó, Temari.
-No te preocupes, solo que fue muy repentino, eso es todo.
- En todo caso, las disculpas eran broma- sonrió y le sacó la lengua.
- Tan infantil como siempre, nunca cambias, ¿Eh?- dijo Naruto, arqueando una ceja.
- ¿Y tú qué te crees?, el muy madurito- respondió la chica, en un tono burlesco.
-Ya pues, ¿Me vas a dejar entrar o me tendrás todo el rato, parada acá afuera?- reclamó Temari, mientras miraba de pies a cabeza a Naruto.
- Lo siento, tú ya sabes que no ando bien hoy. Pasa.
La joven se sacó los zapatos y entró, observando el lugar como si fuera la primera vez que iba.
- Este lugar no ha cambiado en nada, ni siquiera una retocada a la pintura le has dado.
-De que te quejas… tú sabes, que no tengo tanto dinero como para andarlo mal gastando por ahí, como tú.
-¿Ya empezamos?- preguntó, algo, molesta.
-Disculpa… ando con la cabeza en otra parte- dijo Naruto y agachó la cabeza.
-No te pongas así- dijo Temari, mientras le tocó la cabeza- Si fue una broma mía, tú sabes como soy yo.
El chico la miró con un poco de sarcasmo.
Ambos, fueron al comedor y se sentaron a la mesa.
Naruto prendió su equipo de música y colocó el CD favorito de Temari, Roxette- Pearls of passion.
- ¿Aun tienes ese CD? - preguntó repentinamente Temari, sacando a Naruto del ambiente, que se había provocado por la música.
- Por supuesto, con todas las veces que colocabas ese CD, me termino por gustar.
Temari miró a Naruto, quien estaba comiendo de forma muy mecánica, no hablaba como solía hacerlo cuando comían juntos. Ella pensó que "aquella pelea con su amigo" lo había afectado mucho, ya que nunca lo había visto tan ido.
Entretanto, mientras ella pensaba en aquello, se dejo oír la canción Secrets That She Keeps
- ¡Qué linda canción!, aunque me da algo de pena- dijo, nuevamente.
- ¿Por qué?- preguntó algo extrañado Naruto.
-¿Qué no sabes que dice la letra?
-No, sabes que el inglés no es mi fuerte.
-Bueno…- Temari lo miró seriamente- habla de un chico que está enamorado de una chica, pero, ella está con otra persona. Aunque ambos sienten cosas, ella lo niega- se detuvo- algo así quiere decir la letra.
Al escuchar eso, a Naruto, inmediatamente, se le vino a la mente Sakura.
El rostro se le descompuso y Temari se dio cuenta.
-Será mejor que pongamos música más animada- dijo la chica, parándose de la mesa.
-No… déjalo ahí no más- respondió Naruto, agarrándola del brazo- yo sé que te gustan esos temas y quiero que te sientas cómoda.
Ella no dijo nada, solo lo observó y se volvió a sentar, después de aquello, ambos comieron en forma silenciosa.
No se dirigieron palabras, quizás, por un cuarto de hora. Hasta que Temari, otra vez, rompió el hielo.
-Vamos, Naruto, ¿No me vas a contar que fue lo que paso entre tu amigo y tú? De verdad, que me tienes algo preocupada.
-No te pongas así- parándose de la mesa y cambiando tema- recogeré la mesa.
Temari se paró, también, y se fue a sentar al sillón.
Usando el control remoto del equipo, cambio de CD y colocó uno, supuestamente, más "relajado". Pero, una extraña canción, se dejo escuchar.
-¡Hey! No sabía que te gustaba Metallica -dijo Temari, algo sorprendida.
-Esa música me relaja.
-¿Relajarte?
Naruto rió, mientras dejaba los platos sobre un mueble.
-En realidad, se le quedó a un amigo del instituto el otro día- respondió.
-¡Uf!- suspiró aliviada.
Naruto se dirigió al refrigerador y lo abrió. Observó su contenido y miró a su amiga.
-¿Quieres una cerveza?- le preguntó a Temari.
-Bueno.
Ambos jóvenes se quedaron hasta altas horas de la noche conversando.
Naruto comenzó a relajarse y, en cierto modo, ha olvidar un poco lo que había pasado en el día. A pesar, que con Temari tenían gustos muy distintos, era una chica bastante alivianada. No solía acomplejarse en su aspecto y lo mejor de todo era su enorme disponibilidad. Por esa razón, Naruto se sentía bastante agradecido, ella siempre estaba allí, para escucharlo.
Él se sentía mal por estarle mintiendo de esa manera. Cuantas ganas tenía de contarle todo lo de Sakura, pero, no podía. Naruto estaba consiente de los sentimientos de Temari hacia él, y no podía ser tan cruel, de llegar y decirle que mientras estuvo con ella, amaba a otra.
Después, de estar mucho tiempo conversando temas banales, ambos ya estaban bebiendo la cuarta o, quizás, quinta lata de cerveza.
-Aun puedes ver cuantos dedos tengo en mi mano, Naruto- dijo sonriendo Temari.
-Unas cervezas no me hacen efecto, estoy bien- él no paraba de reír, mientras abría otra lata de cerveza.
Las cosas terminaron mal. Naruto, acabó en el baño vomitando todo lo que había comido esa noche y Temari, estaba a su lado, sobándole la cabeza.
-Te dije que no tomaras más, pero, tú nunca prestas atención.
Naruto, se mantuvo, apenas, sostenido por su tembloroso brazo.
-Perdóname, por darte esta escenita.
-Ya no importa. He visto este tipo de espectáculos ya- dijo con un tono regañón.
Temari como pudo llevó al muchacho a su habitación.
A duras penas, pudo quitarle la ropa para poder colocarle el pijama. Y luego, lo dejó acostado en la cama.
-Quiero pedirte un favor- dijo Naruto, antes que Temari abandonara la habitación.
-¿Quieres que te prepare algo?
-No… quiero que te quedes conmigo.
A Temari se le iluminó el rostro, cuantas veces había soñado con Naruto pidiéndole que se quedara con él. Aunque, no era la primera vez que se quedaba en la casa. Pero, las otras veces fueron distintas, porque ella se quedaba ayudándolo a terminar trabajos para el instituto o se quedaba con los compañeros de Naruto a estudiar. Pero, nunca se había quedado por petición explicita de él.
-¿Y por qué razón quieres que me quede?
-No quiero estar solo, ni menos hoy. Por favor.
Después del ver el rostro del joven, Temari terminó por aceptar.
Y, cuando, estaba saliendo de la habitación para irse a dormir en el sillón, Naruto la detuvo.
-¡Espera! Yo te he invitado, así que, te corresponde quedarte en mi cama, yo bajare- dijo, tratando de pararse, pero, no tenia las suficientes fuerzas para hacerlo.
-No hagas esfuerzos tontos, Naruto. No me cuesta nada dormir en un sillón. Muchas veces lo he hecho y no me molesta.
-Temari, enserio. Yo puedo dormir abajo. Ese maldito sillón es un tormento para acostarse. Yo lo sé, porque varias veces me he quedado dormido allí. Y no quiero que despiertes con un fuerte dolor de espalda.
-Que terco eres. Tú duerme acá; Estás mal, no ves en el estado que te encuentras. Yo estaré bien.
-¿Por qué eres tan pesada?...- preguntó, algo molesto- Sabes… mejor ven y duerme al lado mío, esta cama es muy grande y alcanza para los dos.
Temari se enrojeció por la propuesta de Naruto. Se quedo inmóvil sin articular palabra.
- Ya, ¿Qué dices?- la observó.
-Temari, no te pongas así, si solo es dormir. No pienses que quiero sobrepasarme, ni nada parecido.
La chica lo miró un instante y confiando en como era Naruto. Se fue a su lado y se acomodó en la cama.
El chico la miró y le sonrió.
-De cuando, tan tímida- se puso a reír.
- Estás ebrio, por eso hablas tonterías- Temari se dio la vuelta, dándole la espalda a Naruto.
A los pocos minutos, ella se giró para ver que estaba haciendo el rubio, pero, él dormía plácidamente.
La cercanía con el chico la estaba colocando algo nerviosa. Maldijo el momento en que aceptó aquella petición. Pensando esto, se quedó profundamente dormida.
Tocaron, repentinamente, la puerta, la chica despertó sobresaltada y vio como Naruto ni se inmutaba.
-Hey, Temari- bostezó- Hazme un favor, ve a abrir la puerta. Debe ser el cartero- dijo Naruto, se acomodó, nuevamente, y se durmió.
Ella se levantó algo molesta, quejándose por el mal "hospedaje" que el chico le estaba dando. Pero, a medida que fue bajando los escalones, le dio algo de risa la situación.
Se acomodó el cabello y se pasó las manos en la cara, para borrar algún indicio de que recién se había levantado.
Volvieron a golpear.
Temari, casi, corriendo, abrió la puerta.
-Hola Naruto, discul…- Sakura no alcanzó a terminar la frase, porque no vio al chico que esperaba- Disculpe, debí haberme equivocado de casa.
-Hola. No, no te equivocaste de casa, ¿Estás buscando a Naruto? – dijo Temari muy alegre- Sabes, discúlpalo está durmiendo aun; tuvo una noche muy ajetreada y está, algo, indispuesto. Si tienes un recado importante para él, puedes dármelo.
Sakura miró de pies a cabeza a la chica que la había atendido, se adivinaba a lo lejos que ella había pasado la noche en la casa -Es una chica muy linda- pensó- está muy bien para Naruto.
Temari le seguía sonriendo, lo que molestó un poco a Sakura.
Continuará...
Editado el 16 de abril del 2008.-
