Capítulo 1:

True Friends

- Pss... Matt... despierta - decía Mello tratando de despertar al pelirrojo que dormía plácidamente en su habitación. - ¡Matt!

- Hmm... zZzZz - solo emitía sonidos y algunas risitas, pero no despertaba.

- No me obligues a hacerlo de nuevo... - dijo soltando un suspiro.

- zZzZz...

- Bueno, tu me obligaste - sacó su pistola de quién sabe donde, apunto hacia el techo y '¡Bang!'.

- ¡Aaaaaaaaah! - Gritó un muy asustado Matt y acción seguida abrazó al rubio temblando - dijiste que nunca mas lo volverías a hacer.

- Tu me obligaste - dijo alejando a Matt de él y levantándose para irse - tienes cinco minutos para vestirte, nos vamos - dijo comenzando a caminar a la puerta.

- Déjame dormir dos minutos más... - volviéndose a recostar y cerrando los ojos.

- Cuatro con cincuenta, cuatro con cuarenta y nueve... - dijo Mello desde la puerta.

- ¿Es necesario contar? - abriendo un poco los ojos, a lo que Mello volvió a apuntar al techo con el arma, cuatro segundos después, Matt estaba vestido y con las llaves del auto en la mano - ¿Nos vamos jefe? - dijo con una sonrisa.

- Deja de llamarme jefe - quitándole las llaves del auto y caminando hacia la puerta - ni siquiera te pago.

- Podrías comenzar a hacerlo - dijo haciendo una cara de perrito abandonado en la lluvia.

- Podrías comenzar a hacer bien tu trabajo - ¡Ouch! Nota para Matt: la cara de perrito no siempre funciona con el rubio.

Ambos salieron a la calle, Mello le lanzó las llaves a Matt, y al mismo tiempo, abrieron las puertas del auto y se sentaron, Matt conduciría.

- Es extraño que estando tú aquí me dejes conducir a mí - decía mientras ponía el auto en marcha.

- No te acostumbres, sólo conduces porque yo tengo que hacer una llamada - sacó su teléfono celular.

Y así es como comenzaba el día para estos jóvenes amigos, claro que las peleas e insultos nunca faltan... al igual que las preocupaciones...

- ¿Tienes hambre? - preguntó el rubio mientras guardaba el teléfono.

- ¿Por qué preguntas? - se extrañó que su compañero preguntara por eso.

- No desayunaste, y si tienes hambre podemos pasar a comer algo...

- ¿Como una cita? - bromeó.

- Idiota

- Pero si quieres podríamos comer...

- Olvídalo - dijo con típica cara intimidante, y comenzando a comer una barra de un muy nutritivo chocolate.

Bueno, así es como el idiota de Matt siempre arruina todo... según Mello, claro.

- No lo haré.

- ¿Qué?... ¿Qué dijiste? - replicó el chico rubio muy sorprendido.

- Que no lo haré - dijo muy tranquilo el pelirrojo mientras observaba concentrado la pantalla de su videojuego.

- ¡¿Cómo... Cómo te atreves? - dijo ya con sentimiento de furia, tomó el juego de su compañero y lo lanzó a lo lejos.

Matt lo observó serio, dio un suspiro mientras se levantaba del sofá en el que se encontraba - no es por atrevimiento - lo miro fijo - sabes perfectamente que eso pone en peligro mi vida... y también algo aún más importante... la tuya.

- ¡No seas idiota! Si una explosión no pudo matarme, esto mucho menos - contestó y luego empujó con fuerza al pelirrojo de vuelta al sofá, saliendo muy enfadado de la habitación, cerrando la puerta, y luego apoyando su cuerpo contra ésta.

Arruinado...así es como había quedado su plan, como un total fracaso, todo por culpa de ese idiota que se hacía llamar su amigo... ahora resulta que es un traicionero.

- Lo haré - se escucho casi en susurro, lo que provocó que el rubio abriera los ojos de repente, se giró mirando hacia la puerta y la abrió... en donde pudo observar a un muy cercano Matt apoyado en el umbral de ésta y mirando hacia el piso - lo haré - repitió pero esta vez mirando a su amigo.

- ¿Por qué cambiaste de opinión tan de repente? - pregunto Mello algo extrañado y con un rostro enojado, ya que su orgullo no le permitía poner una expresión de felicidad en ese momento.

- Mi opinión con respecto a tu plan sigue siendo la misma, solo que ahora te apoyaré.

- ¿Por qué?

- Fácil - dijo mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo y lo prendía - si tu mueres, muero contigo. - respuesta que causo cierta furia, pero a la vez algo de cariño en su amigo.

- Te dije que no moriremos.

- Dijiste que tú no morirías... no que yo no lo haría.

- Y... ¿Qué opinas del clima? - decía Matt mientras conducía por las vacías calles de la gran ciudad.

- ¿El clima? - preguntó Mello muy extrañado.

- Bueno... alguno de los dos tiene que poner un tema de conversación... - el rubio sonrió... si, así es, la reacción menos esperada ocurrió - wow...

- ¿Qué?

- Sonreíste... - dijo Matt imitando su acción.

- ¿Y?... Ah! Por cierto, estaciona aquí.

- No te veía hacer eso desde... que estabas en la mafia - decía mientras estacionaba el auto en un callejón - a la que por cierto, jamás me llevaste - Mello bajó del auto.

- Ya te lo dije, no me dejaban entrar con mascotas - y cerró la puerta no muy sutilmente que digamos, la respuesta de éste provocó que ambos amigos sonrieran. El rubio comenzó a caminar en dirección a un negocio de comida rápida, el pelirrojo miraba la acción de su amigo. Al quedar en frente de la puerta de vidrio principal, esta se abrió automáticamente hacia los lados, en donde procedió a entrar, Matt solo se quedó dentro del auto, abrió el compartimiento de este, en donde pudo encontrar una de sus más preciadas posesiones... una PSP, en la cual comenzó a jugar mientras esperaba por su compañero.

Pasaron aproximadamente siete minutos hasta que el ex mafioso se asomó en la entrada, bueno ahora salida del negocio, y comenzó a caminar hacia el auto.

- Toma - dijo luego de abrir la puerta y lanzar un paquete hacia Matt, el cual cayó sobre su videojuego provocando que este cayera hacia el suelo.

- ¡Hey! ¿Cuál es tu problema con Lilly? - preguntó Matt con una cara de tristeza e inocencia.

- ¿Y quién demonios se supone que es Lilly? - esta vez era él quien preguntaba, mientras se volvía a sentar y cerraba la puerta con la misma fuerza que hace unos momentos.

- ¡Pues ella es Lilly! - dijo recogiendo su costoso videojuego y poniéndolo muy cerca de la cara de Mello.

- Como sea - dijo volviendo a empujar a 'Lilly' pero esta vez en dirección a los asientos traseros - vámonos - ignorando por completo lo demás. Matt decidió no discutir con el rubio, porque ya tenía bien claro como terminarían las cosas, 'Lilly' sería blanco de su pistola, su auto sería blanco de su pistola, o incluso Matt sería el blanco de su pistola, por lo tanto, comenzó a conducir hacia su destino, al llegar fue cuando se acordó...

- Ah, por cierto... ¿Que hay en el paquete? - dijo deteniendo el auto.

- Un sándwich - contestó bajándose del auto.

- ¿Un sándwich? - volvió a preguntar mientras aún seguía en el auto.

- Si... tu desayuno - cerró la puerta de su forma tan peculiar.

Take a breath, take it deep

'Calm yourself' he says to me

If you play, you play for keeps

Take the gun, and count to three

I'm sweating now, moving slow

No time to think, my turn to go

- Ya sabes que hacer - dijo el rubio preparando el arma.

- ¡Me lo haz dicho millones de veces! ¡Sé perfectamente que debo hacer! - dijo exaltado.

- Cálmate y respira, si no lo haces bien, sabes que pasará - parecía que no le ponía suficiente atención a Matt, ya que no le interesaba lo que éste le decía - mírame - el pelirrojo lo miró - recuerda que esto es un juego, si pierdes, mueres - le pasó el arma - ya no hay suficiente tiempo, tienes que ir, hacer lo que te dije, y por lo que más quieras... mantente con vida.

- ¿Por lo que mas quiera? - miró al rubio de una manera diferente, a lo que éste desvió la mirada.

- Es lo que dije, ahora anda - dijo, le pasó las llaves del auto y se subió a su motocicleta.

Matt se subió al auto, 'por lo que más quiera...' - pensó - y acelerando el vehículo rojo comenzó su misión.

- ¿Sabes? Hemos resuelto casos más divertidos - me quejé.

- ¿Hemos? - me miró.

- ¡Vamos! Sin mi no hubieras podido resolverlos, y lo sabes - dije abrazándolo por la espalda.

- Idiota - siguió con su trabajo escuchando pendiente por un auricular, mientras yo abrazaba a éste, me miró de una manera no muy adorable, a lo que yo, ya intimidado, tuve que seguir con mi aburrido trabajo.

Es increíble, le he dado millones de indirectas y nada... lo abrazo y nada... le digo algo lindo y si recibo algo... ¡es un golpe o una amenaza! Aun no puedo entender como no se da cuenta... ¿Que acaso cree que le ayudo en su trabajo sin razón alguna? Hay veces en que me gustaría decirle todo... todo lo que me he guardado durante estos años... pero el solo hecho de que se espante y aleje de mi me aterra...

- ¡Matt! - gritó, sacándome de mi mundo de locos pensamientos.

- ¿Que sucede? - pregunté, el sólo señaló el videojuego que tenía en las manos, dirigí mi vista hacia este y pude notar que era lo que le llamaba la atención a mi compañero... el cigarrillo que tenía en mi boca se había caído y ahora mi costosa Nintendo DS estaba en llamas... - ah...eso... - ¿¡EN LLAMAS! - ¡AAAAAAH! ¡Apágalo! ¡Apágalo!

Mello dio un profundo suspiro, se levantó de su silla y vació un vaso con agua sobre mi DS, la cual comenzó a lanzar pequeñas chispas azules, hasta que luego de cuatro segundos, se apagó por completo.

- ¡Nooooooo! ¡Elizabeth! - me dije lamentándome y con mis ojitos ya cristalizados.

- Deja de ponerle nombre a tus estúpidos videojuegos, de todos modos algún día morirán.

- ¡Asesinados por ti! - aun seguía triste.

- Y si sigues llorando el próximo que asesine serás tú.