Caminaba con paso decidido, estaba seguro de lo que diría y cómo lo diría, lo había ensayado al menos 200 veces frente al espejo y no podía fallar, estaba todo meticulosamente planificado, era un plan perfecto. Sonrió con seguridad, miró su uniforme y quitó polvo que no estaba allí, era algo que hacía sólo para cerciorarse de que todo estaba en orden.
-¿Te animaste?- escuchó a sus espaldas cuando iba a ingresar al salón de estudio de la academia.
-¿Le dirás?- escuchó otra voz y suspiró pesadamente.
-¿Qué hacen aquí?- toda su compostura y seguridad se habían ido al tacho de la basura, sus amigos se habían encargado de hacer real todo eso.
-Queremos ver cómo fracasas – dijeron al unísono, a lo que el líder Warbler volteó a verlos.
-¿Quieren que fracase?- tenía una ceja alzada y sus ojos mostraban sorpresa.
-No, queremos ver cómo fracasar.
-Lo voy a lograr- dijo frunciendo el ceño y comprendiendo que sus amigos solo estaban ahí para reírse.
-Lo has intentado tantas veces que ya lo dudamos- sonrieron y cada uno puso una mano sobre sus hombros- Blaine- habló Wes- tus nervios te condenan.
-Y no estás hecho para el romance- concluyó David.
-Basta- murmuró molesto- lograré lo que me propongo ahora, el romance vendrá después- dijo dando medía vuelta.
-Te apuesto un dólar a que no lo logra- dijo Wes a su amigo.
-Acepto- David sonreía al ver a Blaine tan enfadado.
-Vean y aprendan- dijo con una sonrisa de autosuficiencia y entrando al lugar.
Caminaba seguro, había visto al muchacho con el que quería hablar, estaba estudiando para química, materia que no se le daba muy bien, pero aún así lograba pasar todas sus pruebas con éxito. Se sentó frente a él, estaba solo en esa mesa y no se había percatado de su presencia.
-Kurt- lo llamó, pero no recibió mayor respuesta, al parecer lo había dicho muy bajo, por lo que decidió subir un poco el tono de voz- Kurt- dijo algo más fuerte, pero nada- Kurt- volvió a llamar y al notar que no lo tomaba en cuenta le quitó el libro de las manos y lo cerró.
-Pero qué…- dijo extrañado el castaño y miró con sorpresa al moreno- Blaine- sonrió al ver que era él.
-Te llamé varias veces y no me escuchabas- dijo preocupado.
-Disculpa, es que estoy muy atormentado con esa maldita prueba, si no logro aprender todo de memoria me irá desastrosamente mal- dijo dramáticamente, moviendo negativamente la cabeza y con una mueca en su rostro.
-Exageras- sonrió.
-No, así que devuélveme el libro para seguir estudiando- intentó quitárselo, pero el pelinegro lo sacó de su alcance.
-Luego- dijo poniendo el libro sobre sus piernas.
-Está bien- suspiró resignado- ¿qué quieres?- dijo algo cansado, realmente estaba agotado de leer una y otra vez ese libro y no estaba de ánimos para batallar con Blaine.
-¿Quieres salir conmigo mañana por la noche?- preguntó ansioso y con una sonrisa. Kurt lo miró con sorpresa- ¿Qué dices?- su seguridad se había ido a la basura al notar la demora de la respuesta y la cara de seriedad de su amigo, cuando pensó ese momento en su cabeza era todo más hermoso, de hecho en su imaginación el contratenor le daba un efusivo sí, y no se quedaba mirándolo con asombro como hacía en ese momento.
-No, lo siento- dijo tranquilamente.
-¿Puedo saber por qué no?- intentó hablar, realmente se sentía bastante aturdido por la respuesta, eso no era lo que esperaba.
-Tengo planes y es imposible posponerlos- dijo con una sonrisa.
-¿Puedo saber con quién tienes esos planes?- soltó sin notar que había sonado molesto.
-Sí- respondió escuetamente, le agradaba el interés que Blaine demostraba, era extraño, pero le divertía que todo eso estuviera ocurriendo.
-¿Cómo se llama?- sentía que Kurt se burlaba de él, pero no pararía con las preguntas hasta saber quién había robado su atención.
-Sam, lo conoces, es mi amigo- dijo sonriente.
La cara de Blaine se fue al suelo en ese momento, sólo pudo devolverle el libro al castaño, se levantó del asiento y se fue, a penas pasó por el umbral de la puerta vio a Wes y David que lo miraban intrigados.
-Los odio- susurró molesto y se fue a su habitación, sentía la rabia recorrer su cuerpo, pero por sobre todo se sentía rechazado, creyó que Kurt aceptaría de inmediato, no contaba con que el contratenor ya tenía una cita y era precisamente con Sam, un muchacho guapo que cantaba bien y era más alto que él.
Se sentía tan frustrado que no lo dudo ni un momento y tomó su bolso de deportes y se dirigió al gimnasio de la academia, una vez allí fue hasta los vestidores y se cambió. Se puso una sudadera negra y un pantalón de buzo azul marino, guardó su ropa y zapatos en el bolso, calzó sus zapatillas y volvió al gimnasio, específicamente al área de boxeo.
En una de las paredes se encontraban guantes de los distintos números, se puso unos que le quedaron a la perfección, los ajustó y se acercó a un saco que pendía de dos cadenas gruesas. Suspiró pesadamente, la frustración contenida lo tenía así, hace días que había planeado cómo invitar a salir a Kurt y él le decía que no, sólo porque saldría con otro. Dio un fuerte derechazo al saco y siguió así, tomando poco a poco un ritmo constante.
-Debí saber que no estaba interesado en mí- murmuró molesto.
Siguió así durante una hora, cuando al fin pudo canalizar sus ideas estaba exhausto, se sentó en el suelo y miró a su alrededor, no había nadie y ya había anochecido. Suspiró cansado y se levantó de ahí, se sacó los guantes y los dejó en su lugar, luego fue hasta los camarines y tomó su bolso, tomaría una ducha en su habitación y luego se acostaría.
Iba subiendo las escaleras hasta la planta de su habitación cuando escuchó una risa, le pareció extraño, de por si nadie andaba por los pasillos a esas horas, decidió ser cauteloso y caminó en silencio, a los pocos metros pudo ver a Kurt pegado a su teléfono.
-También estoy ansioso por mañana- decía con una gran sonrisa- sí, lo mismo digo- y luego volvió a reír- Sam, realmente será fantástico- sus ojos brillaban de una forma que Blaine solo veía cuando cantaba, nunca lo había mirado a él de esa manera, al parecer el contratenor ya tenía en quién fijarse y no era él precisamente- No te preocupes, yo pasaré por ti- No quería seguir escuchando, su corazón se destrozaba con cada gesto o palabra que emitía el castaño, estaba muriendo por dentro, pero su morbosa curiosidad lo instaba a seguir ahí- Nos vemos mañana, seré puntual, hasta pronto- colgó y se escuchó como el ojiazul suspiraba profundamente, en ese momento Blaine se quiso morir.
Retomó el camino a su cuarto, se sentía triste y sin ganas de nada, entraría a su habitación y se daría una ducha, pero sólo por higiene, porque lo que más ansiaba era dormir y olvidarse del mundo, en ese momento no le importaba nada más que refugiarse en el calor y soledad de su cama.
Entró en su habitación, lanzó el bolso hacia un costado y entró en el baño, se duchó rápidamente, se secó y se puso el pijama. Luego apagó las luces y se metió en la cama, cerró los ojos para dormir, pero sólo consiguió pensar en el rechazo de Kurt, poco a poco las lágrimas bajaban por sus mejillas, se permitió llorar. Si bien el ir al gimnasio lo había calmado bastante, el llorar lo ayudaba otro poco y eso era lo que más necesitaba, desahogarse.
No se enteró a qué hora se quedó dormido, pero al escuchar el despertador lo apagó y pensó en no ir a clases, diría que estaba enfermo, era una buena excusa, pero no podía faltar al ensayo con los Warblers, se preocuparían y en ese momento no necesitaban que él hiciera ese tipo de escándalos.
Como pudo se levantó y se vistió, en pocos minutos estuvo listo, se miró al espejo y notó que estaba completamente serio, intentó sonreír, pero sólo lograba hacer una mueca, la que iba bastante mal con su rostro y lo hacía ver enojado. Golpeó sus mejillas con sus manos y luego de unos segundos se sintió algo más calmado.
-No puedo, hoy no puedo sonreír- suspiró agotado. Escuchó que golpeaban a su puerta, no se molesto en abrir ni en responder, no le interesaba ver a nadie a esa hora. Se recostó sobre su cama y a los segundos comenzó a sonar su teléfono, lo miró y notó que era Kurt- Diga- respondió serenamente.
-Buenos días- dijo el otro muchacho bastante alegre- ¿Bajas a desayunar conmigo?- Blaine no sabía qué contestar, estaba sorprendido y feliz por esa "invitación".
-Sí- buscó su bolso con la mirada.
-Estoy en tu puerta, te espero- y cortó la llamada. Blaine puso su teléfono en el bolsillo derecho del pantalón, cogió su bolso y se fue a la puerta, al abrirla se encontró con un sonriente Kurt.
-Buenos días- sonrío sinceramente.
-Y vaya que sí son buenos- dijo totalmente entusiasta el contratenor.
-¿Por qué tan buenos?- preguntó divertido el pelinegro, caminaban al comedor.
-Porque- decía emocionado- hoy me reuniré con Sam y será fantástico- en ese preciso instante se le quitó el apetito, miró al castaño y no fue capaz de decir nada más, estaba feliz y él debía aceptar esa felicidad, era su amigo por sobre todo y si tenía que escucharlo lo haría, a pesar de que por dentro se estuviera derrumbando.
-Blaine- lo llamó una vez- Blaine- volvió a decir- ¡Blaine!- gritó desesperado, había notado que el ojiverde se había quedado pensativo en su lugar y que la seriedad reinaba en su rostro, ese aire distraído le gustaba, pero verlo así en ese instante lo mataba, porque intentaba decirle algo importante y no lo estaba escuchando.
-Disculpa- dijo saliendo de su ensimismamiento, no le importaba mucho lo que ocurría con el mundo, pero sabía que no podía ignorar a Kurt, por más que se lo propusiera.
-Descuida, gracias por acompañarme- dijo levantándose, el moreno lo miró con extrañeza- ya es hora de ir a clases- contestó y se marchó sin esperarlo. ¡No lo había esperado! Siempre se iban juntos a clases y ahora lo dejaba ahí tirado.
-¿Todo bien?- preguntó Wes pasando una mano por delante del rostro de su amigo.
-No- dijo aún un poco aturdido- Ganaron su apuesta, fracasé, no tengo oportunidad.
-¿Por qué lo dices?
-Estará con Sam y se ve muy feliz porque se reunirá con él.
-Te cambiaron por otro- dijo Wes sin medir sus palabras- lo siento- escuchó un profundo suspiro de Blaine- ¿qué harás?
-Estar con él cuando me necesite- susurró levantándose de su sitio y encaminándose a sus clases, no podía dejar sus deberes porque se sintiera deprimido.
Durante ese día viernes lo sacaron de las tres clases que tenía, nunca prestó atención a los profesores ni a sus preguntas, y cómo se sintieron tan ofendidos lo sacaron al pasillo para que entendiera que a las clases se iba a prestar atención y no a pensar en otras cosas, pero aunque quisiera, Blaine no estaba para prestar atención a nada ni nadie, su cabeza vagaba en lo que ocurriría entre Sam y Kurt ese día y le dolía tanto saber que su amigo estaba tan feliz con su encuentro, siendo que él se moría por esos huesos.
-¿Te volvieron a sacar de clases?- preguntó David sorprendido, estaban en la habitación del líder Warbler.
-Sí, de las tres clases me sacaron, no alcance a estar ni una hora en ellas cuando ya salía al pasillo.
-Blaine, sabes que no debes perder clases. Te puedo prestar dos materias, pero la otra tendrás que pedírsela a Wes.
-Me salvé de que ustedes estén en mis clases también- dijo recostado en su cama y con los ojos cerrados. David estaba sentado en la silla del escritorio.
-¿Qué te tiene así?
-Sabes quién me tiene así, no puedo dejar de pensar en él. Además, hace días que ya no es el mismo y es por ese estúpido Sam- dijo dando un golpe a su cama.
-Cálmate, tal vez el ensayo de hoy haga que te animes un poco.
-¿Por qué?- dijo extrañado.
-Como tu ayuda memoria te diré- dijo resignado, al parecer su distracción era completa.
-Hoy haremos duplas para ensayar algunas canciones ¿no lo recuerdas?- Blaine negó con la cabeza- Tú propusiste esta idea- dijo en un suspiro.
-Lo había olvidado ¿Elegirás a Wes?- preguntó intrigado.
-Sí, ya que mi otro amigo está en las nubes por Hummel- dijo con una sonrisa, ante este comentario Blaine rio amargamente.
-Debo distraerme de alguna forma- en ese momento golpearon a la puerta- pase- dijo extrañado porque alguien fuese en horario de clases a visitarlo.
-Permiso- entró Kurt al lugar- hola David, Blaine- saludó quedándose en la puerta.
-¿Qué ocurre?- preguntó el moreno levantándose de una vez de la cama, el ojiazul tenía una cara de tristeza increíble.
-Mi auto se descompuso- susurró bajando la mirada.
En ese momento el corazón de Blaine dio un salto, se sentía feliz, aunque su amigo había sufrido una "desgracia" para él era muy bueno que no pudiera ir. David notó la sonrisa que amenazaba con salir de los labios de su amigo y oportunamente se integró a la conversación.
-Tu padre es mecánico, él lo reparara sin problemas.
-Necesito usar hoy mi auto, tengo una cita y no puedo faltar- decía sentándose en la cama de Blaine. David vio la cara desencajada de su amigo y volvió a hablar.
-Llama a tu cita y dile que tuviste problemas, cambia el día, entenderá te lo aseguro.
-No puedo, yo realmente quiero ir hoy, he estado esperando este día toda la semana, al fin podré verlo y no quiero faltar- decía algo triste.
David no sabía si hacía mal o bien en seguir hablando, porque la cara de Blaine era de total tristeza, de seguro por escuchar las ansias del muchacho por salir, sí, tenía razón el Warbler cuando dijo que había fracasado completamente.
-¿Quieres que te preste mi auto?- preguntó el ojiverde sorprendiendo a ambos muchachos.
-¿Harías eso por mí?- dijo entusiasta el castaño.
-Kurt, por ti haría lo que sea- dijo con una sonrisa y sacando las llaves del bolsillo de su chaqueta.
-Gracias- se levantó y lo abrazó con fuerza, se sentía tan feliz de tener un amigo como Blaine, si bien iba a pedirle su auto prestado, el que él se lo ofreciera era aún mejor- te juro que lo cuidaré como si fuese el mío- prometió separándose del moreno.
-Lo sé- sonrió al ver la alegría de Kurt.
-Debemos ir al ensayo- interfirió David.
-Vamos- se encaminaron a la sala de Los Warblers, una vez ahí el concejo comenzó con la sesión.
-En la sesión anterior, el miembro junior Blaine Anderson propuso hacer duplas para nuestra próxima salida, todos estuvieron de acuerdo, hoy escogeremos a las duplas. Blaine tú escoges primero.
-Bien- se levantó de su sitio- elijo a Kurt.
-Es un honor, pero no- dijo sorprendiendo a todos.
-¿No?- preguntó Jeff, estaba intrigado- ¿A qué se debe la negativa?- todos querían saber lo mismo y Blaine seguía de pie.
-Eso no importa- interrumpió Blaine- trabajaré con Wes- dijo mirando a su amigo.
-Ningún problema- sonrió viendo la tristeza que se formaba en la mirada del líder Warbler.
-Yo sigo- se levantó David- elijo a Kurt.
-Estás solicitado-inquirió el presidente del consejo- ¿aceptas?
-Sí- dijo con una sonrisa el castaño.
En ese momento Blaine se quería morir, primero rechazaba tener una cita, ahora rechazaba hacer una dupla con él y para más le había prestado su auto, sólo faltaba que el lunes le dijera que comenzaría una relación con Sam y todo estaría listo para su funeral.
-Terminó el concejo, para la próxima sesión cada dupla presentara su canción- con un martillazo dio por terminado todo eso.
Blaine fue el primero en salir de ahí, no aguantaba las ganas de llorar y desaparecer, no podía creer que en menos de 24 horas era rechazado dos veces. Wes, David y Kurt salieron tras él; Pero los únicos que consiguieron entrar a la habitación del moreno fueron Wes y David, Kurt quedó en la puerta, quería entrar, porque ver tan mal a Blaine lo hacía sentir culpable, ya que lo había rechazado dos veces esa semana.
Sí, estaba consciente de lo que había hecho. Realmente le dolía haberle dicho que no en esas dos oportunidades, eran amigos, se sentía tan bien junto a él y rechazarlo le dolía en el alma, pero lo hacía por su propio bien y no quería arruinar la salida que tendría con Sam, porque el rubio lo necesitaba ahora más que nunca.
-Blaine- lo llamó Wes al ver a su amigo tratando de ahogarse con la almohada.
-¡Salgan!- intentó gritar con la almohada interponiéndose.
-No seas tan dramático- dijo David quitándole la almohada y despeinando al líder.
-¿Dramático? Me ha rechazado dos veces, eso no es drama es realidad pura y no lo puedo soportar.
-Blaine- suspiró Wes sentándose a su lado- debes estar tranquilo, Kurt debió tener sus razones, deberías hablar con él.
-No, no soy quien para interponerme en sus decisiones, sus razones tendrá y no seré yo quien las ponga en duda.
-Estás sufriendo- aclaró David- y eso es malo para todos Los Warblers, pero sobre todo para ti, antes siempre sonreías, pero esta semana eres un serio total.
Suspiró cansado, como nunca esa semana no habían cantado nada, y era porque él se devanaba los sesos pensando en Kurt y en cómo acercarse más a él, pero con esos dos rechazos todo se terminaba para él.
-Se suponía que ayer por la tarde cantaríamos para todo Dalton, como lo hacemos todas las semanas, pero no apareciste, por lo que debimos suspender todo. Nadie te encontró.
-Estaba en el gimnasio- susurró mirando sus puños, en ese momento dolían bastante, al parecer la fuerza con la que había golpeado el saco fue excesiva y la tensión de sus brazos no había ayudado mucho.
-Entendemos que estés estresado con todo eso, pero no debes involucrarlos a todos, porque esos alumnos no tienen la culpa.
-¿Podrías cantar algo ahora?
-¿Quieres que se depriman? Por esta semana no cantaré nada, pero prometo cantar dos veces la que viene- susurró intentando aclarar sus ideas.
-¿Lo dices enserio?- sonrió Wes.
-Sí- sonrió- David- llamó a su amigo.
-Te escucho.
-Confió en ti para ese dueto con Kurt, no le falles.
-No lo haré- sonrió y se dirigió a la puerta- debo ir a arreglarme, también me iré por el fin de semana.
-Yo al menos seguiré aquí- dijo Blaine mirando el suelo.
-Me quedo contigo para escuchar tus desgracias- sonrió Wes.
-Gracias- lo miró con falsa molestia, a lo que los tres comenzaron a reír.
A penas salieron Wes y David de la habitación del moreno vieron a kurt apoyado junto a la puerta. Se extrañaron de verlo ahí, no habían advertido que los siguió desde la sala de ensayos.
-Kurt- lo llamó Wes- ¿quieres hablar con Blaine?
-Quería saber si está bien- susurró.
-Está bien, tranquilo- puso una mano sobre su hombro- si quieres entra a hablar con él.
-Gracias- sonrió y vio como se alejaban ambos muchachos.
Iba a golpear a la puerta cuando escuchó que salía música de la habitación, se sorprendió al escuchar tan alto el volumen. Abrió un poco la puerta y su corazón se contrajo al escuchar tan rota la voz del pelinegro, estaba cantando Teenage Dream. Lo miró atentamente y notó que lloraba al cantar cada línea, en toda la semana no había cantado ni una sola vez y escucharlo tan destrozado le partía el alma.
- We can dance until we die, You and I, Will be young forever- recordaba el día en que lo conoció, se veía tan bien en ese traje, aún sonreía cada vez que veía esa chaqueta tan particular- I finally found you, my missing puzzle piece, I'm complete- Kurt iba como un espía y él sintió un flechazo en ese momento, y para qué decir que cuando le anunció que se iba a Dalton se alegró enormemente pero ahora esa canción le traía más dolor que nunca, porque fue la que cantó cuando Kurt Hummel llegó a su vida- Let you put your hands on me in my skin tight jeans be a teenage dream tonight.
A penas terminó de cantar se secó las lagrimas y sonrió con amargura, miró a su puerta y pudo ver a Kurt parado allí, quiso preguntar qué hacía ahí, pero de seguro venía a despedirse. No lo haría demorar más.
-¿Estás bien?- preguntó acercándose al moreno.
-Sí- susurró bajando la mirada y el castaño puso una mano en su rostro, ante esto Blaine sonrió.
-Estabas llorando- susurró secando una última lágrima que bajaba por su mejilla.
-Es sólo estrés- intentó engañar al contratenor.
-Mientes- susurró acariciando la mejilla del pelinegro, quien solo consiguió sonreír para luego mover su rostro a un lado.
-¿Ya te vas?
-Sí, venía a despedirme- bajó la mirada y quitó su mano del rostro de Blaine.
-Buena suerte con Sam- dijo sinceramente.
-Gracias, espero que tengas un buen fin de semana.
-Tú también- y vio como Kurt salía de ahí.
