Title: Silence de Invierno.
Category: Anime/Manga » Junjō Romantica
Author: .9
Language: Spanish, Rating: Rated: K
Genre: Romance/Drama
Published: 11-07-15, Updated: 11-07-15
Chapters: 1, Words: 1,598

Chapter 1: Chapter 1

-Me gusta el silencio de las noches de verano.

-¿Y las de invierno?

-No.

-Pero es silencio al fin y al cabo.

-Te equivocas. El silencio de las noches de verano es cálido y tranquilizador.

-¿Y el del invierno?

-Simplemente perturbador.

...

Tal vez él silencio que más odiaba era aquel que ocurría en las noches de invierno, una vez que las calles quedaban desiertas y él aire se congelaba de a poco.

Porque fue en una de esas noches en que me beso por primera vez. Y fue una noche así en la que lo vi partir.

Sentía que me faltaba él aliento, mientras me besaba, aunque eso era técnicamente imposible.

Había estado llorando por un rato y me sentía terriblemente agitado. Y él poso su cuerpo contra mí y me dio el primer beso. El primero de muchos.

Un beso inesperado y fuerte. Un beso que me confundió durante días y noches. Un beso perturbador.

A menudo me preguntaba si era él camino correcto. Porque lo que sentía por él era inmenso pero terriblemente malo. No para mí. Sino para el resto.

Cuando eso ocurrió contaba con 18 años. Un alma inocente que solo aspiraba al romanticismo. Y no a todos los sucesos que él trajo consigo. Yo tenía esa inocencia que me dificultaba notar entre el bien y él mal. Pero sabía que estar con él no era algo bueno. Aun así fue y será él primer amor. Ese que jamás se olvida. Y no me arrepiento. No jamás me arrepentiría de haberlo amado a pesar que muchas veces le cuestione que nuestro problema era que ambos éramos hombres. No jamás me arrepentí. Porque era tan mágico. Tan inocente y a la vez tan pervertido.

Realmente era amor.

00000

Me encontraba mirando el atardecer.

A pesar de estar en casi Noviembre aún hacía mucho frío en las mañanas. Y en los atardeceres el rocío que caía hacía pensar que al día siguiente pudiese helar.

Aun las hojas de las plantas de mi balcón no habían crecido con tanta fuerza y le faltaban frondosidad. Aun así contaban con un color verde tan oscuro que en la noche se confundía con el cielo.

A lo lejos el horizonte me devolvía una visión tormentosa y encantadora.

Detrás de nubes muy negras el sol se iba lentamente. Y su color era tan rojo y brillante que hacía pensar que tal vez estuviese compitiendo con las nubes lúgubres que lo querían esconder.

Aun así se alzaba imponente y detrás de ellas emitía rayos de luz, débiles, pero aun así estaban allí.

Abrí la ventana y corría una brisa invernal. Aun se podía oler aquel aire de los primeros días de invierno. E irónicamente a lo sumo faltaría un mes para el verano.

Al parecer no habría primavera este año.

Y la brisa era de aquellas que mecía n suavemente el pasto. Y muy despacio acariciaban los rostros que se interponían en su suave ventisca. Tenía olor a viejos recuerdos.

Tenía ese sabor a la felicidad que alguna vez tuve. Porque esa brisa sólo me hacía recordarlo. Y recordarlo significaba que mi vieja alma alguna vez sintió la calidez del amor.

Llegaban esas noches cálidas de verano, las cuales me hacían recordarle menos. Pero no por eso olvidarle. Aun así parecía que este año eso iba a ser difícil...

El aire que entraba aquel atardecer era cada vez más frío. Cerré la ventana y contemple mi reflejo en el vidrio.

Ya no contaba más con aquel color castaño, ahora era más bien blanco. Y mis ojos verdes ya no brillaban.

Mi cara estaba surcada por varias arrugas y tenía el rostro triste.

Al girar para ir hacia él comedor no pude evitar dirigir mi mirada hacia una vieja repisa donde estaba un cuadro con su imagen.

La fotografía me devolvía a un Usami joven, de unos 33 años y yo festejando mi cumpleaños número 23 en Londres. Ambos llevábamos ropa de abrigo y estábamos navegando por el Támesis.

Recuerdo que aquel viaje fue un regalo de cumpleaños y de graduación a la vez.

Me había enojado por el gasto exagerado de dinero, pero aun así él jamás me hizo caso.

Después de aquello nunca más hicimos un viaje.

Akihiko enfermo gravemente y una noche de invierno se fue sin despedirse.

Recordar eso realmente me perturba.

Contaba con casi 24 años cuando me quede solo en una interminable noche.

Me había acostumbrado tanto a Akihiko que tenía planeado morir a su lado en nuestra vejez. Pero él se adelantó.

Jamás logre decirle a mi hermano de mi relación con él. Aunque sospecho que Takahiro siempre lo supo. Pero por algún motivo jamás lo menciono.

Akihiko dejo su herencia en mi nombre, algo que me sorprendió.

En su testamento rezaban las palabras "...Al joven que logro demostrarme lo aterradora que era la soledad a la que tanto me había acostumbrado, Misaki Takahashi".

Aun lloro cuando recuerdo aquello.

A pesar de que han pasado 52 años desde su muerte no hay día que lo olvide.

Vague durante un tiempo, pensando que hacer con mi vida. Y durante algunos meses caí en depresión.

Takahiro me ayudó a recuperarme y con la asistencia de un psicólogo pude re insertarme socialmente.

Y dedique él resto de mi vida a trabajar en la editorial.

Me refugie en la literatura y en toda clase de mangas que allí había

Me había vuelto un experto en él tema.

Trabaje duro durante días y noches para poder evitar el dolor que su recuerdo provocaba.

Había leído una vez que un escritor aspira a vivir de su escritura y poder soñar que una hoja con su nombre plasmado viviese más que él. Akihiko viviría por siempre en las letras de sus libros y en todas sus obras.

Ooooooooooooo

Seguí viviendo en el departamento donde viví los mejores 6 años de mi vida.

Oooooooooooooo

Al fallecer su cuarto quedo intacto.

Años más tarde decidí sacar la cama grande y reemplazar su lugar por los libros y obras que había editado.

Logre acomodar sus juguetes y los libros ordenadamente en un solo lugar.

Y allí en un rincón subí él sillón rosa del comedor.

Y en las noches donde él silencio era terriblemente perturbador me refugiaba allí entre cientos de historias y reía al leer sus novelas BL.

Y muchas veces él amanecer me encontraba allí.

Noooooooooo

Los años siguientes a su deceso mi hermano insistió en que debía casarme. Luego de varios intentos fallidos dejo de proponerlo y me dejo vivir en paz.

No necesitaba a nadie

Yo solo quería a Akihiko. Y nadie en este mundo podría reemplazarle. Cuando dejo de insistir y me dejo vivir, realmente pude tranquilizarme un poco.

Aunque de vez en cuando me dice que la soledad no es buena. Pero ya es tarde para todo. Tengo 77 años. Takahiro va por 89.

Ambos somos ancianos y los que nos da un poco de vida son sus nietos, quienes siempre me visitan.

El más cercano a mi es Mashiro, se llama igual que su padre. Tiene 17 años y está estudiando duró para entrar a la universidad M.

Me recuerda mucho a mí. Por su tenacidad y él parecido que nos une.

Cuando lo veo, me veo a mi mismo a esa edad

El pelo revuelto, grandes ojos brillantes, ropa deportiva. Y esa prepotencia que me caracterizaba cuando Akihiko me hacía enojar con sus novelas BL.

A menudo viene a mi casa y pasa hora leyendo las historias de Usami.

Es al único al que le conté todo.

Tal vez porque desde que nació se volvió mi compañero. O tal vez porque se parece demasiado a mí.

Le gusta mucho leer las novelas BL

Y ríe a carcajadas cuando me enojo si lee las que están con mi nombre.

-Tal vez tío algún día ame tanto como tú.

-No te conviene hacerlo. Sufrirás mucho

-No me importa.

Siempre tenemos la misma conversación.

Oooooooooooooo

El cielo de esa noche estaba lleno de constelaciones de primavera

. Pero aun corría una brisa fresca.

Mashiro estaba sentado en el balcón mirando el cielo nocturno con los ojos cerrados.

Me uní a él.

-¿Cuándo das el ingreso?

-El viernes próximo. Que hermosa noche. ¿Escuchas los grillos cantar?

Me senté despacio y asentí.

-Me gusta el silencio de las noches de verano. O primavera.

-¿Y las de invierno?

-No.

-Pero es silencio al fin y al cabo.-contesto Mashiro

-Te equivocas. El silencio de las noches de verano es cálido y tranquilizador.

-¿Y el del invierno?

-Simplemente perturbador.

-No creo que él quisiera que estés o hayas estado tantos años triste por él.

-Lo sé. Pero como olvidar.

-Tío... Estoy enamorado.

-¿En serio? ¿Quién es la afortunada?

-No es ella. Es él.

Ambos nos miramos en silencio. El tenía mucho miedo en su mirada. Tenía ese miedo que yo tuve siempre, el miedo al rechazo.

-Bueno creo que has aprendido bastante leyendo BL -dije sonriendo.

Me devolvió una risa tranquilizadora. Y ambos nos sumimos en un silencio cálido.

Cerré los ojos y la imagen de Akihiko vino a mí. Con esa prepotencia y ese orgullo que lo caracterizaba y su siempre fiel cigarrillo.

Sonreí.

-¿Que es tan gracioso?

-Nada. Soy feliz por ti. Esperó que él te amé también.

-¿cuánto amabas al señor Usami?

Cerré los ojos de nuevo y otra vez vino a mí con esa sonrisa superior a todo.

-Claro que amaba a Usagi-san. ¿Cuánto lo amaba? ...solo te voy a decir esto: Espero morir pronto para re encontrarme con él.

Misaki Takahashi.