Prefacio
El automóvil avanzaba a una velocidad constante por la solitaria carretera, alumbrada únicamente por los faros del auto y la luz de luna que brillaba esplendorosamente en el cielo nocturno.
Miró a la mujer que se encontraba a su lado y una sonrisa se dibujó en su rostro. Por su expresión era obvio que seguía preocupada. Y aún así se veía hermosa.
Ella odiaba que manejara de noche, especialmente tratándose de distancias largas, por eso, horas antes, había insistido en que se quedaran a dormir en algún lugar y por la mañana siguieran con su camino, pero él se negó. Lo que más deseaba era estar nuevamente en casa, en especial por su hijo, al que ya podía imaginarse, sonriente, ahora que volvía a ver de nuevo aquella pelota roja que tanto le gustaba, la que olvidó empacar.
Dio un rápido vistazo al asiento trasero donde dormían dos pequeños, un niño y una niña, recargados uno en el otro, totalmente agotados por haber jugado durante todo el día. A simple vista podría decirse que eran de la misma edad. La pequeña, todo un encanto, usaba un vestido que la hacia ver como muñeca de aparador mientras el cabello rubio se deslizaba por sus hombros hasta casi llegar a la cintura. Su angelical rostro descansaba en el hombro del niño de cabello corto y negro.
-No me di cuentan del momento en que se durmieron -susurró volviendo a fijar su vista en la carretera
-se ven tan dulces-dijo ella mostrando una bella sonrisa al contemplar los rostros de los dos niños-me gustaría que se quedara con nosotros
-sabes que no es posible, cuando lleguemos a Tokio la llevaremos con las autoridades-dijo firmemente, mirando de reojo el ahora entristecido rostro de su esposa
-cuando la encontramos dijo que no quería volver a aquel lugar, tal vez sus padres la maltratan… no podemos permitir que siga viviendo en una situación así
-nosotros no podemos encargarnos de eso
-pero nuestro pequeño la extrañará mucho, apenas y han pasado unas horas juntos y ya se han hecho grandes amigos
-él podrá visitarla cuando lo deseé-sonrió, insistiendo
-pero no es suficiente, recuerda: lo que él más desea es un hermano, por eso cuando conocimos a ésta pequeña pensé que tal vez…
-es una niña muy linda, pero creo que preferiría verla como novia de nuestro hijo que como su hermana-sonrió con picardía
-¡eso no!-se exaltó- ¡apenas tiene seis años!
-¡vamos mi amor! ¿Siempre celaras tanto a nuestro hijo? ¿Qué harás cuando encuentre a la persona más importante en su vida?
- para entonces, si él es feliz, yo también lo seré- susurró girando su cuerpo para acariciar los negros cabellos de su hijo, mientras sonreía con un brillo maternal en sus ojos -pero no quiero adelantar las cosas
-eres la madre más hermosa del mundo-murmuró; miró por un momento la reacción de su esposa y luego volvió a fijar su vista en la carretera
-lo dices porque soy tu esposa…
-tal vez…-dijo con tranquilidad, sin que la pequeña sonrisa desapareciera de sus labios-pero para mí lo eres
Ella sonrió complacida, y se recargó en el hombro de él, que miraba el camino aunque sus pensamientos estaban en ella y en el pequeño que dormía en el asiento trasero.
La pequeña entreabrió sus ojos color esmeralda pero volvió a cerrarlos para no importunar a los dos adultos que iban adelante. ¡Se veían tan felices!
Esa escena llena de cariño despertó nuevos sentimientos dentro de ella que hicieron palpitar su corazón. Deseaba con todas sus fuerzas verse así dentro de varios años, amando y siendo amada.
-¡¡CUIDADO!!-exclamó la joven mujer. La expresión de felicidad había desaparecido completamente de su rostro, siendo remplazada por una llena de angustia.
Por sólo un segundo, el hombre miró con sorpresa y terror la figura que parecía haber salido de la nada, pequeña, tan frágil, de pie, estática en medio de la carretera. La luz blanquecina de los faros del auto lo golpeaba de frente, sin deslumbrarlo, pintando su figura de un blanco pálido que, aunado al resplandor siniestro que mostraban sus ojos- fijos en el auto y sin inmutarse a pesar de que éste se acercaba velozmente- lo hacían verse como una aparición.
Sin embargo, no pensó en ello… no tuvo suficiente tiempo. Con violencia giró el volante en un arranque instintivo para no arrollar al pequeño. Las llantas del auto rechinaron fúricamente y a pesar de haber estado a tan corta distancia, éste no hizo daño alguno al infante, pero…Cuando se dio cuenta de lo que su acción había provocado el automóvil destrozaba ya la barra de contención de la carretera y se precipitaba por el profundo barranco.
¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!!
La pequeña se abrazó a su amigo y cerró los ojos con fuerza. Lo último que vio a través de la amplia ventana delantera fue el cielo nocturno y a continuación, el extenso mar bajo de ella, oscuro y tranquilo, con la luna reflejándose sobre él. La gravedad la jaló fúricamente, sin embargo, el cinturón de seguridad la sostuvo. Un hormigueo frío recorrió su cuerpo mientras caía junto con el auto y sus demás ocupantes. Tembló, llena de miedo, sintiendo que la hora final se aproximaba. El cinturón se rompió de pronto, dejándola libre.
¡No quería, no quería! ¡No deseaba morir! No ahora que se había topado con una hermosa familia que le había mostrado el verdadero amor… en especial aquel niño del que aún se asía con fuerza
Si bien debieron pasar segundos, le pareció que estaban tardando horas en caer. Y de pronto sintió un fuerte golpe, duro y seco, ¿así se sentía morir?
La calma volvió a asentarse sobre el lugar con un sepulcral silencio. Se quedó callada, sin moverse, escuchando el rítmico latido de su corazón acelerado. Un dolor agudo recorría su cuerpo entero, pero no era éste el que le impedía levantarse sino el profundo miedo que la hacía tiritar bajo aquel vestido blanco…miedo de saber que estaba muerta. Abrió los ojos lentamente.
No sabía cómo ni por qué pero estaba en el firme suelo de la carretera… viva
A lo lejos pudo ver el cielo y sobre él, la luna, que seguía tal y como la había visto minutos antes, radiante y hermosa. Miró con angustia la desierta carretera esperando encontrar el auto en el que viajaba, pero no había nada. Inmediatamente, aún confundida, se levantó y buscó con la mirada a su amigo. No le importaban sus heridas, no le importaba todo lo demás, sólo que él y su familia estuvieran bien. Una sonrisa de felicidad apareció en su rostro al divisar al pequeño, sin embargo ésta desapareció casi de inmediato. Yacía a unos metros de ella…inerte y con bastantes heridas, la más grave localizada en la cabeza, por donde un hilo de sangre corría débilmente.
-Mamoru… ¡Mamoru!
Lo sacudió con espanto. No se movía ¡no se movía! Sus verdes ojos se llenaron de lágrimas mientras cubría su rostro con las manos.
De pronto, una infantil voz susurró en el silencio, despacio, pausadamente, como si el tiempo se le terminara, pero a la vez dulce y cariñosa.
-un…ángel…
Retiró las manos encontrándose con los azules ojos semiabiertos de su amigo. Y aún turbada, los miró fijamente. Aquellos ojos que brillaban como estrellas en la noche oscura, tan llenos de ternura.
-¿por… qué… lloras?
El niño no aguantó más, sus ojos volvieron a cerrarse.
- ¡No, Mamo…!
No pudo terminar la frase. Algo se había clavado en su espalda, algo delgado y afilado, como una aguja. La vista se le nubló en segundos; su cuerpo estaba tan pesado; no podía moverlo, no le respondía. Y así, sin fuerzas, se dejó caer, entrando en un profundo sueño, con las lágrimas aún estancadas en sus mejillas rosadas.
-Nos has causado demasiadas molestias-susurró una voz pueril. Dentro de la sombra de los árboles un par de ojos brilló, distinguiéndose de la espesa oscuridad; un resplandor maduro, frío e impasible. Caminó lentamente hacia la pequeña y la tomó entre sus brazos. Entonces se detuvo a observar la escena por un momento: al pequeño que se desangraba a unos centímetros de él, el agua apenas turbada que en tan sólo unos segundos se había tragado el auto. Seguramente éste ya estaba reposando en el fondo de aquel mar azul.
Sonrió, cruelmente; se dio media vuelta y avanzó hacia la arboleda, desapareciendo entre las sombras de los árboles. Tras él dejaba la desierta carretera y al pequeño que permanecía inconciente sobre ella, el mismo que en sólo segundos se había quedado huérfano… completamente solo en el mundo.
¡Hola!
De antemano muchas gracias por haberte atrevido a entrar y leer este fanfic, la verdad es que… ¡estoy muy emocionada! Es la primera vez que me atrevo a escribir algo y eso me hacen sentir un poco nerviosa (lo que es ser inexperto ¬¬´) pero aquí estoy, deseando que les guste esta historia y que me dejen aunque sea un review Sólo así poder saber si les gustó, no les gusto o los dejó llenos (as) de dudas XD
Este capítulo de introducción me servirá para explicar unas cosas que les ayudarán a situarse:
-La historia, a partir del siguiente capítulo, se va a desenvolver entre el fin de Sailor Moon Super S y Sailor Moon Stars y por lo tanto antes de la segunda pelea con Neherenia.
-Está basado en el ANIME, así que si no has leído el manga, no hay ningún problema
-He dejando los nombres originales de los personajes. Lo hice principalmente porque habrá personajes nuevos y tendrán también nombres japoneses y la verdad me siento algo rara escribiendo el nombre de los protagonistas usado en la versión doblada ¬¬. Así que en simples palabras fue por comodidad XD
Por si no los conocen les dejo aquí los nombres en japonés y su equivalente. No sé muy bien cuáles son los nombres de algunos personajes en España, así que disculpen si no los agregué:
Inner senshi:
Usagi: Serena/ Bunny
Minako: Mina/Carola
Makoto: Lita/ Patricia
Ami: Amy
Rei: Rey
Outer senshi:
Setsuna: Raquel
Haruka: Timmy
Michiru: Viky
Hotaru: Olivia
Otros personajes
Chibi Usa: Rini
Mamoru/ Tuxedo Kamen: Armando/Señor del Antifaz, Darien/ Tuxedo Mask
Naru:Molly
Gurio: Kelvin
Motoki: Andrew
Yuuichirou: Nicholas
Por ahora son todos los que he calculado saldrán al menos en los primeros capítulos. Si aparecen nuevos los iré agregando
-Los ataques los dejaré tal y como fueron doblados al español latino
-Suprimiré todos los "chan" "san" y demás sufijos tan usados en Japón, eso me llevó a un gran problema especialmente con Serena/Usagi y Darien/Mamoru porque suelen llamarse de cariño Usako y Mamoru chan respectivamente, así que después de discutirlo conmigo misma por unas buenas horas decidí dejar a Usagi como "Usa" (lo sé suena algo extraño pero espero que todos, incluyéndome, puedan acostumbrárse) y a Mamoru sólo le quité el "chan".
-por último (sí, ya pueden despertar, ya terminé XD) planeo que sea una historia larga, de aproximadamente doce capítulos.
Éste es sólo una introducción para lo que va a suceder ¿reconocieron la escena? Tiene muchas variantes pero en esencia es la misma, si no la reconocieron no se preocupen, pronto se hablará de ello.
Bueno después de cansarlos y quizá ahuyentarlos con mis largos comentarios XD los dejó por fin, espero actualizar en las siguientes dos semanas, si nada se interpone claro.
Y prometo que mis próximos comentarios serán menos extensos!!
