Hola. Sí, volví con esta historia algo (por do decir demasiado) retorcida e.e' es un intento, depende de ustedes, mis queridos lectores (?) si la continuo. La idea de este retorcido fic, fue gracias a LukaTiff, ya saben que nosotras dos estamos locas. La idea nos surgió (?) viendo una película en la que ocurría una escena algo parecida, sin embargo, es totalmente distinta. En realidad, ninguna de las dos recuerda el nombre de la película. Y, bueno, es cuestión de ustedes si deciden matarme a tomatazos (LOL) o me dicen que la continue. Tengo otro proyecto en mente, sin embargo, prefiero tenerlo terminado antes de subirlo acá.

Cambiando de tema, respecto a Enséñame, la continuación de Tutorías de Amor (Por Tiff y yo)(LOL x2), estamos trabajando en la continuación. Sé muy bien que ninguna se esperaba ese cambio tan radical, pero todo se aclarará. También cambiaremos algunas cosas de capitulos anteriores, más que todo de Diana.

También, decidí regalarle a Tiff El Mayordomo De Mis Sueños, uno de mis primeros fics que nunca continué por falta de inspiración e ideas. Ella me lo pidió y me parece que es bueno que comience con un proyecto sola :3 Así que nada más nos queda esperar a que ella se decida a publicar.

Disclaimer. Los personajes de InuYasha y co. No me pertenecen. Son de Rumiko Takahashi. Historia hecha sin fines de lucro.


Mi Amigo Gay.

Por MikuNat.


Prólogo.

– ¿Cómo?

De todo lo que en mi vida me había sorprendido, aquella noticia encabezaba la lista. Me sentía sumamente engañada. Y utilizada. ¿Me habría estado mintiendo los cinco años? ¿Cinco malditos años viviendo esta farsa? ¡Qué le den!

–No podía mentirte más tiempo, Kag.

Le clavé cuchillos con mi mirada, y lo imaginé desangrado. ¡Qué se jodiera! Estaba totalmente loco si pensaba que yo, Kagome Higurashi, lo perdonaría luego de semejante farsa. ¡Yo había confiado en él, maldita sea! Fue mi confidente, mi pañuelo de lágrimas… mi hermana.

– ¿No podías? ¡Me has mentido cinco malditos años, InuYasha!

Bajó su mirada ámbar, y la clavó en el suelo, como si fuera la cosa más interesante del planeta. Él me conocía a la perfección y sabía que cuando me engañaban era difícil que yo volviera a depositar mi confianza en esa persona. Sin embargo, había sido tan estúpida y confié ciegamente en él. Creyendo que su amistad era sincera, y que nunca me traicionaría.

–Nunca fue mi intención lasti…

–No me heriste, ¡Me has mentido! –espeté, enfadada– ¡Podrías habérmelo dicho hace tiempo!

Nuevamente, me miró. Sus ojos tan dorados como el Sol mismo reflejaban su arrepentimiento, pero mi enfado no bajaba con nada. ¡Qué tonta había sido! ¿Cómo no pude verlo? Mierda, si me ponía a pensarlo era tan malditamente obvio…

–No te digo que me arrepiento de haber hecho lo que hice–comentó, con calma –Ya que eso me permitió llegar a conocerte como nadie más lo ha hecho… Y me hizo enamorarme cada día más de ti.

Las lágrimas que recorrían mis mejillas, ya no eran de rabia e impotencia. Eran de tristeza. ¿Hace cuánto yo me encontraba llorando con mi prima por él, por el que creía mi amigo? Lloré noches enteras por su causa, torturándome al saber que él jamás se fijaría en mí… por ser una chica, una mujer.

– ¡Se suponía que eras un maldito gay! –repliqué, con la voz quebrada –Creí en ti, te vi como mi hermana durante cinco malditos años…

–Cuando te conocí, seguías prendada de Bankotsu ¿Lo recuerdas?

Tragué duro. Para mi mala suerte sí. Lo recordaba claramente.

–Y tú no querías a ningún chico cerca. Ni siquiera dejaste que tu padre interviniera.

–Ese es otro asunto y…

–Déjame terminar –interrumpió, callé –: y yo, lo único que quería era conocerte y acercarme a ti. Y tú, creíste la broma de Miroku aquella ocasión… y no me quedó de otra que actuar.

–Podrías haberme dicho la verdad.

–Tú me habrías alejado de tu vida.

–No, no lo hubiera hecho.

–El hubiera no existe –insistió.

Yo era una completa idiota por no haberlo notado. Era tan notorio: las miradas que le lanzaba a las tipas, sus miradas para mí, su actitud conmigo… Pero, mierda, soy tan tonta. De ahora en adelante, nada sería como antes.

Por desgracia.