Ya se que deben estar pensando…si, puedo verlos a través de la computadora… (¡No otra vez!)…pero si…soy yo. Con una nueva historia. Es un post-Hogwarts y aunque les cueste creerlo me parece que me gusta como va la idea. Algo de humor, romanticismo, peleas, mentiras…en fin, lo que nos pasa a todos…jejeje…espero les guste y la terminen aceptando. A mi me parece que si les gustara. Un bezo. YOGINNY

CAPITULO 1: Y EMPIEZA CON SORPRESA

En un edificio algo antiguo de las afueras del Londres muggles, en un habitación completamente turbada y carente de limpieza, sobre una cama desordenada se encontraba un chico de alrededor de 23 años con el cabello azabache todo enredado y cayendo sobre su cara, usando solamente unos boxer negros con líneas rosadas en los bordes, roncando como si nunca más fuera a despertar, y seguramente hubiera seguido así, a no ser…

-¡Ahhhhhhhh!-grito una voz algo gruesa detrás de la puerta de su habitación. Harry Potter se levanto con grandes instintos asesinos hacia quien fuera que haya gritado y abrió la puerta con furia. Camino directamente a la puerta de donde había provenido el grito y se encontró con una imagen poco más que patética.

-Realmente estas en estado deplorable-le dijo el pelinegro a su amigo el pelirrojo cuando lo encontró caído en pleno baño-y por favor cúbrete…-le dijo extendiendo sus manos para cubrir estratégicamente las partes del pelirrojo.

Ron tomo la toalla cubriendo sus partes íntimas y se paro sobandose el trasero con dolor. Se había estado bañando y en un intento por salir de la bañera saltando, como lo había hecho Spiderman en la ultima película muggle que fue a ver con Harry, cayo sentado en el frío y mojado suelo del baño.

-Parece que el compromiso te pone tonto-le dijo Harry mientras se servia café en una taza verde que decía su nombre y volvía a aparecer a la vista del pelirrojo, que ya había logrado salir del baño.

-No…-se quejo el pelirrojo, aunque interiormente sabia que el pelinegro tenia razón. Ron tenía pensado proponerle matrimonio a su novia esa misma noche cuando la lleve a cenar a un restaurante romántico cerca del lago.

-A mi me parece que si…tranquilo compañero seguro que acepta-le dijo Harry dando un gran sorbo a su café.-En cambio yo debería ser el preocupado…

-¿Zarah?-pregunto Ron sacando una camisa negra de su ropero dispuesto a salir.

-Sip…me tiene cansado…

-Yo te dije que no soportarías más de un año…esta loca…-dijo el pelirrojo mientras se terminaba de vestir. En eso tocaron la puerta con fuerza entonando la característica música que anunciaba la llegada de la rubia novia de Harry.-Además de insoportable…

Harry miro a su amigo algo enojado y camino hasta la puerta. Suspirando resignado termino abriéndola. Una chica rubia y de cabellera abundante y abultada se encontraba recostada en el marco de la puerta con una sonrisa seductora. Tenía los labios pintados de un rojo furioso y llevaba una cartera que le combinaba perfectamente con el vestido atigrado que llevaba bajo el tapado de oso. Claro, Zarah Fridemberg no se podía vestir de otra forma, ella era actriz.

-Zarah…-dijo Harry dándole un frió beso en los labios, pero la chica lo tomo por la cara y lo beso con fuerza, dejándole la marca roja de sus labios en los del pelinegro.

-Weasley…-dijo la rubia cuando entro y le tiro el tapado de oso que tenia encima en la cara al pelirrojo que se hizo el que no lo vio y lo dejo caer.-¿Que no viste el tapado?

-Ah… ¿esto?-dijo señalándolo con desagrado-perdón…no toco animales muertos…-le dijo con desprecio.

Harry miro a su amigo enojado. Entendía que Ron no soporte a Zarah, pero tampoco era como para que la trate mal. Sabia que Ron no la quería por dos fáciles y perceptibles razones: Zarah tenia esos aires de estrella insoportables y además Ron aun quería a Harry como cuñado, en especial ahora que Ginny estaba en medio de una relación más que madura y a Ron no le agradaba para nada la idea de ver a su hermanita casada con semejante zángano.

Por su parte Harry habría estado en las nubes en su relación con Zarah que en tres días alcanzaría el glorioso record de ocho meses, si no fuera porque recientemente la rubia mostró la hilacha y dejo ver su completo desequilibrio mental. Ahora Harry tenía las ideas claras, debía alejarse de esa chica, pero le era, en el completo sentido de la palabra, imposible.

Parecía que la chica tenía un radar para detectar esas situaciones y terminaba cambiando el tema. O haciendo a Harry pedirle perdón por cualquier cosa.

-Como sea cariño-dijo la rubia volviéndose a Harry-te vine a buscar para almorzar, más tarde tengo que ir a un programa de televisión muggle…ahora con la nueva película que estoy filmando me quieren en todos lados…

Ron rodó los ojos con desagrado y se metió en su cuarto cerrando la puerta fuertemente. Harry vio como su novia ponía cara de satisfecha y se acercaba a el provocativamente.

-No…no puedo…tengo una reunión en la academia…me llamaron de urgencia…-le dijo esquivando sus manos y en especial sus larguisimas uñas rojo furioso.

-Te queda tan sexy ese bóxer…-le dijo sin darle importancia al comentario anterior de Harry. El pelinegro enrojeció levemente e intento alejar a la chica de el, pero ella estaba demasiado empecinada con besarle el cuello.

Harry estaba a punto de ceder cuando Ron salio rápidamente de su habitación como si hubiera visto al fantasma de Voldemort apuntarle con la varita. Zarah giro los ojos y se alejo de su novio enojada, mientras que Harry le agradecía al espectro de su mayor enemigo haber aparecido en ese momento.

-¿Que paso Ron?-le preguntó al pelirrojo, mientras veía como el chico se subía a su precario sillón y empuñaba un almohadón cual espada.

-U-una a-araña…-dijo el chico con los ojos algo desorbitados. Zarah comenzó a reír como desquiciada, lo que hizo a Harry asustar-Pero si era gigante y…y peluda y me mirada a los ojos como diciendo te voy a comer…

-Ron…las arañas no hablan…-le dijo Harry quitándole el almohadón y obligándolo a sentarse, detrás suyo Zarah seguía riendo.-No puedes seguir teniéndole miedo a las arañaste vas a casar Ron…

-¿Weasley se casa?-pregunto la voz de la rubia insoportable presente en la habitación haciendo a los dos hombres girar su vista a ella. Harry trago saliva anticipándose a la reprimenda que le iba a mandar su amigo, mientras que Ron miro a cualquier lado evitando matar a la rubia con la mirada, claro que Ron no sabia que eso no era posible.

-Si…pero

-Pero no es de tu incumbencia…-le dijo Ron saltando de su lugar. La rubia lo miro con suficiencia y miro a los pies de Ron.

-¡Mira!...una arañita…-dijo señalando el suelo. Ron salto en el aire aferrándose al cuello de Harry que lo alzo por sobre el suelo, pero inmediatamente se dio cuenta de su posición y tiro a Ron al sillón.

-Zarah…-le advirtió Harry a su novia, mientras se volvía a su amigo y lo amenazaba con la mirada para que deje de pelear el también.

-Lo siento, osito…-dijo la rubia mientras Ron comenzaba a reír por el tierno apodo de su amigo-pero es que tu amigo es tan insoportable…-dijo mientras tomaba un cachete de Ron y lo apretaba entre sus dedos. Ron quito la mano con furia.

-Te dije que no toco animales muertos…-dijo el pelirrojo con malicia. Zarah dio un gritito de enfado y Harry tuvo que intervenir por vez número ciento cuarenta y seis. Ron y Zarah se odiaron desde que se conocieron.

-De acuerdo…se termino…-dijo el pelinegro ubicándose entre su mejor amigo y la que con ayuda de los dioses pronto seria la loca de su ex novia.-Ron… ¿no tienes que ir por Hermione?...

El pelirrojo asintió y salio del lugar con aires de haber ganado esta batalla. No bien salio de su departamento Ron saco un pequeño pergamino y anoto un palito más bajo su nombre, ahora le ganaba a Zarah setenta y cuatro a setenta y dos. Rió contento y bajo las escaleras ovacionándose a el mismo. Mientras que dentro del departamento Harry se maldecía interiormente por correr a su amigo y no a su novia que ahora volvía a tener intenciones carnívoras con respecto a su cuello.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Hermione miro por la ventanilla del auto en el que iba junto a Ginny con una mirada algo triste. No sabia porque pero una sensación de insuficiencia le llenaba el pecho. En realidad tenia todo lo que quería, trabajaba en el Ministerio en una nueva sección de la que era jefa que se encargaba de interceder entre sus los elfos domésticos y sus amos, estaba de novia desde hacia ya cinco años y pronto se iría a vivir sola. Para cualquiera ella debería ser feliz, sin embargo algo le faltaba.

-¿Estas bien?-pregunto la pelirroja presente mirando con desconfianza al taxista que las llevaba.

-Si, Gin…todo bien-le dijo dando un largo suspiro. Ginny no le creyó en lo más mínimo, pero igual su día era demasiado bueno como para que llegue algo a arruinarlo.

Había cenado la noche anterior con Michael para festejar sus tres meses de noviazgo y la velada fue perfecta. Cena a la luz de las velas, rosas amarillas por todos lados, un hermoso osito de peluche de regalo…perfecto, justamente lo que ella buscaba.

Bajaron cerca del Caldero Chorreante con algo de miedo. El taxista tenia una cara poco amigable y se quedo mirando a Ginny como tratando de adivinar que había debajo de su vestido. Cuando llegaron a la entrada de un edificio pequeño se detuvieron.

Hacia dos semanas que estaban viendo departamentos en el Londres muggle para irse a vivir. Era hora de independizarse de sus padres.

La entrada del lugar era precaria, pero por dentro estaba perfectamente adornado con un estilo gótico. Parado junto a las escaleras un hombre de alrededor de treinta años les sonreía amablemente. Las chicas caminaron hasta el admirando cada detalle.

-Buenos días-saludo el hombre-mi nombre es Luke y soy el encargado del edificio, supongo que ustedes vienen por la bacante en el tercer piso…

-Si-se apresuro en contestar Ginny sonriendo. Hermione la miro de reojo con una ceja levantada, mientras seguían al hombre escaleras arriba.

-Ustedes son muy conocidas…Hermione Granger y Ginny Weasley…ayudaron a Harry Potter a vencer al-que-ya-puede-ser-nombrado.

-¿Usted nos conoce?-le pregunto Hermione comenzando a desconfiar.

-Si…pero tranquilas…soy de los buenos-les dijo con una amplia sonrisa que hizo sonreír tontamente a ambas chicas.

-Seguro que si…-dijo Ginny sonriendo. El hombre tosió fuertemente y se recompuso a los segundos.

-Perdón…necesito mi poción…

Hermione y Ginny lo miraron sin entender. Pero luego fácilmente se olvidaron al ver el departamento ante sus ojos. Circular con dos extensas habitaciones, una pequeña cocina, chimenea y una salita que quedaba directamente a la entrada. Pero lo que más le gusto a las chicas fue el baño, enorme, con una bañera con diferentes grifos, un espejo descomunal y mucho espacio para las toallas, obsesión aun no confesada por Hermione.

-Es hermoso…-le dijo Hermione a Ginny mientras admiraba el gigantesco baño, en especial los estantes que ya se imaginaba cubiertos de toallas de diferentes tamaños y colores.

-Si…y el encargado no esta nada mal…-le dijo mirando de reojo al hombre de cabellos claros y sonrisa gigantesca.

-¡Ginny!...estas saliendo con Michael…-dijo Hermione algo nerviosa.

-¿Que tiene? Eso no quiere decir que no pueda mirar…-le dijo levantando las ceja provocativamente. Hermione chasqueo la lengua y la saco del lugar.

-Bien…ya vimos todo lo que necesitamos y…

-¿A dónde firmamos?-pregunto Ginny, muy conocida por su impaciencia. El hombre sonrió alegremente.

-Perfecto…pero deberán esperar hasta mañana a que mi jefe de el permiso de entrada…-les informo el hombre.-Supongo que pueden esperar…

-Si, aunque…

-Vale la pena la espera-volvió a interrumpir Ginny con una sonrisa que ya estaba acabando con la poca paciencia de la castaña que le sonrió al hombre y arrastrando a la pelirroja del brazo la saco del departamento.

-¿Que ocurre?-dijo Ginny deteniéndose en pleno pasillo. Hermione le hizo señas que bajara la voz y recién le respondió.

-¿No te parece que hay algo extraño? No se si debemos aceptarlo…

-¡Hermione!¿De que estas hablando?...es perfecto…amplio…lujoso…-dijo Ginny relamiéndose como si estuviera describiendo una gran torta de chocolate.

-Si…nose que estaba pensando al dudar…vamos a hablar con ese guapo señor para que nos acepten-y sin decir más Hermione entro nuevamente al departamento mientras Ginny detrás suyo hacia un gracioso bailecito de victoria.

-Con esta carita de ángel puedo convencer a cualquiera…

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Cuando Harry entro a la academia era ya la hora de tomar el característico te ingles, por lo que no se sorprendió cuando lo recibieron con una perfecta tacita en el escritorio de su jefe. El señor Laudrey era el nuevo jefe de la academia, recientemente nombrado y como buen amigo del profesor Dumbledore tenia por Harry un especial afecto.

-Buenas tardes, señor-saludo el pelinegro a su jefe sin sentarse. La silla era famosa por ser demasiado incomoda.

-Se ve que no tan buenas como las suyas…de cualquier forma…bienvenido, hacia mucho que no andaba por acá…

-Si…pero siempre se terminaba volviendo, es como Hogwarts…

-En eso si que tiene razón…espero volver pronto a ver a mi amigo Albus, según me dijo Minerva anda medio enfermo-le comento su jefe.

-¿Enfermo?-pregunto Harry preocupándose.

-Si…parece que unos alumnos lo flecharon con una de esas flechas del amor que venden en una tienda…precisamente la de los hermanos del señor Weasley…y anda enfermo de amor…

-Enfermo de amor…-Harry rió por un tiempo, pero al notar que Laudrey no lo hacia prefirió callar.

-Bien Harry…espero que te encuentras bien…-le dijo el anciano hombre de cabellos largos hasta la cintura, mirándolo por sobre sus anteojos.

-Si, señor…me encuentro muy bien, gracias…-dijo Harry soprendido por el comentario.

-Espero que su feroz enemigo no use esa táctica con todos sus contrincantes…-dijo señalando una marca de color morado sobre el cuello de Harry. El pelinegro ruborizo a más no poder y se llevo una mano al cuello inconscientemente.

-Esto…vera…señor…

-No tengo que ver nada, tranquilo Harry…-le dijo negando con la mano-Lo que nos reúne hoy es quizás más importante que tus enemigos internos…

-Lo escucho…-dijo el pelinegro dudando un poco si realmente era importante. El señor Laudrey solía ser tan disparatado como su amigo director.

-Recientemente hemos obtenido información sobre el movimiento de los que aun quedan del lado oscuro-empezó el hombre con su explicación tendiéndole a Harry una carpeta-parece que luego de la captura de Lucius y la muerte de Narcisa su hijo Draco que había desaparecido esta en estos momentos retornando a Londres.

-¿A buscar venganza?-pregunto Harry recordando al Draco Malfoy de la época escolar.

-No lo sabemos Harry, pero eso nos tememos…

-Entonces hay que apresarlo apenas llegue…- sugirió el pelinegro parándose en su lugar.

-No, me temo que no es tan fácil-le dijo el hombre calmándolo y obligando a Harry a sentarse-desde que desapareció estuvo llevando una vida normal, es más, llego incluso a rodearse de muggles para pasar desapercibido ante los ojos del resto de los mortífagos…

-¿Draco Malfoy? ¿El mismo Draco Malfoy que en la escuela no podía estar cerca ni de un sangre impura, como el los llamaba?-pregunto Harry sin llegar a creérselo.

-El mismo…-fue la única respuesta. Harry tuvo que hacer uso de toda su fuerza para poder cerrar la boca.

-¿La Orden sabe de esto?-pregunto el pelinegro.

-Por supuesto…pero hay otras cosas más que ver…por eso este tema fue delegado a mi criterio…

-Entiendo…

-El señor Malfoy actualmente esta llegando a Londres para abrir un restaurante en la calle principal de Hogsmade.

-¿Malfoy cocinero?-pregunto Harry imaginándose interiormente a Malfoy con un gorro y con la cara llena de harina, al tiempo que se le quemaba toda la cocina.

-No es cocinero…es el dueño, pero necesita un cocinero, así que pensamos que…

-Yo no puedo ir…Malfoy no me contratarías nunca…aunque si quiere humillarme podría hacerlo perfectamente…

-No pensamos en usted…

-¿Ron?...Ron no sabe hacer ni una tostada…es demasiado despistado…

-¿Puede dejar de interrumpirme?-dijo el hombre comenzando a perder la paciencia. Harry bajo la cabeza apenado.-Pensamos en la señorita Weasley…

-¿Ginny, pero si Ginny ni siquiera termino de estudiar…además es muy peligroso, puede…

-El trabajo de Auror es siempre peligroso, señor Potter-dijo el hombre mientras que Harry pensaba que ya no era Harry, ahora era señor Potter-la señorita Weasley esta cursando ya sus ultimas materias y en toda su carrera le fue muy bien…

-Si, pero…

-Pero, no se preocupe que no estará sola…usted se encargara de armar la misión correctamente con ella…-dijo el hombre tomando todo el te de su taza de un solo sorbo-ella se presentara para cubrir el puesto de chef, tengo entendido que adquirió los dotes culinarios de Molly…

-Si, es verdad, pero no creo que a ella le convenza mucho la idea de tener que ir a trabajar con Malfoy todo el día-dijo Harry buscando ideas en su cabeza, sabía que ningún Weasley aprobaría la idea -además entre el estudio y las prácticas de Quidditch…

-Con el estudio no hay problema, se será más indulgente con ella…y en cuanto al Quidditch si organiza bien sus tiempos podrá seguir jugando…

-Pero…

-No hay nada más que decir, así que espero verlo en la cena del tercer centenario de la academia.-y sin decir más empujo a Harry fuera de la oficina cerrando la puerta detrás de el.

-Ni siquiera tome el te…-dijo Harry cuando su estomago le rugió de hambre. Sin decir más se fue del lugar pensando que seguramente le costara mucho trabajo convencer a Ginny.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

-Su mesa señor-dijo una elegante mozo vestido todo de blanco, cuando Ron y Hermione entraron al restaurante francés. Hermione estaba vestida hermosamente y Ron se puso lo más elegante que encontró para la ocasión.

-Gracias-dijeron los dos al mismo tiempo cuando se les indico adonde cenarían. Ron le corrió la silla a Hermione y luego se sentó frente a la castaña.

-Estamos caballerosos hoy…-le dijo Hermione con una sonrisa. Ron se la devolvió pero con clara muestras de nerviosismo. Estaba pensando interiormente que lo que estaba por hacer era una gran estupidez.

-Ehhh…si…

-Ron, ¿estas bien?...desde que salimos de casa estas raro…

-No…bien…estoy bien…-le dijo sin mirarla a los ojos. Hermione estaba comenzando a pensar que algo malo pasaba. Tenia interiormente el feo presentimiento que las cosas no iban a terminar bien esa noche.

-Bueno… ¿que celebramos hoy?-pregunto al ver todo hermosamente adornado. Ron se deseo suerte interiormente y respiro aliviado.

-Que somos felices…-dijo con una sonrisa. Hermione también sonrió.-que estamos bien, así…así como estamos…que no necesitamos cambios…eso

A Hermione que había comenzado gustándole el discurso de su novio, termino odiando haberle preguntado que celebraban. Por su mente paso la idea de que quizás eso era lo que le faltaba, cambios. Hacia ya cinco años que estaban de novios, y seguían así nomás. Si Ron no estaba listo para el cambio, quizás era hora de que ella cambie, o lo cambie a el. El problema era que lo quería demasiado.

-¿No te gustan los cambios?

-No…yo prefiero las cosas tranquilas...

-¿Crees que vamos a estar así toda la visa, Ronald?-le pregunto comenzándose a enojar. Quizás lo hubiera hecho sino fuera porque un mozo esculturalmente armado, de fuertes brazos, sonrisa encantadora y pelo completamente ordenado no se hubiera a parecido en ese preciso momento.

-¿Listos paga ogdenag?-dijo el chico mirando a Hermione como si la palabra disimulo no existiese en su vocabulario.

Hermione se puso algo nerviosa ante la penetrante mirada del mozo y comenzó a ojear su menú sin realmente estar prestando atención. Ron por su parte estaba taladrando al mozo con la mirada.

-Disculpe…-dijo haciendo acoplo de su carácter-pero me parece que esta mirando demasiado a la señorita…

-Ron…-dijo Hermione sabiendo el ataque de celos descomunal que se venia.

-Pues me pagece que mientgas a ella no le moleste, puedo seguir migandola…-contesto el chico levantándole las cejas provocativamente a la castaña que se ruborizo y miro a Ron.

-Yo lo mato-dijo el pelirrojo parándose en su lugar y caminando desafiante hasta el otro hombre-Si no querés que te desfigure todo tu bello rostro aléjate de acá…

-Es un pais libge…

-Libre va a ser tu diente cuando de una piña te lo saque de la boca si no te vas…

-No lo se…si tal vez la señogita me lo pidiega-contesto el mozo todavía con su voz tranquila.

-Por favor, váyase…-le rogó Hermione.

-Si usted lo desea…pego un consejito…busquece mejog novio…-y sin decir más se dio vuelta. Ron no podía creer que alguien así existiera, pero como no se iba a quedar tranquilo agarro un plato de sopa de la bandeja más cercana y se lo arrojo a la cabeza, dando justo en el blanco.

-¡Ron!-lo reto Hermione. Pero el pelirrojo sonreía satisfecho.

El mozo no tardo en reaccionar y sujetando un vaso de vino se lo aventó en su camisa blanca. Ron se enfureció y le tiro un puñetazo al ojo izquierdo que el francesito no pudo esquivar y cayo al piso.

-Ron…nos vamos de aquí…

-Pero…

-Nos vamos-y sin decir más Hermione comenzó a arrástralo a la salida, cuando nuevamente su contrincante se levanto y empujo a Ron sobre la mesa de los postres. Hermione estaba a punto de sacar su varita cuando el dueño del restaurante hizo su aparición.

-Pierre… ¿que significa esto?-dijo un hombre regordete y de anchos bigotes.

-Esto…señog…el empezó-dijo señalando a Ron.

-Eso no es cierto…este tipo le estaba coqueteando a mi novia…

El hombre del bigote enrojeció de furia y se acerco a su mozo con el puño cerrado para darle tremendo golpe en la cabeza.

-Lo siento mucho…la cena será gratis señor…señorita-dijo despidiéndose de Ron y Hermione, esta ultima completamente avergonzada.

-No nos quedamos, Ronald Weasley-le informo Hermione tomando una servilleta y comenzando a limpiar el saco azul del chico-No puedo creer que tus celos lleguen a tanto…

-Hermione…

-No, Ronald…esto es el colmo-le dijo mientras sacaba crema de los bolsillos, pero una cajita pequeña guardada prolijamente le llamo la atención. Saco la cajita pensando que podía ser, ante la mirada atónita de Ron que se había quedado completamente mudo.

-Hermione…

-¿Que es esto Ron?-pregunto al tiempo que abría la cajita y se encontraba con un precioso anillo con una pequeña, pero preciosa, perla sobre el, mientras que los nombre Ron&Hermione se encontraban talladas en uno de los lados.

Ron se sintió palidecer, al tiempo que Hermione levantaba la vista a su novio mientras dentro de su cabeza parecía ya no haber ni el más mínimo conocimiento, ya ni siquiera recordaba que ese día festejaban exactamente su quinto aniversario.