Al escuchar Reon (ni recuerdo como me la encontré en Youtube), terminé de entender Leia. Y como no quería usar al chico que sale con Luka, XD, decidí usar el pairing que mas me gusta (con todo y que me fascinó la versión con Len Power).

Lo mas extraño es que al oír esta canción, recordé a una amiga muy querida, el fic está en parte inspirado en ella.

Vocaloid no es mío porque entonces Spice! sería yaoi jijijiji


Pip

Pip

Pip

La monótona música que le indicaba que ella vivía La angustia crecía poco a poco, porque los doctores no eran capaces de determinar su enfermedad. Los párpados caía pesados sobre esos bellos ojos azul acero. Su cabello -color pétalo de cerezo- caía desordenado en la almohada. El joven que observaba, sentado en una silla, solo suspiró, apretándose las manos de impotencia.

-Gakupo...

Su voz sonó suave, del cansancio que tenía por lo que fuera que la estuviera atacando. Luka lo miró a los ojos, con una sonrisa. Extendió su mano, pidiendo que él estuviera cerca. Su esposo se acercó para cumplir la petición, sintiendo las agujas que entraban en las venas de su mujer.

-Todo va a estar bien, Luka.- le susurró, sentándose a su lado en la cama, dejando que ella apoyara su cabeza en su pecho, dejando que su mente fuera a días mas simples y felices.


-¡Ven, mira a Tonio!- gritó una chica de largos cabellos azul cyan, arrastrando hacia la baranda del segundo piso a otra colegiala. Los ojos de ambas se concentraron en un chico muy formal de cabello negro, levemente rizado. Los suspiros no se hicieron esperar por parte de ambas. El joven cantaba una parte de la opera Aida, la aria "Regresa vencedor", a la cual la segunda colegiala respondió, haciendo el papel de la esclava egipcia, logrando que él la mirara.

Un chico iba subiendo las escaleras al segundo piso cuando escuchó la voz pura y etérea de Megurine Luka. Él se quedó en una pieza, mirándola, hasta que escuchó los aplausos de todo el instituto. Entonces parpadeó. Gakupo no podía creer que de alguien tan frágil saliera una voz así.

-¿Porqué estás así parado?- dijo Luka al notar la cara obnubilada del muchacho mas rico de la escuela. Este parpadeó un poco y apenas si abrió la boca- Hey, answer me.- repitió, pero en inglés.
-Eh...- el chico de largos cabellos violetas se quedó con lo último, la parte inglesa, así que confundiendo gimnasia con magnesia respondió- Beautiful breast... quise decir, voice...

Miku Hatsune, la chica de las coletas, no pudo hacer mas que reírse al ver el sonrojo violento del chico y la ira de su mejor amiga. Luka entrecerró los ojos y se dio la media vuelta. Gakupo supo que luego de eso nada volvería a ser igual.

En clases la dibujaba en los cuadernos, muchas veces sin cuidarse de que Kaito comentara en voz muy alta sobre eso. Luka solamente le dedicaba miradas llenas de fastidio, lo cual no evitaba que él le sonriera con ternura. Otras veces, mientras Tonio pasaba cantando la misma ópera, quizá "Oh rey, por los dioses sagrados" la aria del enfrentamiento entre el Faraón y Radamés contra la princesa etíope Aída y su padre Amonasro, Gakupo intentaba unírseles, pero no conseguía mas que reproches por todos.

Pasaron así varios meses, donde coincidían a pesar de ella, ya que Miku y Kaito, siendo pareja, habían conspirado para unirlos a ellos dos. Así, en una de las citas dobles, el artista se quedó a solas con la cantante.
-Me han dicho que desde la muerte de tu padre, tu administras su emporio. Debes ser mejor administrador que dibujante- dijo, sin mirarle.
-No creas... es una responsabilidad muy grande para alguien de mi edad, sí. Solamente estoy aprendiendo. A mí me han dicho que las chicas como tú esconden muchos secretos.
Luka se sonrojó.
-No es así...
Después de eso, Tonio dejó de cantar por donde los viera a ellos dos.

Un día de blanco, al igual que los de los años anteriores, le entregó un gran chocolate, el cual ella aceptó esta vez, casi sin darse cuenta. Después lo persiguió por la escuela entera, tratando de regresárselo.

-No te preocupes por aceptarlo, no pido nada a cambio, Luka, aunque tu no me diste chocolate en San Valentín.- respondió Gakupo, ya cansado de esconderse. La chica observó el cerezo que estaba detrás de él, sus flores eran mas blancas que rosas, abriendo mucho sus ojos.
-La leyenda de la escuela... no puedo aceptarlo, Gakupo, menos aquí.
-¿Por la leyenda? "Si aceptas un día de blanco un chocolate aquí, serás correspondido por siempre".
-No conoces la leyenda completa, al parecer...- bajó la vista, poniendo el chocolate sobre su pecho. Ahora mas que nunca tenía miedo.
-¿Porqué tienes tanta reticencia a aceptar la verdad, Megurine-sama?- Gakupo sacó de su mochila los miles de dibujos y los dejó volar al viento, de modo que llegaran a ella- ¡Te amo! ¡Desde el primer momento, hasta hoy y quizá siempre! Pero si decides que calle, que deje de dibujarte, lo aceptaré.

Aquella de los largos cabellos rosas se dejó abrazar por su rival, dejando que toda su ternura la envolviera. De pronto se echó a llorar, pero al mismo tiempo correspondió al abrazo.
-¡Eres el mas grande de los idiotas, Kamui Gakupo! Desde el primer día que te vi supe que lo eras y no hay nada que pueda hacer contra esto, por mas que quiera, por mas que sepa que desde que nacimos es imposible... y yo me he mentido tanto. Solo quiero que me digas algo ¿Aceptas el riesgo?
Se miraron a los ojos, con absoluta seriedad, luego sonrieron. A diferencia de una escena romántica normal, no fue necesario un beso para confirmar sus sentimientos.

Después de ese momento, todos observaron asombrados a la felíz pareja. Miku y Kaito se felicitaban por su buen trabajo de casamenteros. Gakupo ahora en vez de dibujar, la pintaba, ella componía canciones.
-Quiero que conozcas a mi familia.
-No... yo no lo creo muy conveniente- si antes Luka había aceptado todas sus propuestas casi sin dudar (lanzarse en el bonggie jump juntos, viajes sin rumbo en los fines de semana), esta vez no podía aceptar tan fácil-. Es decir, ya sé que todo va en serio, pero...
-Vamos, seremos ricos pero no caníbales- se burló- ¡Te mandaré un vestido bonito para que conozcas a mi mamá, a mi hermana Gumi ya la conoces, el sábado a las 7, paso por tí!
Apenas si reaccionó al cariñoso beso de despedida que le dio antes de dejarla en su casa.


Se había quedado dormido, abrazado a ella. Las enfermeras, mas que enojarse por eso, se conmovían ante el amor que se profesaban, si bien les daba envidia que alguien así de guapo ya estuviera casado. El unico momento en que se enojaban era cuando él la hacía reír con sus dibujos. O con sus ruidosas visitas.
-Cuando te pongas bien, te llevaré a Hawaii, vas a ver. Te compraré un bikini nuevo... o mejor no- sonrió de modo pícaro, intentando hacerla reír. Luka esbozó una sonrisa, no le daba para más.
-Ja, entonces yo te compraré unas bermudas nuevas... o mejor no.- continuó con el chiste.


NOTAS DE AUTOR:

1- Sí, soy fan de la ópera de Aida. Y bueno, hay una aria (la que canta Radamés) que es temida por todos los teoneres, ya que se llega a tonos muy altos teniendo la garganta fría (llegan al si bemol agudo). Amén de que un tenor fue abucheado por todos.

¿Jitomatazos?