CAP 1
"Capturado"
ADVERTENCIA: ESTE FIC TIENE CONTENIDO DE TORTURA Y VIOLACIÓN EXPLICITA. SI NO TE AGRADAN ESTOS TEMAS, USA EL BOTONCITO DE RETROCEDER DEL EXPLORER PARA EVITARNOS PROBLEMAS; SI NO TIENES NADA EN CONTRA DE ESTE TIPO DE FICS, PUES BIENVENIDO A LEER ESTA HISTORIA. Aparecen personajes de YDBE y YATL mas no es historia ligada a estas.
Lo último que recordaba era encontrarse en Central Park buscando algunas cosas que necesitaba para sus experimentos; había salido sin el permiso de Skipper ya que sabía el peligroso potencial de sus necesidades a ser explosivas y no quería un nuevo regaño por parte de su capitán. Iba y regresaba, que podía haber de peligroso en ello?
Al momento siguiente todo estaba terriblemente oscuro y no podía moverse. Trató de analizar aquella situación. Estaba consciente? Aparentemente si. Sus sentidos funcionaban. Los analizó uno por uno, a pesar del silencio estaba consciente de que podía escuchar, sus capacidades visuales estaban intactas también, al igual que sus sentidos del gusto y del tacto; se removió un poco y pudo sentir el frío de unas argollas alrededor de sus patas y sus aletas. También tenía algo frío y plano en la espalda, que se encontraba inclinado un poco. Por aquellos datos dedujo que estaba amarrado a algún tipo de mesa metálica en una habitación sin luz.
Resopló con molestia, cuando Skipper se enterase de que había sido capturado, iba a asesinarlo.
No tenía miedo en ese instante mas bien tenía algo de curiosidad por saber quién le había atrapado de aquella forma; debía ser un experto en ello ya que no tuvo tiempo de defenderse ni de darse cuenta hasta que ya era demasiado tarde.
De repente una luz blanca cayó sobre sus ojos, encegueciéndole un momento provocándole soltar un quejido y hacer la cabeza hacia un lado para evitar la fuente de aquel resplandor; la iluminación le hacía sentir calor y comenzó a tratar de parpadear para recuperar la visión, reconocía ese tipo de enfoque, era el que usaban siempre que iban a interrogar a alguien.
-Espiráculo…- gruñó el pingüino, no podía creer que aquel delfín le hubiese capturado, era mas que obvio que contra el primero que iría sería Skipper pero estando Kowalski en solitario sin darse cuenta se había convertido en una víctima viable; no quería imitar a su líder pero era el único villano que se le ocurría haría algo como aquello, o tal vez el apestoso Petey pero él estaba en Brasil… volvió a removerse incómodo ante la situación en la que se encontraba hasta que pudo percibir un par de pasos enfrente suyo y una voz que salía de las sombras, haciéndole abrir un pocomas los ojos y tratar ve ver a través de la potente luz blanca de la lámpara.
-Ese delfín idiota no tendría la habilidad de planear algo como esto…- una voz ronca surgió de la silueta negra de quien se había acercado; Kowalski hizo un esfuerzo mas para ver mejor yentocnes percibió una bola del lado izquierdo de su cabeza, que dolía y le daba migraña cuando tocaba la mesa donde se encontraba atado; al parecer, esa era la zona del golpe que le habían dado para desmayarlo y poder hacerse con él
De nuevo aquella criatura se acercó hasta quedar a la vista del pingüino, que ya momentos atrás había intuido de quien se trataba: plumas de la cabeza recortadas a la vieja usanza militar, expresión de cautela demencial, casi de su estatura, cejas amarillas y pose firme, Bob Rockgut le observaba entrecerrando los ojos como si esperase un movimiento repentino en el pingüino científico. Kowalski estaba confundido, que podía querer de él?
-Bob Rockgut señor…- comenzó el mas alto del equipo de pingüinos con algo de nervios- porqué…?
No había terminado de hablar, tan solo había podido gritar de dolor cuando el pingüino enfrente suyo había sacado algo parecido a una pluma y la había encajado en su vientre; un escalofrío lo recorrió mientras un poco de sangre brotaba y manchaba las blancas plumas de su vientre. El otro pingüino sacó aquella plumilla del cuerpo del otro que se movió un poco mas, tratando de soltar sus aletas de aquella mesa pero era inútil.
-Porqué hizo eso!?- exclamó
-Cállate! Ardilla roja…- dijo el pingüino mayor sorprendiendo a Kowalski que sintió como su corazón se paralizaba un momento- crees que me engañaste la última vez que nos vimos… pero no!Se perfectamente que utilizaste al pequeño pingüino para apartar mi mirada de ti, pero te descubrí!
-Que?- Kowalski estaba anonadado. El sujeto continuaba creyendo lo mismo? Aquello era ridículo y sobre todo porque después de la primera vez esperaba que ya hubiese pasado por aquello; hizo una mueca, la herida aunque pequeña, continuaba sangrando y dolía bastante- yo no soy…
-Te dije que calles!- exclamó Bob Rockgut antes de tomar al pingüino del cuello y apretar con fuerza
El mas alto comenzó a marearse ante la falta de oxígeno, desesperadamente trató de soltar las aletas de las argollas pero era inútil; un zumbido comenzó a hacer acto de presencia en su oídos y el dolor de cabeza que ya de por si tenía comenzó a aumentar desproporcionadamente y llegó un momento en que sintió como iba a desmayarse; pero entonces el pingüino del rostro negro pareció darse cuenta de ello y le soltó, provocando unos espasmos de tos en Kowalski, que tembló con fuerza y dejó caer la cabeza. El suelo no se detenía y por un momento, pensó que iba a vomitar.
-Empecemos de nuevo ardilla roja- dijo pacientemente Bob Rockgut colocando sus aletas en su espalda y deteniéndose enfrente del mas alto- dime, como hiciste tu operación de cambio de imagen?
-Yo… no hice nada…- dijo Kowalski con un hilo de voz, sintiendo como palpitaba su garganta por la presión de antes; el pingüino soldado enfrente suyo gruñó y le sujetó de las plumas del pecho, antes de golpearle contra la superficie de la mesa con fuerza; la cabeza del otro resonó en el metal, provocando un quejido en el mas listo que pudo sentir el rebote dentro de su cráneo y como comenzaba a punzar de dolor
-De nuevo… como cambiaste para ser un pingüino ardilla roja?
-Yo no soy la ardilla roja- espetó cada vez mas molesto Kowalski, clavando sus ojos azules furiosos en el otro pingüino- entienda de una vez! Soy Kowalski!
-Yo sé como tratar a los mentirosos… se reconocerte- el pingüino se acercó hasta quedar cara a cara con el otro, que no se retiró tratando de expresarle con su mirada que no mentía; Skipper los había entrenado para soportar cualquier cosa, así que los golpes y demás no iban a amedrentarlo. Aunque tenía que admitir que el primer corte le había sorprendido, después de un rato ya no dolía tanto; mentalmente se hizo una guía de cada herida que iba a tener para saber como re sanarla cuando se librase de aquella situación de locos. Tragó pesadamente cuando el otro se inclinó hasta quedar por debajo de su cintura… que iba a hacerle? Y entonces sintió algo frío alrededor de uno de sus dedos de la pata y entonces, el otro se puso de pie nuevamente.
-De nuevo… como lograste tener apariencia de pingüino, ardilla roja?
-NO soy la ardilla roja- dijo Kowalski comenzando a fastidiarse
Lo próximo que resonó fue un click, como un mondadientes partiéndose en dos… y Kowalski gritó con fuerza, haciéndole doler aún mas la cabeza.
-Respuesta equivocada, tratemos de nuevo…- Bob Rockgut sacó aquel arillo con pinza del dedo roto del pingüino y lo pasó al siguiente- como es que te ves como un pingüino?
-Soy un pingüino, compruébalo tu mismo!- exclamó Kowalski antes de que otro click se escuchase, seguido del grito agudo del pingüino
Algunos minutos después, el pingüino soldado movía los dedos rotos de Kowalski, que ya no gritaba pero se quejaba… el dolor era horrible y el hecho de que moviesen sus miembros heridos era aun peor; lo único que podía hacer era morderse el pico y retorcerse bajo aquello, Skipper no le perdonaría que demostrase debilidad… ya lo hacía pero trataba de soportar.
-Eres resistente ardilla roja…- dijo el pingüino de rostro oscuro a lo que Kowalski trató de hacerse hacia delante, sintiendo el dolor de los brazos al tironear de las argollas
-Que no soy la maldita ardilla roja!- gritó
-Terminarás confesando te lo aseguro- dijo Bob Rockgut mientras levantaba su plumilla y comenzaba a clavarla por un lado del pingüino, que se tensó al sentir el corte que comenzaba a alargarse por un lado de su cuerpo- tendré que verte por dentro?
-Pues hazlo si así es que te convences!- exclamó el científico antes de apoyarse de nuevo a la mesa para aguantar aquel dolor; pero de pronto el pingüino mayor se detuvo y pareció pensar unos momentos; Kowalski tenía el corazón acelerado, no podía saber que pensaba el otro pero por su expresión no era nada bueno o quizá… quizás ya había analizado el hecho de que estaba en un error?
El otro pingüino pasó hacia un lado de la camilla y estiró una palanca; el científico pudo sentir como se deslizaba hacia abajo su torso, quedando colgando su trasero por el borde de la mesa, pero aún con las patas levantadas; hizo una mueca, aquella posición con los brazos estirados dolía horriblemente y pudo ver los dedos de sus patas, inflamados por las fracturas y de un color que jamás pensó que podía existir en un ave. Se removió un poco mas pero el otro ajustó mas las argollas de sus aletas, apretando con mas fuerza a lo que Kowalski gimió.
De repente el pingüino de mas edad desapareció del campo de visión del mas listo, que parpadeó confundido y trató de mover la cabeza para localizarlo; por detrás de él comenzó a escuchar un sonido continuo y la respiración del otro pingüino que comenzaba a ser algo agitada; tembló con nerviosismo y tironeó un poco mas para tratar inútilmente de soltarse aunque fuese un poco.
-Que demonios estás haciendo?- preguntó desesperado pero no recibió respuesta
Unos minutos después, el otro pingüino volvió a aparecer enfrente de Kowalski… y este al ver a Rockgut pudo saber que era lo que estaba haciendo detrás de él; palideió enormemente y sintió que las fuerzas se le iban para después, agitarse con mas fuerza en aquella camilla; ahora entendía porque lo había colgado de aquella manera y había aguardado un poco. El pingüino enfrente sonrió al ver las expresiones de terror que componía su ahora víctima.
-Nunca pensé en hacer esto pero mis superiores nos decían que siempre había una forma de hacer hablar a los prisioneros- el pingüino se acercó a la mesa donde el científico ya no pensaba en mantenerse por su líder, se movía y retorcía desesperadamente tratando de liberarse de sus ataduras
-Estas completamente loco!- gritó cuando ya tenía encima al otro sujeto
-Ninguna ardilla roja va a llamarme loco, me escuchaste!?- dijo Rockgut abriendo enormes los ojos antes de introducirse de un golpe en el cuerpo del otro
Kowalski gritó con fuerza. Nunca se había imaginado que un dolor de esa magnitud pudiese existir y las lágrimas brotaron por sí solas de su rostro cuando el otro rió algo enloquecido al escucharle de aquella forma; el pingüino debajo suyo tembló, su interior ardía horriblemente como si estuviesen partiéndole en dos por dentro. Al fin el otro se separó del cuerpo del pingüino y este gruñó adolorido, tensándose al sentir como salía.
-Como va ardilla roja?
-Ya te dije que no… que no soy la ardilla roja…- dijo en voz baja Kowalski, con la cabeza caída mientras las lágrimas continuaban cayendo… nunca se había sentido tan humillado como en ese momento
A él no podía estarle sucediendo aquello… no a él. Entre todos los pingüinos, le estaba pasando…
Bob Rockgut se pasó una aleta por la barbilla.
-Resistente pero aún tenemos tiempo- afirmó el pingüino- y no tienes que bajar la voz, las paredes son muy gruesas, nadie te escuchará si gritas demasiado…
Al alto le recorrió un escalofrío, comenzaba a perder toda esperanza de que sus amigos lo fuesen a encontrar. El otro se acercó de nuevo y colocó su aleta en la entrada que acababa de herir, sintiendo como el otro pingüino volvía a tensarse ante aquel toque.
-Un poco de sangre pero no es nada- chistó Rockgut y Kowalski trató de levantar la cadera para quitarse.
-Deja de tocarme ahí estúpido…- gruñó
-No te gusta eh?- el pingüino demente sonrió con malicia-listo para confesar?
-Confesar que?- dijo Kowalski- soy Kowalski del equipo 37-A de la base en Antártica bajo el mando del capitán Skipper, grandísimo hijo de…!
-Vas a confesar quieras o no ardilla roja!- exclamó Rockgut metiendo la punta de su aleta en el interior del pingüino a lo que este abrió el pico todo lo que pudo, tratando de no gritar- o tal vez termines pidiendo por esto…
Kowalski le observó con frustración a través de las lágrimas en sus ojos antes de sentir de nuevo como presionaba la otra ave hacia su interior; porque usaba ese método de torturarlo, no era bastante haber roto sus patas como lo hizo? Y entonces sintió como le penetraba hasta que logró aferrar aquella parte de su cuerpo que no se externaba a menos que la necesitase; sus gritos fueronmas agudos al sentir aquel dolor tan agudo; el otro sonrió con victoria y comenzó a estirar hasta sacar el miembro del otro pingüino.
-Dejame… suéltame!- gritó con fuerza Kowalski tratando de alejarse un poco pero el otro negó con la cabeza
-Tranquilo, pronto gritarás de otra manera ardilla roja y tal vez así, admitas ser tu…- el pingüino del corte de tazón comenzó a frotar con su aleta aquella parte del cuerpo del pingüino, que se tensó y sintió como su corazón comenzaba a acelerarse
No podía evitarlo, era una reacción natural en su cuerpo y cerró los ojos para no ver, pensando infantilmente que de esa manera sentiría menos, pero no pasó mucho tiempo para que sus quejidos de dolor comenzacen a mezclarse con algunos gemidos entrecortados; cerró la punta de sus aletas con fuerza, tratando de resistirse al calor que comenzaba a inundarlo al tiempo que el rubor en su rostro crecía. El otro pingüino sonrió un poco mas, entrecerrando los ojos mientras apretaba un poco mas y le estiraba, logrando sacar un quejido mas alto de aquel que tenía amarrado; pudo sentirlo estremecerse ante sus toques y comenzó a frotarle con un poco mas de velocidad, sintiendo aquel cuerpo retorcerse mientras su respiración comenzaba a volverse errática.
Kowalski ya no sabía que estaba sintiendo, por una parte el dolor de su cuerpo lo mantenía consciente de su situación por otro lado, lo que estaba obligando a su cuerpo a sentir lo estaba desesperando; llegó un momento en que no pudo mas que volver a llorar de vergüenza, mientras hacía un gran esfuerzo por no hacer mas ruidos de los que ya daba a escuchar. Mentalmente llamó a su equipo a pesar de que sabía que estos nunca llegarían a su lado.
Skipper se avergonzaría tanto de él si pudiese verle…
En un último momento sintió como su cuerpo ardía y se tensó una última vez, arqueando la espalda al tiempo que sentía su cuerpo liberarse en cierta manera; el otro pingüino tan solo observó sin hacer gesto alguno; Kowalski trató de tomar aire, sintiéndose arder en fiebre y haciendo un esfuerzo por recobrar el aire. Las heridas, el golpe en la cabeza… aquello, todo lo había dejado muy agotado. Pero aquello no había terminado y lo sabía, lo sabía desde que había comenzado todo aquello.
De nuevo el otro pingüino se puso de pie y empujo hacia el interior aquella parte de su cuerpo; el pingüino mas alto volvió a cerrar los ojos, no quería participar de lo que venía, no quería ser consciente de que alguien estaba tomando por la fuerza su cuerpo, no quería aceptar la realidad de que el otro iba a robarle la inocencia que aún era parte de él…
Vino repentinamente pero esta vez no se detuvo como la primera vez, continuó embistiéndole una y otra vez; el dolor como viejo conocido regresó con mas impetú, logrando que gritase hasta sentir que su garganta se desgarraba y las lágrimas hicieron aparición mas rápido que la primera vez.
-Maldita ardilla roja… sé que eres tu… confiésalo!
Bob Rockgut se movía violentamente contra el cuerpo del pingüino, aferrándolo y estirando su cuerpo, lastimándole al forzar sus muñecas contra las argollas que le detenían en su lugar; Kowalskiya no sabía que hacer para librarse de aquello.
-No soy yo, no soy yo, te lo jurooo!- gritó al sentir como entraba mas profundo y un calor se hacía presente, estaba seguro de que aquello era su sangre- por favor detente, no soy yo, lo juro, lo juro por el código pingüino!
-Maldita ardilla… no puedo creer que todavía te resistas!
-Es que no soy yo… por favor… por favor…- suplicaba el mas alto
No se atrevía a admitir aquella mentira; primero había pensado que en efecto si admitía ser la ardilla roja, Bob Rockgut lo soltaría pero su entrenamiento le hizo intuia que si cedía, aquello solo sería peor.
El otro aumentó mas su velocidad y Kowalski abrió sus ojos con terror.
-Por favor no en mi… te lo suplico, ya tomaste todo lo que querías pero no hagas esto…
Era lo último que podía soportar; sin embargo el soldado enfrente suyo sonrió con demencia y le apretó.
-Confesarás ardilla roja?
Kowalski abrió el pico débilmente antes de dejar caer la cabeza derrotado; tres golpes mas y pudo sentir la esencia del otro sujeto llenando su interior y saliendo de él. Comenzó a temblar mientras lloraba en silencio, sintiendo como todo lo que él era desaparecía en el vacio para siempre. Ya no siquiera lucho, ya no quería hablar ni moverse, no quería saber nada del mundo… si el otro pingüino le mataba, le haría un enorme favor.
EL pingüino soldado se separó del mas alto, observándole con extrañeza; nunca un enemigo había resistido tanto, ni siquiera aquello. Durante un segundo dudo: y si en verdad no era…? Pero no, inmediatamente descartó la idea, estaba cayendo en los juegos mentales de aquella ardilla y eso no podía ser. Al fin se acercó a la mesa y soltó las argollas, dejando caer al suelo al otro que se fue de rodillas, gimiendo ante el dolor de la presión de los dedos rotos de sus patas al tocar el piso.
-No confesarás por lo que veo…- dijo el otro pingüino comenzando a caminar en círculos- maldita ardilla roja…
Kowalski tan solo escuchaba sin prestar atención. Al fin, Rockgut se detuvo y sacó un control, pulsando un botón rojo que abrió una puerta en la pared.
-Largate…- Kowalski muy apenas abrió los ojos, sin darse por enterado, cosa que irritó al otro que avanzó hacia este y le pató- que te larges maldita ardilla!... pero sabe esto: te vigilaré y mjuypronto repetiremos esto hasta que confieses la verdad… pero por ahora, lárgate…
Repetir aquello. El científico entonces pareció reaccionar e ignorando el dolor de sus inflamados pies, se impulsó para poder deslizarse fuera de aquel lugar; ni siquiera medito donde se encontraba, pudo reconocer el escondite de donde sacasen al pingüino hacia tanto tiempo. El frio mordía la piel debajo de las plumas y las heridas en su vientre y costado comenzaron a sangrar de nuevo al verse forzadas al roce contra el pavimento pero ello no detuvo a Kowalski, este siguió adelante a pesar de todo y no se detuvo si no hasta que se acercó a la pinguinera.
En el hábitat de los lémures, unos ojos rojos siguieron el rastro del pingüino hasta que éste se perdió de vista.
Pero no podía entrar por donde siempre, no se sentía con las fuerzas para ver a nadie, no deseaba ver a nadie.
Inmediatamente se dirigió a la segunda entrada secreta, que daba directamente a su laboratorio y no detuvo su andar hasta que vió la puerta de su santuario, que daba a la central de la pinguinera; sin mas, cerró de un portazo y trabó su puerta, haciendo saltar del susto a sus compañeros que no se lo esperaban.
