*Regaño y castigo*
Es cierto que Hidan puede ser irritante y molesto, peor que un niño pequeño. Eso es lo que piensa ahora el ojiverde, solo fueron a una simple misión para recolectar información, utilizando la tortura de por medio, solo fueron necesarias una hora y media para sacar de quicio al inmortal mayor.
Ambos vuelven con el reporte que esperaba el líder, el inmortal menor fue a entregarlo junto con su compañero. De ahí ambos van a la habitación que comparten, el moreno tiene un par de cosas que decirle al albino.
-Siéntate – le señala la cama.
-¿Qué chingados quieres? – se sienta como le indico.
-Escúchame bien, mocoso malcriado, no soportare de nuevo tus faltas de respeto hacia mi, me tienes harto con todos tus caprichos – le mira directamente a los ojos con rabia.- Desde que entraste a Akatsuki, no has sido mas que una molestia, en verdad, solo pareces una maldita mosca que le gusta joderme la vida.
-Y tú eres un maldito avaro que simplemente no me deja en paz.
-Silencio – fuerte y claro, el albino acara la orden.- En segunda, tienes que superar tu infancia, ya no eres un niño, eres un hombre adulto de veintidós años, no es posible que te comportes como uno solo por que si. Es increíble que te tenga que regañar.
-Joder Kakuzu, a mi me gusta mi manera de ser, que a ti te incomode es otra cosa.
-Dije que silencio…Mira, si no quieres entender las cosas a la manera de los adultos, te lo haré entender como a un niño – el moreno apreso ambas muñecas entre sus manos, volteando al usuario de ojos lila, le bajo los pantalones dejándolo en ropa interior.
-Oe, ¿Qué crees que haces, maldito engendro?
-Castigarte, ya te regañe y no me hiciste caso – el moreno levanta su mano izquierda y le da un buen azote al trasero del peliblanco.
-¡Ahh! ¡Duele, cabrón! – sus ojos se humedecen levemente.
El tesorero no le hace caso y sigue golpeando la parte trasera de su compañero unas veces más hasta que se le cansa la mano.
-Bien – sienta a Hidan en sus piernas, mientras este se limpia las pocas lágrimas que se le salieron.- Espero ayas aprendido la lección (Uy, ¿Cuántas veces no me dijeron eso a mi?)
-Hmp – hace un puchero y se cruza de brazos.
-¿Entendiste que no me tienes que molestar? – le levanta el mentón.
-Si – dice aburrido.
-Dilo bien, ¿O acaso quieres que te castigue de nuevo? – su tez toma un blanco mas blanco de lo común. Niega rápidamente con la cabeza.- Buen niño, eso pensé.
No se…vi una imagen, mientras buscaba imágenes KakuHidan y me salio esa, me hizo bastante gracia.
¿Qué tal un review…? Tal vez… ¿amor? XP nah!, no se crean, solo el review.
