Este fanfic se encuentra en AmorYaoi y lo pueden encontrar bajo el mismo seudónimo (Lou27).
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Akira Amano.
Día despejado y soleado, eran los primeros días de primavera. Estábamos con mi papá en la plaza, paseando como hacemos todos los sábados ya que él está ocupado los demás días gracias a su trabajo. En realidad, más que jugar mi papá me hacía entrenar con una extraña llama anaranjada que me salía en la cabeza, era algo raro ya que no me quemaba. Pues ¿y mi mamá? Desapareció. Mi papá dice que ellos se divorciaron y que muy al pesar de mi madre ella me tuvo que dejar con él ya que ella quería viajar por el mundo y yo era muy chico para acompañarla; tenía solo 3 años (y ahora tengo 4 ^^) y al parecer tampoco me quería separar de mis amigos. También me dijo que mi mamá me amaba como ninguna madre lo hizo. Yo ansiaba conocerla, pero papá me dijo que no iba a ser posible, no por ahora.
Papá debe extrañarla mucho, ya que cuando habla de ella sonríe, pero no sus ojos; ellos están tristes. Algunas veces se niega a hablarme de ella, y eleva un poco la voz, en esas ocasiones parece enojado pero algo triste aún.
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Ya pasaron 8 años desde ese día soleado. Mentirosos, todos son unos mentirosos. Amigos, familiares, inclusive los padres. Toda mi jodida vida creyendo que mi madre era un pan de dios, o eso me decía TODA mi familia. Pero no. Hace un año atrás los escuche hablar sobre la verdadera personalidad y actitud de Nana (mi madre) hacia mi persona. Insultos, golpes, gritos, castigos por simplemente existir. Sí, esa mujer era un pan de dios, uno rancio y asqueroso. Yo era el monstruo de su familia, el adefesio que "destruyo" su matrimonio, mal hijo, etcétera, etcétera.
Según escuche también, yo había olvidado todo eso por un golpe en la cabeza, un golpe causado por ella con un bate de béisbol con clavos… Un bate de béisbol con clavos. Es la madre del año, ejemplar de paciencia y amabilidad, pero por sobre todo dulzura.
Dejando de lado ese pedazo de cielo y azúcar de me pasado, ahora con 11 años la relación con mi padre va en caída. Todo este tiempo me mintió, inclusive me dio algunas cartas con el nombre de Nana contándome sus supuestas aventuras por el mundo y cuanto me quería y me extrañaba. Está bien, aprecio el intento de crearme una madre amorosa para ocultar a ese ser grotesco, pero hay una cosa que me enseñaron que tomé como referencia para mi vida: mentir, está mal. Me pego a esas palabras como si fuese chicle en el pelo de alguien.
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En el colegio las cosas no van tan bien como deberían. Mi mejor amigo desde jardincito, Byakuran, me tendió una pequeña broma pesada para poder ingresar el grupo "popular" del curso y dejarme atrás. Pues, la pequeña bromita fue dejarme encerrado en un armario. Ya ven, nada muy grave, el problema es que lo hizo a sabiendas de que era claustrofóbico, todo el curso lo sabía; sin embargo todos apoyaron la broma.
El salón ya estaba cerrado, sin embargo Byakuran me "quería enseñar algo", por lo cual le seguí sin dudarlo. Abrió el curso con las llaves, vaya a saber cómo las consiguió, y luego abrió el armario. Fingiendo euforia por lo que "había guardado" ahí, logro que me acerque lo suficiente para luego empujarme adentro y encerrarme con llave. Comencé a golpear la puerta y a suplicar que me abran, pero lo único que logre fue que se escuchar risas y aplausos. Por un hueco del armario pude ver que estaba ahí casi todo el curso, por lo menos los más revoltosos y sus cómplices. Mi "amigo" estaba sonriendo y ahí fue cuando confeso su desagrado hacia mi…
Tal vez mi madre tenía razón al abandonarme y al gritarme, tal vez de verdad era un ser desagradable. Pero eso no cambia que mi supuesto mejor amigo me mintió, siempre. Sus risas, los juegos, las travesuras, la felicidad, todo fingido, al igual que esa promesa de meñique 'seremos siempre amigos'; todo una MENTIRA. ¿Sabes? Eh leído que antes quien rompía una promesa de meñique, debía cortase el dedo… Mis otros amigos también estaban ahí atrás, aplaudiendo con caras engreídas, como si fuesen superiores.
Ese día fue terrible, termine desmayándome ahí adentro. Recién a la mañana siguiente, cuando el conserje fue a limpiar, me liberaron de ese encierro. ¿Castigaron a los chicos? Pues no, no pasó nada. Lo único que cambio fue que yo estaba más solo que perro callejero en lluvia, pero este perro era golpeado por unos chicos que estaban aburridos. Aunque tenía moratones y algunos cortes, inclusive algunas veces iba a buscar su ayuda con las heridas aún con sangre, los docentes no hacían nada. Bueno, me curaban, me decían palabras de aliento, me mimaban un poco y me daban caramelos. Pero algunas veces las escuchaba a mis espaldas decir que era un mocoso insoportable, un llorón y mimado de mierda. Luego de eso dejé de recurrir a ellas y deje que todo me resbalara.
Mienten, todos mienten. Se excusan diciendo que son mentiritas blancas, que dicen la verdad distorsionada solamente para no herir a alguien, pero lo único que hacen es empeorar el golpe. Las mentiras siempre fueron y van a ser malas. Pero todo el mundo miente, todo el mundo es despreciable, todos debería morir por eso, y yo no soy diferente al resto. Fingir que estoy bien, esa sonrisa blanca y perfecta, pero rota al fin y al cabo. Toda esa mierda para no preocupar a los demás, menuda idiotez.
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Bueno, ya tengo 14 y todo sigue prácticamente igual. Pero ahora espero que todo vaya mejor, ya que me voy a cambiar de secundaria; me voy a Nami-chuu. Dicen que hay un temible prefecto, personas que solo buscan pleitos, pero ahí no había ningún conocido. Era perfecto para comenzar de cero.
Debo decir que es una secundaria bastante normal, a excepción de la peleas de la piña andante con la 'alondra' y las ruidosas discusiones del peli-plata con el 'friki de béisbol' (según Gokudera). Esos dos últimos son algo así como mis mejores amigos, o eso pienso yo. En mi curso ya me había ganado el apodo de Dame-Tsuna, solo por tropezarme… Algunos días… Bueno, casi todo los días. Todos piensan que por mi actitud torpe, tímida y descuidada (sin contar mi apariencia generalmente desalineada) me va mal en las materias, pero todas mis notas van de 8 para arriba. No por ser torpe voy a ser un burro.
Los meses pasaron y algunas veces abusaban de mí, pero generalmente eran parados por mis amigos o por Hibari-san, ya que él los iba 'mordía hasta la muerte'. Feliz, esos pequeños detalles me ponían feliz. Desde que comencé a asistir a Nami-chuu mi sonrisa era más real, al menos con mis amigos, en casa era otra historia. No es que mi padre me tratase mal, es más, hace un par de años se hartó de tratar conmigo y se mudó a Italia; claro, él aún paga mis gastos y educación, no por irse dejo de ser mi padre (o eso dice él). Se fue al notar que no iba a cambiar mi actitud hacia él o hacia mis familiares.
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Pues, en solo un día mi vida dio un giro de 180°. Un tutor se presentó en mi casa diciendo que me venía a entrenar para hacerme el jefe que necesitaba la familia Vongola, una de las familias mafiosas más importantes, ricas y fuertes. Yo, décimo jefe mafioso. Mi tutor, un sádico hitman de patillas rizadas (Lou: Si pues, la maldición ya fue rota :v) Lo peor fue como lo conocí, me disparó. Ningún hola, nada, abrí la puerta y ¡Bam! Un hombre de traje con una sonrisa ladina me disparó. Perfecto.
Esa bala estaba modificada, no me mató pero sí hizo que mi llama anaranjada apareciera en mi cabeza sin mi consentimiento. Aún con su sonrisa ladina, mi nuevo tutor me había informado que debía buscar unos guardianes, uno por cada elemento. En ese momento, lo mire con cara confundida y me dirigí a mi pieza. Me encerré y me dormí al instante. Lo raro de todo esto, es que él ni lo impidió.
Pasó un año, entre peleas con enemigos de la familia. A todo eso yo ya tenía a mis guardianes. Yamamoto Takeshi: lluvia; Gokudera Hayato: tormenta; Sasagawa Ryohei: sol; Hibari Kyoya: nube; Mukuro y Chrome: niebla; Lambo (aunque, aún no estoy de acuerdo con eso ¡Es solo un niño!: rayo.
El noveno jefe de la familia, Timoteo, enfermó gravemente, por lo cual yo debía ir a ocupar ese cargo ahora. Pero unos días antes de ir a Italia mi madre me contacto, me pidió que nos reuniéramos en un café para "reconciliarnos", yo solo le dije que si para reírme un rato. Mis amigos se ofrecieron a acompañarme, pero me negué.
Cuando llegué al café, en una mesa se encontraba una mujer con pintas extravagantes y elegantes de pelo castaño corto, algo pálida y de ojos color miel. Se notaba a kilómetros que yo era su hijo. Se paró de su lugar con una sonrisa y corrió a abrasarme, a lo cual le correspondí el gesto falsamente. Ambos, con una sonrisa dibujada en nuestro rostro nos sentamos en una de las mesas más apartadas.
La única que hablaba era ella, me decía cumplidos, me contaba de su nueva vida, me daba algún que otro mimo, me trataba con dulzura… Y una mierda, puta falsa de mierda. En sus ojos se notaba la repulsión que le causaba tocarme y aún así seguía haciéndolo con esa sonrisa horrenda. Yo me hacía el tímido, pero seguía sonriendo con sarcasmo. Cuando mencionó mi viaje a Italia supe por dónde iba todo esto.
-Me enteré que te vas de viaje a Italia para asumir el cargo de una empresa multi-nacional muy exitosa. Oh, ¡estoy tan orgullosa Tsu-kun! Espero que puedas perdonar la mala madre que fui… Estando lejos de ti, no sabes lo mal que me sentía todo este tiempo…
-Oh, por favor. Ahórrate todas las escusas de esta reunión madre, tú quieres venir conmigo a Italia para quitarme dinero.
-¡Tsunayoshi! Esa no es una forma de tratar a una persona.
-A usted no se lo puede considerar una persona, nadie en su sano juicio trataría a su hijo de la forma que usted lo hizo.
-¿Te acuerdas?
-No mucho, pero escuche lo suficiente de mis familiares.
-Buh, y yo pensé que Iemitsu no iba a decir nada.
-Y no lo hizo, yo solito lo descubrí. Descubrí que mi madre era una perra insaciable de dinero que pensaba que su hijo era una abominación que iba a aparcar todo la atención y dinero de su padre. Que mi madre nos dejó por un ricachón de cuarta que encontró en un burdel. Que se hab…
-¡NO ME TRATES DE ESA FORMA MALDITO MOCOSO INDESEADO!-me abofeteó- PARA EL COLMO QUE ARRUINASTE MI MATRIMONIO ME VENÍS A ECHAR TODO ESTO EN CARA, ¡¿QUIÉN CARAJOS TE CREES!?
-Pues, soy hijo de una perra estúpida. Ahora falta que me digas que soy un bastardo y que nunca conoceré a mi padre.
En ese momento se puso roja de la furia, se levantó y me empujó de la silla tirándome al suelo. No me moví, no me sorprendí, pero me dolió sentimentalmente, después de todo era mi madre la cual me había empujado.
Nana agarró su vaso, el cual tenía soda, y me lo aventó al rostro. Se partió en muchos pedazos y me dejó varias cortaduras por toda la cara, la única que me dolió fue una en la frente, justo donde cayó el vaso, tenía pinta de ser bastante profunda. Se escucharon algunos gritos. Mi madre comenzó a abofetearme.
-Eres un mal hijo, un monstruo, adefesio de mierda, ¿¡POR QUÉ MIERDA NO TE ABORTE!?
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Antes de que se armara más jaleo, los empleados de la tienda nos separaron. Yo simplemente me paré, deje el dinero de lo que comí en la mesa y me fui con una ligera sonrisa ladeada. La gente me miraba cuando caminaba, pues claro, un chico de 14 años con la cara sangrando, sonriendo y llorando a la vez. No era algo que se veía todos los días.
En un baño público limpié mis lágrimas y la sangre para luego dirigirme a mi casa, donde estaban todos mis amigos preparándose para el viaje de mañana. Pues el viaje era mañana temprano y mi casa era lo suficientemente grande como para que todos viviéramos allí (por eso era un dolor de cabeza limpiarla…)
Nota: Espero que le haya gustado c: Pues, dejen su Rw, positivo, negativo, vengativo, cualquiera es bien recibido.
Gracias por leer! :3 Por favor, voten que pareja prefieren: 0027, G27 (GiottoxTsuna), R27 o 1827.
