¡Hola a todos!
Aquí os traigo otro nuevo fic que tenía en mente desde hace ya bastante tiempo (yo y mi precioso mundo donde Endo se casó con Aki...o por lo menos hay una versión del juego donde lo estén).
Creo que por esta no zona no se me conoce mucho ya que suelo subir mis historias de Inazuma en la categoría de juegos en Fanfiction (si os animáis a leerlas os podéis pasar por mi perfil) ¿Qué por qué he subido ésta en la categoría Anime? Sinceramente no lo sé...me ha dado el punto por ahí.
En cuanto al fic, siempre he sentido cierta curiosidad por cómo hubiera sido la vida de Tenma si hubiera vivido bajo el mismo techo que su ídolo (ya tengo admitido que en el canon Endo y Aki no se casan...pero soñar es gratis ¿no?). No sé, en mi opinión si se hubiera elegido la opción Endaki como canon la vida de Tenma (sobre todo el aspecto sentimental fuera del fútbol) hubiera sido bastante más interesante.
La ausencia de sus padres por estar fuera, por muy entretenido que lo tenga el fútbol, creo que hubiera creado cierto hueco en su interior; Endo y Aki hubieran sido los perfectos acompañantes para ocupar ese rol de "padres". Cuando Endo fue "convertido en piedra" en la saga Chrono Stone también hubiera sido un punto sentimental en la relación de Aki y Tenma, ya sabéis: consuelos, preocupación, promesas de traerlo de vuelta...Y muchos ejemplos más ocurridos en la serie que ahora mismo no voy a poner porque me voy enrollar demasiado (como sería los consejos de ambos que ayudarían a la evolución de la personalidad de Tenma con el tiempo).
Repito que esto es mi humilde opinión (y mi corazón fiel al Endaki)
Quizás me equivoco, pero desde mi punto de vista si hubieran sabido aprovechar el tirón habrían creado una relación entre los personajes con bastante dinámica.
Todo esto me llevó a plantearme como hubiera sido la serie hubieran tomado este camino...y aquí estamos. (Aunque ya hubiera hecho algo parecido en mi One-shot "Navidad anticipada")
Les pido disculpas por adelantado si hay fallos de algún tipo en el fic. Hace mucho tiempo que no veo Inazuma y no recuerdo bien todo (además de que aún tengo pendiente terminar la temporada IE GO GALAXY)
Paro ya con todo esto y doy paso al fic.¡Espero que os guste! :D
Disclaimer: Inazuma Eleven y sus personajes no me pertenecen.
El joven Matsukaze apagó el ruidoso despertador de mala gana. No quería levantarse, ni si quiera para jugar al fútbol, parece increíble ¿no? El loco del fútbol pasaba hoy del balón, pero tenía sus razones. Una llamada, una simple llamada el día anterior y todo pareció enturbiarse de golpe. Sus padres, tan rebosantes de trabajo como siempre, le habían dicho que debían retrasar su visita al chico un mes más…lo mismo que le dijeron el mes pasado. No es que no comprendiera que el trabajo de sus padres era muy importante y que necesitaban traer el dinero a casa; es simplemente que los echaba de menos y se sentía sólo, aunque técnicamente no lo estuviera.
En un principio vivía en los apartamentos Windsor, regentados por su tía Aki, que aunque la llamará así era familia lejana. Ella vivía en la casa de al lado junto a su marido el entrenador Endo Mamoru. El joven recuerda el día que vio a su mayor ídolo entrar por la puerta; casi le da un infarto de la emoción. Luego, tras la insistencia de ambos adultos, pasó a vivir con ellos en una habitación libre que tenían en el segundo piso de la casa. Al chico no le pareció justo vivir de gorra junto a ambos, aunque sus padres pasaran una manutención para su comida y demás. Él se sentía como un intruso, un estorbo en la casa de una pareja felizmente casada; aunque tanto Endo como Aki insistieran que adoraban tener al muchacho con ellos.
Se vistió y bajó la escalera casi obligándose a sí mismo, no tenía ganas de nada; ni siquiera de los entrenamientos de sábado, que justo era hoy. Llegó al pasillo y asomó su cabeza cual espía a la cocina, ahí estaban, Aki tomando un café y Endo dándole un mordisco a una tostada mientras conversaban. Tenma se escondió tras la pared y soltó un suspiro, no tenía ganas de hablar con nadie, pero de esa no se libraba. Se terminó por resignar y entró dentro a desgana, como siempre Aki le había preparado el desayuno cosa que lo hizo suspirar otra vez; de nuevo ese sentimiento de estorbo, le pasaba cada vez que la chica lo atendía como una madre preocupada.
-Buenos días.- saludó la pareja a la vez al notar la presencia del chico en la cocina.
-Buenos días.- soltó con una sonrisa falsa y tomando asiento en la mesa.
-¿Has dormido bien?- preguntó Aki.- Tienes mala cara…-otra vez ese tono de preocupación que hacia al chico sentirse mal.
-Pesadillas.-mintió.- Solo eso.
-Si estás cansado intenta no esforzarte demasiado en el entrenamiento de hoy.- habló Endo terminando el desayuno.
-Eh…Hablando de eso, entrenador. Creo que hoy no voy a ir a entrenar.- Endo y Aki lo miraron como a un marciano ¿Era cierto? ¿El chico que algunas veces se escapaba a entrenar con fiebre ahora les decía eso?
-¿En serio? – en cuanto escuchó la voz de su entrenador desvió la mirada, cosa que Aki no pasó inadvertida.- Pero si hoy…
-No pasa nada.- interrumpió la mujer.- Si no te encuentras bien quédate aquí y descansa.- le envió una mirada a su marido y este asintió casi leyéndole la mente.
-Bien, no te preocupes, Tenma.- se puso de pie y metió sus platos en el fregadero.- Yo me marcho ya.- le sonrió a su mujer y esta le devolvió la sonrisa.- Descansa, anda.- dijo para revolverle el pelo al muchacho.
-S…Sí.- logró articular viendo como su entrenador salía por la puerta.
-Sí tienes sueño vuelve a tu cuarto y duerme un poco más.- Aki empezó a recoger la cocina con la ayuda del chico.- Yo me encargo de esto.
-No, no tengo sueño, sólo estoy cansado.- la mujer lo miró extrañada por su explicación.- Además, tengo que sacar a Sasuke a dar un paseo.
-Te he dicho que no te preocupes, yo me encargo de todo.- volvió a insistir.
-No, tía Aki. Ya haces demasiado.- antes de que Aki pudiera rebatir el chico salió corriendo fuera de la cocina.- Voy a pasear a Sasuke. Ahora vuelvo.- consiguió oír antes de escuchar la puerta cerrarse.
Aspiró con fuerza el aire de la mañana deseando que ese frio aliviara un poco sus sentimientos pero no consiguió el efecto esperado. Se acercó a la caseta de Sasuke, cuando se mudó con Endo y Aki también trajeron su caseta al patio delantero de la casa. Llamó a su perro y este salió de la caseta a paso lento pero moviendo el rabo contento.
-¿Te apetece un paseo?- el perro la ladró a forma de contestación.- Está bien pero te aviso que será largo.
Anduvieron por las calles del barrio, estaban casi desérticas, normal una mañana de un sábado invernal. La mayoría de la gente saldría más tarde a la calle y otra parte ni siquiera se habría molestado en salir de la cama.
Sasuke se volvió a mirar hacia atrás al notar el tirón de su correa. Su dueño había parado de andar. Empezó a tirar para increpar que siguiera andando pero Tenma parecía inmerso en su mundo. No se había dado cuenta hasta ese momento pero automáticamente estaba andando hacia la ribera del río, donde estaba el campo de fútbol y sus compañeros entrenando. Por fin reaccionó al escuchar los ladridos de Sasuke, se giró sobre sus talones y cambió de dirección; no quería ir a la ribera, no quería ver a nadie. Tomó una calle al azar tras otra, algunas ya ni le sonaban pero le daba igual con no encontrase a nadie conocido le bastaba.
Cuando llegaron a un parque desconocido y solitario el perro se negó a seguir andando, y tras varias disculpas por parte de Tenma por semejante caminata que le había metido al viejo perro tomaron asiento en un banco. Miró el reloj de su muñeca, el mismo reloj que Aki le regaló para que fuera consciente de la hora que era ya que más de una vez preocupaba a la chica por llegar demasiado tarde a la casa; el fútbol lo distraía demasiado. Como suponía llevaba horas andando pronto sería la hora de almorzar y ni sabía dónde estaba ni Sasuke estaba por la labor de empezar a andar.
Suspiró y se dejó caer hacia atrás en el banco ¿Y si no iba a almorzar? Total, no tenía hambre, el desayuno casi ni lo había tocado y no tenía ganas de volver a casa. No. No podía hacer eso. Preocuparía a Aki y encima no llevaba el móvil encima para avisarla de que estaba bien y que no lo esperara. Suspiró, se levantó e increpó un poco al perro para que se levantara pero este lo ignoró por completo; ya estaba viejo y cansado.
Empezó a rascarse la nuca mientras pensaba qué hacer pero al ver que su amigo peludo no estaba por la idea de colaborar decidió dejarlo atado en el banco y darse una pequeña vuelta por el parque. Ese sitio le llamaba la atención, parecía nuevo pero estaba bastante descuidado y por lo que veía ningún niño había jugado allí en bastante tiempo. Columpios rotos, cadenas oxidadas, ni rastro de vegetación por ningún sitio…Le daba bastante pena ese paisaje pero no sólo por la desolación sino por la nostalgia que había empezado a invadirle de buenas a primeras. Cuando era pequeño sus padres lo llevaban casi todo los días a parques de ese tipo y ahora no podían ni ir a verlo una vez al mes. Suspiró otra vez y sacudió la cabeza, quería dejar de pensar en eso; por eso precisamente había salido a dar el paseo.
Sintió una presencia y volteó a mirar un árbol. Juraría haber visto una sombra, seguramente sería un pájaro revoloteando. No le dio importancia, serían imaginaciones suyas, llevaba un día muy raro. Otra vez algo llamó su atención, era Sasuke que había empezado a ladrar muy enérgicamente desde el banco donde estaba atado. Tenma entendió eso como una seña de que podían seguir con su camino pero se detuvo al ver que el perro estaba ladrando hacia otra dirección: un balón viejo. No recordaba haberlo visto en su primera vista general del parque. Se acercó al balón ignorando los ladridos de su perro, le daba curiosidad. Justo cuando estaba a punto de coger el esférico pasó algo inesperado, el suelo empezó a agrietarse. No le dio tiempo a reaccionar, el suelo se hundió y Tenma con él.
(...)
Abrió los ojos, el golpe había hecho que se desmayara por unos momentos. Empezó a toser por el polvo que había levantado su caída. Escuchaba los ladridos de un ajetreado Sasuke venir de alguna parte pero aún estaba muy desorientado por el golpe. Cuando pasó su aturdimiento un poco pudo observar con más atención su situación. El suelo se había hundido y él estaba atrapado en el hoyo que se había formado. Miró hacia arriba aún tumbado, era hondo pero con un poco de esfuerzo podría salir. Se dispuso a ponerse en pie pero un dolor intenso en su pierna lo hizo detenerse, de repente empezó a notar peso sobre ésta y al mirarla vio que estaba atrapada entre hierros de los columpios que habían caído junto a él. Intentó librarse de su atadura pero el peso era demasiado para él y el dolor en aumento de su pierna no ayudaba.
Empezó a gritar buscando ayuda pero la única contestación fueron los ladridos de su perro. Se echó hacia atrás rendido y notó una pequeña punzada al apoyar la cabeza sobre la tierra. Palpó con su mano la parte de atrás de su cabeza y cuando la puso sobre su vista vio que la tenía llena de sangre, no mucha para preocuparse pero si lo suficiente como para empezar a ponerse más nervioso.
Mientras miraba su mano a contraluz de la claridad que llegaba de arriba juró ver una sombra, apartó su mano y miró con urgencia mientras volvía a llamar. Nada. Imaginaciones suyas. El golpe le había sentado mal.
A medida que pasaba el tiempo el aturdimiento de la caída iba desapareciendo y el dolor de su cuerpo aumentando. Las punzadas de la herida de la cabeza empezaban a retumbar en su cabeza como un bombo, su espalda se quejaba a cada movimiento que hacía y la presión sobre su pierna no hacía más que aumentar más y más a cada movimiento que daba. Llevaba horas atrapado ahí, su cuerpo estaba empezando a entumecerse y los ladridos de Sasuke se escuchaban ya como un eco lejano. El hambre empezó a hacer su aparición y sus labios secos pedían agua a gritos. ¿En qué momento se le ocurrió dar ese estúpido paseo?
Al cabo de un rato el ladrido de fondo de Sasuke despareció, seguramente estaría cansado. La tarde había llegado y el sol de ésta entraba directamente en el hoyo cegando a Tenma y provocándole más sed a cada minuto que pasaba. En un intento desesperado intentó liberar su pierna pero lo único que consiguió sacar fue un alarido de sus labios. Era inútil, pesaba demasiado. Quizás aquello era una señal, si hubiera ido a entrenar nada de eso le hubiera pasado. Además de que por muy triste que estuviera, sus amigos se las habrían apañado para animarlo de alguna forma.
"El entrenamiento" susurró al aire para luego dar un respingo. Su pierna. Ahora se daba cuenta, si la herida era tan grave como le dolía seguramente no podría entrenar ni jugar al fútbol en mucho tiempo; y dentro de poco empezarían los torneos. Todo el equipo contaba con él, no podía defraudarlos. Una vez más intentó quitar el peso muerto del metal, está vez sólo quería ver la gravedad de su herida pero como siempre lo único que consiguió fuer un punzante dolor.
Se rindió. Estaba cansado. Cerró sus ojos y en su camino al mundo de los sueños empezó a recordar involuntariamente aquello que había intentado evitar durante todo el día. El helado que iba a tomar con sus padres todos los domingos, las tardes en el parque, la angustia que sentía en el veterinario cada vez que Sasuke enfermaba, el cálido abrazo de su madre que lo aliviaba, las palmaditas en la cabeza de su padre…Así hasta que cayó rendido al sueño.
(...)
Se despertó. No entendía cómo pero había caído en un sueño profundo. Miro al cielo y por el color de este no tuvo ni que mirar el reloj para saber qué hora era. Los colores de tonos naranjas que apoderaban el cielo le dieron la respuesta. Oía los ladridos de Sasuke de nuevo, seguramente eso fue lo que lo despertó. Pensó en intentar gritar otra vez pidiendo ayuda, pero desechó esa idea al instante; nadie había pasado por allí en todo el día. O quizás sí, Endo y Aki estarían preocupados y seguro que lo estarían buscando. Con esa idea en la cabeza y con la boca seca por la sed se dispuso a pedir auxilio pero el sonido de una voz procedente del exterior lo frenó.
"¿Sasuke eres tú? ¿Dónde está Tenma?" Reconocía esa voz masculina aunque los ladridos de Sasuke le impidieran casi escuchar. Tomó aire y grito con fuerza.
-¡Entrenador Endo! ¡Estoy aquí!- tras escuchar la voz de Endo responder a su llamado suspiró aliviado. Esa pesadilla se acercaba a su fin.- ¡Estoy en el agujero! ¡Tenga cuidado al acercarse el suelo no es de fiar!- recordó advertir. Lo que le faltaba para rematar el día es que se quedarán atrapados los dos.
La cabeza del entrenador asomó por el agujero y Tenma creyó ver un ángel. Por fin lo habían encontrado. Tuvo que contener las lágrimas de alivio que amenazaban con escapar de sus ojos.
-¿Estás bien, Tenma?- preguntó preocupado a la vez que un inesperado Kido asomaba la cabeza junto a él.
-¡Tengo la pierna atrapada! ¡No puedo moverme!
-Vale, tranquilo.- empezó a bajar con cuidado al hoyo mientras se dirigía a su compañero.- Kido, avisa a la ambulancia. Yo me encargo de esto.
-Ten cuidado, este suelo no tiene buena pinta.- advirtió antes de coger el teléfono.
-Tenma.- empezó a hablar cuando llegó junto a él.- Voy a intentar quitarte esto de encima. Seguramente dolerá ¿Crees que podrás aguantarlo? – el joven castaño asintió.- Bien. A la de tres. Una, dos, tres.- el entrenador del Raimon puso toda su fuerza en levantar el objeto mientras su jugador aguantaba como podía el dolor. Consiguió levantarlo más de lo que lo había hecho Tenma anteriormente, pero aún no era suficiente.- Esto no funciona. Kido, ven, ayúdame.
-Ya voy.- dijo tras colgar el teléfono y empezar a bajar con cuidado.
-No te preocupes, Tenma. Te sacaremos de aquí.- puso su mano sobre la cabeza del chico y le envió una sonrisa tranquilizadora que consiguió relajar un poco al muchacho.- ¿Listo, Kido?- su compañero asintió.- A la de tres. Una, dos… ¡Tres!- está vez el amasijo de hierros se levantó a más altura y Tenma consiguió arrastrase fuera mientras ahogaba un grito sordo.
Estaba jadeante. Por fin se había librado de ese peso muerto en la pierna pero se sentía muy cansado y no sabía muy bien por qué. Se dejó caer despacio de espaldas en la tierra e intentó recuperar el aire.
-Esto tiene mala pinta…-escuchó decir a Kido. Lo que lo hizo incorporarse de golpe y mirar su adolorida pierna. Efectivamente, tal y como sospechaba, había bastante sangre brotando de un corte gigantesco y con muy mala pinta. Por unos segundos creyó desmayarse pero unas manos sobre sus hombros hicieron que volviera su cabeza para encontrarse con su entrenador que, como siempre, tenía esa sonrisa tranquilizadora que conseguía calmarlo.
-Todo saldrá bien…-alcanzó a escuchar justo antes de perder el conocimiento.
(...)
"Todo saldrá bien"…Aquellas palabras retumbaron una y otra vez en sus sueños. Todo parecía blanco cuando abrió los ojos. Cuando por fin consiguió enfocar la vista se encontró con la mirada preocupada de Endo y Aki.
-Entrenador Endo…Tía Aki…-empezó a susurrar para llamar su atención.
-¡Tenma!- exclamó emocionada la mujer mientras tomaba la mano del chico y dejaba escapar alguna que otra lágrima de alivio.
-¡Por fin despiertas!- esta vez era Endo quien hablaba con alivio.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?-estaba aún un poco aturdido.
-En el hospital.- contestó Endo.- ¿No recuerdas lo que pasó?
-Ah…-un flashback fugaz cruzó su mente.- Estaba atrapado…-susurró. Abrió los ojos sorprendido y palpó su cabeza, tenía una venda. Acto seguido, con urgencia y alterado, retiró la manta que lo cubría para dar paso a la vista a su pierna vendada.- Yo…
-Contusión en la cabeza, moratones en el cuerpo,- lo cortó Endo.- y un corte bastante feo en la pierna; aunque afortunadamente no está rota.- continuó serio y cruzado de brazos.- No vas a poder jugar al fútbol en bastante tiempo…
-Entrenador, yo…lo siento.- se disculpó sorprendiendo a ambos acompañantes.- El torneo de Fútbol Frontier se acerca y yo ahora voy y me lesiono…-los ojos claros del chaval se llenaron de arrepentimiento mientras sus dos acompañantes lo miraban sorprendido.
-¿Qué? ¿Enserio te estás disculpando por eso?- cuestionó el hombre- Eso es lo de menos. Lo importante ahora es que estás bien.
-Nos tenías muy preocupados.- empezó a hablar Aki.- No aparecías y encima como siempre te dejaste el móvil en casa. Creo que te tendrías que disculpar por eso y no por caerte por accidente.- su tono dulce de siempre había cambiado a reproche.- ¡No sabes lo preocupada que estaba!
-Ah…Lo siento, tía Aki.-soltó apenado, luego notó la mano de Aki apretar la suya con calidez y la miró a los ojos.
-Prométeme que no me volverás a preocupar así.- ahí estaba, de nuevo ese irresistible tono dulce al que el joven contestó con una sonrisa mientras asentía.
-Tus amigos también están preocupados.- Endo sacó su móvil y se lo mostró- No paran de preguntarme cómo estás a cada minuto.
-Parece que he armado bastante alboroto.- comentó entre risas.
-Cuando Aki me contó que no habías vuelto a la hora del almuerzo todos se ofrecieron a buscarte.- empezó a explicar.- Saben que siempre coges el balón pero se te olvida el móvil.- hizo una pequeña pausa para reír junto a los otros dos.- Nos dividimos en grupos y empezamos la búsqueda por los sitios que más frecuentadas, pero al no encontrarte nos empezamos a temer algo malo.
-Yo lo temía desde que salió por la puerta. Estabas muy raro hoy, Tenma. ¿Te ocurre algo?
-No, es que…-empezó a divagar buscando una excusa.- Tenía ganas de despejarme y buscar sitios nuevos ¿sabes? – no sonó muy convincente pero no se le ocurrió otra cosa.
-Y tan nuevo. Te alejaste mucho. Si no llega a ser por Sasuke Kido y yo jamás te hubiéramos encontrado…
-¡Eh! Hablando de Sasuke ¿Dónde está?- al fin había recordado preocupado que su viejo amigo lo acompañaba.
-Aoi se está encargando de él.- empezó a explicar Aki.- Dice que parece bastante cansado y no para de dormir.
-No me extraña…Le di un paseo muy largo y no paró de ladrar desde que me caí en el hoyo…-se sentía algo culpable. Su viejo perro no estaba para esos trotes.
-Te quiere mucho. Se preocuparía mucho al verte caer.
-Sí…La verdad es que no entiendo por qué se hundió el suelo…-se casi preguntó a sí mismo.
-Yo sí, es más, ya está denunciado.- soltó Endo. Los ojos de Tenma se abrieron como platos.
-¿Qué dice, entrenador?- estaba confuso por esa respuesta.
-Ese parque estaba cerrado por peligro de derrumbamiento. La erosión del terreno había creado varios agujeros en el parque. – explicó serio mientras se cruzaba de brazos.- Se supone que debía estar señalizado pero allí no había ninguna advertencia. Kido fue a poner la denuncia mientras te atendían.
-Va…Vaya…Eso es muy peligroso. ¿Y si llega a estar el parque lleno de niños?
-Creo que eso es lo más raro.- continuó el entrenador.- No estaba señalizado pero aun así no había ningún niño a la vista.
-Quizás fuera porque el parque estaba muy sucio y viejo.- continuó Aki.- Yo jamás llevaría a mi hijo a un sitio así.- ante la palabra "hijo" Endo se ruborizó un poco por unos segundos y miró hacia otro lado.
-No tiene por qué ser así, tía Silvia. Los niños un poco más mayores van en grupo al parque. – miró al techo por unos segundos pensativo.- Además, recuerdo que me caí al agujero por acercarme a coger un balón que había allí en medio.
-Un balón eh, cómo no.- el joven rio avergonzado cuando la chica lo miró algo molesta y alzando una ceja.
-Lo que quiero decir es que seguramente sería de algún niño que jugara allí.-terminó por aclarar.
-¿Y ninguno se cayó en un hoyo como tú? – preguntó no muy seguro de la afirmación Endo.- No sé, no me suena lógico. El terreno estaba muy mal.- Tenma le contestó encogiéndose de hombros.
-Los niños pequeños pesan menos que yo. Quizás será por eso que no se hundió el suelo.
-Para nosotros sigues siendo nuestro niño pequeño.- dijo sonriente Aki imitando un tono materno a lo que su marido le contestó afirmando y riendo divertido.
-¡Ti…Tía Aki! – exclamó rojo y avergonzado.- ¡No digas esas cosas!- ambos adultos no pudieron evitar empezar a reír mientras Tenma les recriminaba molesto.-¡No tiene gracia! ¡Además de que ya no soy un niño!- el sonido de los nudillos golpear la madera acompañado del chirriante sonido de la puerta abrirse interrumpió las risas y los gritos.
-Veo que ya estás despierto.- habló un hombre mayor, alto, pelo grisáceo y bata blanca. Por lo que Tenma dedujo sería su médico. Endo y Aki por su parte se pusieron de pie para recibirlo.
-Y bien, doctor. – se dirigió Endo.- ¿Ha salido todo bien?- el viejo sonrió.
-La radiografía de la cabeza muestra que no ha sufrido nada grave. Eso sí, debe guardar el máximo reposo posible y venir cada tres días el hospital para curarse la pierna.- Endo y Aki asintieron.- Todo lo demás está bien. Esta noche la puede pasar aquí. Ahora firmaré el alta y mañana por la mañana podrán marcharse.
-Muchas gracias por todo, doctor.- los tres hicieron una pequeña reverencia con respeto.
-No se preocupen. Sólo hago mi trabajo.- miró al joven y volvió a sonreír.- Procura descansar, has tenido un día duro.
-Sí, doctor.- todos hicieron otra reverencia de gratitud y el doctor salió de la habitación.
-Ya lo has escuchado, Tenma. A dormir.- Endo no sonó con mucho tono autoritario pero Tenma no pudo evitar tomarse eso como una instrucción parecida a las que daba cuando entrenaban.
-¡Sí, entrenador!- exclamó enérgico.
-Je. Hasta para eso pones entusiasmo.
-¡Oh! – la voz de la chica llamó la atención de ambos.-Antes de que te duermas será mejor que hables con tus padres. Están muy preocupados.- dijo para sacar el móvil, marcar el número y entregárselo al joven.
-S…Sí…-no estaba muy convencido de hacerlo pero aun así tomó el teléfono.
El teléfono sonó. Un tono, dos tonos, tres tonos y de repente una voz femenina al otro lado. Era su madre y sonaba bastante preocupada.
-¡Aki! ¿Cómo está Tenma?
-Mamá, soy yo.- un poderoso y sonoro "¡Tenma!" cruzó su oído a toda potencia.
-¿¡Tenma!? ¿Eres tú? ¿Estás bien?- las preguntas eran atropelladas, se le trababa la lengua.
-Un poco sordo gracias a ti pero por lo demás estoy bien.
Y así comenzó una larga conversación. Explicación de lo ocurrido, consuelos al llanto de su preocupada madre, aguante de una pequeña pero preocupada regañina por parte de su padre y una sentencia de su madre cuya palabras exactas fueron "que le den al trabajo, mañana mismo estamos allí". Tenma insistió en que no tenían por qué pero un intento de llevarle la contraria a una madre decidida era una batalla perdida, y él lo sabía.
Tras la ajetreada, algunas veces tristes otras graciosa y otras rara, conversación con sus padres llegó el turno de sus amigos. Al parecer el entrenador Endo les había enviado un mensaje a todos diciendo que el chico estaba despierto y en buenas condiciones; en cuestión de segundos el teléfono empezó a sonar. Amigos preocupados, amigos con complejo de madre que en parte de su conversación les daba otra regañina, amigos que se reían de su situación (pero de buena fe, sólo querían molestarlo un poco)…Aquella noche descubrió una amplia gama de personalidades en sus compañeros que algunas veces había pasado por alto. Cada vez que colgaba el móvil este volvía a sonar, era como si hubieran sacado papeles para turnarse. Las horas de conversación pasaron, Endo y Aki quedaron rendidos al sueño en las incómodas sillas del hospital y Tenma los observaba mientras escuchaba la voz cansada de su amigo Tsurugi al otro lado del teléfono.
Descansar no iba a hacerlo mucho, pero por lo menos sabía que siempre tendría buena compañía pasase lo que pasase.
Y hasta aquí el primer capítulo.
Espero que os haya gustado y dejéis algún que otro review ;)
Si alguien quiere aconsejarme sobre el fic (por algún error que haya visto o lo que sea) que sepa que es bien recibido ^^. Me gustan los consejos/críticas constructivas, son una ayuda para mejorar :D.
Me despido ya y nos vemos en el próximo capítulo :)
¡Hasta otra!
