Triste Destino

Esta historia comienza después de que la tierra fue salvada de las garras del mal y la paz reina en el universo misteriosamente un día después de que el hijo del quinto elemento nació unos hombres armados aparecieron en el hospital abriendo fuego a todos los que encontraban en el lugar. En tanto en el área de maternidad Leeloo Dallas despertaba completamente asustada rápidamente se levanto de la cama y camino desesperadamente a la sala de incubadoras donde su hijo se encontraba, en el camino se encontró con el padre Vito Cornelius que la miro preocupado y sorprendido.

- Niña como es posible acabas de dar a luz adonde piensas ir… piensa en tu salud no es bueno que hagas esto-. El padre le iba diciendo mientras Leeloo caminaba sin hacer caso a lo que el padre decía.

Cuando llegaron a la sala de incubadoras entro y busco a su hijo pero la interrumpió el sonido de los disparos que se acercaban a donde ellos estaban.

- ¡Dios vendito que fue eso! -. Gritó el padre

Leeloo vio que en la sala solo había cinco bebes levanto su vista y miro al clérigo.

- Padre trajo lo que le pedí

- ¡Ehh!… a si aquí esta…toma -. Dijo el hombre descubriendo su sotana en donde había una bolsa la cual le extendió.

Leeloo tomo la bolsa miro a los bebes que dormían plácidamente a pesar de los gritos y disparos que se escuchaban afuera, ella sonrió tristemente, miro al techo para después dirigir su mirada al padre Cornelius que estaba entretenido viendo hacia afuera de la sala mientras escuchaba como los gritos y disparos se acercaban a la sala de incubación, aterrado cerro la puerta se giro viendo a Leeloo quien estaba colocando a el ultimo bebé que en la sala había dentro de un carrito de ropa sucia para después comenzar a llorar, acercarse al padre y abrazarlo diciéndole tristemente.

- Por favor… cuide a mi hijo porque él será nuestra única esperanza -. Se acercó al carrito y lo empujo hacia donde estaba el padrecito, él levanto una sabana que tapaba al carrito viendo a las cinco niños que seguían durmiendo tranquilamente

- Un momento donde esta lo que te traje

- Ellos serán los guardianes hasta que llegue el momento en que la vida y la muerte sean una misma.

El padre miro sin entender una sola palabra.

- Quédese en este lugar y huya cuando los disparos de alejen… entendido

Cornelius miro con desconcierto a Leeloo quien empezó a caminar con rumbo a la entrada de la sala de incubación

- ¡ehhh!... a donde vas ¡espera!… que locura vas a cometer

Leeloo cerro la puerta recargándose en ella, con sus manos seco sus lagrimas bajo la mirada cerrando fuertemente los puños, levanto su vista dirigiendo sus manos a su boca con la cual emitió un silbido que llamo la atención de las hombres armados, al instante siente hambres con trajes negros aparecieron frente a ella.

- A mi es a quien buscan… ¡yo soy el quinto elemento!

Los hombres miraron a Leeloo sorprendidos y de inmediato apuntaron sus armas a aquella mujer que se escondió dentro de una oficina que se encontraba a un lado de ella ya adentro espero pacientemente la entrada de aquellos sujetos mientras permanecía escondida con unas jeringas con agujas en las manos.

Afuera los policías disparaban a diestra y siniestra luchando desesperadamente por intentar entrar al hospital pero el lugar estaba completamente protegido por los hombres de traje negro que no dejaban ni entrar o salir a nadie con vida. A lo lejos Korben Dallas buscaba la forma de entrar sin ser detectado o asesinado.

Adentro del hospital lentamente la puerta de la oficina se abría dándoles la entrada a esos siete hombres armados con una pistola cada uno de ellos, eran robustos con lentes negros, cautelosamente buscaron al quinto elemento quien miraba desde un locker lo que sucedía cuando los tipos quedaron de espaldas al locker ella salió sigilosamente lanzando las jeringas que se enterraron en la espalda de cuatro de ellos que voltearon bruscamente buscando al agresor pero solo se encontraron con un baño de acido Sulfúrico que callo en sus cuerpos provocándoles gran dolor y que su carne se deshiciera, al igual que sus huesos. Los tres que faltaban voltearon a ver aterrados lo que ocurría con el cuerpo de sus compañeros y antes de poder disparar una hoja de bisturí con mango atravesó el pecho de cada uno cuando los sujetos cayeron muertos Leeloo levanto dos de las armas, salió de la oficina dirigiéndose a la sala de incubación abrió la puerta y vio al padre.

- ¡Váyase!…-. Fue lo único que dijo para después dirigirse a donde se oían más disparos

En la entrada Korben logro entrar después de haber estrellado su taxi en la entrada del hospital abrió la puerta de una patada la cual se llevo a unos hombres en sus trayectoria, en ese mismo instante Korben bajo rápido del carro disparando con un arma en cada mano mientras corría a la puerta del ascensor más cercano ya adentro presionó el piso 1439 y en seguida el elevador comenzó a subir a una velocidad impresionante.

En el piso 1439 Leeloo caminaba cuidadosamente por los pasillos hasta que vio a dos hombres, rápidamente se escondió para no ser vista cuando los sujetos de distrajeron ella disparo matando a uno y a otro destrozándole la mano, camino rápidamente al tipo que aun estaba con vida y empezó a preguntar.

- ¿Quiénes son y que buscan?

Aquel hombre temblaba de miedo cuando vio los ojos de aquella mujer que lo miraba con odio, tembloroso solo pudo decir.

- Eeeeste… mememe…mensaje… es… es para ti-. El hombre saco un recipiente de su pantalón y lo abrió ante la mirada de sorpresa de Leeloo.

De aquel recipiente salieron unos gusanos blancos que enseguida se incrustaron en el cuerpo de aquel hombre y otros más llegaron al cuerpo de Leeloo entrando en ella, asustada soltó al sujeto que gritaba adolorido. En seguida ella empezó a sentir mucho dolor mientras los gusanos se dirigían a su cerebro, cuando llegaron ella comenzó a sentir más dolor rápidamente tomo una de las armas y la apunto a su cabeza...

En las calles después de que el taxi se estrello en la entrada del hospital pudieron controlar la situación ya que los hombres comenzaron a huir y los policías mataban y arrestaban a los agresores que se habían quedado, enseguida decenas de uniformados entraron al hospital. El elevador había llegado al piso 1439 Korben salió mirando con horror lo que había en ese piso sangre por todas parte, personas heridas que no dejaban de gritar y llorar por el dolor que sentían y muertos ese lugar parecía el mismo infierno rápidamente Korben se dirigió a la habitación 54-A. Mientras tanto la sala de incubación el padre Vito Cornelius salió corriendo con el carrito de la ropa sucia y entro al elevador. En la habitación 54-A Korben no encontró a nadie asustado corrió a la sala de incubación donde tampoco encontró a alguien, desesperado camino entre los pasillos y comenzó a correr cuando vio a Leeloo que tenia un arma en su cabeza la cual estaba apunto de disparar, ella lo miro a los ojos tristemente gritándole:

- ¡No te acerques!…

Aquellas palabras lo detuvieron en seco e imponente vio como la mujer a quien tanto amaba se disparaba en la cabeza quitándose la vida, lentamente ella se desvaneció cayendo al suelo, Korben corrió desesperado levantando el cuerpo de su amada quien con su último aliento le dijo:

- Adiós vida mía… te amo… cuida a nuestro…hijo… el será nuestra esperanza… cuando la línea entre la vida y la muerte desaparezcan.

Korben mira atormentado el cuerpo que yace sin vida entre sus brazos mirando aquella marca que solo el quinto elemento posee, mientras que del cadaver caen gusanos como las sanguijuelas pero blancos convirtiéndose en polvo y otros más se meten en el cuerpo de él que abraza fuertemente a Leeloo y comienza a llorar aquel llanto llena el hospital con un terrible ambiente hasta que él siente que los gusanos han invadido su cerebro lo que le provoca un gran dolor que recorre todo su ser y comienza a gritar tambaleando toma la pistola con la que la mujer se disparo al instante siente como su propia mano trata de soltar el arma sin que él se lo ordene, con mucho esfuerzo logra que su otra mano tome el artefacto bélico y empieza a dirigirla hacia su cara pero extrañamente sus manos sin que se los ordene tratan de alejarse pero es más fuerte su voluntad y con mucha dificultad logra ponerla dentro de su boca para después disparar… el sonido del disparo recorre el piso para después el silencio absoluto y aterrador se haga dueño del piso.

En las afueras de la ciudad en uno de los edificios, adentro en el departamento 666 se escucha que un teléfono suena desde la oscuridad alguien contesta:

- ¿Qué ocurre?

- El quinto elemento ha muerto

- ¿Las piedras?

- No lo sabemos… pero las encontraremos a tiempo-. Después el teléfono es colgado y el silencio se apodera de ese lugar.

En el suelo del hospital San John en el piso 1439 yacen los cuerpos de dos héroes que dieron su vida para salvar el planeta. Mientras en la calle el silencio es roto por el llanto de unos bebes.

Nota Final: Gracias por leerlo espero que sigas esta intensa y muy apasionada historia. Los capítulos se estaran publicando todos los martes.