Aquella tarde el sol estaba
resplandeciente, único y sublime. Ella miraba atentamente el paso
lento de las nubes que se difuminaban muy, muy arriba de su
cabeza.
-Esto es...bastante agradable. -Se dijo a sí misma
mientras cerraba lentamente sus ojos para sentir el viento chocar con
su cara. Una presencia interrumpió su momento.
-¿Perdida en tus
pensamientos nuevamente, Sapphire? -Ella volteó para mirarlo; él le
sonrió.
-Oh, Ruby. -Se limitó a contestar la chica, sin rastro
de sentimiento alguno en esas palabras.
-Creí que estarías en el
laboratorio de tu padre. -Le dijo él, pero Sapphire volvió a mirar
el atardecer.
-Y yo creí que tú te irías a Johto para estas
vacaciones. -Mencionó Sapphire sin mirarle.
-Era eso.
-¿El
qué? -Preguntó la chica de profundos ojos de color zafiro mientras
se levantaba para mirar fijamente a Ruby. Éste se intimidó por su
penetrante mirar.
-Eh...pues...yo...creo que ha habido un
malentendido. No me voy a ir a Johto. -Dijo Ruby. Sapphire cambió
efusivamente su mirada por una notablemente asombrada.
-¿En
serio? -Preguntó ella.
-Sí, en serio, me quedaré aquí,
contigo. -Finalizó Ruby con una cálida sonrisa que hizo sonrojar a
Sapphire levemente.
-Pues...gracias, supongo. -Respondió
Sapphire.
-Y ahora, ¿En qué pensabas? -Preguntó el
joven.
-¿Realmente te interesa? -Mencionó Sapphire. Ruby se
encogió de hombros.
-¿Por qué no? -Dijo él. Sapphire hizo una
mueca; desde aquella pelea contra Kyogre, Groudon y Rayquaza, hace no
más de dos años, Ruby se había convertido en un chico más
poderoso, pero también un chico que evitaba empezar o continuar una
conversación acerca de la "charla" que ambos tuvieron
antes de dejar la Isla Espejismo. Sapphire pensaba a menudo en esa
charla, pero Ruby no pretendía lo mismo. La chica de cabello color
café se mordió el labio inferior y miró a su amigo de toda la
vida.
-Y si con decirte que pensaba en algo que tú no recuerdas
por una supuesta amnesia, ¿Te quedarás conforme? -Ruby se puso
tenso de repente. Su mirada decidida desapareció.
-Ya veo...
-En
fin, no tengo nada más que hacer aquí. Adiós, Ruby. -Finalizó
Sapphire mientras se alejaba de Ruby con destino a su hogar. El joven
coordinador se quedó mirándola partir. Observó sus manos, y su
mirada se volvió triste. Sacudió la cabeza y empezó a correr
detrás de la chica.
-¡Sapphire, espera! -Exclamó Ruby. Sapphire
se volteó bruscamente para reprocharle.
-¿¡Qué quieres!? -Pero
de lo que tardó un poco en percatarse Sapphire fue que al voltearse
se había encontrado con los grandes ojos color rubí de su amigo muy
cerca de los de ella. La chica podía sentir su respiración. En sus
mejillas, comenzaban a aparecer las pruebas de sus sentimientos.
Cuando Sapphire reaccionó, sacudió fuertemente su
cabeza.
-¿Q-quieres? Digo, ¿Qué quieres? -Sapphire estaba tan
nerviosa que le costaba concentrarse para hablar
correctamente.
-Y-yo...solo quería decirte que...que... -Comenzó
Ruby.
-¡HABLA YA! -Interrumpió una Sapphire harta de todo el
ambiente que se había provocado.
-¡Te Quiero! -Exclamó Ruby con
toda sinceridad. Sapphire se estremeció, y sintió que sus piernas
se debilitaban poco a poco. Ruby respiró muy hondo y comenzó a
sonrojarse. Sapphire se fue poniendo en la misma situación.
Instantes después de que el silencio reinara, Ruby retomó la
charla.
-Yo...bueno, realmente nunca había sentido algo así.
Es...extraño, pero...me gusta. Perdona por estarlo evitando todo
este tiempo.
-También yo te quiero, y...a esta edad, quiero
agradecerte por haberme salvado de aquél Salamence. -Concluyó
Sapphire con una dulce y sincera sonrisa. Ruby no mencionó nada,
pero también sonrió cálidamente.
-Bien, creo que...es momento
de regresar al laboratorio de mi padre. -Mencionó Sapphire.
-Eh,
sí claro, ¡Vamos! -Exclamó Ruby-. ¿Sabes? Papá dice que la
herida que me dejó el Salamence va a quedarme de por vida. ¡Vaya
forma de identificarme! Nunca podré dar una imagen elegante y
descente en los Concursos Pokémon con esta herida.
-Claro, Ruby,
es una verdadera lástima. -Dijo Sapphire volteando los ojos con
sarcasmo.
Ambos amigos tomaron sus bicicletas y se montaron en
ellas para dirigirse a sus respectivas casas juntos, con el sol a
punto de esconderse, atravesando distintas ciudades de Hoenn.
Sapphire se había percatado de que Ruby le había revelado que
realmente sí recordaba aquella charla en la Isla Espejismo, y se lo
aseguró inconscientemente. Sapphire sonrió para sí misma,
convencida de que Ruby de verdad la quería, y de que una nueva
aventura por Hoenn estaba por comenzar.
Así, los buenos y grandes
amigos regresaban a Villa Raíz; habían llegado a sus hogares, y la
sonrisa sobresalía en los rostros de ambos iluminados por los
débiles rayos de sol que quedaban, mientras se tomaban de la mano
para regresar...juntos.
