-Adiós- Esa palabra fue pronunciada por un chico de 10 años que despedía a uno de sus mejores amigos, el pequeño de pelo plateado y ojos azules se volteo una vez que el otro niño subió al carro, encontraron se sus ojos con dos jóvenes, parecidas pero no iguales, las mellizas Higurashi, la mayor de ellas por unos cuantos minutos se despidió con un abrazo y siguió el camino que su hermano recorrió, la menor lo miro a los ojos.
-Kagome ... – dijo nervioso Inuyasha.
La chica sonrió y le dio un papel de color azul claro.
-Escribí esto para ti, ojalá te guste-
- Esta bien, Kagome yo... te quiero pedir algo.-
-Lo que quieras.-
-Yo quiero pedirte que me esper...
Una voz interrumpió a Inuyasha y este nervioso termino rápidamente:
-Que te cuides.-
-Tu también Inuyasha.-
El dueño de la voz antes mencionada, se acerco a la joven.
-Adiós, Kagome.- el mayor de los Taisho, la abrazo.
-Adiós, Sesshomaru.-
Por ultima vez durante algunos años, la elevo del suelo y comenzó a darle vueltas en el aire, después la dejo en su lugar y se fue.
Inuyasha ignorado durante unos momentos, carraspeo suavemente.
-Kagome, hija si no nos vamos ahora el avión nos dejara.-
-Voy mamá.-
-Te tienes que ir ya.-
-Inuyasha, me escribirás ¿verdad?
-Cada semana, lo prometo.-
Se abrazaron tiernamente, era una despedida muy triste, pero así tenia que ser, el Sr. Higurashi había conseguido un trabajo muy importante, lejos de ahí por lo que se tendrían que ir a vivir a otro lado por algún tiempo.
Kagome tuvo que romper el abrazo y se fue con lagrimas en los ojos, extrañaría todo eso, era su hogar.
Antes de que se alejara demasiado, Inuyasha la tomo por una mano, y la acerco, dándole un beso en la mejilla.
-Adiós.-
Kagome subió al auto, en el que la esperaban sus padres, Souta, su hermano mayor, y su melliza Kikyou, para dirigirse al aeropuerto. Diez años, ese tiempo llevaba viviendo ahí, y ahora de un día para otro, tendría que abandonarlo todo, sus amigos, su casa, su escuela.
Se sentó al lado de su hermano, él siempre sabía como consolarla, y las lágrimas antes contenidas comenzaron a salir lenta y silenciosamente, su hermano la miró y le sonrió, diciéndole después:
-Ya no llores, te ves mas fea que de costumbre.-
Kagome sonrió y dejó de llorar, volteo a ver a su hermana melliza, la observo tan serena, casi frívola, parecía que no le afectaba en nada, pero así era ella.
La Sra. Higurashi observaba a sus hijos, sabía que les dolía dejar su hogar, sus amigos, habían crecido lado a lado, así se había planeado, para crear un futuro para ellos, podía ver la tristeza en sus ojos, pero la oportunidad no se podía desperdiciar.
Tomaron el avión hacia su nueva vida.
Inuyasha, al perder de vista el carro de sus amigos, se metió a su casa, subió a su cuarto, cuando se encontraba en su cama recordó el papel que Kagome le había dado, decidió guardarlo, no podría abrirlo, no en ese momento. Fue a ver a su hermano, a pesar de que el era mayor , Inuyasha creía que la partida de los Higurashi le abría afectado mas a él.
Sesshomaru, siempre había sido un niño muy serio, demasiado, nunca sonreía, las hermanas Higurashi, entablaron una amistad con el , eran las únicas que conseguían robarle una sonrisa de cuando en cuando, y ahora que se habían marchado lo mas probable seria que volviese a ser como antes, cerrado e intrascendente.
Cinco años, habían pasado desde esa despedida, era tiempo de que los Higurashi volvieran a su lugar natal, pero no había una fecha especifica, todos esperaban ansiosos su regreso.
Kagome y Kikyou contaban ya con quince años, al igual que Sango y Rin, Souta, Sesshomaru, tenían 17, Inuyasha y Miroku, tenían los 16 recién cumplidos.
Antes de salir, para regresar a su antiguo hogar, Souta fue al cuarto de sus hermanas, que se encontraban aun empacando.
-Tontas, ¿ya casi terminan?.-
-No.- respondió Kikyou de mal modo.
-¿Que tiene la nena?- pregunto en tono de burla.
-Cállate, Souta.-
-Kagome, tengo que hablar contigo.-
-Voy Souta.-
Kagome termino de empacar sus ultimas cosas y después salió detrás de su hermano.
-¿Qué sucede?
-Tengo que entregarte algo que te mandaron hace mucho tiempo.- le acerco un sobre que tenia el dia en el que habían partido.
-¿Quién me lo mando?
-Inuyasha.-
-¿Por qué me la das ahora, después de tanto tiempo.
-Creí que deberías tenerla.-
Kagome se fue algo confundida, su hermano nunca le había ocultado nada, no sabia si leerla o no, pero al fin se decidió, guardo la carta en uno de sus bolsillos, lo vería pronto, si quería decirle algo que se lo dijera de frente.
Pronto todas las personas de los Higurashi fueron puestas en la mudanza, Kagome no dejo que se llevaran lo que ella llamaba "su caja de recuerdos" pues se la habría de llevar ella en el carro.
Las casualidades de la vida causaron que la llegada fuera en el cumpleaños de Kagome y Kikyou, para ellas no habría mejor regalo de sus 16 años.
