La noche era especialmente preciosa.

Había estrellas, luces por todas partes, una gran esfera donde había millones y millones de fuegos atificiales. Era hermoso, y Snow tenía la idea de que hoy sería su noche de suerte. Algo que Serah no sabría.

Snow ve a Serah entrelazada de manos, con la cabeza agachada y los ojos cerrados, delante de unas barandillas, hacia esa esfera llena de fuegos artificiales, Snow supuso bien que, conociendo a Serah, estaría pidiendo un deseo.

-¿Pidiendo un deseo?-Snow interrumpió los deseos de Serah con su voz.

Serah azló la cabeza y separó sus manos; llevó sus manos a las barandillas del lago mirando los fuegos artificiales. Los dos ríen, y Serah empieza a balancearse con suavidad apoyada en la barandilla.

-Tal vez, tenía la esperanza de que mañana podría decirle a mi hermana.

Snow sabe a que se refería, él era el único que sabía que ella era una lu'Cie, una persona que tiene que cumplir una misión por el Nido, convirtiéndose en cristal eternamente, y si no lo cumplías serías un monstruo para toda la eternidad.

-No te preocupes, yo me llevaré las culpas por ti-respondió Snow con suavidad, los dos se intercambian sonrisas, de repente hay un silencio-. Ya sabes, habrás pedido algún deseo importante, son fuegos artificiales, como en las historias.

-¿Historias, huh..?-Serah se lleva la mano hacia la venda de su brazo, pues ahí esta la marca de lu'Cie, mientras agacha la cabeza, vuelve a haber un silencio incómodo hasta que Serah rompe el hielo-. lu'Cie cumple sus misiones, se convierten en cristales y obtienen la vida eterna..

Snow se apoya también en la barandilla.

-Ayudaría si te dieran alguna pista sobre lo que se supone que debes hacer.

Serah agacha más la cabeza negando con esta, pero Snow se gira y la gira también a ella, no con brusquedad, pero de forma obligatoria.

-Vamos a resolver esto, tu nunca serás uno de esos monstruos.

Serah se suelta de sus hombros girándose, dándole por completo la espalda, se lleva las manos a los ojos, percatándose de que está llorando.

-Entonces, ¿qué voy a ser, un cristal?-preguntó Serah con la voz temblorosa.

Serah tenía miedo, ella no quería dormir eternamente ni ser un monstruo, tan solo quería vivir en paz, y se culpa cada momento de su vida de que no debió haber visto a ese fal'Cie..

Serah rompe a llorar. Gracias a la voz de Snow hace que se gire, viendo como sujetaba dos colgantes de la mano, era la esfera del Nido, con una puntiaguda línea hacia abajo, con una espiral rodéandolo.

-No sé mucho sobre joyería, pero.. espero que te guste.

Snow pone uno de los collares a Serah alrededor de su cuello como Snow se pone el suyo, Serah sonríe, mientras toca su colgante, suelta un suspiro y Snow comienza a mirarla seriamente.

-Me quedaré contigo, no importa lo que pase, soy tuyo para siempre, Serah, mi vida, mi amada-se arrodilla mirándola-. ¿Quieres casarte conmigo?

Serah se sorprende por un momento, pero entrelaza sus propias manos mientras sonríe con dulzura.

-Sí.

Serah solo dijo sí, o al menos es lo que se suele decir. No sabría decir con palabras lo que era de importante Snow para ella. Y decir un si podría ser aburrido o quizá soso, pero, ¿qué podría decir?, Snow era una de las cosas que Serah tendría siempre y lo sabría siempre, y eso era algo que a ella le gustaba, no, gustaba, encantaba. Era algo de lo que nunca podría cansarse y ni querría hacerlo. Snow para ella.. era simplemente todo.

Snow, al ver su impresión, se levanta con rápidez mientras salta soltando un grito de felicidad.

-¡Dijo que sí!

Los dos empiezan a reír mientras Snow coge a Serah y la abraza dando vueltas y vueltas, con los fuegos artificiales delante suya, iluminándose gracias a la bella noche de Bodhum.