No había terminado de comer cuando se escuchó el sonido del pecho de Jarvan ser atravesado por la cuchilla. Inmediatamente despues Valor se lanzó al origen de la cuchilla cortando el aire y evadiendo los vidrios rotos del gran comedor. Me acerqué a Jarvan y no me preocupé por el causante, Valor no lo iba a perder.

— ¡Es de Noxus!

Gritaron, me acerqué a Jarvan y reconocí la forma del cuchillo en medio de la sangre. Dejé caer el vaso a propósito. Xin Zhao me miró como si estuviese traicionando a Demacia, siempre lo hace. Negué con la cabeza y salí corriendo detrás del causante, era el único que podía escapar de mi. Recogí mis armas al salir del gran salón y me puse mi ropa de batalla en el camino, el vestido no me haría falta.

Al salir a las calles busque mi alado amigo por el cielo, estaba lejos, en dirección contraria a Noxus. Muy inteligente. Corrí lo más rápido que pude hasta alcanzar a Valor, difícil siendo el sol de medio día. Ya podía sentir a la guardia real demaciana buscando al culpable.

No alcancé a Valor hasta que estuve fatigada y ya había caído el sol, todo gracias a que el culpable ya se había alejado lo suficiente de Demacia para descansar. A lo lejos pude ver la creación de una fogata, me acerqué caminando esta vez. Comenzó a quitarse la ropa y se metió en una laguna cercana, hubiese atacado, pero no estaba en condiciones. No había dormido, entrenado ni comido bien en los últimos días por las fiestas en Demacia, y ahora me encontraba cansada. El culpable sentó a comerse un pájaro que había cazado no hace mucho, se me hacía agua la boca. Preparé mi ballesta para cuando estuviese distraído, le daria un tiro certero en la cabeza.

—Ven y come conmigo si tan mal te sientes —No me sorprendí porque me haya visto, sino porque lo dijo tranquilo—. Vamos, Quinn. Por eso lo hice.

Decidí salir de mi escondite hasta la fogata, bajando la ballesta.

— ¿Por qué? ¿Por qué matar a Jarvan? ¿Tu? —Suspiró y me ofreció la pechuga del ave, lo acepté sin dudar.

—No está muerto. Eso no lo iba a matar.

—Perforó su pecho.

—No, no lo hizo. Katarina lo hubiera hecho. Solo quería hablar contigo.

— ¿Un Noxiano quiere hablar con una de las mejores guerreras demacianas? —Mastique bien, Talon se rió por hablar con la boca llena.

— ¿Te di de comer, o no? —Estiré mi brazo y Valor apareció, acaricié su plumaje mientras comía el resto de la pechuga.

— ¿Qué quieres? —Talon tomo una de sus cuchillas y la lanzó al pecho de Valor, ninguno de los dos se inmuto, Valor la esquivo fácil.

—Estoy en un negocio con Katarina y necesito tu ayuda junto con la de Garen y Xin Zhao.

— ¿De qué hablas? —Lo miré esperando una respuesta.

—Garen me hubiera matado al instante, pero tú te sentarias a comer conmigo un delicioso pollo. Me fascina que siempre trabajes por una razón que de verdad valga.

—No necesito lo obvio. —Talon sonrió.

—Iremos a las islas de las sombras. —Me atraganté con la comida.

— ¿Estás loco?

—Buscaremos algo que puede ayudarnos a encontrar el paradero de nuestro amado Du Coteau.

—Habla con Cassiopeda. Ni Valor ni yo iremos y mucho menos Garen. —Ahora estaba gritando.

—No es tan malo, Quinn. Son solo… muertos. ¿O es que temes encontrar tu conciencia allá? —Me levanté.

—Olvidalo, Talon

—Una cosa más.

— ¿Qué?

—Necesito del material que usan para las batallas.

—Olvidalo.

—Iré por él entonces y no te gustará la manera.

—Quiero ver que lo intentes—Me tiró un frasco—. ¿Qué es esto?

—La cuchilla estaba envenenada. Morirá en 48 horas. Ese es el antídoto.

—Estas demente.

—Gracias por no matarme y espero que logres salvar al príncipe que no se fijará en ti, pero que se fija en una bestia. —Me sonrojé. Mandé a volar a Valor y me fui de allí.

Llegué a casa al amanecer. Abrí la puerta y Valor voló directamente a su lugar de la casa, yo tomé un poco de leche primero y me tiré a la cama. Desperté al mediodía gracias a un festival del pueblo, propio de estos días. Me asomé a la ventana para ver el espectáculo, esto de mover los horarios me va a costar una semana. Me bañé y me puse mi traje de batalla de repuesto, uno de los tantos. Caminé hasta el palacio y entré esperando que no me pidieran una explicación de mi ausencia. ¿Cuanto había dicho Talon? ¿38 horas? No importaba, sabía que estaba dentro del intervalo.

— ¿Donde estuviste? —saludó Xin Zhao.

—Yo también te extrañé. —dije sin ganas. Fui directamente a la habitación donde estaba Jarvan.

—Mientras sales de paseo, nosotros hicimos un milagro para mantener a Jarvan con vida. ¿Cómo te excusas? —Ví a Jarvan IV tirado en la cama, apenas respirando. Tomé un vaso de agua que iba destinada a él—. No quiere beber ni tomar nada, dice que le duele— Sea lo que sea ese veneno, Noxus los estaba perfeccionando. Saqué el frasco, demasiado diría yo, y vertí una cuarta parte en el vaso de agua—. ¿Qué se supone que haces? —Me irritaba Xin Zhao. Agité el vaso hasta que se tornó verde el agua, ¿esto era un antídoto?—. ¡Maldita! —Xin se me tiró encima, pero Valor lo detuvo entrando en ese momento. Empecé a darle de beber a Jarvan.

—Su majestad…

—No… quiero… —dijo débil.

— ¡Piensa matar al rey! —Xin trataba de tomar su arma, pero Valor lo tenía contra el muro. Yo insistí.

—Por favor, esto le ayudará —Jarvan accedió a tomar—. Eso es… —No terminó cuando ya estaba comenzando a convulsionar y vomitar una espuma púrpura. Retrocedí. En ese momento entró Garen.

— ¡¿Qué hiciste, maldita?! —Valor se quitó de Jarvan IV. Garen trató de agarrarme mientras Xin auxiliaba a Jarvan.

—Crei que… —comencé a balbucear, maldito Talon. De un momento a otro, Jarvan IV se quedó completamente quieto con los ojos abiertos. Garen empezó a lagrimear y Xin, con furia, intentó estampar su lanza en mi pecho—. ¡Creí que era un antídoto! —Me lancé a los pies de la cama y comencé a llorar por él—. Mi príncipe… —Pero sentí un agarre cálido en mi mano, Jarvan había despertado.

— ¿Qué...pasó? —preguntó desorientado. Garen corrió a abrazarlo y Xin sonrió. Que forma tan bonita de ayudar a los enfermo tienen en Noxus—. ¿Quinn? —Salí de allí antes de que me viera llorar, para socorrerlo tenía a su propio dragón.

— ¿Quinn? —Bajé la mirada ante Fiora, quien esperaba en el pasillo por noticias despues del escandalo.

Ni siquiera fui a entrenar ese día, simplemente me pasee por la ciudad. Me detuve al oler el material del que está hecho Galio, recordé el pedido de Talon y consideré ayudarlo por salvar a nuestro rey, pero fue él quien lo puso así. Seguí caminando.

No sucedió nada extraordinario los días siguientes, excepto por forasteros que venían a comprar nuestro material. Por políticas demacianas, no era posible vender a extranjeros. Podría no ser gran cosa, pero estaba inquietando al pueblo el hecho de que gente de fuera requiera nuestro material. Estuve presente una de esas veces, donde una encapuchada trataba de negociar el precio del material.

—Lo siento mucho, señora. Pero esto no se vende a menos que tenga órdenes del rey. —Me acerqué esperando un avance con la identidad de estas personas.

—Puedo darle el colmillo de un kiilash si lo desea.

—Lo siento, pero deberá irse o llamaré un guardia.

— ¿Puedo saber qué está sucediendo? —Pregunté con amabilidad.

—Solo deseo un poco de su material. —Respondió la encapuchada.

— ¿Con qué finalidades?

—Todo es cuestión personal, juro que no soy espía de Noxus.

— ¿Cuestión personal?

—Lo necesito para proteger a mi familia. Vivimos fuera de demacia y practicamos la magia, pero los monstruos de alrededor atacan nuestra casa mientras descansamos.

—Creo que podría resolver su situación, pero tendrá que acompañarme. —Me di vuelta y esperé que me siguiera. Estuvo en silencio durante todo el camino al palacio.

— ¿Tendré que quitarme la capucha? —Preguntó nerviosa.

—Me temo que si. —Vi una sonrisa macabra y el brillo de una cuchillas entre su traje.

—Entonces creo que esto será todo, gracias por la amabilidad —dijo con voz amenazante. Se quitó la capucha y dejo ver su traje metálico entre su cabello rojo apagado. Preparé mi ballesta, pero me empujó contra el suelo—. Todo muy lindo hasta tener que hablar con la nobleza demaciana. —Y saltó al pueblo, provocando caos. Detrás de ella salió Talon, listos para matar.

— ¡Noxianos! —rugió Garen con el ejercito detras. Corrí en dirección a ellos y abrí los brazos, esperando que Valor me atrapara.

— ¡Valor! —Me subió y me dirigió hasta ellos. Caí delante de Katarina.

—Hola, pajarita. —Me lanzó un cuchillo que esquivé, me lancé hacia ella saltando contra su pecho. Puso sus brazos en x impidiendo el ataque con mi pie, me impulsé con el otro hacia atrás girando en el aire y disparé tres flechas hacia ella. Solo una le dió en un hombro que se quitó rápidamente. Iba a disparar cuanto Talon me tomó por detrás, inmovilizando mis brazos.

—No tienes que hacer esto —susurró—, sabes lo que queremos —Usé mis piernas y me liberé del ataque. Le disparé a Talon y Valor lo cegó, pero Katarina ya estaba lanzando más cuchillas. Xin Zhao se lanzó hacia ella mientras me ocupaba de Talon. Quedé frente a frente con él—. Solo queremos eso y nos vamos. —Desapareció de mi vista, Valor empezó a graznar aterrorizado. Talon le tenía una cuchilla al cuello cuando volteé a su llamado.

— ¡Suéltalo! —Me aterroricé al instante. ¿Cómo lo atrapó?

—Sabes bien lo que queremos y para que lo queremos. Es eso o tu compañero alado dejará de Volar. —amenazó.

— ¡Les daré lo que quieren! —Todos en la plaza quedaron en silencio cuando lo dije—. Por favor, se los daré. Solo suelten a Valor.

—Así me gusta —Apareció Katarina a mi lado, Talon no se veía muy convencido con su actitud—- ¿Sabes? Seria mejor si aceptaras nuestra oferta. —dijo apoyándose en mi hombro.

— ¿Y yo que gano? —Talon apretó a Valor.

—Caleb —Valor se volvió loco al escuchar su nombre. Katarina rió—. No preguntes.

—Olvidalo. Ustedes están dementes con solo pensar ir allá. Solo tomen el material y váyanse —dije decidida—. ¿Cuánto necesita?

—Dos toneladas.

— ¡Katarina! —Talon, sin soltar a Valor, suspira—. Te damos nuestra palabra de que ese material no tocará Noxus. Solo necesitamos 6 kilos. —Miré a un comerciante y se puso a trabajar en empacar el material.

—El antídoto. —Inquirió Katarina.

— ¿Qué?

—Dame el antídoto —reiteró—. Te dimos nuestra palabra de que el material no tocaría Noxus, ahora te pedimos el antídoto como tu palabra de que no tocará demacia. —Dudosa, saqué el antídoto y se lo dí, Katarina sonrió. El hombre dió el material en una bolsa, le pagué con una moneda de oro puro.

—Vamonos —Talon soltó a Valor—. Nos sería de ayuda que vinieras con nosotros. —Y lanzó una bolsa a mis pies, luego desaparecieron. Tomé la bolsa y saqué su contenido.

—Caleb. —Lloré al encontrar un collar que le perteneció a Caleb. Su collar favorito de una cuchilla que él mismo fabricó. ¿Por qué lo tenía él?

— ¡Quinn! —Retome la posición de guerrera y me limpie las lagrimas—. ¿Que significó todo este espectáculo? —Garen me miraba furioso.

—Valor…

— ¡No me importa si ese pajarraco tuyo iba a morir! ¿Por qué le diste a esos Noxianos lo que pedían?

— ¡Traición!

— ¡Matala!

Estaba anonadada. El pueblo al que siempre protegí gritaba mi muerte. Siempre había visto a Demacia como un reino justo y digno, pero ahora dictaban sentencia contra mí sin saber un verdadero porqué. Garen me agarró del brazo y me condujo al castillo, poniéndome de rodillas al rey Jarvan III, a su lado Jarvan IV.

—Explica esta situación de traición —Exigió el rey—. Primero el ataque a mi hijo, tu desaparición y regreso con este antídoto. Luego la cumplida de condiciones de los Noxianos así como la devolución de un antídoto que, al parecer, siempre les perteneció a ellos. ¿Acaso debo juzgar como la traidora que todos dicen ser?

—Mi rey, todo puedo explicarlo.

—Y exijo que lo hagas.

—Logré interceptar el culpable del ataque a su hijo que resultó ser Talon, pero cuando lo iba a atacar… —Todos me miraban como una basura, exigiendo que continuará—. Me temo que él atacó primero y yo no me encontraba en condiciones de salud para hacerle frente. Me ofreció un trato, un plan de ir a buscar al gran maestro Du Coteau después de conseguir una pista pero la rechacé. Aún así, me dió el antídoto de un supuesto veneno que tenía la cuchilla.

—¿Cómo explicas la exigencia del material?

—Hacia parte de la búsqueda, el tener que renunciar a la magia. —El rey se lo pensó.

—Eres una de nuestras mejores guerreras, pero me temo que esto no puedo dejarlo pasar tan fácil. A partir de ahora se te asignará un tutor que irá contigo siempre. —Fiora sonrió, Garen no dio muestra alguna de sentimiento, Xin estaba complacido y Valor empezó a graznar enojado esta vez.

—Sí, majestad. —acepté.

—Controla a tu ave. —dijo uno de los guardias. Valor se le lanzó y le dañó la espada una vez escuchó esto.

—No es un ave, es un compañero. —dije mientras me retiraba.

Llegué a casa y me tiré a la cama. Valor se sentó conmigo en ella.

— ¿Qué acabo de hacer? —dije mientras miraba el techo. Valor solo supo limpiarse las plumas ignorando totalmente lo que dije. Mirarlo a él y mirar el collar me recordó los tiempos donde era adolescente, donde andaba con Caleb luchando contra monstruos inventados en los bosques, jugando a ser guerreros de alto mando.

¿Y si escapamos a Noxus y decimos que somos huérfanos? —dijo Caleb sonriendo mientras luchábamos con nuestras espadas.

¿Por qué a Noxus?

Podríamos usar cuchillas como Du Coteau o Talon.

Son grandes guerreros si, ¡pero no mejor que Jarvan III! —dije atacando. Rió haciéndome frente.

Jajaja oye, ven a ver esto. —Dejamos de jugar y me mostró una perfecta cuchilla hecha de un hermoso material metálico.

¿Y esto?

Lo hice yo. ¿A que es genial?

¿Quién te enseñó a hacerlo? —Se quedó callado. Oh no.

Caleb…

No.

¿En que estas pensando?

Nada. —Se giró evitando mi mirada.

¿Caleb? —Siguió dándome la espalda—. ¿Quieres ser de Noxus?

¿Te has dado cuenta que aquí todo es reglas y reglas y tradición y demás? —me gritó llorando sin girarse.

Caleb…

¡Mira lo que está sufriendo Fiora! ¡Mira lo que le hacen a los que usan magia! ¿Es justo, Quinn?

Recuerdo que después de eso no nos hablamos por el resto del día. Esos días fueron fríos hasta que murió. Murió protegiéndome de uno de los monstruos con los que antes peleamos diariamente, pero ese día no estábamos sincronizados. Desde ese día jamás volví a pensar como cualquier otro adolescente, pero en ese momento me sentí como uno. Miré a la ventana y de verdad pensé que era mejor escapar antes que vivir una pena como tener que ser vigilada.

Huiría a Noxus.