Derechos: La trama es mía, por lo que me reservo su uso. Lo demás, ya saben de quién es.
El presente texto participa en el Mini Reto de abril de "La Copa de la Casa 2016–2017", del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Personaje seleccionado: Edgar Bones.
Por razón onírica.
Las palabras se repetían sin cesar en la mente de Edgar.
«No debe morir hoy el primer mortífago que veas.»
Recordaba haber estado soñando con Amelia, Eliza y los niños… Pero luego todo se disolvía y se escuchaba una voz que no reconocía.
«No debe morir hoy el primer mortífago que veas.»
Frustrado, Edgar decidió ignorar la frase. Él no mataba mortífagos, solía dejarlos inconscientes y a disposición de los aurores (si es que aparecían), ¿por qué algo en su mente no se cansaba de susurrarle eso?
—Cuidado —avisó Caradoc, uno de sus compañeros en aquella ocasión—. Reportaron la Marca Tenebrosa más adelante. Tal vez los malditos sigan ahí.
Edgar y los hermanos Prewett, sus otros compañeros, asintieron en silencio.
Iban en fila india con mucho cuidado, debido a que eran las dos de la mañana y estaba oscuro como boca de lobo. Al llegar al final de esa calle, se toparon con una enorme calavera flotando en el cielo encima de una casa, abominable y brillante.
Delante del edificio, había una figura solitaria envuelta en una capa negra.
—¡Él debió hacerlo! —masculló Fabian, indignado, alzando la varita.
«No debe morir hoy el primer mortífago que veas.»
Edgar, tras maldecir a su cerebro, sujetó el brazo de Fabian.
—Con cuidado —advirtió—. Podría no estar solo.
Acababa de decirlo cuando media docena de personas, también con capas negras, parecieron salir de la nada y rodearon a la primera que habían visto.
Edgar frunció el ceño. ¿Podría seguir acatando la misteriosa advertencia? ¿Querría hacerlo?
—¿Listos? —preguntó Caradoc
Edgar asintió, lo mismo que los Prewett. Todos tenían las varitas bien aferradas cuando avanzaron.
Minutos después, los rayos de luz de los hechizos volaban en todas direcciones. El ruido que hacían los combatientes era tal, que Edgar se sorprendió de que ningún muggle hubiera salido aún a averiguar qué ocurría.
—¡Abajo, Edgar!
Obedeció sin pensar y con ello, Gideon le salvó la vida. Apenas se enderezaba cuando vio a pocos pasos a un mortífago dándole la espalda. Supo que era el primero al que divisaron por su complexión, algo más baja que las de sus compañeros.
De pronto, notó que Caradoc le apuntaba al tipo con expresión fiera.
«No debe morir hoy el primer mortífago que veas.»
—¡Caradoc, detrás!
Su amigo se giró justo a tiempo para evitar un ataque letal, por lo cual Edgar suspiró de alivio.
De verdad, esperaba haber hecho bien.
—&—
Bienvenidos sean al escrito de abril de la Copa. Ya saben, quejas y sugerencias, de forma educada y a través de los comentarios.
En este mes, debía llegarle a un personaje un mensaje del futuro. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Para qué? Eso quedaba a nuestra elección, lo mismo que el personaje que recibiera el mensaje. En mi caso, elegí a Edgar Bones, porque lo mío es ir contra la corriente y no decantarme por un personaje obvio. Él debía impedir que un mortífago muriera, ¿pero quién? Lo dejo a su imaginación (porque yo sí sé a quién salvó). Lo que cuenta es que por lo visto, Edgar logró lo que le pidieron, aunque no está muy seguro de que sirva de algo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
