All than We had.
Capítulo primero.
-MARTHAA!- acaso la gente no podía ser un poco más silenciosa? Ni que fueran sirenas para gritar así.. –Rita- en realidad no me apetecía lo más mínimo hablar con esa mujer; ya me caía mal antes de que publicara aquel libro sobre mi abuelo ahora ya apenas podía soportarla a cinco quilómetros de mi –Cuanto tiempo! Apenas eras una niña de tres años cuando te vi por última vez de la mano de tu abuelo en este mismo callejón- siempre se regodeaba de haberme conocido en aquella época, y ahí ya era una gran amante de las mentiras y de los inventos –sí, han pasado muchos años y muchas cosas desde aquel entonces Rita- el arte de ser educada aunque no fuera una persona de mi agrado era algo que había aprendido de mi abuelo al que ella había mencionado –me encantaría que me contaras todas esas cosas!- ahí estaba, sentada frente a mí sacando un pergamino y si pluma vuela pluma, la pluma que más mentiras había dejado escritas con su tinta; estaría demente si le contara algo de todos estos años a ella –Rita creo que este no es momento; solo me he parado un momento a tomar un té para descansar de las compras del inicio de curso- esperemos que deje de insistir con eso pensé mientras sorbía un poco de té –Bueno mientras descansas no crees que podrías contarme algo? Creo que muchísima gente estará interesada en conocer la historia de Martha Elisabeth Dumbledore- porque era de esperar de una persona que me recordaba a un basilisco; siempre estaba lista para atacar y sedienta de sangre (para ella las mentiras que inventaba eran eso)-Lo siento Rita pero debo decir que no, creo que ahora mismo no es el momento más adecuado…- me levanté dejando el coste del té en la mesa y a Rita Skeeter con la palabra en la boca.
Salir de allí dentro y la temperatura que contrastaba, estaban empezando las primeras épocas frías de otoño, hicieron que cerrara los ojos mientras daba dos pasos hacia adelante cubriéndome el cuello con mi bufanda y que me chocara acabando todas mis cosas por el suelo; tendría que llevar mis cosas con magia como cualquier persona normal y no pretender seguir actuando como una muggle –lo siento- mi educación evitaba que me alterara; en realidad era mi culpa por no mirar por donde voy sin recordar que ya no estoy en el mundo muggle. Me levanté y le ví tan altanero como fuera su padre del que tanto había oído hablar, acaso no había escarmentado acerca de lo peligroso que era estar orgulloso a toda costa de un apellido manchado como era el suyo? Vaya Draco Malfoy se parecía a mi más de lo que esperaba.. –apártate!- vale.. y donde quedaban los modales? –si claro- me tragué todo lo que habría sido capaz de decirle en ese momento y me aparté levantando mis cosas con magia esa vez y me dirigí hacia la última de mis paradas, la tienda de túnicas.
Después de esperar una hora porque tenia un grupo de 10 personas que había entrado todos juntos a por sus túnicas para el uniforme de Hogwarts me fijé en que uno de ellos era Harry Potter.. así que volvía a acabar sus estudios? Ojala no me lo cruzara por los pasillos o como mínimo no me tocara con él en ninguna clase, seguro que querrá ser mi amigo en cuanto sepa mi nombre.
Todo el grupo se dispuso a salir y yo me adelanté hasta el mostrador –Señorita Dumbledore!- y ahí estaba la manía de la gente de llamarme por mi apellido, la verdad es que no podía negar de quién era nieta… -Hola, me daría mi uniforme por favor?- el resto fue pura rutina; enviar todas mis cosas a Hogwarts y quedarme en la habitación hasta el dia en que tenia que coger el tren. Porqué seguía pensando en la manera en que la mirada de Malfoy se había clavado en mi? No, no podía haberme descubierto.. no era posible.
