Notas del fanfic: Como siempre afirmar que los personajes no son nuestros, sino de Akira Toriyama.

Es un gusto presentarles una nueva historia, como verán este es nuestro primer fic juntas y esperamos que sea de su completo agrado...

Aclaraciones del capitulo:

Esta historia como el sumary lo dice es un universo alterno, aquí todo siguió tal y como en la serie, hasta la llegada de Raditz a la tierra. A partir de ese entonces hemos cambiado los hechos dándole un nuevo giro a esta historia


Cinco años de paz habían transcurrido en el planeta Tierra desde aquella batalla contra Picoro, paz que fue perturbada por la llegada de un guerrero de cabellera larga que ahora yacía en el suelo en sus últimos momentos de agonía.

Tras secuestrar a su sobrino híbrido, al que usó como chantaje para despertar el instinto guerrero de su raza en su compatriota, aprisionó al infante en su nave y esperó paciente por la llegada de su hermano menor. Fijando un horario, Kakarotto como él le llamaba, tendría que traer al punto decidido, los cadáveres de cien personas para probarle su capacidad como saiyajin y de esa forma conquistar el planeta juntos, y a la vez recuperar a su hijo de entre sus manos.

Uniendo sus fuerzas, lucharon codo a codo por el bien común. Goku por su hijo y destino de la Tierra, y Picoro por el derecho de conquistar el planeta el mismo. Después de un infructuoso intento por acabar con su vida fallaron quedando gravemente heridos y las posibilidades de triunfo se hacían cada vez más escasas.

La situación se tornaba crítica, Raditz reía seguro de sí. No sería ningún problema acabar con su hermano desertor, ese que negaba su sangre saiyajin y que, pese a sus intentos, seguía proclamándose humano e incluso defensor del planeta al que fue mandado a conquistar. De ninguna manera permitiría que esa deshonra de guerrero continuara con vida, tenía que darle final inmediatamente.

Si Gohan no hubiera roto la nave en la que se encontraba encerrado, y golpeado con una fuerza descomunal un punto clave de su cuerpo, Gokú y Picoro no hubieran podido tener la oportunidad de derrotarlo. El primero se posicionó tras Raditz, y aprisionándolo en un agarre que le impedía moverse a su antojo clamó porque su aliado, ese que antes fue un gran rival, lo atacará con todo su poder, aún si eso implicaba poner en riesgo su propia vida. Había que eliminar a tan grande amenaza, fuera como fuera.

El menor de los saiyajins escupía sangre por la boca en sus tan cercanos últimos momentos de vida. Los hermanos agonizaban juntos después del tan destructivo ataque del namekiano.

Balbuceó palabras sin sentido cuando su asesino se acercó a terminar con su patética vida.

-Ya veras asqueroso namekiano… mis compañeros han escuchado todo lo que sucedió aquí… lo más seguro es que vengan a cobrar venganza por mi… se arrepentirán de esto… - Dijo con una sonrisa en el rostro mientras de su boca emanaba un hilillo de sangre.

-¿Tus compañeros? – Cuestionó desconfiado el de piel verdosa.

-Así es… así que teme por tu vida. – Contestó riéndose en su rostro.

Sin poder ser capaz de tolerar más sus burlas, con un movimiento de sus manos acabo finalmente con su existencia, algo inquietado por su amenaza. ¿Sería posible que más seres como el que acababan de enfrentar se hicieran presentes? De ser así, la posibilidad de ganar en combate sería nula. Por un golpe de suerte, el poder del pequeño hibrido se liberó y les dio la ventaja, pero dudosamente esto se repetiría. Aún no tenían la certeza de la cantidad de guerreros que aparecerían, o si serían igual o más poderosos que Raditz.

-Maldita sea. – Se dijo a si mismo en voz baja y se volteó a observar la despedida entre padre e hijo.

Pasados unos minutos no se hizo esperar la llegada de los amigos de Gokú, brevemente Picoro explicó lo sucedido y su por venir. El guerrero había muerto pero aún conservaban la esperanza, las esferas del dragón lo traerían a la vida nuevamente y lucharía contra estos nuevos enemigos. Lo único que necesitaban era el radar del dragón y un par de capsulas para comenzar la búsqueda y traerlo de nuevo a la vida.

-Ya veras asqueroso namekiano… mis compañeros han escuchado todo lo que sucedió aquí… lo más seguro es que vengan a cobrar venganza por mi… se arrepentirán de esto… -

-Con que namekiano eh… - Murmuró un hombre de cabellera puntiaguda quien posaba su mano derecha sobre el aparato que traía puesto en el rostro.

-¿De que hablas Vegeta? – Cuestionó otro de altura considerablemente mayor, calvo y de bigote.

A su alrededor los cadáveres abundaban, a pesar del perfecto paisaje la destrucción mortuoria lo volvía la escena traumatizante. Los cuerpos faltos de vida, mutilados yacían junto a ellos, quienes tranquilos sin darle importancia al repugnante cuadro permanecían sentados en unas piedras de gran tamaño.

El de menor estatura acariciaba su barbilla mientras pensaba en lo sucedido en los últimos momentos…

Flashback

El pánico inundaba el lugar entero, los pocos namekianos con vida veían estupefactos los cuerpos inertes de sus compatriotas tirados en los alrededores, mientras un hombre de mirada fría como un témpano de hielo, responsable de la gran mayoría de las victimas, exigía que se le contestase…

-habla de una vez insecto –dijo muy tranquilo mientras daba pequeños puntapiés a la cabeza de uno de los caídos bajo su crueldad- si no quieres claro, que acabe con tu maldita raza de una vez por todas.

El aludido empuñó ambas manos viendo como aquel sujeto, no contento con haber asesinando junto a su enorme compañero a la mayoría de los de su especie, se burlaba ejerciendo pequeños juegos físicos con las extremidades de estos, sin mostrar siquiera el mínimo remordimiento.

-grr… ¡¿Qué demonios es lo que quieren?! –cuestionó a alta voz, furioso por el descaro de aquellos dos personajes que irrumpieron en su planeta.

-hmp¿Pero que acaso estas sordo? –Preguntó fastidiado el más alto- ¡queremos saber si es verdad que en este miserable planeta existen unas cosas llamadas esferas del dragón…

-y si cumplen el deseo que uno quiera –interrumpió el de puntiaguda cabellera- sin importar de lo que éste se trate

-Ja! -prorrumpió el interrogado- ya veo -deshizo la posición que mantenía y relajando su cuerpo por completo, se giró para quedar dándoles la espalda a ambos saiyajines que miraban atentos cada uno de sus movimientos- con que de eso se trataba…

-¡habla de una vez gusano! -

-tranquilo Nappa –sugirió el más bajo- escuchemos lo que este gusano verde nos tiene que decir con respecto a las dichosas esferas.

-pero Vegeta… -susurró un tanto desconcertado por la tranquilidad que mostraba su compañero, el que precisamente se caracterizaba por ser hostil e impaciente – ¿acaso piensas permitir que este tipo se burle de nosotros? –cuestionó irritado tratando de hacerle, según el, recobrar la razón.

-que te tranquilices te he dicho –recalcó en un tono más alto, observándolo por el rabillo del ojo y dejando mudo en el instante a su acompañante. Acto seguido posó nuevamente su mirada en el namekiano, y esbozando una media sonrisa le habló – prosigue sabandija.

-mi nombre es Nail –dijo sin inmutarse- y no respondo a ningún otro apelativo -sentenció.

-grr –el calvo saiya estaba furioso, ese debilucho estaba provocándolos hacía buen rato y ellos como idiotas seguían oyéndolo sin hacer algo al respecto. "maldita sea" pensó mientras apretaba la dentadura, no lo permitiría, un guerrero de su clase no dejaría que cualquier ser insignificante les faltara el respeto de esa forma.

Observó cuidadoso la retahíla de cadáveres a su alrededor y notó como uno de los cuerpos aun seguía con vida. Sonrió gustoso, esta vez tomaría cartas en el asunto- ¡no nos interesa tu maldito nombre! –Exclamó a la vez que se agachaba y recogía por la cabeza el cuerpo maltrecho de un niño originario del lugar - y no estamos para tus malditos juegos - culminó, emanando un resplandor de la palma de la mano con la que sostenía al mencionado, y causando una enorme explosión, la misma que dejó convertido en polvo y sangre a su victima. Todo esto a la atenta mirada de Nail, quien no podía disimular en absoluto el horror que lo embargó. El calvo sonrió victorioso, mientras deslizaba su lengua por encima de su labio, limpiando así una gota de la sangre que había caído en él.

-Ahora si, supongo que te dejaras de rodeos –emitió victorioso.

El de piel verde deslizó su mirada sobre ellos, yendo de uno a otro mientras su ceja palpitaba sin cesar victima del pánico, y emitía torpes sonidos que parecían ser palabras trabadas en su garganta.

-habla de una vez – peticionó el de traje azul cruzándose de brazos y atrayendo la total atención del cuestionado.

Nail trató de retomar el control sobre si, tragó saliva difícilmente y forzándose sonrió…

-que lástima me dan – dijo irónico – al parecer no podrán nunca hacer realidad su deseo.-

-hmp¿Cómo? –preguntó el moreno arqueando una ceja intrigado.

-¡¿Qué quieres decir con eso?! –vociferó el más grande con los ojos abiertos como platos y dos pequeños puntitos negros en medio, pasmado por lo que su colocutor insinuaba.

-tú mataste al gran patriarca- continuó el namekiano señalando a Vegeta con su dedo índice, a lo que éste alzo ambas cejas sorprendido.

-¿Qué demonios tiene que ver eso? –preguntó.

-que una vez muerto el patriarca, las esferas desaparecen junto con él – sentenció tratando de ahogar su dolor y fingirse divertido por la reacción en ambos saiyas

-grr… ¡eres un maldito! –exclamó Nappa lanzándose a su ataque.

-¡espera! –Detuvo el más bajo – no vale la pena –acto seguido giró sobre sus talones y dándole la espalda a ambos.

-¡¿Qué¡¿No piensas hacer nada?!-

-hmp¡Vámonos! Será mejor que nos alejemos de acá – dijo a la vez que alzaba el vuelo.

El compañero de éste sonrió ante la orden recibida, y dirigiéndole una sonrisa y una fugaz mirada al verdoso hombre, se marchó atrás suyo.

Una vez que Nail los perdió de vista pudo respirar tranquilo, detestaba dejarlos huir pero sabía a conciencia que él no seria contrincante para ellos, y sin que les tomara trabajo alguno, estos acabarían con él en cuestión de segundos. Lo mejor era dejarlos marcharse y junto con los pocos sobrevivientes tratar de restaurar su planeta y la paz en éste.

Por su parte, a unos cuantos metros lejos de ahí, los dos saiyas veían inquisitivos el movimiento en el lugar, ambos sin decir palabra alguna, hasta que finalmente uno se atrevió a romper aquel silencio perturbador…

-¿Qué tienes planeado Vegeta?-

-ya lo veras –respondió en tono burlón, muy seguro de sus palabras. Levantó una mano por encima de su cabeza y extendiendo la palma formó una esfera de energía sobre ella. Una vez acumulada la cantidad necesaria para lograr su maléfico plan, la lanzó sin titubear sobre el lugar observado, creando al contacto con este, una enorme explosión que acabó por destruir todo tipo de vida en un radio de xxx km.

-estúpido extraterrestre – emitió, en tanto un perplejo Nappa veía incrédulo el poder del que era dueño su compañero.

Fin del Flashback

Retiró su scouter de su rostro, y con un ademán de mano le ordenó a su compañero que lo imitará.

-¿Qué sucede Vegeta? – Preguntó extrañado.

-Si llevas el scouter puesto alguien puede escuchar esta conversación, y no me parece nada conveniente que a Freezer se le ocurra lo mismo que a mí. – Sentenció y se levantó inmediatamente de su asiento, caminó por entre los mutilados cadáveres pateando algunos para permitirse el paso y prosiguió. – Escuché hace un momento una transmisión de Raditz, en la que hablaba con un namekiano justo antes de morir. –

-¿Ese inútil de Raditz se dejó vencer? Es algo vergonzoso, alguien de nuestra raza derrotado por unos seres insultantemente inferiores. – Dijo el calvo e imitó nuevamente a su aparente superior levantándose y poniéndose de pie.

-Eso no tiene importancia alguna ahora, lo que importa es que gracias a él sabemos que existe la posibilidad de que las esferas del dragón existan en ese planeta también. –

-Ya veo… - Nappa colocó su scouter en su lugar nuevamente y mirando al cielo tecleó un par de veces en el mismo. – El planeta Tierra se encuentra a un mes de aquí. –

-Debemos partir lo antes posible. – Concluyó y alzó vuelo al espacio en el cual aterrizaron, donde los esperaban las pequeñas naves en forma de esfera rodeadas por el cráter creado por ellas mismas.

Cada uno subió a su respectiva nave y tras presionar los botones para el comando adecuado las compuertas se cerraron y se perdieron en el cielo.

Vegeta se acomodaba en su lugar, el viaje sería largo y estaba seguro que en adelante se verían rodeados de problemas. Si Freezer se enteraba de su plan su ejecución sería inmediata. Ya cansado de vivir bajo las normas y mandatos impuestos por ese auto proclamado Señor de todo el universo, el una vez príncipe de toda una especie se empecinó en ser el dichoso encargado de su destrucción. Sin embargo no se daría el lujo de perder ante sus manos, desde el día que en sus oídos se posó la leyenda de las esferas del dragón, su mente fraguó un plan para terminar con los días del detestable lagarto. Su deseo sería la vida eterna, de esa forma sea como sea Freezer no podría acabar con él, y en consecuencia tras agotar sus fuerzas los destrozaría.

Medio sonrió, que plan tan impecable había creado. De no ser por su mal pensada acción de aniquilar al patriarca de esa especie, su deseo tal vez ya se habría cumplido.

La última esperanza recaía en ese otro planeta, la existencia de las dichosas esferas de Nameku ya había sido confirmada ahora solo quedaba averiguar si las podría encontrar en la Tierra, y si recibiere algún tipo de hostigamiento por parte de Freezer por su falta con el planeta que debían conquistar, le adjudicaría la culpa a su perecido compañero Raditz.

El haber sido atacado por los habitantes y encontrarse en una situación critica ameritaba que de inmediato sus compatriotas lo auxiliaran, no sería culpa de ellos si llegasen demasiado tarde, en todo caso la perdida sería de ellos.

El periodo de hibernación comenzaba, un humo blanquecino lo dejó adormecido para así continuar el resto del viaje. A pesar del sueño en el que se encontraba su semblante no cambió, su ceño continuó fruncido y su expresión de molestia no mostró diferencia.

El viaje no sería demasiado largo y eso era un punto a favor para los últimos saiyajins con vida.

En otro escenario diferente el inerte cuerpo del guerrero saiyajin protector de la Tierra era encapsulado para conservarse mientras la busca de las esferas comenzaba.

Gohan dormía cansado de llorar y lamentar la muerte de su padre en el regazo de una fémina de ojos azules. Inmediatamente después de llegar lo acogió entre sus brazos y con ternura lo observo dormirse.

El grupo de personas que acababan de llegar al anteriormente campo de batalla, se disponía a embarcarse en una nave con la firma de la Corporación Cápsula. Una vez dentro la peliazul se sentó con el niño tras el asiento del conductor.

-Bulma, debemos ir a la corporación por el radar. – Dijo un muchacho falto de altura y de cabellera nula.

-Este… bueno… yo… - Balbuceo la joven evadiendo su mirada.

-¿Qué sucede¿Le pasó algo al radar? – Insistió el calvo.

-No exactamente al radar. – Bajó la mirada y rascó su mejilla.

-Ja… - Musito un joven de larga cabellera cuyo rostro mostraba un par de cicatrices.

El tercero deslizó la mirada entre la muchacha y el joven moreno un tanto incomodo, era bastante obvio que entre la pareja nuevamente había tensión y varias veces la vida le había jugado malas pasadas cuando circulaba entre los dos.

-Mejor vamos a dejar primero a Gohan a casa, esta muy cansado y necesita dormir en una cama. ¿No crees Krilin? – Dijo Bulma mirando el rostro del infante de solo cuatro años.

-De acuerdo, tienes razón. – Sentenció y asintió a su amigo quien ya ocupaba el asiento del conductor. En respuesta este le contestó de la misma manera y tomaron rumbo a el hogar de la ahora viuda madre de Gohan.

El camino se hizo largo y silencioso, cuando por fin aterrizaron en la montaña a pies de la modesta casa de los Son.

Una vez la morena enterada de la noticia rompió en llanto, aferrándose del corpulento torso de su padre. Este por su parte trataba de tranquilizarla, aunque sabía muy en el fondo que era una tarea más que difícil, imposible.

Sus amigos la miraban decaídos, no tenían palabras para apaciguar un poco su dolor, salvo que como de costumbre en situaciones anteriores, sugerir el uso de las esferas para devolver la vida de su difunto esposo.

Bulma ocultó el rostro llena de vergüenza, y la mirada molesta de su novio sobre ella no le permitía tranquilidad. Jugó con sus dedos mientras mantenía las manos unidas entre sus rodillas.

-"¿como puedo explicarles lo que sucedió?" - Pensó la peliazul. ¿Como saber en ese entonces que requerirían de las esferas con tanto apremio? Durante años vivieron tranquilos y justo en este momento la urgente necesidad por ellas pondría en evidencia su imprudencia. -"No lo entenderán... ¿Que hago?" –

La participación de la morena no se hizo esperar, con una mano en le pecho y la otra secando su rostro humedecido por las lagrimas se dirigió a cualquiera de sus amigos ahí presentes que se dignara a responderle - es cierto - susurró a duras penas - aun quedan la esferas del dragón¿tardara mucho el juntarlas todas? - cuestionó finalmente esbozando una sonrisa un tanto forzada

Yamcha suspiró y le dirigió la mirada a su novia. El tema no podía seguir siendo eludido.

-Supongo que tardaremos una semanas como mucho, no te preocupes Milk, el cuerpo de Gokú se mantendrá conservado en una capsula que Bulma creó, de esa forma seguirá en el mismo estado y no habrá ningún problema cuando queramos revivirlo. – Espetó Krilin haciendo alusión con el dedo índice muy confiado de sus palabras. – Ya verás como en pocos días Gokú vuelve a la vida. –

-La verdad es… - Interrumpió apenada la peliazul.

La atención de todos decayó sobre la joven, confundidos esperaban pacientes a que terminase de hablar, a excepción de la viuda claro, que ansiosa por saber cual sería el "inconveniente" que suponía la participación de la ojiazul exclamó falta de tacto- ¡habla de una vez!... ¡la verdad es que qué...

Caminó hacia ella presurosa y plantándose al frente con la peor de sus miradas insistió - ¡habla Bulma!

La aludida tartamudeó. Inerte por vergüenza no se atrevió a hablar, Yamcha comprendió la situación, pero el cólera de la morena lo obligó a mantenerse a un lado de la situación.

Milk comenzó a agitar el cuerpo de la peliazul con mayor violencia en busca de una respuesta inmediata.

-¡¿Por qué demonios no me contestas?! – Clamó sacada de sus casillas.

Harta del trato y hostigamiento de la viuda se soltó de su agarre molesta.

-¡Lo que sucede es que hace un tiempo le pedí un deseo a Shen Long¡Listo¿¡Feliz?!- Culminó para luego taparse ella misma la boca al percatarse como todos la observaban anonadados.

-¿que... que tú que?-cuestionó en un balbuceo. No podía creer lo que había oído...la joven al frente suyo había pedido un deseo, y ahora ¿debía esperar todo un año para revivir al padre de su hijo? - No... no... -se decía a si misma mientras retrocedía torpemente - esto debe ser una broma, un error... ¡Dime que no es cierto! - gritó a todo pulmón dejándose caer al piso de rodillas y partiendo en un llanto desgarrador.

-tranquilízate Milk - peticionó su progenitor acercándose a ella y tomándola de los hombros - estoy seguro que Bulma tiene una explicación - sentenció finalmente dirigiendo su vista a la mencionada

Sus mejillas adquirieron inmediatamente un rubor carmesí, volteó a ver la mirada de su novio quien inmediatamente giró su rostro en son de desaprobación y molestia.

Flashback

Las siete esferas doradas yacían en el suelo, tras su larga busca la séptima había sido encontrada y después de unos pequeños problemas con un dinosaurio de la zona pudo conseguir su objetivo, reunirlas en totalidad.

Alzó las manos en el aire y gritó alegre. – ¡Shen Long, sal de ahí y cumple mi deseo! –

La imponente figura del astro con forma de dragón se apareció nublando el cielo, trayendo consigo temprana la noche.

-Solo puedo cumplir un deseo ¿Qué es lo que quieres? –Preguntó con su voz de ultratumba.

-¡Quiero encontrar el amor verdadero! – Dijo con un brillo especial en los ojos. – "Ya vas a pagarme caro tus engaños Yam" –

-Eso es fácil - Dijo e inmediatamente un resplandor inundó el lugar por unos segundos, para luego desaparecer y volver a quedar en penumbras - tu deseo ha sido cumplido. Ahora debo irme. -

-¿Cómo? pero...pero yo...ósea, es decir, sigo... - Titubeó a la vez que el enorme dragón desaparecía de su vista infiltrándose en las esferas, las que luego salieron volando en diferentes direcciones a una velocidad asombrosa - ¡maldita sea! - refunfuñó al verse sola - ¡¿como que mi deseo se cumplió?! -gritó al cielo como si pudiese obtener respuesta alguna de este- ushhh, sigo sola...bueno, con ese tonto de Yamcha -musitó a la vez que arrugaba el ceño y achicaba los ojos a media hasta.

Fin del Flashback

En un gesto muy típico del difunto, Bulma unió la punta de sus dedos índices apenada.

-Eso sucedió hace casi un año. Solo falta un mes para que las esferas vuelvan a la normalidad y podamos pedirle el deseo a Shen Long, no tienen de que preocuparse. –

-Ahí te equivocas Bulma. – Sentenció Krilin con un semblante preocupado y continuó. – Por si no lo recuerdas Picoro nos comento lo que dijo el hermano de Goku antes de morir, no sabemos en cuanto tiempo, llegaran sus amigos a cobrar venganza por él. De cualquier forma necesitamos a Goku inmediatamente, es algo que no puede esperar ni siquiera un mes. – Comentó de brazos cruzados.

-Es verdad… - Musito la peliazul preocupada.

-al menos no será un año - interrumpió el novio de la apenada muchacha. Era cierto que estaba aun molesto por el deseo, a su parecer estúpido, que había pedido la joven, sin embargo, el hecho de que ya hubiesen pasado 11 meses de eso y no apareciera nadie que ocupara su lugar y le robara el titulo de novio de esta, lo tranquilizaba e incluso alegraba, seguro él seria el amor verdadero de ella, no existía otra explicación a su parecer...

-Por kami - susurró la morena angustiada por lo turbio que se veía el futuro para ella, su hijo y el planeta en general.

-¡eso es! -clamó Krilin sobresaltando a todos - ¡Kamisama debe saber cuanto demoraran en llegar esos sujetos al planeta!

-¡Sí¡Es cierto! – Exclamó Yamcha. – Tal vez el sepa de algún otro método para traer a Goku. – Agregó.

-Lo dudo mucho Yam pero no perdemos nada con averiguar. – Concluyó y se aproximo a la puerta para dirigirse a su nuevo destino.

Presionó su bastón de madera con sus arrugadas manos, a su lado Mister Popo con un rostro de preocupación. Hacía casi un mes esos humanos habían llegado al Templo Sagrado y confirmaron sus sospechas, ya la fecha era muy cercana y los guerreros se acercaban velozmente a la Tierra.

El plan sería el siguiente, todos y cada uno entrenaría arduamente para ese momento, y un día antes los haría pasar a la sala del tiempo donde lo harían el doble. Por la seguridad del mundo que custodiaba pidió por la ayuda de Picoro, quien no se negó y aclaró sus intenciones desde un inició. Ese mundo sería suyo y solo suyo.

Giró levemente su rostro, los humanos se preparaban para adentrarse en esa cámara tan misteriosa. Solo faltaba 24 horas para la llegada, la cuenta regresiva comenzaba y solo el más rápido ganaría.

En la Tierra, Bulma preparaba sus capsulas más veloces para comenzar su tarea, mientras sus amigos se entrenaban físicamente ella se autosugestionaba. Por supuesto, ella podría con la tarea de recolectar las esferas en tiempo record, de eso dependía la vida de todos.

Mientras en el espacio, ya muy cerca del planeta que con los resultados de su arduo entrenamiento, Picoro, Krilin y demás iban a defender, el aviso de una gran amenaza se hacía realidad… los guerreros de los que Raditz habló, estaban a escasos momentos de aterrizar.

-ya casi llegó la hora –susurró con clara preocupación aquel anciano de piel verde- los saiyajin ya casi han arribado en la tierra.

CONTINUARA…


Notas finales del capítulo:

Esperamos que les haya agradado el primer capitulo y que disfruten su lectura tanto como nosotras escribirlo.

Sin más, nos vemos en el sgt. capitulo.

No sin antes agradecer de antemano su tiempo al leernos.

Nadeshico y j4p4nis3