Hola, soy Kiara. Bueno, no me voy a enrollar, aquí voy:

-Mi niño, pórtate bien.-Le dijo su madre besándole la frente.

-No te preocupes, mujer, se viene con migo. Estará bien.

-Pero, míralo. Tan pequeñuelo y ya va a hacer su primera serie de televisión.

Chad Dilan Cooper. El pequeño rubito de cinco años decía adiós a su mamá mientras embarcaban en ese avión, rumbo a España a rodar una serie de televisión. Chad trabajaba en la tele desde bebé, haciendo anuncios de juguetes y pequeñas escenas, pero nunca había protagonizado una serie. Y esa vez lo iba a hacer.

-Recuerda Chad. Pórtate bien.-Le gritó su mamá, agitando la mano de despedida.

El niño y el padre subieron al avión, marchándose. A la tarde del día siguiente, llegaron a su destino.

Sunny, una niña de tan sólo cinco años y muy guapa, caminaba por la casa esperando a su madre. Aquella tarde llegaría el niño con el que protagonizaría la serie, y estaba muy nerviosa. Su mamá le había dicho que el niño dormiría en su casa, estaba emocionada.

-Sunny, ya estoy aquí.

-¿Han llegado los invitados?-Dijo la niña.

-Aún no, relájate.

Entonces llamaron a la puerta.

-Ahí están Sunny.

Su madre abrió la puerta, viendo al chiquillo de cinco años y a su padre. El padre se despidió de él, prometiéndole ver la serie.

-Volveré con mamá en seguida. No te preocupes. Mientras dormirás en la casa de tu amiga.

Chad contempló la gran casa y le gustó lo que vio. Los colores y los muebles eran bonitos.

-Ven, Sunny te está esperando.-Dijo la mamá de Sunny, sonriendo.

Sunny vio a su madre llegar con un niño de la mano. El niño era verdaderamente guapo. La chiquilla se quedó sentada en las escaleras apoyando el pómulo contra las barras de la barandilla.

-Hola.-Dijo tímidamente.

-Hola.-Dijo él.-Soy Chad.

-Su… Sunny. Encantada.-Dijo, enganchada.

-Ve a enseñar a Chad su cuarto para que pueda dejar la maleta.

Sunny acompañó a Chad a su cuarto.

-Quieres el cuarto azul, ¿Verdad?-Dijo Sunny.

-Sí. Mi cuarto es más bonito.-Dijo.

-Ven, que te enseño mis juguetes.

-Vale.

Sunny llegó a su cuarto y enseñó a Chad su galería de trenes y comics. Chad les dio patadas y los tiró por el suelo.

-Mis juguetes son más bonitos. Tienen luces de colores.

Sunny se sentó y comenzó a llorar. El niño se quejó de tener que estar con aquella niña tan llorona…

-¡Ah!-Gritó Sunny, despertando de repente. Todo ha sido un sueño. Déjalo Sunny, tienes catorce años y estas en "So Random" Tranquilízate Es sólo un producto de tu tonta imaginación. Pero no lo pudo evitar y comenzó a llorar. Tawni, que también estaba ahí se despertó, despertando también a Nico, Grady y Zora.

-¿Sunny? ¿Estás bien?-Preguntaron preocupados.

-No ha sido nada. Una pesadilla, sólo eso.

-Está bien, dijeron, acostándose otra vez.

Sunny miró a Nico y Grady, durmiendo en el sillón, Tawni, acostada en una cama de matrimonio que había metido allí, Zora, metida en su ataúd y Sunny, acostada en un sofá-cama de plumas. Se acurrucó y se cubrió con la peluda manta. Tenía que dejar de pensar en Chad. Ya.