Pues este es mi primer fic, espero que les guste si gustan darme su opinión queridos lectores les agradeceria infinitamente


Capitulo I: Esa señorita, Desgracia.


Mi nombre es Annabelle McCarthy, mi vida era normal hasta que un accidente me arrebato a mis padres. A partir de ese momento…mi vida cambió radicalmente dando un giro de 360 grados.

Comenzaré desde el principio, desde antes de que ocurriera todo esto. Cuando era feliz. Mis padres y yo vivíamos en Liverpool, Inglaterra. Yo era hija única. Mi papá, William McCarthy y mi mamá, Lucille Rodríguez me querían tanto como yo a ellos. Pertenecíamos a una clase social media, sin tantos lujos como los dueños de las grandes mansiones. Yo era muy inteligente y por eso había entrado con ayuda de una beca al Saint Harris College, el colegio de más prestigio en todo Liverpool, al cual asistían solo las personas que en realidad podían pagarlo, como los hijos de grandes empresarios, políticos, etc.

Mi vida era buena, o eso parecía, hasta que…

-¿papá a dónde van?-

-A una reunión de negocios, cielito-

-¿tardarán mucho mamá?-

-pues, en realidad no lo sé tesoro, pero puedes ir a dormir si no llegamos antes de las 10-

Mis padres salieron de la casa, me dirigí hacia la sala, sin saber que sería la última vez que los vería. Encendí el televisor y me puse a ver las películas que pasaban en la programación, pero aburrida, comencé a cambiar los canales. Solo había pasado una hora desde que mis padres salieron de casa. De repente, al ir cambiando los canales, mi tragedia comenzó.

**-En otras noticias, un aparatoso accidente acaba de ocurrir en Suitton Avenue, dejando dos personas sin vida. Como se puede ver Janice, el auto está en llamas y los pobres cuerpos aún siguen dentro, no se sabe la causa ni el porqué del accidente. Seguiremos esperando a los demás paramédicos y rescatistas y por supuestos que seguiremos investigando.-

-Gracias Earl, seguiremos en contacto…**

-N..n..no puede ser- yo reconocía ese auto y solo pensaba que no podía ser cierto-es solo una coincidencia, muchas personas también tienen ese auto, sí, eso es.

Estaba muy cansada, eran las nueve con veinte minutos, así que decidí ir a acostarme. Pensé que mañana por la mañana todo estaría bien. Pero desgraciadamente no fue así.

Era sábado por la mañana, al despertar fui a buscar a mis padres, pero no estaban ni en su habitación ni en la casa. Los nervios comenzaron a sentirse por todo mi cuerpo. Alguien tocó la puerta, Corrí para abrir, pero sentí el alma escapar de mi al ver quienes habían tocado.

-¿señorita McCarthy?- eran unos oficiales de policía. Mal presentimiento..

-sí, soy yo-confirmé con nerviosismo.

-se trata de sus padres- oh no, pensé- lamentamos informarle la noticia, sus padres han fallecido ayer en un accidente automovilístico.

-¡Nooooooo!- sentía el mundo derrumbarse. ¡No quería saber nada más!. Para mí ese era el fin. El fin de mi feliz vida. El fin de mi vida como la conocía. El fin de la coherencia y la cordura que mantenían mi vida estable.


Han pasado un par de meses desde aquél terrible accidente y la verdad yo no quisiera, pero era necesario, regresar a mi queridísimo Saint Harris College. En los dos meses de descanso que el colegio me brindó para sanar mentalmente de mi pérdida, no salí de mi casa. Me la pasé llorando y en una tremenda depresión.

Al llegar al colegio, todas las personas me miraban y bajaban la mirada, susurraban a mis espaldas, aunque aun así podía escucharlos. "-¡mírala!, es ella la del accidente-", "–pobrecita, no le desearía a nadie lo que le pasó-", "-sí, ella es la que quedó huérfana-". Sus hirientes comentarios llegaban hasta mis oídos, lo único que podía hacer, era mirar abajo y tratar de no llorar.

-¡Annie!-esa voz solo le pertenecía a…-¡te extrañe, estaba muy preocupada por ti, por favor no te alejes de mí!-.

-Geraldine, no estoy de tan buen humor como para dar abrazos.- Geraldine Burdock, hija del gran empresario y millonario, Wayne Burdock. Era mi mejor amiga desde que ingresé. Yo solía ser igual de alegre que ella, pero, para bien o para mal, cambié.

-suspiró- está bien, pero sabes que siempre estaré aquí para ti, es bueno volver a verte.

**¡RING! ¡RING!**

Sonó el timbre y cada quien fue a su salón de clases, para mi desgracia, o suerte, Geraldine era un año mayor que yo. Eso significaba que no íbamos a los mismos salones. Y así se pasaron las largas horas de clase, o más bien, largas para mí.

Al salir, no tenía quien me llevara a mi casa, por lo que decidí caminar, estaba un poco lejos, pero si me iba en ese instante, lograría llegar a tiempo antes de que mamá…. ¡rayos!, hace tiempo que no pensaba en ellos. Pensar en mis padres me deprime, pero quiero ser fuerte y superarlo. En fin, mi trayecto hacia mi casa estuvo tranquilo hasta cierto punto. Comencé a sentir la presencia de alguien, no estaba sola.

*CRACK*-sonó como una rama siendo pisada por alguien.

-¿hay alguien ahí?-pregunté sonando lo más firme posible, pero más bien aparentaba ser un asustado gatito.

*…*-nadie contestó. Me di la vuelta y seguí mi camino. De pronto alguien me vendó los ojos mientras alguien más me amarraba las manos y los pies.

-¡¿Qué quieren de mí?, suéltenme malditas ratas!-grite y pataleé pero no tuvo efecto.

-cuida tu boquita enana Phantomhive, que de esta no te escapas. Por fin, tanto tiempo de búsqueda y al fin acabaremos con todos ustedes, ¡escoria del mundo!, acabamos con tus padres y sigues tu nenita-

-¿Phantom-qué?, yo no soy quién ustedes buscan. ¡Soy Annabelle McCarthy!-

-¡cállate!, no mientas porque peor te irá-

-yo no miento, yo solo digo lo que es cierto, ¡suéltenme por favor!-

-¡que te calles, dije!-

Sentí que me colgaron de algo, tal vez un árbol, no lo sé. Comenzaron a cortarme con cuchillos o navajas, tenía los ojos vendados y húmedos por mi llanto. Sentía como mi cuerpo se iba llenando del líquido escarlata que por mis venas corría.

En mi mente comencé a implorar ayuda a quien fuera. Sabía que no la libraría, sabía que eran mis últimos momentos de vida.

-¡alguien ayúdeme, por favor, soy inocente, quien sea, alguien que me escuche, sálvenme!-

-¿aún no tienes suficiente, pequeña?- uno de los dos tipos que me secuestro me rompió el vestido que llevaba y comenzó a tocarme grotescamente.

-quien sea, no me importa quien, ¡AYUDA!- fue lo último que pude gritar, ya que mi garganta se desgarraba por tantos gritos.

De pronto, una oscuridad nos rodeó, el aire se sintió más helado y una atemorizante voz habló.

-¿así que, no te importa quién te salve jovencita?- rugió la voz.

-no, no me importa, ¡te lo suplico ayúdame!-

-entonces, un demonio a sus servicios, ¿está dispuesta a formar un contrato conmigo?, yo la ayudo pero usted a cambio, me da su alma-

Se me enfrió el cuerpo más de lo que estaba, ¿un demonio?, ¿en serio?, pero no tenía ni tiempo para pensar ni otra opción.

-¡Sí!, te doy lo que sea, pero por favor, ayud…-me desmayé gracias al desangramiento por el que pasaba. Para mí todo se volvió oscuro y no supe más de mí.


pues, este es mi primer capitulo, espero les guste, porque despues seguiré publicando más. si les gusta por favor haganmelo saber porfa! eso me haría muy feliz porque este es mi primer fic, al fin me animé a subirlo y no se quiero saver que piensan..

se despide yaressi:)