Capítulo 1

Sakura terminó de secar su cabello. Al abrir la puerta encontró a su hermana Tenten con cara de aburrimiento y cierto enfado. Sakura sonrió rascando su nuca y sacó su lengua.

-Ya pensaba que te había tragado el váter.

-Perdón –la pelirrosa corrió a su habitación pasando por la de Ino, la cual estaba abierta y se podía ver a su hermana colocándose unos altos calcetines negros y unas zapatillas. No llevaba camiseta.

-Buenos días Sakura –saludó Shikamaru entrando a su propia habitación- Buenos días Ino

Ino alzo la mano en forma de saludo.

El pasillo de la primera planta era todo un caos, igual que todas las mañanas de verano. Sobre las diez todos se despertaban y comenzaban a hacer cola en los tres baños del piso. Algún inteligente bajaba a alguno de los de la planta baja para así no hacer tanta cola.

Los nueve hermanos peleaban todas las mañanas para que ver en la televisión mientras tomaban el desayuno que Nana, la sirvienta, les preparaba.

-Poner las noticias y ya está –decía Tenten mientras mordía su sabrosa tostada con mermelada de fresa casera.

-Votos a favor de poner Big Band Teory –grito Ino y cinco de los nueve hermanos levantaron la mano- Somos mayoría se acabó la discusión.

Sakura rodó los ojos pero mostró una enorme sonrisa. Adoraba a su familia.

Hace trece años.

Una mujer de cabello rubio junto un hombre de cabello blanco paseaban por el patio del orfanato de Konoha. Aquel orfanato tenía a más de doscientos niños en su interior. Pero la pareja tenía claro que solo acogerían a nueve.

-¿Has visto a alguien, cariño? –preguntó el hombre a su esbelta mujer. Ella asintió.

-Ves a la niña de pelo rosa, esa me gusta, su cabello es diferente y la hace especial –explicó la mujer sonriendo.

-Me parece bien, yo quiero a esos dos chicos que están haya solos, el pelirrojo del oso de peluche y el rubio subido al columpio.

-Bien. Hablemos con el dueño.

La pareja entro a dirección. Allí unas monjas hablaron con ellos, desde la ventana podían ver a todos los niños del patio, así que uno a uno fueron pidiendo su adopción.

-Bien, ella es Sakura Haruno –leyó la monja- A partir de ahora será Sakura Senju. Sus padres murieron en un accidente de trafico cuando era aún muy pequeña, tiene cinco años.

-Está bien –sonrió Tsunade Senju.

-Ellos son Neji y Hinata Hyuga, sus padres también murieron, son primos –explicó la monja.

-Naruto Uzumaki –al hombre se le puso la piel de gallina.

-No sabía que él era hijo de Minato –habló- Será todo un honor cuidar de ese niño.

-Shikamaru Nara, para su corta edad es muy inteligente –sonrió la monja- Os sorprenderá.

-Sasuke Uchiha –señaló la monja al niño- Sus padres desaparecieron en una excursión al monte. A las semanas los hallaron muertos.

-Tenten, esta niña es la que más tiempo lleva con nosotras, ni siquiera tiene apellido, apareció en la puerta con un cartel con su nombre.

-Pobrecilla –dijo Tsunade agarrando la mano de su esposo.

-Gaara apareció en las mismas condiciones que ella, el niño pelirrojo –la monja lo apuntó en su lista- Es muy tímido, pero solo le falta algo de cariño.

-Y la última, Ino Yamanaka, es bastante abierta, seguro les encanta –habló la monja.

A la hora de la comida todos los niños entraron al comedor para poder comer. Todos se sentaron en unas largas mesas de madera de roble, con bancos del mismo material. Al terminar todos esperaron a que las monjas les diesen permiso para levantarse.

La monja Maria, la directora, entró al salón de los niños pequeños, entre los 3 años a los 7 años, y todos guardaron silencio.

-Sakura Haruno, Naruto Uzumaki, Sasuke Uchiha, Hinata Hyuga, Neji Hyuga, Ino Yamanaka, Shikamaru Nara, Gaara y Tenten, acompañarme pequeños –pidió la mujer. Uno a uno los nueve niños salieron del comedor al pasillos, la monja los guió a la sala de espera.

-¿Esto significa que nos han adoptado? –pregunto Neji al cual Hinata agarraba de la mano nerviosa.

-Así es –la monja se agachó a la altura de los niños y acarició la cabeza de Gaara y Sasuke- Vais a ser muy felices los nueve juntos con estos padres.

-¿Nos han adoptado a los nueve? ¿Todos vamos a ser hermanos? –pregunto Tenten sonriendo.

-Así es pequeña –la monja se levantó y abrió las puertas de la sala de espera, ahí estaban Jiraiya y Tsunade agarrando sus manos, al oír la puerta fueron observados por nueve pares de ojos- Estos son Tsunade y Jiraiya, vuestros nuevos padres.

Tsunade se agachó en el suelo esperando que alguno se acercara. Naruto fue el primero. Tsunade acarició su cabellera rubia y el niño sonrió.

-Prometo que os cuidaremos y os daremos todo nuestro amor.

Uno a uno todos los niños fueron acercándose a los adultos hasta estar todos presentados.

-Si en algún momento necesitáis cualquier cosa avisarnos –habló la monja para los adultos. Los nueve niños ya estaban montados en la furgoneta de once plazas.

Veinte minutos después en los que el silencio estaba instalado en la furgoneta una voz pequeña y frágil habló.

-¿Dónde está la casa? –Tsunade giró su rostro para observar al pelirrojo, el cual estaba sentado al fondo junto ambos Hyuga.

-No tardaremos mucho en llegar, os va a encantar. Está en una urbanización en el interior del bosque, tiene dos plantas y mucho jardín. Además tenemos vecinos que puede que os hagáis amigos de ellos.

El niño sonrió.

-Gracias por adoptarnos.

No fue hasta unas semanas después que cada uno tenía su propia habitación y su espacio. La planta baja estaba compuesta por un salón-comedor, una cocina, una biblioteca, dos baños, y una sala de juegos, a parte tenía la salida al jardín. La primera planta tenía todas las habitaciones de los nueve niños y tres baños. La segunda planta, ya más pequeña por el tejado a dos aguas, tenía una habitación matrimonial, una de invitados, dos baños, y un estudio.

El jardín a parte tenía una hermosa fuente en la entrada, mucha zona de hierba y una piscina con varias hamacas.

-¿Cuándo llegan mama y papa? –pregunto Ino a una de las sirvientas.

-Ellos llegaran esta tarde –contestó educadamente la sirvienta, Ino asintió y miró a su hermana Sakura.

-¿Nos vamos de compras?

-¿No sabéis hacer otra cosa que comprar? –hablo Shikamaru.

-Tu cállate vago –le recriminó su hermana rubia.

Hinata soltó una dulce risa y Tenten la acompañó.

-A mí me parece bien, necesito ropa para deporte –dijo la castaña de dos conguitos en su cabello.

Gaara y Neji se miraron. Pensando la oferta, ambos hermanos querían visitar la tienda de música y tal vez la de ropa heavy.

-Nosotros vamos –dijo Neji.

-Yo también voy –dijo Sasuke- También quiero comprar un par de cosas.

-¡Pues yo también voy! –gritó emocionado Naruto haciendo que todos sonrieran. Shikamaru suspiro.

-Ale pues iremos todos…

Cada uno subió a su habitación para coger lo necesario y vestirse adecuadamente. Hinata fue la que avisó a las sirvientas de que no comerían en casa y que estarían en el centro comercial Suna.

No hubo ningún problema.