Las risas en el infierno

El Asilo Arkham, hogar de las mentes más perversas y malignas que el mundo había tenido la desgracia de ver, recibía por enésima vez la llegada del Joker, que con una mirada demencial y perdida en su risa macabra miraba a sus ya conocidos compañeros del manicomio, atreves de sus ojos podemos ver a Harvey Dent alias "Dos Caras" jugando a las suertes con su confiable moneda siempre desde las sombras; en otro de los rincones se encuentra Killer Croc encadenado como la mas salvaje de las bestias de la creación, temido por los guardias y a la vez odiado por estos.

El Joker simplemente le sonríe con motivo de burla quizás, aun sabiendo que en ocasiones que se encontraban en las afueras de Arkham, el monstruo reptil no dudaba en querer arremeter contra el bufón, mas lo que reconfortaba, por asi decirlo, era el hecho de contar con una mente brillante, sádica y lunática pero a final de cuentas el Joker cargaba en si una mente compleja cuyo enigma quizás solo Dios sabría su origen. Sigue pisando aquel payaso loco los pasillos esperando ver a sus demás compañeros, pasa por una de las secciones solo para ver a Pamela Isley o Hiedra Venenosa para los amigos. Aquella hermosa dama que con sus sinuosas curvas volvía loco a cualquier hombre y cuyos besos eran tan fuertes como para matar al hombre mismo, miraba con simple desprecio al tipo de risa enorme mas este no le tomaba la más mínima importancia.

Pero no fue hasta que el Joker escucho la voz algo chillona de su autonombrada novia Harley Quinn. Si la simpática chica que alguna vez fue una decente jovencita que estudiaba psiquiatría, ahora vivía tras las frías paredes del manicomio al lado del gran amor de su vida el Joker. El rey de las bromas solo se digno a darle un simple saludo, nada mas, el Joker era muchas cosas: loco, demente, diabólico, ladrón, pervertido, quizá, pero el no era alguien de sentimientos verdaderos, esa parte se había esfumado de su alma hacia muchos años y los traumas y cicatrices de su vida sepultaron las migajas de esa poca humanidad y le dotaron de una nueva conciencia un nuevo ser: el Joker.

Por su parte Harley, solo necesitaba ver a su querido payaso para ver lo que le ocurría, ella aun conservaba ese deseo por querer curar al Joker de su locura y si el tratamiento consistía en volverse tan loca como el o mas, ella lo haría. Había ocasiones en que su mente divagaba, en su estado de locura y se podía ver a ella misma al lado del Joker, amándose, algo que en su mundo seria imposible lograr pero en una pequeña parte de su ser ella deseaba escuchar de los labios rojos del Joker la palabra "te amo". Deseaba que tan siquiera por un dia, un miserable y endemoniado dia, su jefe fuera algo mas que su jefe, de que le serbia ser novia a secas de ese sujeto que solamente la abandonaba cuando las cosas salían mal (osea cuando eran atrapados por el caballero nocturno), de que valía tanto esfuerzo y sufrimiento por una ser tan malagradecido y egoísta, pero esa parte de ella nunca hablaba no opinaba, incluso no falto cierta ocasión en la que ella no deseara casarse con el Joker, pero lo que esa parte de ella deseaba era ser suya y el Joker de ella, deseaba entregarle su cuerpo y alma como lo haría cualquier mujer con su ser amado. Mas esos sueños y fantasías eran solamente eso ilusiones, ilusiones que la hacían llorar cada cierto tiempo pero como fiel secuaz del Joker, ella siempre maquillaría sus sentimientos ocultos bajo esa cara de arlequín sonriente.

Fin.