No pude evitar esto, las embarazadas son raras y más cuando les dan los antojos, es por eso que espero les guste este, puede que sea un Two-shot…nah! Será un Two-shot, así que disfruten XD
…
Capítulo 1.
Antojos.
¿Creía en las casualidades? Tal vez. Fue una gran casualidad que el amor de su vida fuese su mejor amiga y compañera contra el crimen, después de años había logrado lo que siempre anheló, tener una vida. En aquel departamento de Paris, donde decidió empezar con su vida, dormía a lado de su adorable esposa, Marinette.
Pasaron por mucho, risas, lágrimas y uno de los momentos más dolorosos fue decirle adiós a sus kwamis. Nunca olvidaría a su gran amigo, a quién le hacía compañía en aquellos momentos de soledad.
-Tranquilo.-le dijo Plagg que aguantó las ganas de llorar.- Estoy seguro que nos volveremos a encontrar, en esta vida o en otra.
-Plagg…-las lágrimas corrían por sus mejillas.
-Sólo…cuando veas un queso acuérdate de mí.-el pobre gatito no aguantó las lágrimas y ambos se pusieron a llorar ante la mirada de los demás portadores que igual habían llorado con sus kwamis.
Y esa noche sería el comienzo de muchas en que recordaría a Plagg por mucho tiempo.
-Adrien.-la voz de Marinette le despertó, ella se sentó en la cama y Adrien aún con los ojos cerrados se acercó a su esposa y le abrazó poniendo sus manos en su vientre abultado.-¡Adrien!-su voz se volvió más insistente.
-Mmmm, ¿pasa algo? Espera…-abre los ojos alarmado y se levanta.- ¡¿El bebe ya viene?! ¿Dónde están las maletas? ¡Las llaves del auto!
-Adrien, no es nada de eso, y el bebe no nacerá hasta dentro de cinco meses.-le dijo intentando calmarlo.- Eres un gatito tonto.-no pudo evitarse reírse del rubio.
-Entonces ¿qué paso?-Marinette le miró apenada.
-Tengo antojos.
-Oh, otra vez.-estaba acostumbrado a los antojos de Marinette, todos simples y la mayoría tenía que ver con galletas o cosas dulces.-Claro mi princesa, ¿de qué tienes antojo? Tenemos galletas de chocolate, con chispas, canela, pan que trajo tu mamá ayer, un delicioso quiche.
-En realidad, deseamos algo diferente.-Adrien sonrió, le encantaba cuando Marinette se refería a ella en plural.
-Muy bien, ¿entonces qué es?
-Pues…queremos camembert.-la sonrisa de Adrien se congeló.
-Camembert…
-Sí, queremos comer camembert.-le dijo con una enorme sonrisa.
-Ah, bueno, creo que no tenemos camembert.-en serio, definitivamente, no tenían nada de camembert en ninguna parte de su hogar.
-Y ¿podrías conseguirnos un poco?
-Pero Marinette, son las dos de la mañana…-Marinette frunció el ceño.
-O sea que dejarás que tu esposa y tu bebé se queden con el antojo.-se cruzó de brazos y Adrien suspiró derrotado.
-Intentaré no tardar.
Adrien buscó por casi una hora una tienda abierta las 24 horas, cuando la encontró el dependiente le sonrió cuando él preguntó dónde tenían queso.
-Por el segundo pasillo a lado de los refrigeradores.-el dependiente sintió compasión por el rubio que vestía en pijama y en bata.- Yo también pasé por lo mismo.-dijo más para sí mismo que para Adrien.
-Gracias…-fue a aquel pasillo y tomó varios quesos, de repente alguien topó tras de él.
-Lo siento…
-¿Nino?
-¿Adrien?-ambos amigos se miraron, vestían casi lo mismo y al ver lo que cada uno tenía en las manos se rieron uno del otro.-Déjame adivinar, Alya.
-Sí, le dio antojo por el helado y veo que también sufres por lo mismo.
-Sí, camembert, ¿lo puedes creer?
-¿Adrien? ¿Nino?-ambos voltearon y vieron Nathaniel y a Claude igual que ellos, el pelirrojo tenía en sus manos una canasta de fresas y el castaño unos chocolates, los cuatro al verse se echaron a reír.
Cuando llegó a su casa Marinette le esperaba en la sala con los brazos cruzados, de no haber estado tan alegre por el reencuentro de hace unos minutos hubiese notado el ceño fruncido de su esposa.
-Hola mi amor, no vas a creer a quienes me…
-¿Por qué tardaste?-ella se levantó y caminó hacia Adrien.- ¡Nos morimos de hambre! ¡Y estaba preocupada! Pensé que…te había pasado algo… ¡gato tonto!-unas lágrimas empezaron a asomar en sus hermosos ojos y Adrien le abrazó.
-Lo siento Marinette, juró que no volveré a tardar.-la estrechó contra él, se separó y la tomó del rostro.- La próxima vez no tardaré my lady.- se acercó para besar a su amada pero…
-¡Trajiste el camembert!-le quita la bolsa de la mano.- Gracias amor.-le dijo con una gran sonrisa para irse a la cocina a comer su antojo.
-…De nada.-dijo intentando sonreír.
Por meses el camembert fue una tortura, cada vez que abría el refrigerador había paquetes de ese oloroso queso y lo peor, no podía besar a su esposa cada vez que ella comía eso. Cuando le dijeron que su primogénito sería niña brincó de felicidad, ambos se imaginan cómo sería su niña y qué nombre le pondrían, pero Adrien aún no podía imaginar por qué su amadísima hija le gustaba el queso, porque cuando el camembert se terminaba aparecían el brie, el cheddar, entre otros en la casa, incluso en su recamara, ¿sería posible que de alguna forma Plagg estuviese involucrado en eso? No, era imposible, ¿cierto?
Cuando nació su hija y la tuvo entre sus brazos la bebé tenía los ojos cerrados, era una bebe hermosa, idéntica a su madre de piel lechosa y cabello negro, Marinette miró la escena entre padre e hija enternecida.
-Bienvenida Emma…-dijo Adrien entre lágrimas acercando a su hija con su madre.- Marinette, es preciosa. Es idéntica a ti.
-Eso no es cierto, también se parece a ti gatito.-la bebé dejó de llorar y por primera vez Adrien miró sus ojos, ambos verdes chocaron y la bebé hizo un gesto parecido a una sonrisa, la imagen de Plagg volvió de nuevo y Adrien no pudo evitar reírse.
-My lady, tenemos una hermosa gatita.
…
Quienes se preguntan quién es Claude es un personaje que tengo en mi historia de "Esperanza en Paris", decidí incluirlo porque…bueno, me gusta el personaje y porque sería injusto que sólo Marinette y Adrien sufran por la pérdida de sus kwamis faltando los de la abeja y el zorro.
Reviews? Me encantan! Y el próximo será pronto. Gracias por leer mis historias. Gustazo! Y hasta la siguiente! XD
