Una de mis parejas preferidas, de una de mis sagas preferidas. Liara y Shepard, en concreto la versión femenina de Shepard (te da la opción de ser hombre o mujer), a punto de tener un bebé. Me apetecía escribir algo así porque no es muy común y el fandom de Mass Effect en español es francamente escaso. Por si fuera poco, el fandom que hace fics es minúsculo y debes de ir a los grandes fickers ingleses para leer algo de Mass Effect entretenido, al menos que contenga a este duo.

Shepard, Liara y un bebé.

El día había sido verdaderamente agotador para Jane Shepard. En Thessia soplaba un viento agradable. Su esposa, Liara, descansaba en su dormitorio mientras la salvadora de la galaxia disfrutaba de unos momentos para ella misma en su despacho. Concretamente, en uno de ellos.

Una de las ventajas de haber salvado la galaxia es tener una casa con muchas habitaciones. Aunque más que una casa, algo modesto como lo que siempre había planeado, esto semejase una mansión. No había sido su idea, ni la de Liara, pero aquella residencia había pertenecido a Benezia y era conde su bondmate se había criado. Por fortuna, no costó mucho habilitarla después de la destrucción de 'Invasión Segadora', como bien habían denominado la prensa para evitar usar palabras como 'exterminio', 'eliminación', y todas aquella palabras que pudieran sonar a genocidio.

-Te digo que no te preocupes, coño – había decidido ponerse a trabajar en su nueva maqueta y llamar a la responsable de ella. Sorprendía el hecho de que Jack se hubiera acordado de la afición de su antigua comandante.

-No es tan sencillo como crees – con unas diminutos pinzas ajustaba una pieza de alerón de aquella maqueta – Requiere de mucha precisión.

-¿Quién demonios habla de tus figuras? – resopló la biótica – Hablo de tu esposa y su enorme panza azul.

La delicadeza no era algo que brillase en la forma de ser de la persona que ahora estaba al otro lado de la holo-pantalla. De Pshyco-Punk asesina a profesora en tiempo record, había sido un logro que no pudo hacer nada por sus modales.

-No creo que a Liara le gustase escuchar eso – el cabello pelirrojo de Jane se colaba entre los ojos.

Aunque ahora era una representante del Consejo y lo más cercano a una Embajadora de la Paz, se había negado a cambiar sus hábitos más clásicos. Su cabello era uno de ellos, aunque a decir verdad jamás se había parado a pensar como le sentaría un cambio de imagen.

-Vale, lo siento – por otro lado, Jack ahora lucía una trenza desde donde se escapaban mechones puntiagudos.

-Tranquila. No se lo diré – lo que antes podía ser tomado como una broma ahora, en avanzado estado de embarazado, era la chispa de una bomba.

Liara pasaba por sus ultimas semanas de gestación y tanto su carácter como sus bióticos eran fáciles de alterar.

-Por cierto, ¿qué tal la maqueta? – era típico de la chica tatuada querer cambiar de tema cuando había hecho algo mal. Casi como si para algunas cosas solo fuera una adolescente.

-Bien, gracias. Me parece increíble que me hayas comprado un modelo a escala de un Incerceptor drell – a veces, se olvidaba de todo lo que había sufrido simplemente montando una de estas maquetas con música de fondo.

-Shep, estas tan tensa que pareces uno de mis alumnos cuando ha hecho algo que no debe – con el tiempo, la mujer de cabello castaño se había vuelto bastante observadora. El cuidar a sus alumnos y el tener a Miranda a su lado la habían vuelto más empática con los demás.

La antigua comandante resopló, dejó las diminutas pinzas y la maqueta a un lado, recostándose sobre la silla de su escritorio. Estaba agotada pero no física, sino mentalmente.

-No sé si seré una buena madre – y luego tuvo que matizar – Digo padre.

Las asari solo eran mujeres y le daban el rol de padre a la parte de su unión que no portaba a su descendencia. Llamarse madre no siendo la embarazada no estaba mal, pero era más preciso denominarse como 'padre'.

-¿Tienes polla ahora? – Jack simplemente alzó una ceja ante la aclaración.

-No, Jack – expuso – Liara tendrá a nuestra hija y por tanto, ella será su madre.

-Nunca entendido como las azules hacen esas cosas – y colocando dos dedos ante la pantalla fingió ciertos movimientos de penetración – ¿Es con los dedos?.

-No, es más complicado – era algo que solo una asari podía explicar con precisión – Me sorprende que nunca hayas estado con una asari.

-¡Oye! – bufó – Que ahora esta con la animadora no quiere decir que fuese lesbiana. Aun así, nunca me interesó por miedo a preñar a alguna de ellas.

-¿Entonces solo eres lesbiana por Miranda?.

-Soy bisexual – matizó – Siempre lo he sido y he estado con ambos generos.

-Vale – sabía que tocar su relación con la mujer de ojos azules la avergonzaba – Supongo que ella no tuvo que esforzarse tanto como creía.

-¿Has visto a mi chica? – el orgullo se destilaba en la voz de la biótica – La animadora es tan sexy que cualquiera se volvería lesbiana o hetero por ella.

-¿Estas seguro?.

-Es lo más follable de la galaxia – afirmó con orgullo. Solamente le faltaba matizar que era suya, pero su rostro arrogante lo decía sin palabras – Aunque tu tampoco estas mal.

-Gracias – se rió. Llevaba días preocupada por el parto de su hija y le incomodaba no tener control sobre cuando pasaría – Lo necesitabas.

-Cuando hasta yo te notó así, es que estas en la mierda.

Puede que fuera por todas esos momentos bajo las escaleras de mantenimiento, puede que fuera por ayudarla a poner fin a su odio, puede que fuera porque ambas pensaban que habían vivido tiempo del que se merecían; pero a veces hablar con Jack era reconfortante.

-Es que no sé si seré un buen ejemplo – necesitaba decirlo en voz alta a otra persona que no fuera a Liara – O si sabré cuidarlas. Me asusta que pasé algo en el parto, o te lo sostenga en brazos y se caiga, o que enferme, o cualquier cosa.

Era tal su miedo a l incertidumbre que no podía ni enumerar los motivos de su temor. La sola idea de poder perder a su futura hija, a Liara, la vida de ensueño que tenía; la hacia temblar. Temblar como una niña aterrorizada; algo que no le había sucedido ni cuando se vio cara a cara con el Heraldo.

-Shep – el tono de la biótica era serio y llamaba a la calma – Has salvado a millones de personas deteniendo a los hijos de puta de los recolectores. Eres el mejor ejemplo y serás el mejor padre, madre, lo que sea, de Thessia.

-Gracias – sonrió a la holo-pantalla – Apreció mucho que digas algo así.

-Sí. Tu tranquila, cuando queráis yo y Miranda cuidaremos a la pequeña – añadió con una amplia sonrisa – Seremos las mejores tías.

Una carcajada rompió el silencio del despacho.

-Estoy segura de ello.

-La animadora me esta ayudando a que sea más educada.

-¿Sí? – estaba sorprendida, aunque no había visto mucha mejoría.

-Sí, joder – afirmó de forma muy contradictoria – Así no te tienes que preocupar porque sea un mal ejemplo.

En aquel momento, se abrió la red interna de la casa. No había vídeo, solo la voz jadeante de Liara.

-Jane – gemía intentando recuperar el aliento – Ya viene.