Hola, este fic es parte un reto de la página #EsdeFanfics espero les guste o mínimo no lo odien.

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Esa era una relación inesperada e imprevista. Jamás en la vida se habría imaginado que eso llegaría a pasar, que llegaría a ser tan importante en su vida. Una parte se sentía culpable, la otra no estaba segura de como sentirse ¿Así era como se sentía ser una persona horrible?

Los rayos del sol anunciando un nuevo día ingresaron por el ventanal del cuarto de Alya, el cielo resplandecía de un azul celeste lleno de alegría y el canto de varias aves embelesaba el ambiente. Para cualquier otra persona ese habría sido un día hermoso, para cualquiera excepto para Alya. Los brillantes y relucientes rayos del sol resultaban encandilantes recordatorios de que había llegado el día. No quería levantarse pero tampoco podía volver a dormirse. El cielo perfectamente despejado le causaba dolor de estomago, como si el mundo quisiera restregarle en la cara que la vida seguía sin ningún obstáculo. Hubiera preferido que fuera un día nublado o hasta con lluvia, hubiera estado más acorde con su estado de humor y se hubiera sido una mejor ambientación. El canto de los pájaros parecía más una molesta risa que le recordaba que todo era su culpa. "-No es tu culpa-", esas palabras. Alya buscó en su interior la fuerza para levantarse y hacer lo que tenía que hacer.

Tenía que arreglarse, no tenía ganas de hacerlo, pero era lo mínimo que podría hacer por él, a él le gustaría verla arreglada para la ocasión y posiblemente también él lo apreciaría.

Sus padres le dieron su bendición para que no le pasara nada en el trayecto y sus hermanas se ofrecieron a acompañarla sin éxito. Tenía que ir sola, quería hacerlo sola. Un mensaje de texto llegó durante el trayecto. "Sé que es difícil, si me lo pides iré inmediato contigo. Recuerda que siempre cuentas conmigo". El dolor de su pecho aumento al leer tales palabras "siempre cuentas conmigo". No se animó a contestar. Era la peor persona del mundo. Alya se aproximo sin fuerzas al cementerio. ¿Él estaría ahí también? Probablemente, era el día, ella tenía que ir el día y seguro él haría lo mismo, aunque no tuviera que hacerlo.

Tenía que mantener la calma lo mejor posible, tenía que hacerlo, no sería justo no hacerlo, pero tampoco era justo lo que estaba haciendo.

Alya recorrió el largo camino de tumbas ignorando a los demás visitantes como si no estuvieran en ese lugar. Nada podía detenerla hasta llegar con él, y también con él. Olvidó toda a ansiedad que había sentido hasta ese momento. Los enfadoso rayos del sol se volvieron claros reflejos de su dorado cabello, el cielo parecía enfocarlo sólo a él y las aves parecían cantar su nombre. Sin darse cuenta sus pies la llevaron hasta él.

-Hola, Adrien- Saludo Alya sin reprimir su sonrisa. El chico volteó sorprendido y le regresó la sonrisa. -Hola, Alya- Ambos se colocaron frente a la lapida mirándola con cariño. -Creo que se puso más contento con sólo verte- Dijo Adrien mientras leía las palabras marcadas en el mármol. -¿De verdad lo crees? ¿No será tu imaginación?- Preguntó Alya sin percatarse de su propio sonrojo. -Puede ser, o tal vez sea que yo también estoy feliz de que estés aquí- Contestó sin voltear a verla. Sin dejar de ver el lugar donde descansaba Nino, ambos entrelazaron sus manos y en su corazón sintieron que el mismo dolor los dejaba por ese momento.

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Eso es todo por ahora.

Atte: Mon