Todos los personajes pertenecen a Kishimoto-sensei y yo solo los tomo prestados para mi propio entretenimiento.
Advertencia: ? nanai, XD
N/A: Itachi, Itachi, Itachi.... Uno de mis personajes favoritos, ¿porque nadie me cree cuando digo que desde siempre supe que era bueno? yosh... es tan frustrante, pero bueno... Esto es claramente un ItachixOc, no sabemos nada sobre la supuesta novia que se mando Kishimoto, y esto tampoco aclara ninguna duda, ni siquiera para mi, pero estaba leyendo manga, (uno que no tenía nada que ver con nada) y se me ocurrio esto. Sin embargo, estoy un poco oxidada...
La chica que él amó
En un tranquilo día de verano, las aguas se mantenían calmas debajo del puente. Uchiha Itachi no miraba al horizonte, sin embargo, observaba como la profundidad del agua estancada se tragaba sus preocupaciones. Una suave brisa le revolvió el pelo. En aquel momento, odió más que nunca su reflejo.
-Itachi-kun- él no alzó la mirada, seguía luchando contra sus propios pensamientos negativos.
Ella bajo la cabeza, cerrando sus ojos con un sentimiento de impaciencia, mezclado con el temor de que él se alejara todavía más. Todavía más lejos, tanto, que ya no pudiera alcanzarlo. Pero no sabía que decir, no comprendía lo que le ocurría. Y a sus ojos, él no parecía confiar lo suficiente en ella.
Pero Itachi no se atrevía a buscar sus ojos, ni siquiera por un instante.
- Yo… estoy preocupada por ti, ¿qué es lo que te está pasando? – Itachi se enderezó, y ella tuvo la fugaz esperanza de que la mirara, pero después de tanto tiempo, todo continuó igual. – Itachi…
No hubo respuesta, y aquel susurró apenas tuvo la fuerza para detenerlo, ni siquiera por un instante. Él se dio rápidamente la vuelta, aferrando con su mano la baranda.
Ella era una chica sencilla, nada fuera de lo normal. Era una Uchiha, y él la amó. Cabello muy largo y negro, ojos del mismo color. Un rostro agradable y una sonrisa suave. No tenía habilidades para ser una ninja, ni siquiera podía dominar el Sharingan; pero por sobre todas las cosas, Itachi aún así la amó.
- Lo siento…-
Y desapareció. Y ella no comprendió la razón de esa disculpa. Pero luego, cuando tuviera que verla a los ojos, aunque fuera por un instante, y levantar la mirada para asesinarla; no tendría el coraje para pedirle perdón.
