En guerra avisada no muere gente. Así que desde ahora les aviso esto es un fic cien x ciento yaoi. Además tiene Mpreg=Embarazo Masculino, violación no consentida y violencia entre otras cosas.

Así que no me vengan después con comentarios del tipo, que asco dos hombres juntos o es una monstruosidad los hombres no pueden quedar preñados, ect por que ya están advertido de que todo eso estará en este fic, así que si no te gusta nada de esto ni te molestes en leerlo ahórrate un disgusto y dale a tu botoncito de atrás y sal de aquí ^^

Ahora si después de las pertinentes advertencias quieres seguir leyendo.. Bienvenido ^^

Los personajes no me pertenecen son de Yugioh lo unico que me pertenece es la historia.

Amor Real


Prologo

-Si no quiere que usted o su hermano mueran Conde Wheleer haga lo que se le ordena.

Dijo el jefe de los renegados, un bruto con cara de mono. El joven Joseph Wheleer, trago saliva al pensar en su asustado hermanito, Ryu. Tenia que hacerlo, tenia que hacer lo que le ordenaban, sin importar las consecuencias que pudieran acarrear para el tales acciones.

-Pero ¿El estará bien?

Se atrevió a preguntar el conde Wheleer. Mas conocido como el Conde Joey.

-Si el estará bien.-Respondió el cara de gorila abriendo una puerta-Asta mañana Conde, recuerde a su hermanito.

El cara de gorila cero la puerta con una sonrisa maliciosa. Joey vio al hombre acostado y atado a la cama, era largo, de piel clara, de cabellos castaños bastante largos y con los ojos serrados. Definitivamente era guapo y fuerte y estaba indefenso en ese momento.

Joey se sintió terriblemente desdichado, pero tenia que pensar en su hermanito que tan solo tenia 14 años y estaba muerto del susto y en el mismo, tenia que hacerlo si no quería morir aunque sabia que lo que aria le dañaría la vida y acabaría con su honor.

Pero el y su hermano, incluso ese desconocido que estaba secuestrado al igual que ellos seguiría con vida. Por que el trato que había echo les aseguraba la vida a los tres.

Joey sabia que los renegados solo asían eso para divertirse, para humillarlo, por el simple pecado de haber nacido rico. Sabían que nunca había echo algo como lo que le habían ordenado, que era casto y puro como se esperaba de cualquier aristócrata con su condición o la de su hermanito pequeño, así que, que mejor forma de humillarlo que esa que estaban usando ahora.

Al acercarse al hombre atado que como poco tendrías 25 o 26 años, este despertó. La imagen de aquellos ojos azules, lo hicieron estremecer y tragar saliva. Aquel desconocido paresia un ángel.

El hombre lo miro atentamente. Joey saco de uno de los bolsillos de su túnica el frasco con la pócima que le habían dado los renegados, una mezcla de afrodisíaco, con algún tipo de sustancia para aturdirlo y embobarlo. Preparo una jeringuilla con la sustancia y se acerco tímidamente a el.

-¿Quién es usted?

Pregunto el cara de ángel.

-El conde Joseph Wheleer ¿Y usted?

Pregunto Joey diciendo su nombre automáticamente.

-Seto, tu no eres de por aquí ¿Verdad?

-No, yo soy de Albalard. Usted tampoco es de este país ¿Verdad?

-No, yo también soy de muy lejos de aquí de Mítica. ¿Que va a hacer con eso?

Le pregunto Seto viendo la jeringuilla.

-Salvar su vida, la mía y la de mi hermanito.

Contesto Joey sin mirarlo a los ojos poniéndole la inyección. Luego lentamente con las manos temblorosas se quito la túnica y la ropa que llevaba abajo de esta. Luego se acerco muerto de miedo a Seto y le desabrocho el pantalón bajándoselo al igual que la ropa interior.

-¿Que hace?

Pregunto Seto aturdido por el efecto de la droga y el maldito afrodisíaco. Afrodisíaco que lo hizo reaccionar al sentir su miembro ser tomado por las manitas del joven conde, de ojos miel y cabellos rubios que no debía de tener mas de 18 años.

-Usted sabe lo que ago.

Contesto Joey conteniendo las lagrimas de humillación que sentía al tomar ese enorme y muy bien dotado miembro en su inexperta e inocente boquita.

-No haga esto.

Rogó Seto en un momento de lucidez tratando de resistir los efectos del afrodisíaco.

-Si no lo hago, si no renuncio a mi virginidad y se la doy a usted, mi hermanito, usted y yo moriremos.

Respondió Joey temblorosamente antes de volverse a introducir torpemente ese miembro en su boca asta que estuvo bien erguido y excitado. Sin una palabra mas, Joey se ubico sobre Seto y respirando hondo cero los ojos con fuerza y se preparo para dejarse penetrar por ese enorme miembro, en cuanto descendiera un poco, solo un poco, pues la punta ya rozaba la apretada abertura de su respingoso, pequeño y virginal culito.

Aturdido por la droga y excitado por el afrodisíaco Seto solo pudo mirar con furia al hermoso, esbelto y lloroso condecito que le infringía tal humillación.

No solo lo excitaba y le hacia penetrarlo sin que el lo quisiera si no que para colmo, le salvaba la vida y Seto no quería que ningún condecito delgado y pequeño, con una estructura prácticamente delicada le salvara la vida y mucho menos de esa forma... técnicamente violándolo.

Ciertamente era él, el que estaba penetrando y no a la inversa, pero aun así era en contra de su voluntad. Y para colmo se dio cuenta claramente de que el jovencito era completamente virgen y le había dolido terriblemente pues el pequeño tonto nisiquiera se había preparado un poco con sus dedos.

Por su parte para Joey mientras cabalgaba a Seto subiendo y bajando sobre su pené, estaba resultando a demás de la experiencia mas humillante de su vida, también la mas dolorosa.

La sangre había lubricado bastante bien su ano después de las primeras envestidas, pero aun así, le dolía como una docena de latigazos bien dados.

Su labio sangraba abundantemente por la fuerza con la que se lo había mordido para evitar gritar de dolor cuando se empalo sobre aquel enorme miembro.

Sintió el pené de Seto tensarse en su interior y momentos después sintió el semen correr entre sus paredes interiores asiéndolo soltar un gemido por culpa del horrible ardor, que provoco el semen en sus lastimadas paredes interiores.

Terriblemente adolorido se levanto como puedo del enorme miembro asiéndolo salir de su interior y se dejo caer en la cama al lado de ese hombre que lo miraba con tanta rabia.

Sin fuerza prácticamente le acomodo la ropa a Seto pensando que era lo menos que podía hacer por el y demasiado adolorido como para vestirse se arropo con la manta que estaba junto a la almohada tendido junto a el y dándole la espalda, mientras dejaba salir su humillación y su dolor en forma de lagrimas de sus ojos.

La manta los arropaba a ambos. Y así tirado junto al atado Seto adolorido y con la moral por los suelos encontró a Joey la renegada que entro ay por la mañana. En silencio ayudo a Joey a levantarse y a vestirse.

-Se que fue una forma muy humillante de perder tu virtud, pero te admiro el jefe no creería que serias capas, ahora tendrá que cumplir con su palabra y ponerlos en libertad a los tres y darles un salva conducto que los lleve asta la frontera y puedan partir lejos a sus países. Alégrese lo as salvado a el, a tu hermanito y as salvado la vida tu mismo.

Le dijo la mujer. Joey con lagrimas aun resbalando por las mejillas y con serias dificultades para caminar dejo que la mujer lo ayudara a salir y lo llevara al cuarto donde lo habían mantenido cautivo con su hermanito. Ay el pequeño conde Ryu Wheleer entendiendo el sacrificio que su hermano había echo para protegerlo lloro la deshonra de Joey y lo consoló lo mejor que sus 14 años cumplidos hacia poco le permitieron.

Continuara...