El Bandido Gallardo
Capítulo 1.
Existía la ligera posibilidad de que Kurt hubiera tomado una mala decisión.
Tenía que haber tomado un vuelo a Lima de regreso de la Universidad. Tenía haber escuchado a su padre.
"Escucha, desde un principio no me agradó la idea de que regresaras en el auto. Pero por lo menos Finn iba a estar contigo. No me gusta pensar que vas a estar solo. Es un viaje muy largo, hijo".
"Finn tuvo una pelea con Rachel, Papá. Y quería verla lo antes posible. ¡Tengo veintiuno! ¡Voy a estar bien!"
"De todas formas no entiendo por qué quieres manejar. Sólo porque una vez te tocó un poco de turbulencia".
"¡No fue sólo un poco de turbulencia, Papá! Fue como una de esas películas protagonizadas por Steven Seagal". Le respondió Kurt. "¡Pude haber muerto! Además va a ser divertido. Intrépido".
"Realmente no eres del tipo intrépido, hijo", le dijo su padre riendo entre dientes, "Sólo te pido que te cuides, ¿sí? Regresa aquí en una pieza".
Así que ahí estaba, manejando bajo la intensa lluvia, luchando contra el aburrimiento y tratando de no acabarse todo el oxígeno del auto con un bostezo. Ahogando un bostezo más, jugueteó con el sintonizador. Quien haya sido el que inventó los programas de opinión seguramente odiaba a todos los que poseían sentido del oído. Dándose por vencido, decidió dejar una estación de música country. No porque disfrutara particularmente de esa música, pero era eso o caer en una zanja.
¿Por qué todo se veía igual en ese lugar? Empezaba a creer que iba a quedarse ciego de puro aburrimiento. Ni siquiera había visto otros autos en más de una hora. Fue por eso que le sorprendió ver al autoestopista a un lado de la carretera.
"¿Qué demonios?" Preguntó en voz alta, observando a la figura en la distancia. Era un hombre joven que cargaba un bolso de lona y tenía un pulgar levantado hacia la carretera. ¡Iba a pescar un resfriado de muerte con este clima!
Kurt se mordió el labio. No podía darle un aventón. Era una locura, ¿verdad? ¿Qué tal que se había escapado de algún manicomio y ahora deambulaba por el país asesinando gente al estilo Buffalo Bill?
No.
O sea. En serio. No podía.
¡Pero iba a morir ahí afuera! Lo que de alguna forma convertía a Kurt en un asesino, y no había más autos y estaba lloviendo a cántaros y… Oh, acababa de pasarlo.
Bueno, realmente no podía haberlo llevado, si lo hubiera hecho, podría haber acabado con un garfio clavado en la espalda. Wes Craven tenía la culpa de todo. Seguramente todos los que pasaban al muchacho pensaban lo mismo, si es que alguien lo había pasado, después de todo ese era el estereotipo. Kurt comenzó a sentirse culpable. A este paso, el chico iba a quedarse ahí toda la noche.
"Realmente no eres del tipo intrépido, hijo". Escuchó la voz de su Papá en su mente y sin detenerse a pensarlo, pisó los frenos. Kurt le iba a enseñar quién era intrépido. Comenzó a retroceder y se detuvo cuando vio que el autoestopista se acercaba corriendo a la puerta. Estirándose hacia el otro lado de su auto, Kurt bajó la ventana del copiloto.
"Hey", gritó, esforzándose para hacerse escuchar por encima del viento. "¿A dónde vas?"
"¿Grangeville?" Le respondió el autoestopista.
"¡Me queda de paso!", le dijo Kurt. "La puerta está abierta, ¡sube!"
El chico le obsequió una gran sonrisa, abrió la puerta y subió al auto. "Por Dios. ¡No creí que alguien fuera a detenerse!" le dijo, levantando el bolso de lona. "¿Puedo poner esto en la parte de atrás?"
"¡No!" Gritó Kurt cuando el joven empezaba a empujar su bolso en medio de los dos asientos. "¡No puedes poner eso encima de un Vivienne Westwood!"
El autoestopista pestañeó. Una. Dos veces. Y luego miró el asiento de atrás. "¡Oh! ¿Tu abrigo? ¡Ya veo!"
Kurt se sonrojó cuando se dio cuenta de que el chico era lindo. Extremadamente lindo. Y Kurt acababa de gritarle como un maniático. Increíble forma de empezar. Perfecto. "Está bien. No hay problema. Lo voy a mover." Se inclinó hacia el asiento de atrás y movió el abrigo con suavidad. "Ya, puedes ponerlo ahí."
"¿Estás seguro de que puedo ponerlo en el asiento? Está empapado."
Seguramente ahora pensaba que Kurt era la persona más pulcra y obsesiva del mundo. Genial. "No, está bien. Es un auto rentado." Eso sonaba mejor en su cabeza. En voz alta sonaba como "pues mientras no sean mis cosas, puedes quemarlas si quieres."
"Gracias", le dijo mientras ponía su bolso en el asiento trasero. Kurt notó que tuvo cuidado de no ponerlo cerca del abrigo. "Y gracias por detenerte. En serio. Es muy amable de tu parte."
"Bah, nah. Ah." Ok, ¿qué demonios fue eso? Simplemente salió de su boca. Cualquiera pensaría que nunca había tenido un chico lindo en su auto.
Bueno, de eso ya hacía un tiempo. Y normalmente no estaban mojados.
"Soy Blaine, por cierto", se presentó el muchacho y extendió su mano.
"Kurt", le dio un pequeño apretón y tuvo que reprimir el impulso de decir "enchante". Era el cansancio. Habría jurado que salió de la universidad con un cerebro. "¿Y, por qué estás pidiendo aventón?"
"Oh, discutí con una amiga. Me abandonó hace casi una hora". Sacó un celular de su bolsillo. "Y se le acabó la batería".
"¿Te echó del auto y te abandonó en la carretera? Debió haber sido una discusión muy fuerte".
"Sí, bueno. Sigo pensando que tengo razón". Blaine negó con la cabeza. "Tiene tendencia a exagerar. ¡Pero gracias a Dios que apareciste! Me hubiera muerto de hipotermia si me quedaba ahí por más tiempo".
"En serio, no hay problema", Kurt sonrió, mientras canturreaba en su mente. Hay un chico lindo en mi auto, hay un chico lindo en mi auto.
Definitivamente este viaje empezaba a mejorar.
Kurt y Blaine tenían mucho en común. Después de media hora en su compañía había desaparecido el aburrimiento. Aunque ahora, en lugar de caer en una zanja por quedarse dormido, corría el riesgo de hacerlo por estudiar con detenimiento el mentón de Blaine. Dios, quería darle un mordisco. No, ¿en qué estaba pensando? Blaine obviamente era heterosexual. Una amiga. Las amigas no te echan de sus autos en medio de una tormenta. Las novias celosas sí.
"¿Te molesta si enciendo la radio?" Le preguntó Kurt, simplemente para evitar la tentación de confundir la palanca de velocidades.
"Eh, no. Está bien". La sonrisa de Blaine titubeó y se veía un poco preocupado. "Yo lo haré".
El que Blaine pasara una estación tras otra no resultaba agradable. Programas de opinión, noticias, country, programas de opinión…
"… viaja a pie, va armado y es extremadamente peligroso. Se le busca en relación con…"
"Espera", dijo Kurt, "¡Oh, por Dios! ¡Regresa!"
"¿Qué? ¿En serio?" Blaine frunció el ceño, regresando a la última estación. "Sólo son noticias aburridas".
"… la prensa lo ha llamado El Bandido Gallardo, la policía advierte que nadie debe recoger a ningún…"
"No, la otra", Kurt agitó el dedo. "¡Sí! Esa". Sonrió cuando la voz de Belinda Carlisle inundó el auto. "¡Me encanta esta canción!"
"¡A mí también!" Dijo Blaine, alegrándose rápidamente. "Esta es una estación increíble. Me encanta esta estación. Vamos a escuchar esta estación".
Kurt trató de ocultar la que, estaba seguro, era una sonrisa estúpida. ¡A Blaine también le gustaba esa canción! ¿Acaso podía ser más perfecto?
Oh, claro. Era heterosexual.
"¿Y a qué vas a Grangeville?" preguntó Kurt, "¿A visitar a la familia?"
"A mi abuela. Sólo somos nosotros. Me gusta visitarla en el verano. Ya sabes, estar ahí para ella".
Kurt suspiró conmovido. Muy fuerte. "Em, eso es muy dulce de tu parte".
Blaine se encogió de hombros con modestia. "¿Y por qué manejas hasta Ohio? Es un viaje largo. ¿Por qué no viajaste en avión?"
"Pues", Kurt hizo una mueca. "No me gusta volar. Lo odio, de hecho. Sé que no se oye muy… bien, pero pensé que en lugar de someterme a un ataque de nervios, podía conducir hasta allá. Que podría ser interesante, divertido, ¿sabes?"
"¿Pero viajar en carretera de noche? Es un poco peligroso, ¿no crees? Especialmente si vas solo".
"Bueno, se supone que iba a viajar con Finn pero decidió adelantarse sin mí y tomar un vuelo".
"¿Finn? ¿Es tu novio?"
"¡No! Es decir, no. Finn es mi hermano. Estudiamos en la misma universidad. Aunque solía estar muy, muy enamorado de él".
Los ojos de Blaine se abrieron por la sorpresa.
"¡Oh! ¡No como en Flores en el ático! Es mi hermanastro. Mi papá y su mamá se casaron cuando estábamos en preparatoria", le explicó Kurt. "Hermanastro".
"¡Claro! Wow. Por un minuto pensé…" Blaine se encogió de hombros con indiferencia. "Entonces… ¿Tienes novio? ¿Con suerte, alguno con el que no tengas ningún parentesco?"
"No", respondió Kurt demasiado rápido. Sonrojándose, intentó de nuevo. "Quiero decir, no por el momento, no tengo".
"Es difícil de creer", susurró Blaine, mirando por la venta, con una pequeña sonrisa asomando en sus labios.
Oh, por Dios. ¿El chico lindo en su auto estaba coqueteando con él? ¡Sí! ¡Sí! ¡Tenía ganas de detenerse a un lado del camino y salir a dar unas vueltas de carro! Decidiéndose por actuar relajado, Kurt se encogió de hombros como diciendo "así son las cosas".
"Y tú… ¿tienes novio?" Le preguntó a su vez. Observando fijamente la carretera y esperando que Blaine no pudiera ver sus orejas enrojecidas en la tenue luz.
"Igual. No por el momento".
No corrigió el género. ¡Sí! Vueltas de carro por toda la carretera.
"¿Kurt? ¿No hay problema si nos detenemos en la gasolinera? Necesito comprar algunas cosas".
"Claro, por supuesto", respondió, estacionándose. "De hecho, no me vendría mal algo de gasolina".
"Oh, permíteme. Has sido muy amable conmigo. Quédate aquí y llena el tanque. Yo voy a pagar la gasolina y a comprar algunas provisiones. ¿Te parece?"
"No, no tienes por qué. No podría…"
"¡Claro que puedes! En serio Kurt. ¡Estoy en deuda contigo!" Se estiró hacia atrás y agarró su bolso de lona. "Regreso enseguida".
Kurt estaba tan aturdido que apenas podía soportarlo. De verdad habíapasado mucho tiempo. Incluso llenar el tanque lo estaba llenando a él de pensamientos sucios. Examinó su cabello en el espejo lateral del auto. Aceptable. ¿Pero por qué se había puesto su ropa cómoda? ¿Blaine se daría cuenta si lo encontraba vistiendo un atuendo completamente diferente cuando regresara al auto?
El tanque se llenó, Kurt se acomodó de nuevo en su asiento y se pasó un dedo por los labios con aire ausente. Grangeville ya no quedaba tan lejos. Tenían al menos un par de horas. ¿Sería raro pedirle a Blaine que saliera con él? ¿Estaba interesado siquiera? Cuando se trataba de señales, Kurt no era el mejor interpretándolas.
Cuando escuchó que la puerta de la gasolinera se cerraba, Kurt levantó la vista y vio a Blaine corriendo hacia él a toda velocidad. Prácticamente se lanzó dentro del auto.
"¿Estás bien?" le preguntó Kurt. "Pareces agitado".
"Oh, sólo temía empaparme en la lluvia de nuevo. Mi cabello ya está bastante rebelde".
Lo estaba. Kurt tenía ganas de enterrar sus dedos en él.
"Por cierto, te traje algunas revistas", le dijo Blaine mientras se ponían de nuevo en marcha. La bolsa estaba abierta encima de sus piernas. "Cosmo, Vogue. Em, ¿Hombre saludable?"
"Oh, ¡qué dulce eres! ¡No tenías por qué hacerlo!" Exclamó Kurt conmovido. Comenzó a echarle un vistazo al contenido que se desbordaba de la bolsa. "Wow, ¡parece que arrasaste con la tienda!"
"Oh, bueno. Los precios. Prácticamente estaban regalando todo".
"¿Esos son tampones?"
"Oh, son… regalos. Para mi abuela".
"¿Le llevas tampones como regalo a tu abuela?" Le preguntó Kurt. "Espera, ¿tu abuela todavía menstrúa?"
"No, em… Le traen recuerdos."
Kurt ya no estaba tan seguro de querer invitarlo a salir. Pero claro, tal vez Blaine sólo era excéntrico. Podía vivir con eso. Se lo podía imaginar. Irían juntos a fiestas y Blaine diría algo extraño y encantador y entonces Kurt pondría los ojos en blanco y diría "¡Oh, Blaine!" en esa forma suya tan característica y se reirían, luego escaparían escaleras arriba para buscar un cuarto desocupado y entonces…
"¿Kurt?" Le preguntó Blaine. "¿Estás bien?"
"Perdón, me distraje". Kurt bajó la vista hacia los pies de Blaine. "Oye, se te cayeron un par de billetes".
"¿Qué? ¡Oh! ¡Gracias!" Blaine los levantó, se dio la vuelta y los metió en la bolsa. "Oh, oye Kurt, en serio me alegra que te hayas detenido." Y entonces Blaine sonrió. Le sonreía de una forma diferente de cualquiera que le hubiera sonreído antes. Kurt sentía que estaba a punto de derretirse y formar un charco a sus pies.
"Oh, pff. Nah bah". ¡Dios! ¿Qué demonios le pasaba? Sus dedos se tensaron sobre el volante. "Quiero decir, no fue nada".
Invítalo a salir, invítalo a salir, invítalo a salir.
Muy bien, lo invitaría a salir en diez minutos. Diez.
"¿Podemos detenernos aquí, por favor?" Le preguntó Blaine, dos horas después. "Necesito usar el baño".
Los malos pensamientos inundaron la mente de Kurt. Y todo era culpa de George Michael.
"¡Por supuesto!" Kurt tomó la curva hacia la gasolinera demasiado rápido. En serio tenía que empezar a relajarse. Pero su oportunidad de invitarlo a salir se estaba escapando. Y cada vez que abría la boca, escapaban los comentarios más locos. Se supone que la universidad te hacía mejor en este tipo de cosas. ¿Y si Blaine le decía que no? ¿Qué tan incómodo sería el resto del viaje? Le quedaba por lo menos una hora más antes de llegar a Grangeville.
"¿Quieres que te traiga algo?" Le ofreció Blaine. "Puedo traerte unos chicles".
"Oh, ¿puedes por favor traerme un agua embotellada?" Kurt empezó a buscar su cartera pero Blaine levantó una mano.
"No, déjame por favor". Tomó la bolsa. "No tardo".
Kurt lo observó caminar hacia la tienda, reprendiéndose mentalmente. Muy bien, ya lo había decidido. En el momento en el que Blaine regresara al auto lo iba a invitar. Incluso si todo terminaba en un brutal rechazo y tuviera que pasar el resto del viaje sollozando, mientras agitaba, furioso, un puño hacia el cielo.
Miró hacia un lado y vio una cartera en el asiento. ¡Oh! Blaine seguramente la había olvidado cuando salió del auto. ¡No iba a poder pagar! Tomando su propia billetera, Kurt salió y caminó hacia la tienda. Bien, esto podía funcionar. Kurt podía entrar en la tienda con aire confiado y comprarle a Blaine sus chicles. Luego podría sugerir, ¿qué tal si le compraba a Blaine algo de tomar? Y entonces compraría dos aguas embotelladas. Brillante.
Kurt abrió la puerta y la campanilla sonó anunciando su llegada. Miró hacia el cajero sonriendo en forma de saludo. Y entonces se paralizó.
Había dos personas en el mostrador. Una estaba temblando de miedo y llenando rápidamente una bolsa con dinero. La otra tenía unas medias en la cabeza y sostenía una pistola.
Oh, Cielo Santo, había interrumpido un robo. ¡Un robo a mano armada! ¿Dónde estaba Blaine?
"Yo…" Kurt comenzó, con duda. "No quise…"
El ladrón vestía la ropa de Blaine. "¡Kurt!" El ladrón tenía la voz de Blaine.
Con un grito ahogado Kurt se dio la vuelta y salió corriendo de la tienda, tropezándose mientras trataba de sacar las llaves de su bolsillo. Escuchó a Blaine detrás de él, llamándolo y se obligó a correr más rápido. Abrió la puerta y se metió en el auto. Se estiró hacia el otro lado y trató de ponerle el seguro a la puerta del copiloto, pero Blaine fue más rápido.
"¡Escucha Kurt!" Le dijo Blaine, entrando en el auto, quitándose las medias de la cabeza y tirando la bolsa. Estaba abierta y desbordando dinero. "¡No es lo que parece!"
"¡Fuera! ¡Fuera!" Kurt lo pateó con fuerza pero Blaine atrapó su pie, jalándolo hacia él. "¡Suéltame!"
"¡Maldita sea, Kurt!" Los ojos de Kurt se abrieron como platos cuando vio una pistola apuntándole a la cara. Blaine bajó el arma, apuntando al pecho de Kurt. "Sólo conduce, ¿sí? Sácanos de aquí".
"¡No! ¡No voy a ir a ningún lado contigo!"
"¿No viste esto?" Blaine agitó el arma. "Es real". Volteó a ver con pánico la gasolinera. "¡Vamos Kurt!"
"¡Voy a comerme las llaves!" Kurt las levantó. "¡Lo voy a hacer!"
"¿Te vas a comer las…? Tal vez sería mejor que les quitaras todos esos llaveros. A menos que también quieras comerte el troll de plástico." Le dijo Blaine con brusquedad. "¡Muy bien! Ya fue suficiente." Se estiró hacia el asiento trasero, y tomó el abrigo Vivienne Westwood. "No me obligues a hacerlo", le dijo Blaine, apretando la pistola contra la prenda. "¡Conduce, Kurt!"
"¡Oh, por Dios! ¡Oh, por Dios!". Metió las llaves en el encendido. "¡Estoy conduciendo!"
Nota: ¡Hola! Les dejo una nueva traducción de GoddamnWrite, la verdad es que me divierto mucho traduciendo sus historias.
Espero que les haya gustado este capítulo :) ¡Que tengan un fabuloso día!
P.D. De verdad muchísimas gracias a todos los que han dejado sus comentarios en mis otros fics, me alegra que les guste mi trabajo (aunque la verdad no sé si podría considerarse como tal... ojalá me pagaran por traducir fanfiction jeje :p) Nos seguimos leyendo pronto.
