DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Skip Beat no es mío, porque si lo fuera, esta escena ya hubiera ocurrido de verdad…


ABRE LOS OJOS

(o Lección rápida sobre las particularidades de una relación senpai / kohai)

—Te lo voy a explicar una vez más… —dijo Kanae, arrastrando las palabras y llevándose dos dedos al puente de la nariz. La migraña estaba ahí, anunciando su llegada. Kyoko estaba sentada en la silla de enfrente, la espalda recta y las manos entrelazadas sobre el regazo. Atenta, muuuy atenta a todo lo que dijera su adorada Moko-san…

Kanae empezó a hablar:

—Un senpai da consejos, presta orientación y guía debido a su veteranía y experiencia.

—Un kohai otorga su respeto, lealtad y gratitud.

—No es obligación del senpai llevar a casa en coche a su kohai.

—Ni mucho menos esperarla después del trabajo.

—Tampoco es obligación del kohai prepararle la comida…

—Ni informarle de su agenda.

—No es obligación del kohai asegurarse de que su senpai no se salte las comidas.

—No es obligación del senpai grabarse a sí mismo comiendo para demostrarlo.

—Y NUNCA-NUNCA-NUNCA un senpai se liaría a besos con su kohai con el pretexto de ensayar una escena para el nuevo dorama del kohai.

—Y JAMÁS-JAMÁS-JAMÁS se ofrecería como voluntario para dicho ensayo.

Kanae por fin calla. Kyoko la sigue mirando, con los ojos abiertos e inocentes.

—¿Ah, no? —graznó Kyoko, más que nada porque no le salía la voz, se le había secado la garganta.

—No.

—Entonces… ¿estás diciendo que para él no fue un ensayo…? —Kanae asiente con la cabeza, muy lentamente, dándole tiempo a Kyoko para asimilar la idea—. ¿Y por qué haría Tsuruga-san algo así?

Aunque es evidente que la muchacha no asimiló nada…

—Esta chica… —gruñó Kanae por lo bajo. Se puso de pie y cruzó los brazos, la espalda erguida y la barbilla alta—. Escúchame bien. Lo que te estoy diciendo es que ese hombre no quiere ser tu senpai.

—¿¡Por qué!? ¿Qué he hecho mal? —preguntó Kyoko, las lágrimas asomándose a sus ojos dorados y las manos sobre su pobre corazón dolorido—. ¡Seguro que soy una vergüenza para él!

Kanae resopló de la puritita frustración.

—A ver… —de nuevo se lleva los dedos al puente de la nariz, intentando controlar el dolor incipiente—. Reformulo mi frase: ese hombre no quiere ser SOLO tu senpai. Te lo digo por última vez: ese hombre quiere ser más que tu senpai. Mucho más que tu senpai… —y dando un paso atrás, añade—. Abre los ojos, Kyoko.

Kanae prácticamente puede ver las ruedecillas de su mente en movimiento, casi echando humo del esfuerzo.

Y para cuando Kyoko comprendió por fin lo que su amiga le decía, efectivamente, abrió los ojos. Mucho, muchísimo… De su boca salió un 'oh' chiquitito.

Y luego se desmayó.