Dos nichos

Sus tumbas estuvieron entre las primeras en ser saqueadas, violadas y destruídas tras el ascenso de Lelouch, pero Luciano esperó pacientemente, adoptó una nueva identidad (el haber quedado desfigurado por las quemaduras ayudó, en cierto modo), peleó en las filas de los rebeldes, ganó nuevos puestos en política y las reconstruyó con dedicación.

Valió la pena para ir cada domingo a escupir en ambas, maldiciendo la estupidez de las dos muchachas cuyos cadáveres alimentan el suelo bajo sus pies.

(Como curiosidad, no se molestó en hacer lo mismo por la de Kewell, quien parece haberse borrado completamente de sus pensamientos. Con su triunfo)