Por siempre jamás

Capítulo 1: Huyendo de la prisión

Como cada verano, Harry estaba en su cuarto del número 4 de Privet Drive. Eran las 12 de la noche y a pesar de que ese día se había levantado bastante temprano, no lograba conciliar el sueño.

Estaba acostado bocarriba en su cama mirando el techo que tantas veces a lo largo de sus 17 años de vida, había contemplado. Quedaban algunos días para volver a Hogwarts y Harry estaba muy preocupado por no haber recibido noticias del mundo mágico.

La última carta que había recibido, se la envió Lupin, nuevo jefe de la Orden para decirle que no recibiría más cartas por cuestión de seguridad.

Ya estaba empezando a embelezarse cuando una lechuza tocó en su ventana. Extrañado por el echo de la aparición de esta, no supo si abrir o no. Finalmente su intriga pudo más que su sentido de la seguridad y abrió.

La lechuza parda entró a la habitación, voló en círculos y depositó la carta en la mesilla de noche antes de abandonar la estancia.

Harry se dirigió a la mesilla, cogió la carta y leyó:

Harry:

Recoge todas las cosas que necesites y mételas en tu baúl, libera a Hedwing y dile que vaya a casa de los Weasley. Cuando termines, sal al jardín con tus cosas y espérame. Levanta a tus tíos y dile que estén preparados. Pasaremos por ahí dentro de unos cuarenta minutos

Hermione, Tonks y Molly

Harry tuvo que leer la carta varias veces antes de entender lo que decía. No sabía lo que pasaba pero debía ser muy importante si habían mandado la nota con tanta precariedad.

Reunió sus cosas y liberó a Hedwing. Corrió al cuarto de sus tíos para despertarlos. Estos asustados hicieron lo que Harry les mandó y salieron con él y sus maletas al jardín. Un par de segundos más tarde, tres mujeres se dirigieron hacia ellos en la oscuridad. Venían corriendo a través de la negrura de la noche.

Al llegar al porche se pararon y Harry pudo ver quienes eran:

buenas noches señores Dursleys. Soy Molly Weasley, están son Hermione Granger y Nympahdora Tonks. Venimos a ponerlos a salvo

¿A…a…a ponernos a salvo?, ¿de qué si se puede saber?- preguntó Tío Vernon asustado

¿no será de….él?- preguntó tía Petunia- ¿Ha vuelto?

Si señora ha vuelto y se dirige hacia aquí. Sus vidas están en peligro. Necesitamos que vengan con nosotros-contestó Tonks

¿petunia, que diablos está pasando?- preguntó tío Vernon

Vernon, no hay tiempo para eso. Si ÉL ha vuelto, estamos en peligro

Harry no sabía que hacer. Hermione, Tonks y la señora Weasley estaban en su casa a las 1 de la noche y hablando con su tía de Voldemort. Ni en sus sueños hubiera imaginado esta escena. ¿Desde cuándo sabía tía Petunia quién era Voldemort?.

Señor Dursley, vamos a llevarlo a un lugar seguro, no se preocupe. Para cuando lleguen los mortífagos usted y su familia estarán muy lejos de aquí. Si hace el favor de darme la mano-dijo la Sra. Weasley tomándole la mano izquierda a su tío

Señora, usted y su hijo denme la mano a mí y por favor no se suelten- dijo Tonks cogiendo las manos de tía Petunia y de Dudley

Harry tu irás con Hermione a La Madriguera. Nosotros llevaremos a tus tíos a un lugar seguro- dijo la Sra. Weasley mientras ella y Tonks desaparecían.

Bueno Harry dame la mano y cierra los ojos- dijo Hermione cuando estuvieron solos.

Lo siguiente que sintió fue una gran opresión en el cuerpo y la mano de Hermione fuertemente aferrada a la suya. Unos segundos más tarde, dejó de sentir ese horrible dolor y se atrevió a abrir los ojos. Vio La Madriguera, totalmente deshabitada y sombría. Las únicas personas allí eran él y Hermione.

-¿Dónde está todo el mundo?¿qué está pasando?- preguntó él.

-(suspiro), Siéntate, tengo que explicarte todo, pero primero ¿qué te parece una tacita de té?- contestó la chica mientras se dirigía a la cocina y preparaba una tetera