Fundamentación

-¿Kewell?-Marika entra sollozando en camisón y se sube a la cama de su hermano, rodeando con los brazos el cuerpo bajo las frazadas.-He soñado algo horrible…-comienza a contar, hundiendo la nariz en el cuello de Kewell, apretándolo, todavía confusa por haberse despertado segundos antes, puesto que sus cuartos están uno junto al otro.-…los Enumerados venían a quemar nuestra ca…-entonces nota que no es Kewell a quien abraza. Retrocediendo muda y horrorizada, también se da cuenta de que quien se lleva un dedo a los labios en la oscuridad, ni siquiera está vestido y a penas se molesta en enrollarse una sábana bajo el vientre al incorporarse para calmarla. Sin éxito.

-¡Marika!-exclama Kewell, en la puerta del baño interno, con la bata igualmente abierta, apresurándose también a cerrarla.

Es tarde, porque Marika Soresi ha empezado a aúllar entre sollozos, por lo que en seguida llegan los sirvientes, a los que les costará no poco disimular sorpresa y no idear rumores jugosos.

-¡HE YACIDO CON UN HOMBRE DESNUDO! ¡YA NUNCA PODRÉ CASARME! ¡Y LORD GOTTWALD HA HECHO DE MI HERMANO UN SODOMITA! ¡NUESTRA FAMILIA ESTÁ MUERTA!

(Se desmaya entre alaridos así)

Al otro día, Lord Gottwald la encuentra en la mesa del desayuno y a pesar de estar ella calmada al darle sus saludos, él no da crédito a que tanta frialdad quepa en los ojos de una pequeña de doce años.