Aquello era una calle cualquiera de un pueblo pequeño en invierno, o al menos así lo parecía, no recordaba que pudiera nevar de modo tan constante, tan de pronto, pero lo cierto es que poco sabía de aquellos climas, llevaba tres años en un ambiente tropical donde los inviernos si bien bajaban las temperaturas eran incapaces de producir nieve.
Y sin embargo ahora estaba "allí" y la nieve empezaba a tomar formas peligrosas, antinaturales, extrañas.
El frío que rodeo su cuerpo nada tenía que ver con el clima.
Témpanos de hielo y tras ellos formas extrañas, manchas de tinta con forma humana o viceversa.
Un recuerdo muy vivido vino a el.
El hielo se volvía más espeso.
Algo, algunos, alguien gritaba desgarrado como el viento mismo de la tormenta.
Alex despertó agitado, gotas de gélido sudor bajando por su frente. No muy lejos miro que Elle dormía tranquilamente, y más allá de ellos sintió algo más que se disipó demasiado pronto entre las sombras.
Necesitaría una caminata nocturna como lo venía haciendo más frecuentemente desde el último mes.
Se dirigió silenciosamente fuera de la habitación donde un largo pasillo le recibió, se las arreglo para pasar por el mientras recuerdos siempre poco gratos le visitaban, tuvo que llevar su mano a la cabeza en más de una ocasión, su historial de problemas mentales siempre le hacía dudar si alguna vez había salido, si era posible haber escapado.
Algunas veces la evidencia parecía indicar siempre a la peor solución posible.
Una vez fuera del edificio del hotel, pudo mirar el cielo nocturno despejado, eso le basto para consolarse de cierto modo, la niebla no había ganado ese lugar, debía quedar algo de esperanza. Respiró tranquilamente hasta que una mujer de cabello profundamente negro se acercó a el con una lata de refresco.
-No te asustes, te he estado buscando, necesito tu ayuda.
