Hola, esta historia es la primera historia que escribo. Se me ocurrio en una madrugada de imsomnio. De cualquier manera espero que les guste

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.

Solo la historia es mia.

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Summary

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Los Cullen encuentran a una chica, desnuda y golpeada en medio del bosque, que creen que fue violada. Bella no recuerda nada, salvo un hombre de cabello rubio y ojos escarlata. Edward la odia por ser su debilidad, ella lo ama.

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¿Por ventura amó hasta ahora mi corazón?

¡Ojos, desmentidlo!

¡Porque hasta la noche presente jamás conocí la verdadera hermosura!

Romeo y Julieta.

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PREFACIO

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Fue un segundo, un escaso segundo. Todo pareció iluminarse de pronto.

Ahora lo recordaba todo.

Tratando de contener los temblores involuntarios de mi cuerpo volví a observarle, y sus ojos rojos brillaron con hambre.

Sabía que era mi fin.

El cazador dio un par de pasos hacia mí, asechándome como si fuese un vil cervatillo.

Ya no había salida.

Miré hacia mi izquierda, donde mi padre observaba atónito la escena.

Miré hacia mi derecha, donde el cadáver de aquel chico que había intentado ayudarme comenzaba a desangrarse.

Miré sobre mi hombro… donde Edward se encontraba retorciéndose de dolor entre los escombros.

Y después le miré a él, desafiante.

– No te tengo miedo, ya no – le reté.

El sonrió, mostrando sus perfectos y afilados dientes.

– Deberías…

Sabía que moriría.

Y a pesar de todo jamás me arrepentiría de haberlo conocido, de haberlo amado tanto… de haberle entregado mi vida...

Edward pronunció mi nombre en un gemido ahogado en dolor. Le sonreí en respuesta.

– Te amo – susurré.

Él me miró tortuosamente sabiendo que no podía hacer nada ya.

Y el cazador saltó sobre mí, hundiendo sus afilados dientes en mi garganta…

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Capítulo 1: Una chica en medio del bosque

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-Tiene muchos hematomas…

-¿Qué mas Alice?

Un escalofrío recorrió la espalda de la pequeña chica, quien mantenía su mirada perdida.

-Esta… desnuda… pareciera como si… -en ese momento ella lo entendió todo. -¡Oh, cielos! –jadeó

-¿Cuándo?

-Ahora mismo…

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La familia Cullen era un clan de vampiros que recidian en Forks, Washington, un pueblo pequeño donde la mayoría del año permanecía nublado.

Todos ellos eran sumamente hermosos.

Carlisle, el padre, con sus cabellos rubios, su fuerte línea de la mandíbula, su cuerpo perfecto y sus hermosos e hipnotizantes ojos color ámbar, que poseían cada uno de los integrantes de su familia.

Esme, su esposa, con sus rizos abiertos color caramelo, una sonrisa tierna y una mirada serena.

Emmet, su enorme cuerpo intimidante contrastaba con su mirada juguetona y divertida.

Rosalie, su esbelto y proporcionado cuerpo hacia juego con su largo y lacio cabello color oro.

Jasper, igual de hermoso, que ni aun todas sus cicatrices le harían perder su belleza, su cabello rubio y su rostro con ese semblante tranquilo, al menos cuando no estaba cerca de un humano.

Y Alice, tan diminuta y frágil, o al menos eso es lo que daba a pensar, con ese cuerpo tan delicado, que te daba la sensación de que con un solo suspiro podría desintegrarse.

Todos se encontraban de caza en ese momento…

Alice POV

La visión terminó. Me encontré a mi misma un tanto confundida y comencé a mirar a mi alrededor desesperadamente para encontrar el lugar de mi visión.

-¿Amor? ¿Que viste?-preguntó Jasper, acariciando mis hombros.

-Una chica Jasper… vi una chica en mi visión… estaba desnuda y golpeada. –en realidad estaba conmocionada. Jasper solo se limito a abrazarme para poder calmarme.

-¿Estas segura? –preguntó Carlisle, impaciente.

-¡Muy segura! –respondí un tanto enfadada, ¿ahora resulta que se atreven a dudar de mi don? - Debe de estar cerca…

En ese momento una brisa proveniente del Este sopló contra nosotros, con un aroma muy peculiar, demasiado dulce. Sentí a Jasper tensarse a mi lado.

-Jasper… -comencé a decir, pero el me interrumpió.

-No te preocupes, no hay sangre… solo fue su aroma… -dijo mientras me daba una sonrisa tranquila, aun así se que hacía un esfuerzo sobre-humano para contenerse.

Podíamos sentirla, estaba muy cerca. Carlisle olfateó un poco y corrió a velocidad vampírica hacia la chica, que no estaba a más de 200 metros de donde estábamos nosotros.

Me acerqué un poco, podía verla, sobre un pequeño riachuelo de no más de 30 cm de profundidad. No tenía ni una sola prenda sobre el cuerpo. Su piel poseía un débil tono azulado, su cuerpo era pequeño y delgado. Una serie de espasmos violentos se presentaban cada dos o tres segundos.

Para cuando todos nos acercamos al lugar, Carlisle ya la había sacado del agua y se encontraba revisándola minuciosamente.

-Esta muy golpeada… tiene algunos rasguños, pero ella estará bien. –musitó para si mismo. Emmett, dame tu chaqueta- dijo sin despegar la vista de ella.

En menos de un segundo mi hermano le tendió la prenda a Carlisle, quien rápida pero suavemente envolvió a la chica en ella.

-¿Esta bien, cariño? –preguntó Esme, bastante preocupada. Jugaba nerviosamente con su cabello

-Esta inconsciente, al parecer lleva unas horas así, pero esta desarrollando hipotermia, y rápido. Hay que llevarla a casa…

Dicho esto, mi padre se convirtió en un borrón, todos le seguimos.

Mientras corríamos trate de ver algún dato sobre ella, sin éxito. Jasper me tomó de la mano. Sentí un apretón cariñoso.

-No te frustres Alice. –suplicó, ahora me sentía más tranquila, gracias a su don.

-No me frustro cariño… solo estoy preocupada por ella…

-Ella estará bien… además ella estaba bastante tranquila… aliviada por así decirlo.

-¿Aliviada? ¿Por qué? ¿No se supone que estaba inconsciente?- pregunté confundida, a lo que Jasper respondió con una risa burlona.

-Amor, yo controlo las emociones, no leo mentes… solamente percibí lo que ella sentía. Si quieres leer su mente deberías llamar a Edward, quizá el pueda ayudarnos en esto.

Edward. Mi hermano favorito, ahora se encontraba de "vacaciones" en Denalí. Llevaba aproximadamente medio año viviendo con nuestros primos (aunque al parecer Tanya no entendía bien el término). En realidad lo extraño.

Solté la mano de Jasper y me adelanté. Al entrar a la casa Carlisle ya la había recostado en un sillón, a su lado tenía su maletín del hospital. La chica seguía envuelta en el enorme sweter de Emmett. Los demás entraron en la casa. Emmett se sentó en el sillón contiguo donde estaba Carlisle, con Rose sobre sus piernas. Esme corrió por algunas toallas y una frazada, volviendo inmediatamente. Jasper se mantuvo alejado, al lado de una ventana, abierta. Su mirada se fijo en mi y me dedico una mirada apenada. El odiaba no sentirse fuerte.

-Gracias cariño –dijo Carlisle tomando la frazada que Esme trajo y arropó a la chica. De su maletín tomó un pequeño termómetro y lo deslizo por los labios de ella. –Alice, necesito que tu y Rose preparen un baño con agua tibia, Jasper y Emmett , vayan al pueblo y tráiganme estos medicamentos. –dijo rápidamente, tendiéndole a Jasper una receta médica con algunos medicamentos apuntados.

Ni siquiera había terminado de pronunciar estas palabras, salimos todos disparados. Rose y yo comenzamos a preparar el baño, mientras que oímos un choche arrancar.

-¿Va a sobrevivir, Alice? –preguntó Rosalie tratando de sonar indiferente. No le funcionó.

-Si –una visión llego a mi, donde estaba ella, despierta, pero aun muy débil. –Será cuestión de tiempo…

Esme entró al baño con la chica en brazos, le quitó la chaqueta y la sumergió en el agua, manteniendo su cabeza fuera de esta. Inmediatamente se relajó.

No habían pasado ni 15 minutos cuando Jasper y Emmett volvieron. Mantuvimos a la chica en la tina, poco a poco su temperatura iba subiendo, y cuando Carlisle le inyectó los medicamentos, ella notablemente estaba mejor.

Entonces, Esme recayó en algo.

-¿En donde vamos a instalarla? –preguntó Esme - ¡No hay ninguna recamara preparada!

-Esta la de Edward… -dijo Rose- Sin el aquí la recamara viene sobrando…

-Pero hija, no tiene cama… -protesto Esme

-Tiene un enorme y mullido sofá… además, la chica es muy pequeña… cabrá fácil en el.

¡Pero que demonios! El idiota de mi hermano era el único que no tenía una cama en su cuarto (aunque no creo que la necesitara). De acuerdo… ir de compras… y preparar otra habitación. Frente a la recámara de Edward había un cuarto disponible, tendría que remodelarlo por completo… espero que le guste el color rosa…

Sonreí, esto sería muy divertido.

Corrí al closet de Rosalie y saque un pijama gris y una blusa algo holgada.

Me golpee mentalmente. No le volvería a permitir a Rose tener ropa tan… común.

Al entrar al baño Esme y Rosalie ya la habían sacado, ahora secaban delicadamente su cuerpo y su cabello. La vestí y Esme la cargó fácilmente hasta el cuarto de Edward, donde tomó un cobertor del closet y la arropó maternalmente sobre el sofá.

La observe detenidamente. Su piel ya no estaba con ese tono azul de hacia unas horas. Ahora estaba levemente pálida. Unas enormes y oscuras ojeras estaban bajo sus ojos. Y tenía numerosos hematomas en brazos y piernas, uno pequeño en su frente. Pero aun asi era muy bella. Su cabello castaño ondulado caía suavemente por sus hombros hasta por debajo de su pecho. Sus facciones eran muy delicadas, su cuerpo se notaba esbelto aun con esas ropas tan holgadas que llevaba encima. Las ropas de Rosalie y Esme eran muy grandes para ella, mientras que las mías eran muy pequeñas… habría que diseñar todo un guardarropas para ella. Sonreí de nuevo, dando brinquitos. Rosalie se rió de mi, al parecer sabía lo que estaba tramando.

Carlisle seguía en la habitación, monitoreando su frecuencia cardiaca con su oído hipersensible. Su semblante era serio, era muy raro ver a mi padre en ese estado.

-Llámenme si se les ofrece algo… -ofreció Rose, saliendo del cuarto, al mismo tiempo que yo entré.

-Gracias Rosalie. – dijo Carlisle a volumen normal, Rose podía escucharlo de cualquier manera.

Me senté en el suelo, al lado del sofá, con las manos sobre mi cabeza.

-Alice, ¿pasa algo? – preguntó Esme

-No, solo intento vigilar su futuro… - respondí, al momento que veía que despertaba, sonreí satisfecha. –Será cuestión detiempo.

Las últimas horas Esme había permanecido de pié en la misma posición al lado del sofá, sin mover un solo músculo. Carlisle tomo asiento en el suelo, con los ojos cerrados, yo seguía en lo mío, sin éxito, mientras que Rosalie, Emmett y Jasper habían vuelto a la caza, si ella se iba a quedar un tiempo con nosotros, mejor había que tomar precauciones.

-Amor, tienes que tranquilizante –dijo Carlisle mientras se levantaba y la abrazaba por detrás, dándole un beso en el hombro. –Ella es fuerte, mira a que velocidad se recupera.

-Lo se, pero aún así debió de haber pasado por muchísimas cosas…

-Está por despertar… - anuncié.

Todos observamos, ella abrió suavemente sus ojos color marrón chocolate, desorientados al principio, después confundidos.

-Tranquila… estas a salvo –prometió Carlisle. -Soy doctor, ¿me permites revisarte? –dijo Carlisle mientras alzaba una mano hacia ella.

Entonces, la ultima reacción que esperábamos ver en ella se hizo presente.

-¡N…no! ¡No me toque! ¡Por favor! –imploró, al mismo tiempo que un centenar de lagrimas se acumulaban en sus ojos.

-Te juro que no te haré daño, solo necesito revisarte para saber si estas…

-¡No! ¡Porfavor no me haga daño! –interrumpió ella, se levantó alterada y corrió hacia un rincón de la habitación, tropezando en el intento. Nosotros tres por nuestra parte estábamos sorprendidos por su actitud.

Esme avanzó hacia ella lentamente, hasta para un humano. La chica no despegaba sus ojos de ella. Su mirada seguía aterrorizada.

-Sh…Sh… Tranquila no pasa nada, tranquila . –dijo mientras se agachaba a su altura y la abrazaba suavemente –Carlisle no te hará nada, el te salvo – ante esto la chica la miró confundida – ¿Cómo te llamas?

La chica no respondió. Se limitaba a temblar y respirar rápidamente, asustada.

-¿Cuál es tu nombre? –insistió Esme.

-B…Bella… -dudó - c…creo–dijo la chica en un susurro.

-¿Y que fue lo que te pasó? – volvió a preguntar Esme. Los ojos de Bella comenzaron a llenarse de lagrimas nuevamente, los sollozos volvieron a aparecer.

-No… -en ese momento se rompió en mil pedazos- no lo recuerdo -dijo con la voz quebrada.

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